PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 11 --- La obra de los apóstoles
Lunes --- Leer con oración: Hch 10:9-23; 11:18; Mt 10:6; Gá1:10-12
"Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre” (Hch 13:4)
TODA OBRA DEBE SER INICIADA POR EL ESPÍRITU
El mensaje de esta semana tiene por título “La obra de los apóstoles” (Hch 13:2-5). Como ya vimos, en la iglesia en Antioquía había cinco profetas y maestros que, aunque eran de diferentes razas y clases sociales, podían estar juntos en unidad, porque estaban en el espíritu (vs. 1-2a). Cuanto más oraban, más unánimes se volvían, lo que permitía al Espíritu decirles la misma cosa, es decir, lo que le decía a uno también se lo decía a los demás.
Para que la Palabra de Dios forme parte de nuestra constitución, es importante rumiarla y digerirla, con el fin de que se transforme en nuestro suministro vital. No solamente los hermanos líderes en las iglesias, sino también todos los hermanos, como ciudadanos del reino de Dios que desean crecer en la vida divina necesitan estudiar, contactar, disfrutar y practicar la Palabra. Cuando hacemos eso regularmente, la Palabra se vuelve cada vez más viva y real para nosotros, y así, damos la oportunidad al Señor para usarnos. Cuando los cinco profetas y maestros de Antioquía oraron, el Espíritu Santo les dijo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Por primera vez en el Nuevo Testamento, surge algo llamado “obra” por medio de un llamamiento del Espíritu Santo, ordenando que Bernabé y Saulo fuesen enviados, como dice el versículo 4: “Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo”. Toda obra debe ser iniciada por el Espíritu; no es algo de propia voluntad, que viene de nosotros mismos, sino que es algo que proviene del Espíritu Santo.
Además, cuando alguien es enviado a la obra, no es enviado solo, sino en unidad con los demás apóstoles. Inicialmente, la obra era realizada por los doce apóstoles, principalmente volcada hacia los judíos, porque el Señor Jesús había ordenado que fuesen hasta las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mt 10:6). Podemos decir que ellos formaban una “compañía” (cfr. Hch 2:14; 3:1, 11; 8:14). Como veremos más adelante, parecía que Pablo hacía la obra solo; pero él tenía sus colaboradores (cfr. 20:4; Fil 2:25).
Sabiendo que el deseo del Señor no es hacer una obra solamente entre los judíos, sino en toda la tierra, para todos los hombres creados por Él, necesitó tener un nuevo inicio con Pablo y sus colaboradores. La obra, que inicialmente fue entre los judíos, necesitaba expandirse a los gentiles: era la misma obra, pero llevada a cabo por dos grupos. Por eso el Señor le dio a Pedro la visión de Hechos 10:9-16.
Para que el evangelio llegase a los gentiles, el Señor preparó todo: cuando Pedro tuvo la visión, llegaron los enviados a invitarlo para ir a la casa de Cornelio (vs. 17- 23). Después de eso quedó bien claro que la obra del Espíritu Santo era también para los gentiles (cfr. 11:18). La puerta del evangelio fue abierta a los gentiles en la casa de Cornelio, y ahora, con el llamamiento de Bernabé y Saulo, esa obra fue fortalecida.
En Gálatas 2:9 vemos de manera clara que la obra del Señor en la tierra era única, y tenía dos regiones, con dos grupos de apóstoles, pero entre ellos había comunión: Santiago, Cefas y Juan eran apóstoles para los judíos, y Pablo y Bernabé eran apóstoles para los gentiles.
Pablo fue establecido y llamado por Jesucristo y por Dios el Padre (Gá 1:1). Al predicar el evangelio no lo hacía para agradar a los hombres. En los versículos 10-12, afirma: “Pero, ¿busco ahora el favor de los hombres o de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”. Un apóstol necesita ser llamado y enviado por el Espíritu Santo.
