ALIMENTO DIARIO Y MATUTINO (Viernes)

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5 Septiembre 2001
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ALIMENTO DIARIO Y MATUTINO (Viernes)
Hechos de los apóstoles
Semana 24 --- Cristo es superior y excelente
Viernes --- Leer con oración: 1:4; 5:6, 10; 6:20; 7:2, 11, 17, 19, 22; 8:1-6
“Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre" (He 8:1-2)
EN CRISTO TODO ES SUPERIOR
Hebreos 8: 1.5 muestra que: "Tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer (... los sacerdotes) los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte". i Aleluya, pues no nos detuvimos en el sacerdocio anterior; nosotros lo sobrepasamos!
Nuestro Señor Jesús no es sacerdote según el orden terrenal, sino que Su sacerdocio es superior. Por eso, en Hebreos vemos que el Señor Jesús es el sacerdote según el orden de Melquisedec (5:6, 10; 6:20; 7: 11, 17). Así el sacerdocio del Señor es superior al sacerdocio de Aarón. En 7:2 leímos: "Me1quisedec, cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Sa1em, esto es, Rey de paz". El sacerdocio del Señor Jesús es superior al de Aarón, porque es sacerdote según el orden de Melquisedec, que es rey de Sa1em, rey de paz. El Señor Jesús es el Rey de paz.
El Señor Jesús es el sacerdote según el orden de Melquisedec, perpetuamente; mientras que el sacerdocio terrenal, según el orden de Aarón, era finito, terminaba cuando la persona moría. Aarón servía a Dios, pero no era rey. El Señor Jesús tiene un sacerdocio superior, más excelente que el de Aarón.
En Hebreos 1:4 leemos que el Señor fue: "Hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos". El Señor es superior a los ángeles, y en Él tenemos una esperanza superior: "(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios" (7: 19), también como un pacto superior, que es el Nuevo Testamento, el Nuevo Pacto, del cual Él es el fiador (7:22). En 8:6 vemos que el ministerio del Señor Jesús es más excelente, pues es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas, y Él también ofrece los mejores sacrificios (9:23). ¡Todo lo que es del Señor Jesús, es superior y excelente!
En Él también tenemos una patria mejor (11:16). ¿Dónde estaba la patria de Abraham? ¿En Ur de los ca1deos? ¿En Harán? ¿O en Canaán, el lugar prometido por Dios? Ésta no estaba en ninguno de esos lugares, pues poseía una patria mejor. Dios le había preparado una ciudad, la Nueva Jerusalén, que también es nuestra patria. En Cristo, todo es superior y excelente: ser hebreo es ir hacia algo mejor y excelente.
En nuestra experiencia, debemos siempre buscar lo que es mejor, cruzar ríos todos los días, en todos los momentos. Fuimos salvos por el evangelio de la gracia y llegamos a ser hijos de Dios. Ahora debemos ir hacia algo superior: el evangelio del reino. No nos quedemos estancados en el evangelio de la gracia, permaneciendo en los rudimentos de la doctrina, por el contrario, busquemos lo que es celestial.
Si Pablo hubiera muerto en Jerusalén, no habría tenido tiempo de escribir todo esto, pero el Señor lo guardó y hoy tenemos una tan rica revelación por medio del libro de los Hebreos.
Punto clave: Buscar las cosas superiores
Pregunta: Enumere las cosas superiores y excelentes mencionadas en este día y búsquelas
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!


SEMANA 5 — DÍA 5
Alimento matutino
1 Co. 12:12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos Los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también el Cristo.
Col. 3:4 Cuando Cristo, nuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis Manifestados con Él en gloria.
15 Y la paz de Cristo sea el árbitro en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo Cuerpo; y sed agradecidos.
[En 1 Corintios 12:12] dice: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también el Cristo”. Los cristianos en su mayoría saben que Cristo es la Cabeza, pero no se han dado cuenta de que Él también es el Cuerpo. Según el concepto que hemos recibido del cristianismo, pensamos que Cristo es la Cabeza y que la iglesia es el Cuerpo. Sin embargo, hablando con propiedad, este concepto es equivocado. No sería correcto decir que la cabeza de un hombre es el hombre mismo y que su cuerpo es alguien más. Un hombre es una persona completa, la cual incluye su cabeza y su cuerpo. Asimismo, Cristo es una persona completa; Él es tanto la Cabeza como el Cuerpo.
