Alimento diario y matutino (viernes)

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5 Septiembre 2001
3.029
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Alimento diario y matutino (viernes)
El ministerio orgánico de Juan
Semana 1 --- El ministerio de los apóstoles
Viernes --- Leer con oración: Ex 2:23-25; 19:8; Hch 7:35-37; Jn 1:1, 14
“Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa” (1 Co 3:14)
UNA EDIFICACIÓN PROBADA POR EL FUEGO
Cuando los hijos de Israel gemían a causa de los grandes sufrimientos, por estar bajo servidumbre en Egipto, recordaron a Dios y clamaron a Él (Ex 2:23-25). Dios los vino a salvar por medio de Moisés (cfr. Hch 7:35-37). ¡Alabado sea el Señor! pues fueron liberados del mundo material, el mundo del sustento, y empezaron a vivir en el desierto. ¡Que situación opuesta! Egipto producía en abundancia, porque tenía ríos y afluentes, y aun sin tener lluvias, podía ser regado. Ahora era necesario que fuesen al desierto, donde permanecerían por cuarenta años.
El propósito de Dios no era que ellos se quedasen allí, sino que fuesen a la buena tierra de Canaán. En sólo diez días pudieron haber llegado, pero por no conocer a Dios y por confiar en sí mismos, pensaron que podrían guardar la palabra de Dios (Ex 19:8). Puesto que no se conocían a sí mismos, Dios les dio la ley para exponer realmente quiénes eran. Tuvieron que peregrinar en el desierto cuarenta años, para que la vieja creación cayese en el desierto y la nueva generación entrase en la tierra de Canaán. Todo esto fue el amor de Dios para con ellos.
Dios los llevó a la tierra de Canaán, que fue conquistada por ellos, y después de un tiempo, el reino fue levantado. Lamentablemente, Israel fue dividido en dos reinos: Judá e Israel. Dios había prometido a Abraham que su descendencia sería una gran nación. El propósito divino era que el reino de Israel fuese la representación del reino de Dios en la tierra, para que la voluntad de Dios fuese hecha en la tierra, así como es hecha en los cielos. Pero el reino de Israel fracasó, y Dios tuvo que esperar un período de tiempo para que Su voluntad y Su propósito fuesen cumplidos. Sabiendo que la carne del hombre no es confiable, tampoco su alma, Dios vio que había un sólo camino: llevar al hombre al Espíritu, para que fuese cumplido Su propósito y voluntad.
En los terceros dos mil años de la historia de la humanidad, Dios mismo se hizo un hombre en la persona de Jesús (Jn 1:1, 14), a fin de levantar Su reino en la tierra. Pero, como para establecer este reino era necesaria la vida divina, por tanto, a través de la encarnación, Dios mismo se hizo hombre y por la muerte y resurrección se hizo el Espíritu que da vida (1 Co 15:45). Lo que Dios quiere es que el hombre lo reciba en su interior, y que el Espíritu sea vivido y expresado en el hombre.
Esta es la edificación de la iglesia de la cual Pablo habla: como perito arquitecto, él puso el fundamento; ahora, cada uno mire como sobreedifica (1 Co 3:10). Podemos edificar con madera, heno y hojarasca, que prefiguran a la naturaleza humana, o hacerlo con oro, plata y piedras preciosas, que simbolizan la vida divina. En otras palabras, la naturaleza humana, así como la madera, el heno y la hojarasca, no resiste el fuego. Pero la naturaleza divina, así como el oro, la plata y las piedras preciosas, si resiste. Esta es la edificación probada por el fuego.
Nuestro bautismo no debe ser solamente en el Espíritu, sino también en fuego. Ya fuimos inmersos en el Espíritu, para que nuestra alma sea saturada de Él, a fin de que haya edificación en nuestro ser y transformación en nuestra alma. También necesitamos pasar por el fuego. Si edificamos con oro, plata y piedras preciosas, cuando el fuego venga, nuestra obra resistirá. ¡Aleluya!
Punto Clave: Edificar con oro, plata y piedras preciosas
Pregunta: ¿Por qué Dios llevó a Su pueblo al desierto?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
SEMANA 8 — DÍA 5
Alimento matutino
Ef. 4:3-4 Diligentes en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un Cuerpo, y un Espíritu…
Fil. 1:3, 5 Doy gracias ami Dios…por vuestra comunión en el progreso del evangelio, desde el primer día hasta ahora.
