¿ADN de María o Embrión celestial? Un análisis bíblico sobre la verdadera humanidad de Jesús.

bueno... criatura, critura y seguro hasta fritura

O se es Creador o se es creatura. ...

Jesús es el Logos de Dios y Dios mismo. No es creatura.

Sigue en tu herejía
Brother, en esta casa se respeta la hipostasis, no somos docetistas.

Tu dicotomia solo aplica a seres uni-naturales.
 

Sacado de internet:

¿Se Convirtió Jesús en una Criatura al Hacerse Hombre?​

Preexistencia Divina del Verbo​

La Biblia enseña claramente que Jesús, antes de nacer en la tierra, existía eternamente como Dios.
Juan abre su Evangelio declarando: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1).
Esto muestra que el Verbo (Jesús) es eterno y divino, no parte de las cosas creadas, ya que “todas las cosas por él fueron hechas” (Juan 1:3).
De hecho, “sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3), lo que implica que todo lo creado fue hecho por medio de Él, y por tanto Él mismo no es un ser creado.
También Pablo afirma la preexistencia y deidad de Cristo: “Porque en él fueron creadas todas las cosas... todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Colosenses 1:16-17).
Estos pasajes subrayan que el Hijo de Dios preexistente es el Creador de todo, existente “antes de todas las cosas”, y sostiene el universo con su poder.

Asimismo, Jesús habló de la gloria divina que compartía con el Padre antes de la creación del mundo, indicando su existencia eterna: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese (Juan 17:5).
En este ruego, Jesús reconoce que dejó a un lado esa gloria celestial al venir al mundo, pero afirma haberla poseído en la eternidad pasada junto al Padre.
Esto confirma que Jesús, el Hijo, no comenzó a existir al nacer en Belén, sino que es el Verbo eterno y divino que existía desde el principio con Dios.

En resumen, según las Escrituras Jesús es verdadera y plenamente Dios desde la eternidad.
No es una criatura en su naturaleza divina; más bien es el Creador eterno.
Cualquier afirmación sobre Jesús acerca de “hacerse criatura” debe entonces tomar en cuenta su preexistencia divina: Jesús no dejó de ser Dios ni perdió su eternidad.
Cualquier cambio que ocurra al venir en carne no implica que su naturaleza divina se volviera creada, sino que sucedió algo asombroso: el Dios eterno asumió adicionalmente una naturaleza humana creada.

“El Verbo se hizo carne”​

A pesar de ser eterno Dios, el Hijo de Dios tomó una naturaleza humana en un momento específico de la historia.
Juan 1:14 lo expresa de manera directa: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14).
Este versículo declara la encarnación: el Verbo divino “fue hecho carne”, es decir, llegó a ser verdaderamente humano. La frase “fue hecho carne” indica que asumió una realidad creada (la “carne”, es decir, nuestra naturaleza humana física). No se trata de que simplemente aparentó ser hombre, sino que realmente se hizo hombre y vivió entre nosotros.

La encarnación ocurrió mediante el nacimiento virginal. La Biblia relata que Jesús fue concebido en el vientre de María por obra del Espíritu Santo, naciendo como un bebé humano. “Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley” (Gálatas 4:4). Al “nacer de mujer”, Jesús ingresa verdaderamente a la raza humana como uno de nosotros, cumpliendo los mismos procesos de gestación y nacimiento que cualquier ser humano (aunque su concepción fue milagrosa). Este nacimiento humano significa que su naturaleza humana tuvo un comienzo en el tiempo, a diferencia de su naturaleza divina que es eterna.

Otra forma en que la Escritura lo expresa es que el Hijo “participó” de la misma naturaleza que tenemos nosotros. Hebreos 2:14 afirma: “Así que, por cuanto los hijos (la humanidad) participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo (Hebreos 2:14). Jesús tomó “carne y sangre”, es decir, una naturaleza humana completa (cuerpo y alma). Más adelante, el mismo pasaje dice: “Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos (Hebreos 2:17). Esto enfatiza que la encarnación de Cristo lo hizo semejante a nosotros en todo aspecto esencial de la humanidad, excepto en el pecado.

Es importante notar que la naturaleza humana que Jesús asumió es parte de la creación de Dios. Cada ser humano es una criatura creada por Dios; al Jesús hacerse hombre, el cuerpo y la naturaleza humana que él tomó fueron creados por Dios en el vientre de María. Como dice Hebreos 10:5 acerca de la encarnación: “Por lo cual, entrando en el mundo, dice: ... mas me preparaste cuerpo (Hebreos 10:5). Dios Padre preparó un cuerpo humano para Su Hijo al enviarlo al mundo. Ese cuerpo humano de Jesús fue creado, formando parte de la creación física. En este sentido, el Hijo de Dios, al unirse a una naturaleza humana, llegó a tener una existencia como criatura en la historia, sin dejar de ser Dios en su ser eterno.

El “Despojo” (Kenosis) de Filipenses 2:6-7​

La famosa carta a los Filipenses describe el profundo acto de humildad de Cristo al encarnarse. Filipenses 2:6-7 declara acerca de Jesús: “quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Filipenses 2:6-7). Veamos cuidadosamente cada parte de esta enseñanza:
  • “Siendo en forma de Dios”: Antes de nacer como hombre, Cristo existía “en forma de Dios”, es decir, poseía plenamente la naturaleza divina y la gloria que le corresponde como Dios verdadero. Era igual a Dios.
  • “No estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse”: Aunque Jesús tenía toda la majestad y derechos divinos, no se aferró a esos privilegios. No se aferró a continuar manifestando solo su gloria divina, sino que estuvo dispuesto a relinquir su posición gloriosa por amor.
  • “Se despojó a sí mismo”: Esto significa que se vació o se despojó voluntariamente. ¿De qué se despojó Jesús? No de su naturaleza divina, pues es imposible que Dios deje de ser Dios. Más bien, el contexto indica que se despojó de su rango o privilegios divinos: renunció a su gloria visible y a sus derechos, velando su deidad para aparecer como un hombre ordinario. En lugar de ejercer plenamente su poder y gloria, aceptó las limitaciones de la condición humana. El versículo mismo explica cómo tuvo lugar este “despojo”:
  • “Tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”: La forma en que Cristo se vació fue añadiendo a sí mismo algo: Él tomó la “forma de siervo”. Es decir, asumió la naturaleza de un siervo humilde — se hizo un ser humano común y corriente, “semejante a los hombres”. Este es el corazón de la kenosis (vaciamiento): Jesús es Dios, pero se hizo hombre humilde. Al tomar nuestra naturaleza, ocultó su gloria divina bajo la humildad de la carne.
Filipenses 2:8 continúa: “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Aquí vemos que al hallarse como hombre, vivió en humildad y obediencia hasta las últimas consecuencias. El Hijo eterno aceptó incluso las debilidades y sufrimientos de la mortalidad humana (¡incluso la muerte!), algo imposible para Él en su sola naturaleza divina. Esto muestra cuán completo fue su “despojo”: no retuvo privilegios que le eximieran de sufrir como humano.

