ALIMENTO DIARIO Y MATUTINO (Miercoles)

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5 Septiembre 2001
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ALIMENTO DIARIO Y MATUTINO (Miercoles)
Hechos de los apóstoles
Semana 24 --- Cristo es superior y excelente
Miercoles --- Leer con oración: Gn.11:31; 12:10; 14:13; Jos. 24:2,3; He.11:8-10,14
"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba [...] porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios" (He 11:8,10)
NO DETENERSE, SEGUIR ADELANTE
¿Cuál es el significado de la epístola a los Hebreos? ¿Por qué se denomina "Hebreos"? Porque el tema de esta epístola es "No detenerse, seguir adelante". El término hebreo quiere decir cruzador, es decir, que aquel que vivía en el lado este del Eufrates, cruzó el otro lado de aquel río y fue a Canaán (Jos 24:2-3). Este término fue primeramente aplicado a Abraham (Gn 14:13), que no se quedó estancado, sino que prosiguió según el llamamiento y la dirección del Señor, no asiéndose de este mundo, sino buscando una patria superior (cfr. He 11:8-10, 14). Cada uno de nosotros, según el ejemplo de Abraham, debe siempre buscar lo que es superior y lo que es más excelente (Fi13:20)
Abraham vivía en Ur de los caldeas, donde sus antepasados adoraban ídolos, y de donde Dios lo llamó para ir a la buena tierra de Canaán. Él debería dejar a su padre, madre, tierra, parentela y cruzar el río Eufrates. La región de caldea, en Mesopotamia, de donde él salió quiere decir "entre ríos". Aunque Dios lo había llamado para salir de su tierra y parentela, no fue él quien tuvo la iniciativa de salir, sino que fue su padre. En Génesis 11 :31 leemos: "Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lat hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeas, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí". Lo que debe haber sucedido es que a pesar de que compartió con su padre el llamamiento que recibiera de Dios, Abraham no tomó ninguna iniciativa; entonces su padre lo sacó de allí y fueron a la tierra de Harán, en la región de Asiria.
Asiria, donde está el río Tigris, prefigura un lugar de pecado. Su capital era Nínive, donde sucedieron los acontecimientos descritos en el libro del profeta Jonás. Dios envió a Jonás a Nínive, para clamar para que se arrepintiesen de sus pecados, en caso contrario Él los destruiría. Después de haber huido de la presencia de Dios y de haber sido rescatado por Él, Jonás fue a predicar a los Ninivitas, que se arrepintieron, desde el menor hasta el mayor, por esta razón Dios no los destruyó. Asíria tipifica el mundo pecaminoso, así como Ur de los caldeas simboliza el mundo de la religión y de la idolatría. Por tanto, Abraham pasó el Éufrates, salió del mundo religioso y llegó al mundo pecaminoso; pero Dios lo llamó nuevamente y lo apartó de ese lugar llevándolo a la tierra de Canaán.
En la tierra de Canaán, Abraham no tuvo la fe suficiente para superar el hambre cuando ésta surgió en aquella región, y por ello se fue a Egipto (Gn 12:10), que simboliza el mundo del sustento, donde está el río Nilo. Años más tarde, Jacob y sus hijos también fueron a Egipto y se quedaron allí por cuatrocientos años (cfr. 15:13). El mundo del sustento nos hace olvidar a Dios, por buscar una vida cómoda y tranquila. Abraham estaba en una situación semejante, pero el Señor aún estaba con él y vino a salvarlo, haciéndolo volver a Canaán, la tierra donde mana leche y miel.
Punto clave: El mundo del sustento nos hace olvidar a Dios
Pregunta: Mencione, a la luz de su experiencia, lo que es haber sido buscado de los lugares de donde Dios sacó a Abraham
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!

SEMANA 5 — DÍA 3
Alimento matutino
Ef. 2:16 Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.
Ro. 6:6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él para que el cuerpo de pecado sea anulado, a fin de que no sirvamos más al pecado como esclavos.
Col. 3:10-11 Y vestido del nuevo [hombre]…donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo ni libre; sino que Cristo es el todo, y en todos.
El pensamiento divino es el de obtener un hombre corporativo, no una multitud de individuos. Alabado sea el Señor, somos salvos de forma individual como pecadores, pero al final llegamos a ser miembros del Cuerpo. Dios no se contentará con nada menos que el Cuerpo. Él está laborando para obtener el Cuerpo. Éste es el propósito de la cruz. Es vano tratar de producir santos que sean sólo individuos. El pensamiento de Dios no es simplemente el de tener personas aquí y allá —sean individuos o grupos— que han sido justificadas o santificadas. El pan sigue siendo uno solo, aun después de que todos los miembros han participado de él.
