ALIMENTO DIARIO

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5 Septiembre 2001
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ALIMENTO DIARIO
El ministerio orgánico de Juan
La segunda gran visión de Juan en el espíritu
Leer con oración: Mt 27:51; He 10:20; Ap 5:8
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Ap 11:15)
PREDICAR EL EVANGELIO ES MEDIR
Por causa de la visión del desierto y del hijo varón, tenemos el encargo de predicar el evangelio y levantar iglesias en la base de la unidad en toda América del Sur y África. La gran tribulación sucederá principalmente en Europa. Apocalipsis 11:1 dice: “Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él”. Medir significa santificar, preservar y tomar posesión. El templo y el altar fueron medidos, por tanto pertenecen al Señor.
El altar también fue medido, no el altar del holocausto, que se ubicaba en el atrio, sino el altar del incienso, que estaba ubicado en el Lugar Santo, en el medio, entre el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. Cuando el velo fue rasgado, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo se hicieron uno (Mt 27:51; He 10:20). El altar del incienso prefigura las oraciones de los santos (cfr. Ap 5:8), así los que oran también son medidos. Tenemos el encargo de predicar el evangelio en Europa, porque sabemos que allí se concentrará la mayor parte de las calamidades de la gran tribulación. No vamos allá para morir, sino para medir, es decir, para predicar el evangelio y edificar las iglesias, para que todos entren en el Lugar Santísimo y puedan ir delante del altar del incienso. ¡Aleluya! Este es nuestro encargo, salvar más personas, liberándolas de Satanás. Cuando llegue la gran tribulación y Dios esté juzgando a las personas, deseamos que sean guardados aquellos que predicamos el evangelio en Europa. Finalmente los reinos del mundo llegarán a ser de nuestro Señor y de Su Cristo (Ap 11:15).
Hay aún muchos detalles relacionados con la segunda gran visión que Juan tuvo, pero no abordaremos eso ahora. Lo importante es que todos estemos en el espíritu, pues todo eso es para nuestro disfrute. ¡Aleluya!
Punto Clave: Medir la tierra por predicar el evangelio
Su punto clave es:
Pregunta: ¿Cuál es nuestro encargo al predicar el evangelio en Europa?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
AGUAS REFRESCANTES

Meditaciones y pensamientos basados sobre textos bíblicos. Al avanzar en su lectura diaria el lector observará una feliz combinación de profundidad espiritual con una aplicación sensata y práctica para el diario andar del creyente. Será un verdadero refresco espiritual para el cristiano que anhela una renovación permanente de su vida con el Señor.
“Watchman Nee”

“No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra”. Mateo 5:39.
¿Qué es lo que nos enseña el Sermón del Monte? ¿No es que dentro de nosotros, sus hijos, Dios ha plantado una nueva vida; que esa vida nos impone demandas singulares, y que en nuestra conducta con los hombres no estaremos satisfechos con nada menos que el cumplimiento de esas demandas? El Sermón no nos dice que con tal que procedamos correctamente todo estará bien. Los hombres podrán protestar y decir: “¿Por qué darle la otra mejilla? ¡Seguramente será suficiente si soportamos el golpe en una mejilla con humildad y sin reaccionar!” Sin embargo, Dios habla de otra manera. Si cuando te hieren en una mejilla, tan sólo inclinas la cabeza y te retiras, encontrarás que en tu vida interior no estarás satisfecho.
Muchos dicen que las demandas de Mateo 5 a 7 son demasiado difíciles, y más allá de nuestro alcance.
Lo admito; son imposibles, pero toma en cuenta esto: Tienes una vida interior, y en situaciones dadas esa vida no te dará reposo hasta que hagas como lo requiere el Sermón del Monte. Si las demandas de la vida del Hijo de Dios en ti son satisfechas, Dios se hará cargo de las consecuencias. No nos atrevamos a conformarnos con menos de lo que a El le satisface.
¡Jesús es el Señor!