Otro pasaje que ilumina esta humillación voluntaria es 2 Corintios 8:9: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.” Jesús era “rico” en la gloria del cielo, pero al venir se hizo “pobre”: nació en una familia humilde, vivió sin lujos ni honor terrenos, experimentó hambre, cansancio y dolor. Esta “pobreza” voluntaria es paralela a “se despojó a sí mismo” – indica que Cristo dejó a un lado el esplendor y privilegio que tenía con el Padre, aceptando las limitaciones propias de ser una criatura humana en un mundo caído (aunque él mismo nunca pecó).

Cabe enfatizar que “despojarse” no significa que Cristo dejara de ser Dios o que su esencia divina se convirtiera en criatura. Más bien, él dejó de manifestar plenamente su gloria como Dios y asumió una existencia humilde. En la encarnación, la divinidad de Jesús quedó velada bajo la humanidad. Por ejemplo, durante su ministerio terrenal Jesús generalmente no mostró la gloria radiante de Dios (con la excepción de la Transfiguración, ver Mateo 17:1-2, donde brevemente brilló su gloria). Se vació en el sentido de que añadió a su persona la naturaleza humana con sus limitaciones.

Jesús mismo oró acerca de recuperar la gloria divina manifestada después de cumplir su obra en la tierra: “Yo te he glorificado en la tierra… Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” (Juan 17:4-5). Esta petición indica que durante su vida terrenal Jesús no estaba mostrando plenamente esa gloria que le pertenecía, sino que la había “puesto a un lado” temporalmente (se había despojado de su manifestación externa). Tras consumar la cruz, esperaba volver a exhibirla junto al Padre. Así, la kenosis de Filipenses 2 es compatible con la realidad de que Cristo siguió siendo Dios, pero vivió como verdadero hombre humilde. Fue un auto-humillación, no una auto-aniquilación de su deidad.

La Verdadera Humanidad de Jesús​

Las Escrituras insisten en que Jesús asumió una humanidad completa y auténtica, convirtiéndose en un ser humano verdadero. Esto significa que en todo lo esencial, Jesús fue como nosotros (excepto sin pecado). Consideremos varias evidencias bíblicas de la plenitud de la humanidad de Cristo:
  • Nacimiento y desarrollo humano: Jesús nació como un bebé de su madre María (Lucas 2:7). Pasó por la infancia, niñez y madurez. “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52). Creció y aprendió como cualquier otro ser humano, experimentando un verdadero desarrollo físico y mental.
  • Cuerpo físico real: Al igual que nosotros, Jesús poseía un cuerpo de carne y hueso. Después de su resurrección, afirmó: “Mirad mis manos y mis pies… palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo (Lucas 24:39). Esto confirma que incluso tras resucitar, seguía teniendo una naturaleza humana corporal, palpable y real. Durante su vida terrenal, su cuerpo experimentó necesidades y limitaciones físicas:
    • Hambre: “Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre (Mateo 4:2).
    • Sed: En la cruz Jesús dijo: Tengo sed (Juan 19:28), mostrando que su cuerpo necesitaba hidratación.
    • Cansancio: “Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo” (Juan 4:6). Después de un largo viaje a pie, sentía fatiga como cualquier persona.
    • Sueño: Dormía cuando estaba agotado; por ejemplo, se quedó dormido en la barca (Marcos 4:38).
  • Emociones humanas: Jesús experimentó el rango de emociones humanas legítimas. Se alegró, pero también lloró y sintió tristeza. Juan 11:35 registra el versículo más corto y a la vez profundo: “Jesús lloró” ante la tumba de su amigo Lázaro, reflejando un dolor humano genuino. También sintió angustia; en Getsemaní dijo: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte” (Mateo 26:38), evidenciando turbación emocional ante el sufrimiento que se acercaba.
  • Tentabilidad: Aunque Jesús nunca pecó, sí fue tentado como hombre. “Fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado (Hebreos 4:15). Para que las tentaciones fueran reales, Jesús debía tener una naturaleza humana capaz de sentir el peso de la tentación. Él conoce por experiencia lo que es luchar contra la tentación (Mateo 4:1-11 muestra varias tentaciones específicas que enfrentó en el desierto).
  • Capacidad de sufrir y morir: En su humanidad, Jesús pudo sufrir dolor y finalmente murió físicamente en la cruz. Dios, en su naturaleza divina, es inmortal y no puede morir (1 Timoteo 1:17 dice que Él es “inmortal”). Pero Jesús murió: “inclinando la cabeza, entregó el espíritu” (Juan 19:30). Esto solo fue posible porque había asumido una naturaleza humana mortal. Su muerte fue real – sufrió tormento físico, agonía y expiró como cualquier ser humano que muere.

Todas estas evidencias bíblicas confirman que Jesús no era un ser celestial disfrazado de hombre, ni un híbrido extraño, sino verdadero hombre. Tenía todo lo que constituye a un ser humano (cuerpo, alma, mente, voluntad humana) y vivió dentro de las condiciones propias de la existencia humana (salvo que no tuvo pecado propio). La Escritura le llama explícitamente “hombre” en numerosas ocasiones. Por ejemplo, el apóstol Pablo afirma: “hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre (1 Timoteo 2:5). Incluso resucitado y glorioso, Jesús sigue siendo humano (glorificado), pues sigue siendo nuestro mediador hombre.

Además, Jesús se refería a sí mismo constantemente como “el Hijo del Hombre”, un título que enfatiza su identificación con la humanidad (por más que también tenga connotaciones mesiánicas, implica literalmente “humano”). Por tanto, en todo sentido esencial Jesús compartió nuestra condición creada: nació, vivió en el mundo material, dependió de Dios Padre en oración, y murió. Su humanidad es plena.

¿Jesús es “criatura” en su humanidad?​

Con todo lo visto, podemos abordar la pregunta: dado que Jesús es Dios eterno no creado, pero a la vez se hizo verdaderamente humano, ¿es correcto decir que “Jesús, al hacerse hombre, se convirtió en una criatura”?

