Alimento diario y matutino

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5 Septiembre 2001
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Hechos de los apóstoles
Semana 15 --- La iglesia en Tesalónica
Jueves --- Leer con oración: Mt 25:14-30, 23; Lc 19:11-19; Jn 21:3, 6, 11
“Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mt 25:21)
LA NECESIDAD DE SER FIELES
La exigencia del Señor para el siervo que ganó un talento es que gane otro talento, es decir, es la misma exigencia para el siervo que ganó dos talentos y para el que ganó cinco; igualmente, la recompensa también será la misma: entrar en el gozo del Señor (Mt 25:21, 23). La cantidad y la multiplicación de los talentos es proporcional a la capacidad de cada uno: del siervo que ganó un talento, no se exige que presente cuatro o diez, sino dos, es decir, el talento original que recibió más la ganancia. Si el Señor nos dio la capacidad para un talento, sólo nos basta con ganar uno más; quien tiene la capacidad para cinco talentos debe ganar otros cinco. Multiplicar los talentos significa que el don que recibimos del Señor fue totalmente usado sin ningún desperdicio. La recompensa del Señor no está relacionada con cuánto es lo que hacemos, sino con nuestra fidelidad al usar el talento que el Señor nos dio. Esa es una parábola sobre la fidelidad: ser fiel en lo poco a fin de ser colocado sobre mucho.
Cuando un hermano se levanta y habla muy bien no necesitamos subestimarnos y decir: “Yo no sé hablar, sólo tengo un talento. Los de cinco talentos ciertamente recibirán gran recompensa, pero recibiré una pequeña recompensa”. Los de cinco talentos tienen que negociar y ganar por lo menos cinco talentos más; si logran ganar cuatro y medio, irán a las tinieblas de afuera, pues la recompensa es según la capacidad que fue dada a cada uno. Debemos ser fieles en lo que el Señor nos dio. Si no sabemos negociar el talento que recibimos, debemos entregarlo a los banqueros, es decir, aplicarlo en la vida de la iglesia con los hermanos. Reuniendo nuestro capital, vamos a multiplicar los talentos, y el Señor dirá: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho irás a gobernar”.
Los talentos están relacionados con la obra, luego, para los que tienen cinco talentos el Señor encargó una obra equivalente; los que tienen un talento, también recibieron un encargo en la obra del Señor. Todos pueden multiplicarlo en la vida de la iglesia: invocando el nombre del Señor, leyendo-orando la Palabra, ejercitando el espíritu en las reuniones, profetizando, suministrando a los hermanos y cuidando de ellos, y además predicando el evangelio a las personas.
En la parábola de las minas en Lucas, que es la porción paralela a la parábola de los talentos en Mateo, vemos que el Señor llamó a diez siervos y les entregó diez minas, y les dijo que negociasen hasta que Él vuelva (Lc 19:11-16). Al siervo que, después de negociar, ganó diez minas, el Señor le dijo: “Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades” (Lc 19:17). Él ganó diez ciudades para gobernar; y al que ganó cinco minas, el Señor le dijo: “Tú también sé sobre cinco ciudades” (v. 19). Aplicando esta parábola al encargo actual del Señor para nosotros, podemos decir que tener autoridad y reinar sobre las ciudades en aquel día corresponde a predicar el evangelio y levantar una iglesia en cada ciudad hoy. De esta manera, podemos decir que nuestra vida de la iglesia se resume en tener el alma saturada del Espíritu y negociar los talentos.
La iglesia es como un “banco” donde los hermanos pueden invertir su talento en las reuniones y actividades colectivas, cuando todos son incentivados a negociar juntos para ganar personas y ciudades para el Señor. Por ejemplo, determinada iglesia tiene ciento cuatro Grupos Familiares de Cuidado Mutuo, y cada uno de ellos tiene el deseo de ganar una ciudad, esto quiere decir que tenemos que ganar no sólo a una persona, sino a muchas. Por eso decimos que predicar el evangelio no es como pescar con caña y anzuelo, sino con red. En cierta ocasión, “Subió Simón Pedro [...] sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió” (Jn 21:11). Momentos antes, él y los demás discípulos intentaron pescar por si mismos, y no lograron pescar nada (v. 3). Pero cuando se sometieron y obedecieron al Señor, la pesca fue maravillosa (v. 6). ¡Que también nosotros seamos obedientes a la palabra del Señor y lancemos la red donde Él nos mande!
Punto Clave: Multiplicar el talento
Pregunta: ¿Por qué la iglesia puede ser considerada como un “banco”?
Dong Yu Lan
SEMANA 6 — DÍA 4
Alimento matutino
Ro. 6:6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él…
Gá. 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí.