Col. 4:16 Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros.
Mientras examinamos la comunión que hay entre las iglesias, tenemos que darnos cuenta de que las iglesias son el Cuerpo de Cristo. Aunque hay muchas iglesias, hay un solo Cuerpo. Así como existe la circulación sanguínea en el cuerpo humano, también existe una clase de circulación en el Cuerpo de Cristo, la cual el Nuevo Testamento llama comunión. La circulación sanguínea en el cuerpo humano es el pulso vital del cuerpo. Podemos decir que esta circulación es la “comunión” del cuerpo humano. El cuerpo no puede vivir sin esta circulación, sin esta comunión. De la misma manera, la comunión es imprescindible en el Cuerpo de Cristo. (The Conclusion of the New Testament, pág. 2177)
Lectura para hoy
El Cuerpo único, la única iglesia universal, comprende todas las iglesias locales…Toda iglesia local es parte de la iglesia universal. En Efesios 4:4 Pablo habla de “un Cuerpo, y un Espíritu”. El Cuerpo se menciona antes del Espíritu porque la unidad que existe entre nosotros se relaciona con el Cuerpo y es para el Cuerpo. Además, este versículo no sólo revela que el Cuerpo es único en su género, sino el hecho de que el Espíritu, el cual es uno solo, determina que el Cuerpo sea también uno solo. Debido a la existencia de un solo Espíritu, existe un solo Cuerpo. No hay otro Cuerpo, porque no hay otro Espíritu. Puesto que el Cuerpo es uno solo y el Espíritu es uno solo, nosotros debemos guardar la unidad única del Cuerpo.
El Espíritu es la esencia del Cuerpo único. Sin el Espíritu, el Cuerpo esta vacío y no tiene vida. El Cuerpo al que se hace referencia en Efesios 4:4 es el Cuerpo de Cristo, y la esencia del Cuerpo de Cristo es el Espíritu. Por tanto, el Cuerpo y la esencia del Cuerpo son uno.Es imposible que el Cuerpo de Cristo tenga más de una esencia.La única esencia del Cuerpo es el Espíritu.
Debido a que el Espíritu es uno solo, existe sólo un Cuerpo. Además, hay una sola circulación, una sola comunión, de vida en el Cuerpo. Esta circulación es la comunión del Cuerpo de Cristo. Todas las iglesias locales deben estar en esta comunión única. No existe ninguna organización entre todas las iglesias que componen el único y universal Cuerpo de Cristo, pero sí existe la comunión del Cuerpo de Cristo. Esto quiere decir que en la vida de iglesia apropiada no existe organización alguna, pero sí hay mucha comunión. Tal como el cuerpo humano no es una organización pero sí tiene la circulación [sanguínea], así nosotros no requerimos de una organización, pero sí necesitamos la comunión. Si todas las iglesias permanecen en esta “circulación”, en la comunión del Cuerpo, ellas estarán saludables… Sin embargo, es posible que la iglesia en cierta localidad, o las iglesias en una región particular, no estén dispuestas a tener comunión con las demás iglesias. Tal actitud es completamente errónea. Todas las iglesias deben permanecer en la comunión del Cuerpo. (The Conclusion of the New Testament, págs. 2185-2186) Cada iglesia local debe tener comunión con todas las iglesias locales genuinas de toda la tierra a fin de guardar la comunión universal del Cuerpo de Cristo. Si alguna iglesia no guarda la comunión universal del Cuerpo de Cristo, entonces se convierte un factor de división y en una secta local. Algunas llamadas iglesias locales no son genuinas y se han convertido en divisiones; nosotros no tenemos que mantener comunión con tales “iglesias”. Pero sí debemos tener comunión con todas las iglesias locales genuinas en toda la tierra para guardar la comunión universal del Cuerpo de Cristo. De no ser así, ya no somos una iglesia sino una secta. Una iglesia es aquella que permanece en el Cuerpo; una secta es un grupo de creyentes que se separa del Cuerpo. Mientras mi brazo permanezca en el cuerpo, seguirá siendo parte de mi cuerpo viviente; pero si es cercenado y separado de mi cuerpo, se convierte
en algo muerto. (Una presentación breve de lo que es el recobro del Señor, pág. 47)
Lectura adicional: The Conclusion of the New Testament, mensaje 204; Further Consideration of the Eldership, the Region of Work, and the Care for the Body of Christ, cap. 1
Witness Lee
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