En un sentido calificado y bíblicamente equilibrado, sí podemos afirmar que Jesús en su encarnación asumió la condición de criatura
, sin negar su deidad preexistente. Esto debe entenderse cuidadosamente:
  • Su persona es eterna y no creada, pero su naturaleza humana sí es creada. Cuando decimos “Jesús es una criatura como nosotros en su humanidad”, nos referimos a que participa plenamente de la creación de Dios al ser humano. El hombre fue creado del polvo de la tierra (Génesis 2:7), y cada ser humano es formado por Dios en el vientre materno (Salmo 139:13-16). Jesús voluntariamente entró en ese orden creado: fue concebido milagrosamente en el vientre de María y nació como parte de la raza humana, con un cuerpo y un alma que tuvieron un inicio en el tiempo. En ese respecto, Jesús pertenece a la creación (es criatura) por cuanto a su humanidad. Él es descendiente de Adán y de Abraham según la carne (Lucas 3:23-38 traza su genealogía humana).
  • La Biblia armoniza ambas realidades (deidad y humanidad) en la única persona de Cristo. El apóstol Juan lo expresa de manera sencilla: Jesús es a la vez “Dios” y “carne” (Juan 1:1, 1:14). No es mitad Dios y mitad hombre; es totalmente Dios desde la eternidad, y se hizo totalmente hombre en la encarnación. Así, en su encarnación, la persona divina del Hijo añadió una naturaleza humana creada a su naturaleza divina no creada.
Es crucial evitar malentendidos. Cuando afirmamos la humanidad creada de Jesús, no estamos diciendo que la persona de Jesucristo (el Hijo de Dios) haya sido creada desde cero en Belén. La herejía arriana, por ejemplo, sostenía falsamente que el Hijo era una criatura anterior al mundo. La Iglesia siempre ha rechazado esa idea porque la Biblia enseña que el Hijo es eterno Dios. Lo que sí enseña la Biblia es que el Hijo eterno entró al mundo como un hombre, y ese modo de existencia humana comenzó en un momento dado. En otras palabras: el Verbo increado asumió una naturaleza humana creada, de modo que Jesucristo es a la vez increado (según su Deidad) y creado (según su humanidad).

Podemos ilustrarlo con lo que vemos en las Escrituras respecto a Jesús: hay cosas dichas de Él que solo pueden aplicarse a Dios, y otras que solo pueden aplicarse a un hombre. Por ejemplo: Jesús dijo “antes que Abraham fuese, Yo Soy (Juan 8:58), reclamando eternidad e identidad divina (increado). Pero también dijo desde la cruz “Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46), expresando angustia humana y realmente sufriendo la muerte (lo cual implica su naturaleza creada y finita en ese aspecto). Ambas realidades eran verdaderas en la única persona de Cristo.

Llamar a Jesús “criatura” puede ser correcto si inmediatamente aclaramos que nos referimos a su humanidad. La frase “Jesús es una criatura como nosotros apunta a la maravillosa verdad de Hebreos 2:17: que Jesús “fue hecho semejante a sus hermanos en todo”, compartiendo nuestra condición creada. Él es como nosotros en humanidad: sujeto al tiempo, al espacio, a las debilidades físicas (hambre, dolor), etc. En ese sentido, sí, Jesús se hizo parte de la creación — el Creador entró en su propia creación y caminó en medio de ella.

Sin embargo, debemos tener presente que Jesús es único. No es solamente una criatura, es el Dios hecho carne. A diferencia de nosotros, que somos solo criaturas humanas, Jesús tiene dos naturalezas: es simultáneamente verdadero Dios y verdadero hombre. Por eso la Biblia puede llamarle “Emmanuel... Dios con nosotros” (Mateo 1:23) a la vez que lo presenta llorando en un sepulcro o fatigado del camino. En Cristo, lo infinito y lo finito se unen sin mezclarse ni confundirse: su deidad no fue convertida en humanidad ni absorbida por ésta, sino que ambas coexisten perfectamente.

Al considerar Filipenses 2 junto con la plena humanidad de Jesús, vemos precisamente que el Hijo de Dios “se convirtió en siervo”. Tomó la posición de criatura obediente: “se humilló a sí mismo haciéndose obediente…” (Filipenses 2:8). Jesús vivió como el hombre perfecto, obediente a Dios en todo. Esto significa que en la tierra Él oraba al Padre, dependía del Espíritu Santo, se sujetaba a la voluntad de Dios. Todo ello confirma su genuina humanidad creaturial bajo la autoridad del Padre (Juan 5:19, Juan 14:28). A la vez, solo alguien que es por naturaleza Dios podía vaciarse de esa manera y luego ser exaltado sobre toda criatura (Filipenses 2:9-11 muestra que tras su obra como siervo, Dios lo exaltó para que todos le adoren, lo cual solo corresponde a Dios).

En cuanto a la frase “parte de la creación”, cabe señalar que en su humanidad Jesús sí forma parte de la creación de Dios. Su cuerpo era material creado, su alma humana fue creada, y ocupó un lugar en la historia junto con otras criaturas. Colosenses 1:15 le llama “el primogénito de toda creación”, lo que algunos podrían malinterpretar como si fuera el primero creado. Pero el contexto (Colosenses 1:16-17) aclara que significa preeminencia sobre la creación, no que Él mismo sea creado en su deidad. Aun así, es interesante que Jesús es también llamado “primogénito de entre los muertos” (Colosenses 1:18), indicando que en su humanidad encabeza la nueva creación redimida. Él inauguró una nueva humanidad resucitada. Todo esto para decir que Cristo se ha involucrado plenamente en la creación: primero al hacerse hombre mortal, luego al resucitar en un cuerpo glorificado, convirtiéndose en el primero de una nueva creación.

Finalmente, 1 Juan 4:2 subraya la importancia doctrinal de confesar a Cristo como verdaderamente humano: “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios.” Negar la verdadera carne (naturaleza creada) de Jesús es considerado un grave error. La Biblia nos obliga a afirmar tanto la plena deidad como la plena humanidad de Jesús. Por tanto, podemos y debemos decir que Jesús, sin dejar de ser Dios, se hizo realmente hombre, un miembro de la raza creada de Adán (Lucas 3:38 incluso llama “hijo de Adán, hijo de Dios” al trazar la genealogía de Jesús, mostrando su lugar dentro de la humanidad).

