Alimento diario y matutino (lunes)

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5 Septiembre 2001
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Alimento diario y matutino (lunes)
El ministerio orgánico de Juan
La cuarta gran visión de Juan en el espíritu
Leer con oración: Ap 21:10-12; Jn 3:3, 5
“Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios” (Ap 21:10)
EL ORIGEN DEL MINISTERIO DE JUAN
El tema de esta semana es “La cuarta gran visión de Juan en el espíritu” (Ap 21:10-12). El ministerio de Juan provino prácticamente de las cuatro grandes visiones obtenidas en la isla de Patmos. Podemos decir que en ese exilio, de hecho, fue trabajado por el Espíritu hasta que su ser natural fue eliminado. De manera muy sencilla comenzó a vivir en el espíritu y así comenzó a recordar las palabras que el Señor le habló, eso fue para él de gran ayuda. Al regresar de su exilio e ir a Éfeso, puso en práctica todas las palabras que recordó, incluso las palabras de Pablo. Allí escribió cuatro libros más, primeramente su evangelio, y después las tres epístolas. Podemos decir que hubo un gran cambio en Juan después de escribir el Apocalipsis.
Juan pudo tener las cuatro visiones registradas en Apocalipsis por que era alguien que vivía en el espíritu. Él recibió el encargo de escribir todo lo que vio, pero jamás lo habría hecho en su hombre natural. Podemos decir que las tres partes de su alma ya estaban saturadas y permeadas por el Espíritu. Por tanto, todo su ser estaba en el espíritu. Una persona así es útil al Señor. Por eso el ministerio orgánico fue encargado y entregado a Juan. Si aún pensase en sí mismo, y en sus propios intereses, Dios jamás podría encargarle tales palabras. Así que, para que el Señor nos escoja también tenemos que ser personas totalmente en el espíritu, que ya pasaron por un tratamiento completo.
Podemos decir que estas cuatro grandes visiones son los puntos principales del libro de Apocalipsis. En la primera vemos la historia de la iglesia. Los terceros 2000 años de la historia humana es la era del Espíritu, la cual se inicia por la iglesia, porque la iglesia es producida con los que son regenerados en el espíritu y ahora tienen la vida divina y viven en el espíritu.
La vida de la iglesia es un asunto totalmente del Espíritu. Todos los que forman parte de la iglesia son regenerados. Ya que el reino es algo de vida, todos los ciudadanos del reino tienen la vida de Dios.
Para ganar la vida de Dios es necesario nacer del agua y del Espíritu (Juan 3:3, 5). Los creyentes después de ser salvos y regenerados son colocados en la iglesia, donde aprenden a crecer en vida y se ejercitan en ella, para ser ciudadanos del reino de los cielos en la realidad hoy, y en la manifestación futura. Los ciudadanos del reino de los cielos necesitan crecer y madurar en la vida divina, y el mejor lugar para eso es la vida de la iglesia.
La iglesia es la realidad del reino de los cielos. Aunque el reino no se haya manifestado, lo que sólo ocurrirá en la era venidera, en la iglesia hoy tenemos su realidad. Todas las personas regeneradas son incluidas en la iglesia, para que se ejerciten en ella, crezcan y maduren como ciudadanos del reino de los cielos. ¡Alabado sea el Señor, nosotros estamos en la iglesia!
Punto Clave: Tratamiento completo
Su punto clave es:
Pregunta: ¿Cuál es el pre-requisito para obtener las cuatro grandes visiones?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!

SEMANA 3 — DÍA 1
Alimento matutino
Jn. 1:14 Y el Verbo se hizo carne, y fijó tabernáculo entre nosotros (y contemplamos Su gloria, gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de realidad.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la realidad vinieron por medio de Jesucristo.
