Alimento diario y matutino (jueves)
El ministerio orgánico de Juan
La segunda gran visión de Juan en el espíritu
Leer con oración: Mt 19:28; He 2:5-9; Ap 2:26-27; 20:4
“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Col 1:15)
EL PRIMOGÉNITO DE TODA CREACIÓN
En Apocalipsis 4:4 leemos: “Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas”. Estos son los ancianos de los ángeles, que están sentados en tronos (cfr. Mt 19:28; Ap 20:4). Estar en el trono y tener coronas de oro indica que gobernaban el universo, hasta el reino milenario, cuando la autoridad será dada a los santos vencedores (He 2:5-9; Ap 2:26-27; 20:4). Esperamos ser tales vencedores, a fin de reinar con el Señor. Si usamos nuestro talento para ganar más talentos (personas), ganaremos el galardón.
Apocalipsis 4:5 dice: “Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”. Las siete lámparas están relacionadas con las siete lámparas del candelero (Ex 25:37; Zac 4:2). Los siete ojos son los siete Espíritus de Dios, y esto es el Espíritu siete veces intensificado, que por un lado, ilumina, escruta, mira y examina al hombre; por otro, le suple y ayuda.
En Apocalipsis 4:6 leemos: “Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás”. En 15:2 vemos que ese mar de vidrio no tiene agua; solamente fuego, y sobre él, con arpas de Dios, están los vencedores martirizados en la gran tribulación. No necesitamos esperar ser esos vencedores, sino que los sufrimientos por los cuales pasamos, ya son como una prueba de fuego. La madera, heno y hojarasca, que simbolizan nuestra naturaleza humana caída, ya fueron quemadas en nosotros (1 Co 3:12-13), ya pasamos por el fuego y llegamos a ser vencedores.
En Apocalipsis 4:6 vemos cuatro seres vivientes alrededor del trono, llenos de ojos por delante y por detrás. Esas criaturas tipifican a toda la creación, cuyo primogénito es el Hijo, el Señor Jesús (Col 1:15). Cada ser viviente es semejante a un ser creado: León (animales salvajes), buey (animales domésticos), hombre (la raza humana) y águila (las aves) (Ap 4:7). Esas cuatro figuras están relacionadas con los cuatro evangelios, como cuatro biografías para describir al Señor Jesús.
El primer ser viviente es semejante a un león, que simboliza a un rey. El Señor es el León de la tribu de Judá (Ap 5:5), que vino a la tierra en la posición de Salvador- Rey. Él es descrito como tal, en el evangelio de Mateo. El segundo ser viviente es semejante a un buey, un animal manso, obediente y útil que simboliza a un siervo. El evangelio de Marcos nos muestra al Señor Jesús como Salvador-Siervo, que vino no para ser servido, sino para servir. El tercer ser viviente es semejante al hombre. El evangelio de Lucas habla sobre el Señor Jesús como un hombre, y por eso Su genealogía se remonta a Adán (Lc 3:38). El cuarto ser viviente es semejante al águila cuando está volando, indicando que el Señor Jesús es Dios que se hizo hombre. Esto está descrito por el evangelio de Juan (Jn 1:1, 14). Por tanto, esos cuatro seres vivientes tipifican al Señor Jesús, el Primogénito de toda creación.
Cuando Juan estaba en el espíritu, el Señor se reveló a Sí mismo a él, en esa segunda visión. Que todos nosotros también nos volvamos al espíritu, a fin de ver al Señor en Sus aspectos maravillosos.
Punto Clave: León, buey, hombre y Dios.
Su punto clave es:
Pregunta: ¿Cuál es la función de las siete lámparas?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor”
SEMANA 1 — DÍA 4
Alimento matutino
Tit. 1:13 Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe.
2:1-2 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana enseñanza. Que los ancianos sean moderados, honorables, sensatos, sanos en la fe, en el amor, en la perseverancia.