Conclusión​

A la luz de la Palabra de Dios, podemos concluir que es compatible con las Escrituras afirmar que Jesús, al hacerse hombre, “se convirtió en una criatura”, siempre y cuando entendamos correctamente esta afirmación. La Biblia muestra una armonía sublime entre la preexistencia divina de Cristo y su encarnación como verdadero hombre.
  • Como Dios eterno, Jesús no es creado; Él es antes de todas las cosas, el Verbo divino que estaba con Dios y era Dios desde el principio (Juan 1:1). Nada de su encarnación niega ni disminuye esa realidad.
  • Como hombre verdadero, Jesús nació, vivió y murió dentro de la creación. Tomó una naturaleza creada (carne y sangre), un “cuerpo preparado” por Dios (Hebreos 10:5), haciéndose semejante a nosotros en todo. En ese sentido, sí llegó a ser parte de la creación — asumió la condición de criatura, con sus limitaciones y dependencias.
La doctrina cristiana histórica lo expresa diciendo que Cristo es una persona con dos naturalezas: la naturaleza divina (increada, eterna) y la naturaleza humana (creada, temporal). Las Escrituras sustentan esta verdad en cada punto que hemos revisado. Por tanto, podemos hablar de Jesús como criatura en su humanidad sin caer en herejía, siempre que afirmemos simultáneamente que Él es el Dios no creado en su identidad eterna. Este misterio de la encarnación inspira adoración: el Creador del universo se humilló hasta ser un bebé en un pesebre, un carpintero caminando por Galilea, un siervo sufriente en la cruz – todo para nuestra salvación – y sin embargo nunca dejó de ser Dios.

En conclusión, Jesucristo es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre. Las Escrituras respaldan que el Verbo divino preexistente “se hizo carne”, uniendo la eternidad con lo temporal. Así, en su humanidad asumida, Jesús comparte plenamente nuestra condición creada (es “criatura” como nosotros, con cuerpo y alma humana); pero en su deidad, Él trasciende la creación como su Señor. Esta unión de lo divino y lo humano en Cristo es el corazón del evangelio: solo siendo Dios podía salvarnos, y solo haciéndose hombre podía morir en nuestro lugar. ¡Qué grande misterio y qué gran verdad revela la Biblia: el Dios infinito se hizo finito, el Increado entró en la creación, para hacernos partícipes de su vida eterna! Cada pasaje estudiado nos lleva a admirar esta hermosa coherencia bíblica: el Hijo de Dios se hizo Hijo del Hombre, para que los hijos de los hombres llegáramos a ser hijos de Dios. Amen.
Que barbaridad ...

Es triste el copiapegadero...
 
Brother, en esta casa se respeta la hipostasis, no somos docetistas.

Tu dicotomia solo aplica a seres uniuni-naturales
A ver arriano, creo entender tu confusión

Tu confundes la union hipostatica con la PERSONA Jesus.

Al decir que JESUS es creatura estas implicado que LA PERSONA de Jesús es esa CREATURA ( que no pretendas decirlo es otra cosa, siendo que SI LO DICES ... basta con citar las aportaciones donde lo dices)

Bajo ese parámetro (JESUS ES CREATURA) siendo que reconoces DOS NATURALEZAS EN EL, TERMINAS SEPARANDO SUS NATURALEZAS

JESUS (PERSONA) , si bien posee DOS NATURALEZAS, ESTA UNIDAS HIPOSTATICAMENTE : son distintas pero INSEPARABLES.

Bajo ninguna excusa o explicación puedes llamar a JESUS(PERSONA) una CREATURA. Jesus (Persona) es Dios y Hombre (refiere a NATURALEZAS) , JAMÁS, CREADOR Y CREATURA (refiere a PERSONAS)
 

Sacado de internet: (SIN REVISAR)

La Unión Hipostática de Cristo: Definición​

La unión hipostática es la doctrina cristiana que afirma que en la única persona (hipóstasis) de Jesucristo convergen dos naturalezas completas: una divina y una humana.

En la práctica, esta doctrina enseña que el Hijo de Dios eterno tomó nuestra humanidad.
“El Verbo era Dios... y el Verbo fue hecho carne” (Juan 1:1, 1:14).

Origen Histórico en la Iglesia Primitiva​

La comprensión formal de la unión hipostática se desarrolló gradualmente en los primeros siglos, a medida que la iglesia enfrentó diversas controversias cristológicas.

A continuación, algunas enseñanzas erróneas (herejías) que surgieron y cómo la iglesia respondió, refinando la doctrina de Cristo:
  1. Docetismo (siglo I–II): Afirmaba que Jesús no tenía un cuerpo humano real, sino solo una apariencia (del griego dokein, “parecer”). Negaba la humanidad verdadera de Cristo. Contra esto, líderes apostólicos insistieron en que Cristo “ha venido en carne” (1 Juan 4:2-3) y realmente sufrió y murió.
  2. Arrianismo (siglo IV): Enseñado por Arrio, negaba la plena divinidad de Cristo, considerándolo una criatura superior pero no igual a Dios Padre. La iglesia lo condenó en Nicea (325 d.C.), afirmando que el Hijo es consustancial al Padre (Jn 1:1, “el Verbo era Dios”; Jn 10:30). Jesucristo fue confesado como verdadero Dios desde la eternidad, no un ser creado.
  3. Apolinarismo (siglo IV): Propuesto por Apolinar de Laodicea, sostenía que en Jesús el Logos divino reemplazó al alma o mente humana; es decir, Jesús no tenía una naturaleza humana completa (carecería de alma racional humana). Esto fue rechazado en Constantinopla I (381 d.C.), insistiendo en que Cristo asumió todo lo humano para salvarlo (Hebreos 2:17: “debía ser hecho semejante a sus hermanos en todo”).
  4. Nestorianismo (siglo V): Asociado a Nestorio, patriarca de Constantinopla, diferenciaba tan fuertemente la divinidad y humanidad de Jesús que prácticamente hablaba de dos personas separadas (el Hijo de Dios y el hombre Jesús) en una especie de cooperación moral. Esto fue condenado en Éfeso (431 d.C.), afirmando la unidad personal de Cristo. María fue proclamada Theotokos (“Madre de Dios”) para subrayar que el que nació de ella es una sola persona divina encarnada, no un mero hombre distinto del Hijo de Dios.
  5. Monofisismo/Eutiquianismo (siglo V): Eutiques y otros, reaccionando contra Nestorio, afirmaron que en Cristo había una sola naturaleza (mono-physis), resultante de la unión: la naturaleza humana habría sido absorbida por la divina. Esto implicaba una mezcla o fusión de naturalezas. La iglesia lo rechazó en Calcedonia (451 d.C.), declarando que en Cristo permanecen “dos naturalezas” completas, sin mezcla ni cambio.

Este proceso culminó en el Concilio de Calcedonia (451 d.C.), donde se definió formalmente que Jesucristo es “uno y el mismo Hijo, Señor, unigénito, que se ha de confesar en dos naturalezas… sin confusión, sin cambio, sin división y sin separación”.

