Miremos donde miremos, el mundo está lleno de injusticias. Los siguientes son solo dos ejemplos:En enero de 2018, una jueza de Estados Unidos puso en libertad a un hombre que llevaba casi 38 años en la cárcel. Una prueba de ADN demostró que era inocente. En septiembre de 1994, en un país africano, tres jóvenes fueron encarcelados por su objeción de conciencia al servicio militar. Para septiembre de 2020 ya llevaban 26 años en la cárcel sin siquiera haber tenido un juicio o haber sido acusados formalmente de un delito.