Así como los ancianos de la iglesia en Creta debían cuidarse de la influencia del judaísmo y del gnosticismo y no permitir que se infiltrasen en la vida de iglesia enseñanzas diferentes, nosotros también debemos cuidarnos de los “ismos” de hoy, tales como el catolicismo y el denominacionalismo. Debemos cuidarnos también de la hipocresía y de los mitos superficiales y supersticiosos que circulan entre muchos cristianos. Si se introducen estas cosas en el recobro del Señor, causarán muchos problemas. La vida de iglesia pura se edifica solamente sobre la sana enseñanza de los apóstoles,…que con el tiempo llegó a ser el Nuevo Testamento. La enseñanza de los apóstoles era la sana enseñanza. Las iglesias fueron establecidas conforme a la enseñanza de los apóstoles y siguieron dicha enseñanza. Aún más, el orden de la iglesia fue mantenido gracias a la palabra fiel, la cual fue dada conforme a la enseñanza de los apóstoles. En los comienzos de la vida de iglesia, cada vez que los creyentes hablaban de la enseñanza, todos entendían que se refería a la enseñanza de los apóstoles. En Jerusalén, aquellos que habían recibido al Señor Jesús y se habían añadido a la iglesia, perseveraban en la enseñanza y en la comunión de los apóstoles. (Estudio-vida de Tito, págs. 16-17)
Lectura para hoy
En Tito 1:9Pablo no habla de exhortar con “buena enseñanza” ni con “pura enseñanza”, sino con “sana enseñanza”. Ciertas enseñanzas pueden ser buenas o puras, y no necesariamente ser sanas. La sana enseñanza siempre está relacionada con la vida, y es útil para nutrirnos o para sanarnos. Sólo podemos considerar sano a algo que tenga vida…Las enseñanzas de los apóstoles no sólo eran buenas y puras, sino también sanas, llenas de vida.
La idea crucial en torno a la cual gira la sana enseñanza del ministerio apostólico consiste en que el Dios Triuno pasó por un proceso para impartirse como Espíritu todo-inclusivo en Sus escogidos a fin de que ellos fuesen unidos orgánicamente a Él para poder recibir la infusión divina y así llegar a ser hijos de Dios y miembros de Cristo. Como resultado, ellos pueden ser el Cuerpo que expresa a Cristo, Aquel en quien mora la plenitud de Dios. Casi todo esto lo pasan por alto los cristianos de hoy en día. Incluso las enseñanzas que son verdaderamente ortodoxas son en su mayoría superficiales.
La sana enseñanza siempre concuerda con la verdad (1:14) de la fe (v. 13), y es el contenido de la enseñanza de los apóstoles, el contenido de la economía neotestamentaria de Dios. Dicha enseñanza no sólo imparte el suministro de vida a los creyentes y sana las enfermedades espirituales, sino que al hacerlo, también contribuye a que la iglesia tenga una condición saludable y un buen orden. Por lo tanto, la sana enseñanza se recalca mucho en…—1 y 2 Timoteo y Tito— los cuales tratan del desorden y de la decadencia de la iglesia. En 2:1 Pablo encargó a Tito que no se desviara de la sana enseñanza, la enseñanza de los apóstoles.
Asimismo, nosotros debemos recordar que debemos hablar lo que concuerde con la sana enseñanza. La palabra sana alude a aquello que es higiénico y que puede vacunar a otros contra el veneno espiritual y también suministrarles vida. Nuestras enseñanzas no deben solamente transmitir conocimiento a los demás, sino que además deben suministrarles vida. A menudo, cuando he tenido la tentación de hablar de cierto tema, algo me ha impedido hacerlo. Me doy cuenta de que no hay mucho del elemento higiénico en lo que voy a decir. Es necesario que nos recordemos a nosotros mismos —y también es necesario que el Espíritu nos lo recuerde— que debemos suministrar la sana enseñanza.
Las sanas enseñanzas no engendran debates ni contiendas. Si damos la debida importancia al hecho de alimentarnos del Señor, no nos interesará discutir. El comedor no es lugar para debatir o discutir, sino un lugar para nutrirnos y disfrutar los alimentos. En la vida de iglesia, no debemos cambiar el comedor por un escritorio. Todos debemos aprender a servir “platillos” saludables en el comedor para alimentar a los santos. (Estudio-vida de Tito, págs. 17-18, 22)
Lectura adicional: Estudio-vida de Tito, mensaje 3; Estudio-vida de 1 Timoteo, mensaje 8
Witness Lee
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¡Jesús es el Señor!