Calcedonia sintetizó el testimonio bíblico contra los extremos: ni dividir a Cristo en dos sujetos (contra Nestorio), ni fusionar sus naturalezas en una sola (contra Eutiques).

La unión hipostática quedó así como la doctrina ortodoxa: Jesús es un solo sujeto (una Persona) con dos naturalezas que coexisten plenamente en Él.

Es importante señalar que esta definición conciliar pretendía reflejar las verdades reveladas en las Escrituras, no añadir algo ajeno.
Esto es correcto

Pon tu fuente
 
Tu confundes la union hipostatica con la PERSONA Jesus.

Al decir que JESUS es creatura estas implicado que LA PERSONA de Jesús es esa CREATURA
Si, exactamente.
Bajo ese parámetro (JESUS ES CREATURA) siendo que reconoces DOS NATURALEZAS EN EL, TERMINAS SEPARANDO SUS NATURALEZAS
No ¿Porque lo haría?

Te pregunto: ¿Jesus es Dios? Si, ergo es omnisciente, pero un pasaje de la Biblia dice que Jesus no lo sabe todo ¿Entonces Jesus no es Dios o dos personas? NOOO, Jesus tiene dos naturalezas.
Jesus (Persona) es Dios y Hombre (refiere a NATURALEZAS) , JAMÁS, CREADOR Y CREATURA (refiere a PERSONAS)
No se predica de naturalezas, se predica de persosas, ya estas como los nestorianos, tu dices "No se dice que Jesus es Criatura, se dice que la Naturaleza es criatura" (que basta con leer tu mensaje para ver que das a entender esto), lo mismo a "No, Maria no es Madre de Dios, es Madre de la naturaleza de Maria"
 
Esto es correcto
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Esto es correcto
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Sacado de internet: (SIN REVISAR)

La Unión Hipostática de Cristo: Definición​

La unión hipostática es la doctrina cristiana que afirma que en la única persona (hipóstasis) de Jesucristo convergen dos naturalezas completas: una divina y una humana. En otras palabras, Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre al mismo tiempo. Esta unión de dos naturalezas en Cristo se entiende “sin mezcla, sin confusión, sin división y sin separación” (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre), según la fórmula clásica definida en el Concilio de Calcedonia (año 451 d.C.). Esto significa que lo divino y lo humano en Jesús están unidos en una sola persona, sin fusionarse en una sola naturaleza híbrida ni tampoco separarse en dos personas distintas. Cristo no es mitad Dios y mitad hombre, sino plenamente Dios y plenamente hombre en una unión personal única (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre).


En la práctica, esta doctrina enseña que el Hijo de Dios eterno tomó nuestra humanidad. “El Verbo era Dios... y el Verbo fue hecho carne” (Juan 1:1, 1:14) (S. Juan 1:1-14 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. E | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargar la Biblia App ahora) (S. Juan 1:1-14 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. E | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargar la Biblia App ahora). Así, Jesús de Nazaret, el Verbo encarnado, posee toda la plenitud de la Deidad en forma humana (Colosenses 2:9) (Colosenses 2:9 - Reina-Valera 1960 - Bible Gateway). Al mismo tiempo, vivió entre nosotros con verdadera naturaleza humana, experimentando hambre, cansancio, dolor y muerte. A continuación examinaremos el origen histórico de esta doctrina en la iglesia primitiva y, sobre todo, evaluaremos si sus elementos se encuentran explícita o implícitamente en las Escrituras, sin depender únicamente de credos posteriores.

Origen Histórico en la Iglesia Primitiva​

La comprensión formal de la unión hipostática se desarrolló gradualmente en los primeros siglos, a medida que la iglesia enfrentó diversas controversias cristológicas. A continuación, algunas enseñanzas erróneas (herejías) que surgieron y cómo la iglesia respondió, refinando la doctrina de Cristo:
  1. Docetismo (siglo I–II): Afirmaba que Jesús no tenía un cuerpo humano real, sino solo una apariencia (del griego dokein, “parecer”). Negaba la humanidad verdadera de Cristo. Contra esto, líderes apostólicos insistieron en que Cristo “ha venido en carne” (1 Juan 4:2-3) y realmente sufrió y murió (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre).
  2. Arrianismo (siglo IV): Enseñado por Arrio, negaba la plena divinidad de Cristo, considerándolo una criatura superior pero no igual a Dios Padre. La iglesia lo condenó en Nicea (325 d.C.), afirmando que el Hijo es consustancial al Padre (Jn 1:1, “el Verbo era Dios”; Jn 10:30) (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre). Jesucristo fue confesado como verdadero Dios desde la eternidad, no un ser creado.
  3. Apolinarismo (siglo IV): Propuesto por Apolinar de Laodicea, sostenía que en Jesús el Logos divino reemplazó al alma o mente humana; es decir, Jesús no tenía una naturaleza humana completa (carecería de alma racional humana) (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre). Esto fue rechazado en Constantinopla I (381 d.C.), insistiendo en que Cristo asumió todo lo humano para salvarlo (Hebreos 2:17: “debía ser hecho semejante a sus hermanos en todo” (¿Qué es la unión hipostática? ¿Cómo puede ser Jesús tanto Dios como humano al mismo tiempo? | GotQuestions.org/Espanol)).
  4. Nestorianismo (siglo V): Asociado a Nestorio, patriarca de Constantinopla, diferenciaba tan fuertemente la divinidad y humanidad de Jesús que prácticamente hablaba de dos personas separadas (el Hijo de Dios y el hombre Jesús) en una especie de cooperación moral (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre). Esto fue condenado en Éfeso (431 d.C.), afirmando la unidad personal de Cristo. María fue proclamada Theotokos (“Madre de Dios”) para subrayar que el que nació de ella es una sola persona divina encarnada, no un mero hombre distinto del Hijo de Dios.
  5. Monofisismo/Eutiquianismo (siglo V): Eutiques y otros, reaccionando contra Nestorio, afirmaron que en Cristo había una sola naturaleza (mono-physis), resultante de la unión: la naturaleza humana habría sido absorbida por la divina (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre). Esto implicaba una mezcla o fusión de naturalezas. La iglesia lo rechazó en Calcedonia (451 d.C.), declarando que en Cristo permanecen “dos naturalezas” completas, sin mezcla ni cambio (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre).