Punto Clave: Llamado y enviado por el Espíritu Santo
Pregunta: La unanimidad, ¿es resultado de qué?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 11 --- La obra de los apóstoles
Martes --- Leer con oración: Gn 1:28; Mt 28:18-20; Hch 2:14; Ro 1:9
“Ahora, pues, ¿Por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre” (Hch 22:16)
LA OBRA DE LOS APÓSTOLES ES SEGÚN EL ESPÍRITU
El Señor levantó a Pablo para ser apóstol entre los gentiles, y a partir de Antioquía, juntamente con Bernabé, fue enviado por el Espíritu para la obra a la cual fue llamado. La obra de los apóstoles es según el Espíritu y tiene como meta establecer las iglesias en distintas ciudades. No es algo que proviene de determinada iglesia o que es realizado en el ámbito de una ciudad. El origen es el mismo Espíritu y la meta es alcanzar a todas las ciudades y los pueblos de toda tribu, lengua y nación con el evangelio del reino.
Génesis 1:28 habla de ser fructífero, multiplicarse, llenar la tierra y sojuzgarla, y Mateo 28:18-20 habla acerca de que toda autoridad le fue dada al Señor en los cielos y en la tierra. Por lo tanto, debemos ir y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles que guarden todas las cosas que el Señor nos ha mandado. Esa es la forma de llenar la tierra con la expresión de Dios en la era del Nuevo Testamento. Cada vez que la iglesia es levantada en una ciudad, debe estar allí la mesa del Señor, para que Cristo reine y ejerza Su autoridad. Esa es la obra de los apóstoles, no es personal sino colectiva, como la obra de los apóstoles entre los judíos cuando Pedro en el día de Pentecostés se levantó “con los once” y comenzó a predicar a los judíos y habitantes de Jerusalén (cfr. Hch 2:14).
Inicialmente, la obra entre los gentiles fue entregada a Bernabé y a Saulo. Luego otros fueron añadidos, como Timoteo, Tito, Silas, Apolos, Lucas, Aquila y Priscila, los cuales trabajaban en conjunto. Por medio de ellos vemos que la obra de los apóstoles no era individual sino colectiva.
Los doce apóstoles estuvieron bajo el cuidado y la orientación del Señor por tres años y medio. Él los entrenó en varios lugares, por medio de hechos, eventos, personas y cosas, dirigiéndolos y enseñándolos de manera muy viva y práctica. Más tarde, después de Su resurrección, el Señor llegó a ser el Espíritu de realidad y los guió a experimentar todo lo que Él les había enseñado.
En los tres años y medio del ministerio terrenal del Señor Jesús, los discípulos no podían comprender, aceptar y practicar todo lo que el Señor decía. Más adelante, Él llegaría a ser el Espíritu de realidad, habitaría en el espíritu de ellos, les hablaría y los guiaría a probarlo con realidad. Por eso, lo más importante es que la obra, el andar, el mover y el servicio de los apóstoles sean en el espíritu humano, mezclado con el Espíritu Santo (cfr. Ro 1:9), bajo Su dirección y enseñanza.
El mismo Señor Jesús entrenó personalmente a los doce apóstoles en Su ministerio terrenal; sin embargo, el apóstol Pablo fue enseñado y entrenado por el Espíritu por medio de una visión. El Señor quería que él hiciera la obra para la cual fue llamado, por esto fue importante y necesario que recibiera al Señor invocando Su nombre y fuera bautizado (Hch 22:16). Además, puesto que Saulo era perseguidor de la iglesia, era importante que todo lo que fuese a hacer después de ser salvo, fuese realizado en comunión con la iglesia. Cuando Pablo invocó el nombre del Señor se hizo uno con el Espíritu, y cuando fue bautizado se hizo uno con la iglesia. De esa manera estaba calificado para recibir la visión con relación a la economía neotestamentária de Dios, que es el Dios triuno infundiéndose por medio de Su obra en el hombre tripartito regenerado.