El ministerio orgánico de Juan
La segunda gran visión de Juan en el espíritu
Leer con oración: Mt 19:28; He 2:5-9; Ap 2:26-27; 20:4
“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Col 1:15)
EL PRIMOGÉNITO DE TODA CREACIÓN
En Apocalipsis 4:4 leemos: “Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas”. Estos son los ancianos de los ángeles, que están sentados en tronos (cfr. Mt 19:28; Ap 20:4). Estar en el trono y tener coronas de oro indica que gobernaban el universo, hasta el reino milenario, cuando la autoridad será dada a los santos vencedores (He 2:5-9; Ap 2:26-27; 20:4). Esperamos ser tales vencedores, a fin de reinar con el Señor. Si usamos nuestro talento para ganar más talentos (personas), ganaremos el galardón.
Apocalipsis 4:5 dice: “Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”. Las siete lámparas están relacionadas con las siete lámparas del candelero (Ex 25:37; Zac 4:2). Los siete ojos son los siete Espíritus de Dios, y esto es el Espíritu siete veces intensificado, que por un lado, ilumina, escruta, mira y examina al hombre; por otro, le suple y ayuda.
En Apocalipsis 4:6 leemos: “Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás”. En 15:2 vemos que ese mar de vidrio no tiene agua; solamente fuego, y sobre él, con arpas de Dios, están los vencedores martirizados en la gran tribulación. No necesitamos esperar ser esos vencedores, sino que los sufrimientos por los cuales pasamos, ya son como una prueba de fuego. La madera, heno y hojarasca, que simbolizan nuestra naturaleza humana caída, ya fueron quemadas en nosotros (1 Co 3:12-13), ya pasamos por el fuego y llegamos a ser vencedores.
En Apocalipsis 4:6 vemos cuatro seres vivientes alrededor del trono, llenos de ojos por delante y por detrás. Esas criaturas tipifican a toda la creación, cuyo primogénito es el Hijo, el Señor Jesús (Col 1:15). Cada ser viviente es semejante a un ser creado: León (animales salvajes), buey (animales domésticos), hombre (la raza humana) y águila (las aves) (Ap 4:7). Esas cuatro figuras están relacionadas con los cuatro evangelios, como cuatro biografías para describir al Señor Jesús.
El primer ser viviente es semejante a un león, que simboliza a un rey. El Señor es el León de la tribu de Judá (Ap 5:5), que vino a la tierra en la posición de Salvador- Rey. Él es descrito como tal, en el evangelio de Mateo. El segundo ser viviente es semejante a un buey, un animal manso, obediente y útil que simboliza a un siervo. El evangelio de Marcos nos muestra al Señor Jesús como Salvador-Siervo, que vino no para ser servido, sino para servir. El tercer ser viviente es semejante al hombre. El evangelio de Lucas habla sobre el Señor Jesús como un hombre, y por eso Su genealogía se remonta a Adán (Lc 3:38). El cuarto ser viviente es semejante al águila cuando está volando, indicando que el Señor Jesús es Dios que se hizo hombre. Esto está descrito por el evangelio de Juan (Jn 1:1, 14). Por tanto, esos cuatro seres vivientes tipifican al Señor Jesús, el Primogénito de toda creación.
Cuando Juan estaba en el espíritu, el Señor se reveló a Sí mismo a él, en esa segunda visión. Que todos nosotros también nos volvamos al espíritu, a fin de ver al Señor en Sus aspectos maravillosos.
Punto Clave: León, buey, hombre y Dios.
Su punto clave es:
Pregunta: ¿Cuál es la función de las siete lámparas?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor”
SEMANA 1 — DÍA 4
Alimento matutino
Tit. 1:13 Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe.
2:1-2 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana enseñanza. Que los ancianos sean moderados, honorables, sensatos, sanos en la fe, en el amor, en la perseverancia.