2 Co. 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.
En la economía neotestamentaria de Dios, la revelación de la gracia es la revelación más elevada. Juan 1:14 dice que el Verbo se hizo carne y fijó tabernáculo entre nosotros, no lleno de bendición, sino lleno de gracia y de realidad. El versículo 17 dice que la ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia vino. La palabra vino indica que la gracia está personificada. La gracia vino por medio de Jesucristo. La encarnación de Dios, la cual consistía en la venida de la gracia, es la revelación más importante en relación con la economía de Dios.
Desde la perspectiva de la economía neotestamentaria de Dios, la gracia denota el contenido de la economía eterna de Dios, que tiene como objetivo producir el Cuerpo de Cristo, cuya consumación será la Nueva Jerusalén…La gracia…empieza con la encarnación de Dios, que tiene como fin cumplir Su economía eterna.
El Nuevo Testamento nos revela que la gracia es el Dios Triuno que entra en nosotros como nuestra vida, como nuestro todo y como nuestro disfrute por medio de Sus procesos. Después de pasar por los procesos necesarios, Él alcanzó Su consumación. (La cristalización de la Epístola a los Romanos, págs. 210-211)
Lectura para hoy
Dios inicia la realización de Su economía eterna con Su encarnación al hacerse hombre y, como tal, ser la gracia que viene a los creyentes. Por medio de la encarnación Dios vino a nosotros como gracia. Por tanto, la gracia es el Dios Triuno quien, en Su encarnación, se imparte en los creyentes mediante el Padre como la fuente, mediante el Hijo como el elemento y mediante el Espíritu como la aplicación (2 Co. 13:14). La fuente de la gracia, el elemento de la gracia y la aplicación de la gracia son las tres personas de la Trinidad Divina dadas a nosotros como nuestro todo.
Necesitamos considerar por qué el Padre es la fuente, el Hijo es el elemento y el Espíritu es la aplicación. La fuente es el origen mismo de la gracia, el elemento es la gracia misma, y la aplicación es el elemento aplicado a nosotros…El propio Dios Triuno es la gracia dada a nosotros por obra del Padre como fuente, del Hijo como elemento y del Espíritu como aplicación. Ahora esta gracia llega a ser nuestra. Con el tiempo, dicha gracia llega a ser nosotros. Esta gracia nos hace Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad.
El Nuevo Testamento es una crónica de la gracia de Dios, la cual es la encarnación del Dios Triuno en Su Trinidad procesada y consumada. Debemos entender que Cristo cambió Su forma dos veces. Cristo originalmente era sólo Dios. Juan 1:1 dice: “En el principio era el Verbo … y el Verbo era Dios”. Luego el versículo 14 dice que este Verbo se hizo carne. Él, quien es Dios, cambió de forma para llegar a ser un hombre en la carne. En 1 Corintios 15:45 dice: “Fue hecho … el postrer Adán, Espíritu vivificante”.
El postrer Adán era Cristo en la carne. Cristo era Dios, y luego se hizo carne para ser el postrer Adán, y este postrer Adán fue hecho Espíritu vivificante. El primer cambio de forma fue la encarnación. El segundo cambio de forma consistió en que Él fue hecho el Espíritu. La gracia es el Dios Triuno encarnado. En el primer paso el Dios Triuno se hizo hombre en la carne al nacer de una virgen humana como gracia para estar entre los hombres a fin de efectuar la redención. En el segundo paso el postrer Adán, como la corporificación del Dios Triuno, fue hecho Espíritu vivificante mediante Su muerte y resurrección como gracia que entra en el hombre para impartir al Dios Triuno procesado y consumado a los creyentes a fin de ser la fuente, el elemento y la esencia del Cuerpo de Cristo, lo cual tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén como el glorioso agrandamiento y la expresión eterna del Dios Triuno procesado y consumado. (La cristalización de la Epístola a los Romanos, págs. 214-215, 275, 276-277)
Lectura adicional: La cristalización de la Epístola a los Romanos, mensajes 19, 24
Witness Lee
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