Punto Clave: Ser guiado por el Espíritu
Pregunta: ¿Por qué existe la necesidad de establecer la mesa del Señor cuando se establece la iglesia en una ciudad?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
Semana 11 --- La obra de los apóstoles
Lunes --- Leer con oración: Hch 10:9-23; 11:18; Mt 10:6; Gá1:10-12
"Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre” (Hch 13:4)
TODA OBRA DEBE SER INICIADA POR EL ESPÍRITU
El mensaje de esta semana tiene por título “La obra de los apóstoles” (Hch 13:2-5). Como ya vimos, en la iglesia en Antioquía había cinco profetas y maestros que, aunque eran de diferentes razas y clases sociales, podían estar juntos en unidad, porque estaban en el espíritu (vs. 1-2a). Cuanto más oraban, más unánimes se volvían, lo que permitía al Espíritu decirles la misma cosa, es decir, lo que le decía a uno también se lo decía a los demás.
Para que la Palabra de Dios forme parte de nuestra constitución, es importante rumiarla y digerirla, con el fin de que se transforme en nuestro suministro vital. No solamente los hermanos líderes en las iglesias, sino también todos los hermanos, como ciudadanos del reino de Dios que desean crecer en la vida divina necesitan estudiar, contactar, disfrutar y practicar la Palabra. Cuando hacemos eso regularmente, la Palabra se vuelve cada vez más viva y real para nosotros, y así, damos la oportunidad al Señor para usarnos. Cuando los cinco profetas y maestros de Antioquía oraron, el Espíritu Santo les dijo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Por primera vez en el Nuevo Testamento, surge algo llamado “obra” por medio de un llamamiento del Espíritu Santo, ordenando que Bernabé y Saulo fuesen enviados, como dice el versículo 4: “Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo”. Toda obra debe ser iniciada por el Espíritu; no es algo de propia voluntad, que viene de nosotros mismos, sino que es algo que proviene del Espíritu Santo.
Además, cuando alguien es enviado a la obra, no es enviado solo, sino en unidad con los demás apóstoles. Inicialmente, la obra era realizada por los doce apóstoles, principalmente volcada hacia los judíos, porque el Señor Jesús había ordenado que fuesen hasta las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mt 10:6). Podemos decir que ellos formaban una “compañía” (cfr. Hch 2:14; 3:1, 11; 8:14). Como veremos más adelante, parecía que Pablo hacía la obra solo; pero él tenía sus colaboradores (cfr. 20:4; Fil 2:25).
Sabiendo que el deseo del Señor no es hacer una obra solamente entre los judíos, sino en toda la tierra, para todos los hombres creados por Él, necesitó tener un nuevo inicio con Pablo y sus colaboradores. La obra, que inicialmente fue entre los judíos, necesitaba expandirse a los gentiles: era la misma obra, pero llevada a cabo por dos grupos. Por eso el Señor le dio a Pedro la visión de Hechos 10:9-16.
Para que el evangelio llegase a los gentiles, el Señor preparó todo: cuando Pedro tuvo la visión, llegaron los enviados a invitarlo para ir a la casa de Cornelio (vs. 17- 23). Después de eso quedó bien claro que la obra del Espíritu Santo era también para los gentiles (cfr. 11:18). La puerta del evangelio fue abierta a los gentiles en la casa de Cornelio, y ahora, con el llamamiento de Bernabé y Saulo, esa obra fue fortalecida.
En Gálatas 2:9 vemos de manera clara que la obra del Señor en la tierra era única, y tenía dos regiones, con dos grupos de apóstoles, pero entre ellos había comunión: Santiago, Cefas y Juan eran apóstoles para los judíos, y Pablo y Bernabé eran apóstoles para los gentiles.
Pablo fue establecido y llamado por Jesucristo y por Dios el Padre (Gá 1:1). Al predicar el evangelio no lo hacía para agradar a los hombres. En los versículos 10-12, afirma: “Pero, ¿busco ahora el favor de los hombres o de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”. Un apóstol necesita ser llamado y enviado por el Espíritu Santo.