Este proceso culminó en el Concilio de Calcedonia (451 d.C.), donde se definió formalmente que Jesucristo es “uno y el mismo Hijo, Señor, unigénito, que se ha de confesar en dos naturalezas… sin confusión, sin cambio, sin división y sin separación” (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre). Calcedonia sintetizó el testimonio bíblico contra los extremos: ni dividir a Cristo en dos sujetos (contra Nestorio), ni fusionar sus naturalezas en una sola (contra Eutiques). La unión hipostática quedó así como la doctrina ortodoxa: Jesús es un solo sujeto (una Persona) con dos naturalezas que coexisten plenamente en Él (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre). Es importante señalar que esta definición conciliar pretendía reflejar las verdades reveladas en las Escrituras, no añadir algo ajeno. A continuación, examinaremos esas bases bíblicas para la doble naturaleza de Cristo y su unidad personal.

Jesús como Verdadero Dios: Fundamentos Bíblicos de su Deidad​

El Nuevo Testamento enseña claramente la divinidad de Jesucristo. Desde el prólogo del Evangelio de Juan se afirma sin ambigüedad: “En el principio era el Verbo... y el Verbo era Dios” (Juan 1:1) (S. Juan 1:1-14 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. E | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargar la Biblia App ahora). Juan identifica a Cristo como el preexistente Verbo divino, co-eterno con Dios Padre. Unos versículos después añade: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14) (S. Juan 1:1-14 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. E | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargar la Biblia App ahora), indicando que ese Verbo plenamente Dios se hizo verdaderamente humano. Este pasaje ya contiene en semilla la idea de la unión hipostática: la persona divina del Verbo asume la naturaleza humana sin dejar de ser Dios.

A lo largo del Nuevo Testamento, numerosos textos atribuyen a Jesús títulos, atributos y obras exclusivas de Dios:

En resumen, la Escritura revela a Jesús como verdadero Dios, igual en esencia al Padre. Jesús siempre ha sido Dios desde la eternidad (Juan 1:1; 17:5; Hebreos 1:2-3), y conserva su divinidad al venir al mundo. Cualquier comprensión de Cristo debe entonces acomodar esta realidad: en Jesús tenemos a Dios mismo actuando y revelándose. Ahora bien, la Biblia enseña con igual fuerza que Jesús compartió plenamente nuestra humanidad, como veremos a continuación.

Jesús como Verdadero Hombre: Fundamentos Bíblicos de su Humanidad​

La fe cristiana confiesa que el Hijo de Dios “se hizo carne” (Juan 1:14) (S. Juan 1:1-14 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. E | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargar la Biblia App ahora), es decir, asumió una naturaleza humana completa. La Escritura insiste en la realidad de la humanidad de Jesús:
El Nuevo Testamento, por tanto, no deja duda de que Jesús de Nazaret participó plenamente de nuestra condición humana (exceptuando el pecado). Tenía cuerpo, alma, mente y voluntad humanos. 1ª Timoteo 2:5 lo resume llamándolo “...un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. Cualquier doctrina sobre Cristo debe afirmar esta humanidad verdadera. La iglesia primitiva combatió enérgicamente las tendencias a “deshumanizar” a Jesús (como el docetismo o apolinarismo) insistiendo en que, de no ser completamente hombre, Jesús no podría salvar a la humanidad (Hebreos 2:14-17).

Dos naturalezas unidas en una Persona según la Biblia​

Hemos visto que la Biblia enseña dos verdades paralelas: Jesús es plenamente Dios y plenamente hombre. La pregunta clave es cómo se relacionan estos dos aspectos en Cristo. Si ambos atributos —deidad y humanidad— son verdaderos de Jesús, esto implica que coexisten en Él. Aunque la Biblia no presenta un tratado sistemático al estilo filosófico, sí ofrece indicios claros de que en Jesús estas dos naturalezas están unidas en una sola persona consciente de sí misma (no en dos personas separadas). Consideremos la evidencia bíblica de esta unidad personal de Cristo:
  • Jesús habla y actúa siempre como “yo”, una sola identidad: En los Evangelios, Cristo nunca habla como “nosotros” (dividido) ni alterna personalidades. Es siempre el mismo Jesús quien tiene hambre y quien calma la tormenta, quien ora al Padre y quien perdona pecados. Las distintas experiencias (divinas y humanas) le ocurren al mismo sujeto. Por ejemplo, en un momento Jesús dormía agotado en la barca y después con una palabra reprendió al viento y al mar (Marcos 4:38-39). No son dos “Jesuses”, sino uno solo con poder divino y debilidad humana a la vez. Del mismo modo, en Juan 11 Jesús llora por la muerte de Lázaro como un amigo humano (Juan 11:35) y minutos después resucita a Lázaro con voz de mando divina (Juan 11:43-44). Una sola persona realizó ambos tipos de actos. La iglesia resumió esta realidad diciendo que “las acciones de Jesús procedían de Su Persona”, ora operando en la esfera humana limitada, ora desplegando su poder divino (¿Qué es la unión hipostática? ¿Cómo puede ser Jesús tanto Dios como humano al mismo tiempo? | GotQuestions.org/Espanol).
  • Comunicación de atributos en la persona de Cristo: La unidad hipostática implica que los atributos de cada naturaleza pertenecen a la única persona de Jesús. Así, lo que Jesús hace en su humanidad lo hace Él, la Persona del Hijo de Dios, y lo que hace en su deidad también lo hace Él, el mismo Jesús humano. Vemos ejemplos de esto en expresiones bíblicas sorprendentes: Hechos 20:28 exhorta a los pastores a “pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compró con Su propia sangre (Hechos 20:28 Comentario Biblico: Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre.). ¡Se habla de la sangre de Dios! Evidentemente, Dios como Espíritu no tiene sangre; la sangre proviene de la naturaleza humana de Cristo (derramada en la cruz). Sin embargo, la Escritura puede atribuir esa sangre al mismo Dios, porque Jesús es Dios en cuanto a su persona. Como comenta Matthew Henry: “La sangre era suya como hombre; sin embargo... es llamada la sangre de Dios, porque era la sangre de Aquel que es Dios” (Hechos 20:28 Comentario Biblico: Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre.). Esto solo es posible gracias a la unión indisoluble entre lo divino y humano en Cristo. Otro ejemplo: 1 Corintios 2:8 dice que los poderosos de este mundo “crucificaron al Señor de gloria”, título divino aplicado al que murió en la cruz. De nuevo, el Señor de gloria (Dios) pudo ser crucificado solamente porque esa Persona divina estaba unida a una naturaleza capaz de sufrir la muerte. Vemos entonces en la Biblia un “intercambio” de atributos: el Hijo de Dios pudo experimentar la muerte humana, y un hombre (Jesús) puede ser adorado como Dios, porque se trata de la misma Persona.
  • Sin mezcla ni cambio de naturalezas: La Biblia no sugiere que al encarnarse, la naturaleza divina de Cristo se alteró o que su humanidad fuera distinta a la nuestra. Jesús continuó siendo Dios con todos sus atributos (ver Juan 17:5, donde habla de la gloria eterna que tenía con el Padre, implicando que no dejó de ser quien era). Filipenses 2:6-7 explica que Jesús, “siendo en forma de Dios”, es decir, poseyendo la naturaleza de Dios, “se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Filipenses 2:6-7 - Reina-Valera 1960 - Bible Gateway). Nótese que añadió la “forma de siervo” (naturaleza humana) pero nunca dice que dejó de ser en forma de Dios. La encarnación fue una adición, no una sustracción: la Deidad se veló en humildad, pero no se mezcló ni convirtió en humanidad. Colosenses 2:9 (ya citado) señala que la plenitud divina “habita corporalmente” en Cristo, lo cual implica que lo divino permanece pleno aun al habitar un cuerpo —no se diluye ni pierde propiedades (no hubo “cambio” de la Deidad en otra cosa). A la vez, los Evangelios muestran a Jesús viviendo una vida humana normal, comiendo, durmiendo, aprendiendo, sufriendo; su naturaleza humana no fue anulada ni abrumada por la divinidad, sino que “en todo fue hecho semejante a sus hermanos” (Hebreos 2:17) (¿Qué es la unión hipostática? ¿Cómo puede ser Jesús tanto Dios como humano al mismo tiempo? | GotQuestions.org/Espanol). Así, las dos naturalezas de Cristo coexistían sin mezclarse ni alterarse: la divina seguía siendo divina, la humana plenamente humana, cada una conservando sus atributos propios (eternidad, omnipotencia, etc. la Deidad; corporeidad, temporalidad, etc. la humanidad) (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre).
  • Sin división ni separación: Las Escrituras presentan a Cristo como un ser unificado, no dos personajes distintos actuando en tandem. Jesús ora al Padre, pero nunca ora a “sí mismo” ni su naturaleza humana actúa separadamente de la persona del Hijo de Dios. Desde su concepción, la identidad del Hijo de Dios y del hijo de María es la misma persona: el ángel le dice a María que su hijo “será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35) (Isaías 9:6 Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.). No hay indicio de que alguna vez la naturaleza divina de Cristo operara aparte de la humana o viceversa; todo lo que hace, lo hace como el único Señor Jesús. Incluso tras la resurrección y ascensión, Jesús sigue siendo Dios-hombre: Pablo, décadas después, lo llama “el hombre Cristo Jesús” (1 Timoteo 2:5) al hablar de Él en gloria. Esto sugiere que la unión es permanente y sin separación. Jesús resucitado tiene “carne y hueso” (Lc 24:39) y a la vez está entronizado a la diestra de Dios (Heb 1:3) – sigue siendo una persona con las dos naturalezas glorificadas unidas.