Puesto que Cristo es la Cabeza y el Cuerpo, Él es el Cristo-Cuerpo. Esto sencillamente significa que Él ya no es solamente Cristo como un solo individuo, sino que es también el Cristo corporativo. Cristo tiene un aspecto individual y un aspecto corporativo. En el aspecto individual, Él es Cristo, y en el aspecto corporativo, Él es el Cristo-Cuerpo.
El Cuerpo procede del disfrute que tenemos de Cristo. Al invocar a este Cristo tan rico, al invocar al Señor que es rico para con todos, Él entra en nosotros y nosotros lo digerimos y asimilamos, de modo queÉl penetra cada parte de nuestro ser hasta convertirse en nuestro elemento orgánico e incluso llegar a ser nosotros mismos. (The Enjoyment of Christ for the Body in 1 Corinthians, págs. 30-31)
Lectura para hoy
Sin embargo, no piense que por el hecho de ser cristianos usted, yo y otra persona, somos Cristo cada vez que nos reunimos. Nunca debemos decir esto, ya que existen ciertos requisitos que deben cumplirse. Cuando nos reunimos, es posible que seamos Cristo o que seamos cien por ciento Adán. Por tanto, jamás debemos pensar que por el simple hecho de ser cristianos, somos Cristo cada vez que nos reunimos, y que por el hecho de ser muchos, somos un solo Cuerpo, así como también el Cristo.
La verdadera iglesia es Cristo que emana desde el interior de Sus creyentes a medida que ellos lo experimentan a Él. Usted disfruta a Cristo, yo disfruto a Cristo y todos nosotros disfrutamos a Cristo; asimismo, usted experimenta a Cristo, yo experimento a Cristo y todos nosotros experimentamos a Cristo. Cuando esto sucede, cada vez que nos reunamos, Cristo emanará de nuestras experiencias. Ésta es la iglesia, el Cuerpo, como la plenitud de Cristo. El cristianismo no es el Cuerpo de Cristo, ni tampoco lo es un grupo de cristianos que meramente se reúnen juntos sin permitir que Cristo se exprese a través de ellos. Ni siquiera nosotros mismos, que estamos en el recobro del Señor y nos reunimos en el nombre del Señor, somos el Cuerpo si no permitimos que Cristo se manifieste en nuestro vivir. La iglesia es el Cristo que expresan los creyentes en su vivir y que experimentan en su interior. (One Body, One Spirit, and One New Man, págs. 41-42)
De los nueve dones enumerados en 1 Corintios 12, por lo menos tres de ellos—la palabra de sabiduría, la palabra de conocimiento y la profecía— están relacionados con el hablar. Repito nuevamente que todos debemos aprender a decir algo en las reuniones. Si hacemos esto, el Cuerpo estará presente. El Cuerpo existe cuando somos espirituales, y ser espiritual significa decir algo desde nuestro espíritu. El Cuerpo no se manifiesta de manera práctica hasta que somos verdaderamente espirituales desde lo profundo de nuestro espíritu.
En el versículo 12 vemos el Cristo-Cuerpo, el Cristo corporativo, no el Cristo individual. En efecto, somos el Cristo corporativo; sin embargo, si permanecemos callados cuando estamos en la reunión, Cristo no podrá hacerse manifiesto. Él no puede manifestarse cuando estamos callados. Pero cuando somos espirituales, hablando y ejerciendo nuestra función en las reuniones, Cristo es expresado. Cuando usted habla por Cristo, Él se expresa por medio de sus palabras. Si todos nosotros proclamamos a Cristo, entonces el Cristo corporativo, el Cristo-Cuerpo, se manifestará. Éste es Cristo como el Cuerpo. A fin de que remanifieste el Cristo-Cuerpo, todos tenemos que hablar. (The Spiri and the Body, pág. 129)
Lectura adicional:The Enjoyment of Christ for the Body in 1 Corinthians, caps. 3-4;The Spirit and the Body, cap. 13
Witness Lee
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