Si queremos que nuestra manera de ser sea puesta a muerte, debemos darnos cuenta de que nosotros hemos sido crucificados (Gá. 2:20; Ro.6:6).Desde la mañana hasta la tarde, durante todo el día, debemos recordar que somos personas que ya han sido crucificadas. Debido a que fuimos crucificados…no debemos vivir, actuar ni andar conforme a lo que somos por naturaleza. Vivir de tal manera es sencillamente vivir conforme a nuestra manera de ser. A fin de dar muerte a nuestra manera de ser, debemos comprender y recordar que ya hemos sido crucificados, y por ende, debemos tener siempre presente este hecho durante todo el día.(La experiencia y el crecimiento en vida, pág.180)
Lectura para hoy
Además de comprender que hemos sido crucificados, tenemos que ir en contra de nosotros mismos. Ir en contra de nosotros mismos es luchar en contra de nuestra manera de ser. Si usted se ha dado cuenta de que su manera de ser es permanecer callado, entonces mientras permanezca callado, sencillamente estará viviendo conforme a su manera de ser. Pero si usted desea ir en contra de su callada manera de ser, primero tiene que comprender que su hombre natural ya fue crucificado y luego debe permanecer bajo la operación aniquiladora de la cruz. Luego, en las reuniones usted, en contra de su propia manera de ser, podrá ejercitarse para hablar algo del Señor a los santos.
Lo más temible en la obra del Señor es una persona competente y ambiciosa…Una persona competente que no tenga ambiciones personales será muy útil en la obra del Señor … El mejor ejemplo de una persona que era muy capaz pero no tenía ambiciones personales … era el hermano Nee … Él no era una persona ambiciosa en absoluto. Su obra fue del nivel más elevado. Aunque llevó a cabo tal obra, él no se reservó nada para sí mismo.
Tener capacidad para hacer las cosas y no tener ambiciones personales implica que a dicha capacidad se le ha añadido la cruz. Todo ser humano es ambicioso. La ambición es el principal elemento de la manera de ser de toda persona caída. Incluso las personas más viles y que tienen poca capacidad son ambiciosas. En la vida de iglesia, algunos son muy capaces y ambiciosos, mientras que otros no son muy capaces pero sí igual de ambiciosos. Sin embargo, ambos tipos de personas pueden causar muchos problemas en la vida de iglesia. Cuán maravilloso sería si todos los santos que están en la vida de iglesia lucharan en contra de su ambición. Si todos nosotros estuviéramos dispuestos a recibir la ayuda a fin de llevar una vida de continua lucha en contra de nuestra manera de ser, nuestra ambición sería anulada y no habría más problemas en la vida de iglesia. Una vez que la ambición sea puesta a muerte en la vida de iglesia, se manifestará la utilidad de cada uno, aun de aquellos que tienen poca capacidad. Pero si la manera de ser de los santos permanece sin ser quebrantada, la ambición se hará manifiesta —lo cual redundará en confusión—, la utilidad de los santos será anulada y esto dará cabida a gran devastación. (La experiencia y el crecimiento en vida, págs. 180, 183-184)
Mateo 16:24 dice: “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. La palabra sígame en este versículo encierra un significado de crucial importancia. Indica que la persona que habla es el modelo, el camino. También indica que se trata de una persona crucificada y resucitada. Si no somos crucificados ni resucitados, la iglesia no podrá existir como tal. La iglesia llega a existir únicamente mediante la crucifixión y resurrección de Cristo. No solamente nosotros debemos negarnos a nuestro yo, que es corrupto, sino que incluso el Señor debía negarse a su yo, el cual era puro y jamás cometió pecado. Si el Señor no se hubiera negado a sí mismo ni hubiera ido a la cruz, no podría haber resucitado y, por tanto, no se habría producido la iglesia. Ahora nosotros debemos seguirlo a Él. Esto significa que al igual que Él debemos negarnos a nosotros mismos y también que, al igual que Él, debemos permitir que otros nos crucifiquen. Si esto no se cumple, es imposible que la iglesia pueda ser edificada. Cada vez que sintamos que estamos alimentando la vida del “yo” de otra persona, debemos decir: “Señor,
tomo la decisión de seguirte. Dejaré de tener tanto contacto con este hermano”. Si hace esto, la edificación de la iglesia proseguirá. (The Exercise of the Kingdom for the Building of the Church, pág. 29)
Lectura adicional: The Exercise of the Kingdom for the Building of the Church, caps. 4-5; The Normal Way of Fruit-bearing and Shepherding for the Building Up of the Church, cap. 7
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!