En síntesis, aunque la Biblia no use la frase técnica “unión hipostática”, sí contiene abundantemente sus fundamentos. Se enseña la plena deidad de Cristo, su plena humanidad, y se ven ambas realidad en la única persona de Jesús, sin que una anule a la otra. Esto requería una formulación doctrinal para entender cómo pueden coexistir sin conflicto. La iglesia, al articular “sin mezcla, sin confusión, sin división, sin separación” (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre), simplemente estaba poniendo en palabras los límites que la misma revelación bíblica impone: no podemos diluir ni dividir a Cristo sin caer en errores que la Biblia misma corrige.

¿Revelación bíblica o construcción teológica posterior?​

Finalmente, debemos evaluar críticamente si la unión hipostática puede sostenerse únicamente con la Biblia (los 66 libros canónicos) o si es una construcción teológica de la tradición posterior a los apóstoles. A la luz de lo expuesto, podemos concluir lo siguiente:
  • Los datos esenciales provienen de la Biblia: La doctrina de dos naturalezas en una persona es, en su contenido, un intento de ser fiel a todo lo que la Biblia declara acerca de Jesús. Por un lado, la Escritura revela a Jesús como verdadero Dios (muchos textos citados) y, por otro, como verdadero hombre (otros tantos textos). Estas dos series de afirmaciones bíblicas crean una tensión que exige una síntesis. La Biblia misma ya relaciona ambas realidades en la persona de Cristo (Juan 1:1,14; Isaías 9:6; Filipenses 2:6-7; etc.), aunque no lo hace con lenguaje filosófico formal. Podemos decir que la unión de la deidad y la humanidad en Cristo está implícitamente presente en las Escrituras, en relatos y declaraciones que muestran a la misma persona con atributos divinos y humanos. Cuando el apóstol Juan dice que “el Verbo era Dios” y también que “el Verbo se hizo carne” en Jesús, nos está dando en germen la doctrina: Jesús es Dios hecho hombre (S. Juan 1:1-14 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. E | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargar la Biblia App ahora) (S. Juan 1:1-14 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. E | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargar la Biblia App ahora). Versículos como Colosenses 2:9 (“en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”) resumen precisamente esa verdad (Colosenses 2:9 - Reina-Valera 1960 - Bible Gateway). En este sentido, la unión hipostática sí es una doctrina bíblica, en cuanto refleja fielmente la enseñanza global de la Biblia sobre Cristo. No fue “inventada de la nada” por concilios, sino deducida de la revelación.
  • La formulación técnica es post-bíblica: Dicho lo anterior, también es cierto que la explicitación terminológica de “dos naturalezas en una persona” y las frases “sin mezcla, sin división…” no aparecen literal y completamente desarrolladas en la Biblia. Estas formulaciones son el resultado de siglos de reflexión de la iglesia para interpretar correctamente el testimonio bíblico y rechazar interpretaciones unilaterales. Los apóstoles y autores bíblicos en el siglo I quizá no usaron los términos “naturaleza” (physis) o “hipóstasis” en el sentido calcedoniano, ni entregaron un documento doctrinal formal sobre cómo se unen lo divino y humano en Cristo. Esa tarea quedó a la Iglesia posterior, guiada por el Espíritu, enfrentando herejías que obligaron a precisar lo que antes se asumía de forma más tácita. Por ejemplo, la palabra Trinidad tampoco está en la Biblia, pero describe una verdad bíblica. Igualmente, “unión hipostática” es un rótulo teológico posterior para encapsular verdades bíblicas sobre Jesús (What is in the Tradition but not in the Bible? : r/Catholicism - Reddit). Podemos decir que es una formulación teológica derivada, no capítulo y versículo de la Biblia en sí.
  • Explícito vs. implícito: No encontramos en la Biblia una oración del estilo: “Jesucristo es una persona con dos naturalezas, la divina y la humana, unidas sin mezcla ni división”. Ese enunciado es explicativo, confeccionado por la Iglesia para resumir muchos datos dispersos. Lo que sí encontramos es la materia prima: Jesús es llamado Dios, es llamado hombre, actúa como Dios y como hombre, etc. La unión hipostática como doctrina sistematizada es, por tanto, implícita en la Biblia más que explícita. Requiere armonizar diversas declaraciones bíblicas bajo una comprensión unitaria. Los primeros cristianos quizás no analizaban a Jesús en categorías ontológicas, pero lo adoraban como Dios y sabían que había nacido y muerto como hombre. Cuando surgieron enseñanzas que negaban uno u otro aspecto, se volvió necesario hacer explícita la relación entre ambos.
  • Indispensabilidad de la doctrina: La pregunta crítica podría ser: ¿podríamos sostener coherentemente todo lo que la Biblia dice de Cristo sin recurrir al concepto de la unión hipostática? Históricamente, siempre que alguien enfatizó solo una parte (p. ej., “Jesús es Dios pero no realmente hombre”, o “Jesús es hombre y no realmente Dios”, o “las dos cosas son ciertas pero son dos personas distintas”), se cayó en herejía, precisamente porque no encajaba con el conjunto del testimonio bíblico. La doctrina de la unión hipostática triunfó en la iglesia antigua porque permitió afirmar todo lo que la Biblia afirma de Jesús, sin omitir nada. Por ejemplo, solo con esta doctrina podemos explicar por qué Jesús ora a Dios y a la vez recibe oración como Dios —sin dividirlo en dos Cristos separados—, o cómo pudo morir en la cruz el Señor de gloria —sin negar su deidad—. En este sentido, la unión hipostática funciona como una herramienta hermenéutica para mantener la integridad de la revelación bíblica acerca de Cristo (Hechos 20:28 Comentario Biblico: Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre.). No es algo añadido a la Biblia, sino una cerca doctrinal para no negar ninguna porción de la verdad bíblica sobre Jesús.
