Alimento diario (viernes)

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5 Septiembre 2001
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ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: 1 Ts 5:9; Hch 9:1-2, 5; Ef 6:11, 13
"Pero nosotros, que somos del día seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de la fe y de amor y con la esperanza de salvación como yelmo". (1 Ts 5:8)
Ayudar a los que están en tinieblas a experimentar la gran luz
Primera de Tesalonicenses 5:9 dice: "Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo". Si alguien permanece en tinieblas será castigado. Las personas que están en tinieblas no saben lo que hacen. Por ejemplo, en Hechos 7, los que apedreaban a Esteban estaban en tinieblas, pero creían que estaban sirviendo a Dios. Pablo era joven y en aquella época, era un judío de la secta de los fariseos, y por estar en tinieblas se alegraba de ver a los cristianos que eran apresados y apedreados.
Pablo pidió a los principales sacerdotes que le diesen autorización para ir a Damasco para prender a los que invocaban el nombre del Señor y traerlos presos a Jerusalén (Hch 9:1-2). El Señor permitió todo eso para que Pablo se encontrara con la gran luz camino a Damasco, y cuando la vio, al instante se dio cuenta que estaba en tinieblas. Él vio, que perseguir a los que invocaban el nombre del Señor era perseguir al mismo Señor Jesús (v. 5).
Él fue iluminado y vio a Cristo como la Cabeza, pero sus ojos físicos se quedaron enceguecidos por la luz. El Señor quería que fuese introducido en la iglesia, que es Su Cuerpo, y que un miembro del Cuerpo pudiera orientarlo. Él entró ciego a Damasco y por tres días estuvo así. En ese período de tiempo, Saulo ciertamente se arrepintió: "Oh Señor, yo estaba en tinieblas y no lo sabía. Pero ahora, vi la luz. ¡Señor ilumíname más!". Entonces Ananías, un hermanito de la iglesia, vino y puso sobre él sus manos y así recibió la vista.
Efesios 6:11 y 13 nos hablan de ser revestidos con toda la armadura de Dios. No tengamos ese pensamiento "¡Ah! ¡Ese hermano está en tinieblas, que se quede así! Yo nada tengo que ver con él". En la estructura de la vida de la iglesia tenemos fe, amor y esperanza, que son citados también en 1 Tesalonicenses 5:8: "Pero nosotros, que somos del día seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor y con la esperanza de salvación como yelmo". La fe y el amor están en el corazón. Para con los hermanos que están en tinieblas, esperamos tener fe, creyendo que un día el Señor va a rescatarlos. También debemos tener amor para con ellos a fin de restaurarlos, llevándolos a la luz para que sean iluminados, de modo que no estén más en las tinieblas, sino en la luz.
Eso no es algo fácil. En verdad los que están en tinieblas rechazan la reprensión, la reprobación y creen que lo que practican es lo correcto, así como Saulo, antes de ser Pablo, creía que lo correcto era perseguir a los cristianos.
Una persona que acepta la reprobación será rescatada e iluminada. En cualquier oportunidad debemos restaurar a las personas que están en tinieblas y creer que un día serán restauradas. Puede ser que rechacen nuestra palabra y reprobación, a pesar de ello, aún debemos tener amor. Debemos amarlas, hablar con ellas y tener esperanza. Esa esperanza será entonces el yelmo. Dios no nos destinó para la ira, sino para alcanzar la salvación mediante nuestro Señor Jesucristo. Esa no es la salvación del espíritu, tampoco del cuerpo pero sí, de nuestra alma. Mateo 16 nos habla que podemos salvar nuestra alma en el futuro perdiéndola hoy. Si perdemos hoy la vida del alma, nosotros la salvaremos en aquél día. Nosotros debemos primero practicar eso y tener tal experiencia, así podremos ayudar a los demás.
Punto Clave:
Llevar las personas a la luz
Su punto clave es:
Pregunta:
¿Qué ayuda podemos recibir de la experiencia de Ananías?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!