Punto Clave: Llamado y enviado por el Espíritu Santo
Pregunta: La unanimidad, ¿es resultado de qué?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 11 --- La obra de los apóstoles
Martes --- Leer con oración: Gn 1:28; Mt 28:18-20; Hch 2:14; Ro 1:9
“Ahora, pues, ¿Por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre” (Hch 22:16)
LA OBRA DE LOS APÓSTOLES ES SEGÚN EL ESPÍRITU
El Señor levantó a Pablo para ser apóstol entre los gentiles, y a partir de Antioquía, juntamente con Bernabé, fue enviado por el Espíritu para la obra a la cual fue llamado. La obra de los apóstoles es según el Espíritu y tiene como meta establecer las iglesias en distintas ciudades. No es algo que proviene de determinada iglesia o que es realizado en el ámbito de una ciudad. El origen es el mismo Espíritu y la meta es alcanzar a todas las ciudades y los pueblos de toda tribu, lengua y nación con el evangelio del reino.
Génesis 1:28 habla de ser fructífero, multiplicarse, llenar la tierra y sojuzgarla, y Mateo 28:18-20 habla acerca de que toda autoridad le fue dada al Señor en los cielos y en la tierra. Por lo tanto, debemos ir y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles que guarden todas las cosas que el Señor nos ha mandado. Esa es la forma de llenar la tierra con la expresión de Dios en la era del Nuevo Testamento. Cada vez que la iglesia es levantada en una ciudad, debe estar allí la mesa del Señor, para que Cristo reine y ejerza Su autoridad. Esa es la obra de los apóstoles, no es personal sino colectiva, como la obra de los apóstoles entre los judíos cuando Pedro en el día de Pentecostés se levantó “con los once” y comenzó a predicar a los judíos y habitantes de Jerusalén (cfr. Hch 2:14).
Inicialmente, la obra entre los gentiles fue entregada a Bernabé y a Saulo. Luego otros fueron añadidos, como Timoteo, Tito, Silas, Apolos, Lucas, Aquila y Priscila, los cuales trabajaban en conjunto. Por medio de ellos vemos que la obra de los apóstoles no era individual sino colectiva.
Los doce apóstoles estuvieron bajo el cuidado y la orientación del Señor por tres años y medio. Él los entrenó en varios lugares, por medio de hechos, eventos, personas y cosas, dirigiéndolos y enseñándolos de manera muy viva y práctica. Más tarde, después de Su resurrección, el Señor llegó a ser el Espíritu de realidad y los guió a experimentar todo lo que Él les había enseñado.
En los tres años y medio del ministerio terrenal del Señor Jesús, los discípulos no podían comprender, aceptar y practicar todo lo que el Señor decía. Más adelante, Él llegaría a ser el Espíritu de realidad, habitaría en el espíritu de ellos, les hablaría y los guiaría a probarlo con realidad. Por eso, lo más importante es que la obra, el andar, el mover y el servicio de los apóstoles sean en el espíritu humano, mezclado con el Espíritu Santo (cfr. Ro 1:9), bajo Su dirección y enseñanza.
El mismo Señor Jesús entrenó personalmente a los doce apóstoles en Su ministerio terrenal; sin embargo, el apóstol Pablo fue enseñado y entrenado por el Espíritu por medio de una visión. El Señor quería que él hiciera la obra para la cual fue llamado, por esto fue importante y necesario que recibiera al Señor invocando Su nombre y fuera bautizado (Hch 22:16). Además, puesto que Saulo era perseguidor de la iglesia, era importante que todo lo que fuese a hacer después de ser salvo, fuese realizado en comunión con la iglesia. Cuando Pablo invocó el nombre del Señor se hizo uno con el Espíritu, y cuando fue bautizado se hizo uno con la iglesia. De esa manera estaba calificado para recibir la visión con relación a la economía neotestamentária de Dios, que es el Dios triuno infundiéndose por medio de Su obra en el hombre tripartito regenerado.
Punto Clave: Ser guiado por el Espíritu
Pregunta: ¿Por qué existe la necesidad de establecer la mesa del Señor cuando se establece la iglesia en una ciudad?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!