Alimento diario (domingo)

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5 Septiembre 2001
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PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 4--- El día de Pentecostés
Domingo --- Leer con oración: 1 Jn 2:13-14; Hch 2:41-42
"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (Hch 2:42)
LA ENSEÑANZA DE LOS APÓSTOLES, LA COMUNIÓN, EL PARTIMIENTO DEL PAN Y LAS ORACIONES
Necesitamos ser salvos de esta perversa generación, pues no podremos cambiarla ni reformarla. Dios la juzgará un día, en los tres años y medio de la gran tribulación, y no queremos tener parte en eso. Nosotros debemos salvarnos de ella. Esto es muy cierto, especialmente con relación a los jóvenes. Gracias al Señor por los jóvenes en la vida de la iglesia, pues son muy preciosos, viven la vida de la iglesia porque recibieron el Espíritu Santo como vida en su interior y exteriormente en su aspecto de poder, por eso son capaces de vencer al maligno (cfr. 1 Jn 2:13-14).
En el día de Pentecostés fueron bautizadas cerca de tres mil personas, que perseveraban en cuatro puntos esenciales (Hch 2:42). El primero de ellos era la enseñanza de los apóstoles. Ellos oían y obedecían la palabra de los apóstoles que es una enseñanza que procede del Señor Jesús y por eso debemos guardarla.
El segundo punto es la comunión. Esa es la comunión de la palabra de los apóstoles. Uno decía: “Yo oí la palabra de los apóstoles”. Otro respondía: “yo también”, y entonces ellos tenían comunión mutua. Por eso es que después de los mensajes en las reuniones ministeriales y conferencias de la vida de la iglesia, hay un tiempo para que los hermanos compartan, pues todos queremos disfrutar la comunión unos con otros.
Los otros dos puntos de la práctica de los hermanos eran el partimiento del pan y las oraciones. ¡Alabado sea el Señor!
Lo que practicamos en las iglesias hoy, después de habernos arrepentido y haber recibido al Espíritu, es que nos reunimos en cierta ciudad y somos la iglesia allí. Por tanto, necesitamos perseverar en la práctica de la enseñanza de los apóstoles, en la comunión de la enseñanza de los apóstoles, en las reuniones del partimiento del pan y en las oraciones. Ese vivir es el resultado de lo que ocurrió en el día de Pentecostés.
Cuando creímos en el Señor, recibimos el Espíritu en nosotros para ser el Espíritu de vida que nos capacita para vivir como ciudadanos del reino de los cielos y poder expresar esa vida en nuestro vivir. También recibimos el Espíritu Santo como el poder exterior para capacitarnos para la obra del Señor, para la expansión. Esto comenzó en el día de Pentecostés, sin embargo, nosotros también necesitamos tener tales experiencias. Ya recibimos el Espíritu como vida en nuestro interior, y exteriormente como poder, para llevar a cabo la voluntad de Dios que es ser fructíferos, multiplicarnos, llenar la tierra y sojuzgadla. Esto es lo que practicamos.
Punto Clave: Perseverar en la práctica de los cuatro puntos
Pregunta: ¿Qué significa, para usted, ser salvo de esta perversa generación?
Dong Yu Lan
Derechos reservadosa: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!