Dios no está satisfecho con tener cristianos que viven independientemente los unos de los otros. Cuando creímos en el Señor y participamos de Él, vinimos a formar parte de Su Cuerpo. Dios tiene que revelarnos el Cuerpo. ¿Buscamos las experiencias espirituales sólo para el beneficio nuestro?…¿O será que hemos visto la visión de un solo hombre celestial y nos hemos dado cuenta de que Dios desea conducir a los hombres hacia esa meta? Cuando vemos la salvación, la liberación y todas las cosas espirituales desde esta perspectiva, nuestros conceptos cambian radicalmente. (The Collected Works of Watchman Nee, tomo 46,pág. 1191)
Lectura para hoy
¿Qué es lo que nos constituye miembros del Cuerpo? Si Dios nos da una revelación del Cuerpo … [esa] revelación traerá un cambio radical. Lo que nos hace ser miembros del Cuerpo no es algo que hayamos experimentado ni algo que tengamos que hacer; más bien, es Cristo en nosotros lo que nos constituye miembros del Cuerpo. Esto no tiene que nada ver con lo que somos en nosotros mismos … sino que es la vida del Señor en nosotros.
El Cuerpo de Cristo es Cristo mismo…Todo cuanto procede de Cristo es lo que constituye al Cuerpo; por tanto, todo lo que no provenga de Cristo debe ser eliminado. Nada de esto puede ser incluido en el Cuerpo. Así, pues, no es cuestión de “añadir” algo, sino de “quitarlo”. Lo que nos hace falta no es alguna cosa o hacer algo a fin de formar parte del Cuerpo; más bien, lo que necesitamos es ser despojados de todo lo que somos y de todo lo que tenemos. Es aquí donde interviene la cruz. La cruz es el medio divino que opera en nosotros para eliminar todo lo que nos impide formar parte del Cuerpo. Todo lo relacionado con nuestro yo, nuestro temperamento, nuestra
manera de ser, etc., todo ello, debe ser desechado. Dios tiene que tocarnos en todas estas áreas … Nuestra fuerza natural debe ser quebrantada de manera fundamental. Es preciso que tengamos una perspectiva apropiada acerca de los asuntos divinos.
La cruz nos encamina directamente hacia el Cuerpo, y el Cuerpo excluye todo lo que proviene de Adán. Nada de lo que somos tiene parte alguna en Él. No podemos añadir nada a nuestro cuerpo físico, pues ya es completo. Lo mismo se aplica a Cristo.
Debemos comprender que recibir una revelación del Cuerpo tiene un precio muy elevado, pues afecta la fuente misma de nuestra vida natural. Cuando esto suceda, dejaremos de ser miembros que actúan independientemente como individuos. En el Cuerpo ninguno puede ser un “trabajador independiente” … Todas las acciones individualistas tienen que acabar. Debemos hacerlo todo con otros y detenernos para esperar a los demás. No podemos avanzar solos; tenemos que avanzar con los hermanos. (The Collected Works of Watchman Nee, tomo 46, págs. 1191-1193)
Si reconociéramos claramente la unidad del Cuerpo, ¡qué resultados benditos veríamos! Dondequiera que el principio de la unidad del Cuerpo opere, toda posibilidad de rivalidad quedará eliminada…No habrá celos de mi parte, ni orgullo de parte suya. Una vez que veamos que toda la obra y todos sus frutos son para el aumento del Cuerpo de Cristo, usted ya no contará a ningún hombre como suyo y ni yo lo contaré como mío. Tampoco importará si usted es usado o si yo lo soy. Toda contienda carnal entre los obreros de Dios acabará una vez que veamos claramente el Cuerpo como el principio que rige la obra. Pero para vivir y obrar en el Cuerpo es necesario que tomemos medidas drásticas en cuanto a la carne, y para ello, es imprescindible que tengamos un conocimiento profundo de la cruz de Cristo. (La vida cristiana normal de la iglesia, págs. 152-153)
Lectura adicional: The Collected Works of Watchman Nee, tomo 46, cap. 174; La vida cristiana normal de la iglesia, cap. 7
Witness Lee
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