Alimento diario

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5 Septiembre 2001
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LA ECONOMIA DE DIOS

Leer con oración: Gá.1: 19; Hch 6: 7; 15: 5; 21: 19-24, 27-34

“Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado (Gálatas 2: 16)

LA ATMOSFERA REINANTE EN JERUSALEN

El tema de esta semana es: “La economía notestamentaria de Dios”. Trataremos la continuación del mensaje de la semana anterior, en el cual hablamos sobre el trasfondo de la época de Pablo.
Cuando estaba en Éfeso, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén (Hch 19:21). Hechos 20:16 relata que él se apresuraba con la intención de pasar el día de Pentecostés en Jerusalén, si le fuera posible. En 21:4, leemos que los hermanos de Tiro le recomendaron a Pablo que no fuera a Jerusalén y los versículos 10 y 11 dicen que, cuando estaban en Cesarea, descendió a Judea un profeta llamado Agabo, quien tomando el cinto de Pablo, se amarró los pies y las manos y dijo: “Esto dice el Espíritu Santo: así ataran los judíos en Jerusalén al varón de quien es esta cinto, y le entregarán en manos de los gentiles”. Cuando lo hermanos oyeron esto le rogaron a Pablo que no subiera a Jerusalén, pero él ya se había propuesto ir.
Pablo fue a Jerusalén llevando la ofrenda de los santos en Macedonia y Acaya (Ro 15:22-27; 2 Co 8: 1-4; 9:2). Llegando a Jerusalén, Pablo se encontró con Santiago, quien lo acogió junto con todos los ancianos (Hch 21:17-18). En esa época Santiago era líder en Jerusalén, aunque no había sido uno de los doce apóstoles. Él era hermano del Señor en la carne (Cfr. Gá 1:19). Muchos sacerdotes y fariseos habían llegado a la iglesia en Jerusalén (Cfr. Hch 6:7; 15:5). Esas personas venidas del judaísmo trajeron a la iglesia las costumbres de la religión judía. Cuando Santiago fue levantado en Jerusalén, comenzó a tener gran influencia en esa ciudad. Por esta razón, cuando Pablo llegó a Jerusalén, fue a tener comunión con él y con los ancianos y les contó toda la bendición que el Señor había propiciado a las iglesias de los gentiles (21:19).
Pablo estaba feliz de poder hablar de las bendiciones del Señor entre las iglesias de los gentiles, y los hermanos al oírle dieron gloria Dios y le dijeron: “Ya ves, hermano, cuantos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley” (v, 20). Era como si los hermanos allí dijesen: “Si, hermano Pablo, usted a trabajado muy bien entre los gentiles, pero vea, tenemos aquí en Jerusalén decenas de miles de judíos que creyeron en el Señor”.
Luego le dijeron a Pablo: “Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, no observen las costumbres” (v.21). Y le propusieron: “Has, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tu también andas ordenadamente, guardando la ley” (vs. 23-24). En esa circunstancia, Pablo se debilito y fue oprimido por la atmósfera que reinaba en Jerusalén. En ese momento se opuso a lo que escribiera en Gálatas y a la visión que había tenido.
Este es el voto de nazareo (Nm 6:2-5) que tenía una duración de siete días; al séptimo se ofrecía el sacrificio, pero es no ocurrió, porque algunos judíos que había venido de Asia vieron a Pablo en el templo y quisieron matarlo. De esta manera surgió un alboroto, y Pablo fue apresado (Hch 21:27-34). En verdad, eso se dio por la providencia divina. El Señor guardo a Pablo porque quería usarlo aun más. Si Pablo hubiese hecho ese sacrificio por el voto, hubiera terminado su carrera en la economía neotestamentaria de Dios; por otro lado, si los judío hubiesen tenido éxito en su intento de matarlo, su carrera igualmente se habría acabado. Gracia a Dios que él fue guardado.

Palabra - clave: Liberación
Pregunta: ¿Por qué el Señor permitió que Pablo fuese hecho prisionero?
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