Algo estamos olvidando

17 Abril 1999
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Me acuerdo que en mis años de estudiante nos avisaba Pío XII: "Se está
perdiendo en el mundo la conciencia de pecado". Aquello parecía imposible.
En nuestra nación se pecaba, como en todas las partes, pero el cristiano era
consciente de su culpa y se arrepentía.
Hoy, sí, también entre nosotros se va perdiendo la conciencia de pecado.
Esto es muy grave, porque el pecado es el enemigo número uno de nuestra
salvación eterna; más aún, el único enemigo. Me refiero al pecado mortal: a
la transgresión voluntaria y consciente de la ley de Dios en materia grave;
a no respetar los preceptos del decálogo, que Dios nos mandó en su infinita
sabiduría.
El pecado mortal es un desorden moral muy grave; es rechazar a Dios a
sabiendas y escoger en su lugar una criatura en la que coloca uno su propia
felicidad.
El pecado mortal convirtió a millones de ángeles en demonios. Arrojó a
nuestros primeros padres del paraíso terrenal; exigió la muerte en la cruz
de Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
No hay mayor catástrofe que el pecado mortal. Es la única desgracia que
merece con propiedad este nombre. El pecado mortal destruye la gracia
santificante y es el infierno en potencia. Es preciso huir de él. Y, si se
ha caído, arrepentirse. JM.Lorenzo
 
Dios los bendiga. Hermano, estoy de acuerdo, la Gracia graba los diez mandamientos en nuestro corazón.
Que la paz del Señor esté con ustedes.