Así como los ancianos de la iglesia en Creta debían cuidarse de la influencia del judaísmo y del gnosticismo y no permitir que se infiltrasen en la vida de iglesia enseñanzas diferentes, nosotros también debemos cuidarnos de los “ismos” de hoy, tales como el catolicismo y el denominacionalismo. Debemos cuidarnos también de la hipocresía y de los mitos superficiales y supersticiosos que circulan entre muchos cristianos. Si se introducen estas cosas en el recobro del Señor, causarán muchos problemas. La vida de iglesia pura se edifica solamente sobre la sana enseñanza de los apóstoles,…que con el tiempo llegó a ser el Nuevo Testamento. La enseñanza de los apóstoles era la sana enseñanza. Las iglesias fueron establecidas conforme a la enseñanza de los apóstoles y siguieron dicha enseñanza. Aún más, el orden de la iglesia fue mantenido gracias a la palabra fiel, la cual fue dada conforme a la enseñanza de los apóstoles. En los comienzos de la vida de iglesia, cada vez que los creyentes hablaban de la enseñanza, todos entendían que se refería a la enseñanza de los apóstoles. En Jerusalén, aquellos que habían recibido al Señor Jesús y se habían añadido a la iglesia, perseveraban en la enseñanza y en la comunión de los apóstoles. (Estudio-vida de Tito, págs. 16-17)
Lectura para hoy
En Tito 1:9Pablo no habla de exhortar con “buena enseñanza” ni con “pura enseñanza”, sino con “sana enseñanza”. Ciertas enseñanzas pueden ser buenas o puras, y no necesariamente ser sanas. La sana enseñanza siempre está relacionada con la vida, y es útil para nutrirnos o para sanarnos. Sólo podemos considerar sano a algo que tenga vida…Las enseñanzas de los apóstoles no sólo eran buenas y puras, sino también sanas, llenas de vida.
La idea crucial en torno a la cual gira la sana enseñanza del ministerio apostólico consiste en que el Dios Triuno pasó por un proceso para impartirse como Espíritu todo-inclusivo en Sus escogidos a fin de que ellos fuesen unidos orgánicamente a Él para poder recibir la infusión divina y así llegar a ser hijos de Dios y miembros de Cristo. Como resultado, ellos pueden ser el Cuerpo que expresa a Cristo, Aquel en quien mora la plenitud de Dios. Casi todo esto lo pasan por alto los cristianos de hoy en día. Incluso las enseñanzas que son verdaderamente ortodoxas son en su mayoría superficiales.
La sana enseñanza siempre concuerda con la verdad (1:14) de la fe (v. 13), y es el contenido de la enseñanza de los apóstoles, el contenido de la economía neotestamentaria de Dios. Dicha enseñanza no sólo imparte el suministro de vida a los creyentes y sana las enfermedades espirituales, sino que al hacerlo, también contribuye a que la iglesia tenga una condición saludable y un buen orden. Por lo tanto, la sana enseñanza se recalca mucho en…—1 y 2 Timoteo y Tito— los cuales tratan del desorden y de la decadencia de la iglesia. En 2:1 Pablo encargó a Tito que no se desviara de la sana enseñanza, la enseñanza de los apóstoles.
Asimismo, nosotros debemos recordar que debemos hablar lo que concuerde con la sana enseñanza. La palabra sana alude a aquello que es higiénico y que puede vacunar a otros contra el veneno espiritual y también suministrarles vida. Nuestras enseñanzas no deben solamente transmitir conocimiento a los demás, sino que además deben suministrarles vida. A menudo, cuando he tenido la tentación de hablar de cierto tema, algo me ha impedido hacerlo. Me doy cuenta de que no hay mucho del elemento higiénico en lo que voy a decir. Es necesario que nos recordemos a nosotros mismos —y también es necesario que el Espíritu nos lo recuerde— que debemos suministrar la sana enseñanza.
Las sanas enseñanzas no engendran debates ni contiendas. Si damos la debida importancia al hecho de alimentarnos del Señor, no nos interesará discutir. El comedor no es lugar para debatir o discutir, sino un lugar para nutrirnos y disfrutar los alimentos. En la vida de iglesia, no debemos cambiar el comedor por un escritorio. Todos debemos aprender a servir “platillos” saludables en el comedor para alimentar a los santos. (Estudio-vida de Tito, págs. 17-18, 22)
Lectura adicional: Estudio-vida de Tito, mensaje 3; Estudio-vida de 1 Timoteo, mensaje 8
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