En conclusión, la unión hipostática de Cristo es una doctrina que, si bien fue formulada claramente por la tradición eclesiástica en los concilios de los siglos V, tiene su fundamento en la revelación bíblica acerca de Jesús. Los 66 libros de la Escritura proporcionan la base de que Jesús es a la vez totalmente divino y totalmente humano. La unidad personal de esas dos realidades, aunque no descrita con terminología técnica en la Biblia, es una consecuencia necesaria de la narración y predicación apostólica. En otras palabras, la Biblia reveló quién es Jesús (verdadero Dios y hombre en uno); la tradición posterior simplemente puso nombre y límites a esa verdad para protegerla de interpretaciones erróneas. Podemos confiar en la doctrina de la unión hipostática en la medida en que vemos reflejados en ella los datos bíblicos: no se apoya en especulación extraña, sino en lo revelado. Por tanto, la unión hipostática es, en esencia, una verdad revelada en la Biblia, articulada y aclarada por la Iglesia posteriormente para afirmar sin contradicción que Jesucristo, nuestro Redentor, es “Emmanuel... Dios con nosotros” (Mateo 1:23, cf. Isaías 7:14). (Isaías 9:6 Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.)

Referencias Bíblicas Citadas: Juan 1:1, 1:14; Juan 8:58; Juan 10:30; Juan 20:28; Mateo 14:33; Hechos 7:59; Colosenses 2:9; Filipenses 2:6-7; Isaías 9:6; Lucas 2:52; Hebreos 4:15; Mateo 4:1-2; Juan 4:6; Juan 19:28; Hebreos 2:17; Hechos 20:28; 1 Corintios 2:8; Lucas 24:39; 1 Timoteo 2:5; Mateo 1:23, etc. (Reina-Valera 1960). (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre) Estas Escrituras, analizadas en su conjunto, sustentan la doctrina tal como fue formulada en Calcedonia, mostrando que dicha formulación no es capricho humano sino fidelidad a la Palabra revelada.
 
Si, exactamente.
No ¿Porque lo haría?
Te pregunto: ¿Jesus es Dios? Si, ergo es omnisciente, pero un pasaje de la Biblia dice que Jesus no lo sabe todo ¿Entonces Jesus no es Dios o dos personas? NOOO, Jesus tiene dos naturalezas.
No se predica de naturalezas, se predica de persosas, ya estas como los nestorianos, tu dices "No se dice que Jesus es Criatura, se dice que la Naturaleza es criatura" (que basta con leer tu mensaje para ver que das a entender esto), lo mismo a "No, Maria no es Madre de Dios, es Madre de la naturaleza de Maria"
¿Y vos Marquitos querés ser católico? Jajaja
 
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4. Nestorianismo (siglo V): Asociado a Nestorio, patriarca de Constantinopla, diferenciaba tan fuertemente la divinidad y humanidad de Jesús que prácticamente hablaba de dos personas separadas (el Hijo de Dios y el hombre Jesús) en una especie de cooperación moral (Hipóstasis - Wikipedia, la enciclopedia libre). Esto fue condenado en Éfeso (431 d.C.), afirmando la unidad personal de Cristo. María fue proclamada Theotokos (“Madre de Dios”) para subrayar que el que nació de ella es una sola persona divina encarnada, no un mero hombre distinto del Hijo de Dios. ...​
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Salud y bendición en la paz de Cristo.

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Juan 14:9-11
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros,
y no me has conocido, Felipe?
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;
¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?
Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,

sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí;
de otra manera, creedme por las mismas obras.

Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
 
Última edición:
Juan 14:9-11
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros,
y no me has conocido, Felipe?
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;
¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?
Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,

sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí;
de otra manera, creedme por las mismas obras.
¿Claro y vos pretendés que por copiar y pegar un texto bíblico ya se hace la luz?
¿O lo que es peor se le hace decir lo que yo quiero decir?
 
¿Claro y vos pretendés que por copiar y pegar un texto bíblico ya se hace la luz?
¿O lo que es peor se le hace decir lo que yo quiero decir?

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Salud y bendición en la paz de Cristo.

El Padre y el Hijo son dos personas diferentes, el Hijo es Dios y hombre verdadero al mismo tiempo, y el Padre y el Espíritu Santo son solamente Espíritu.

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Juan 14:9-11
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros,
y no me has conocido, Felipe?
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;
¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?
Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,

sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí;
de otra manera, creedme por las mismas obras.

Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad