ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

23 Febrero 2004
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Es cierto que cada denominacion cristiana tiene posturas diferentes. Eso no es de negarlo. PERO la doctrina fundamental del Evangelio es UNICA. El hecho que una denominacion tenga por ejemplo una postura Premilenerista y otra tenga la Postmileranista, no afecta en nada en LA DOCTRINA PURA del Evangelio.

Es como si dentro del catolicismo se le preguntase a un Opus Dei que opina de la Teologia de la Liberacion; o se preguntes a uno de la Renovación Carismatica cual es su opinion del Camino Neocatecumenal; cada uno de estos grupos tendran sus posturas diferentes pero por eso no dejan de ser catolico romanos.

Antes de hablar y hacer algunas PREGUNTAS sobre los CONCILIOS PAPALES, y las ENSEÑANZAS CONTRADICTORIAS de la Iglesia Catolica en contra de la Biblia, quiero repetir los cinco puntos fundamentales de la IGLESIA CRISTIANA EVANGELICA independiente de la denominacion a la que se pertenece, son las siguientes:

Que tenga la Biblia como su unica REGLA INFALIBLE de fe y conducta. De FE porque es donde se conocera el camino para encontrar la salvacion, la UNICA DOCTRINA DE LA SALVACION. De conducta, porque muestra los lineamientos eticos y morales que todo ser humano debe seguir.

Que crea en la doctrina de TRINIDAD. Es decir que crea que el Padre, el Hijo y El Espiritu Santo es Dios. Que crea que Jesus es Dios hecho hombre y por lo tanto Señor de todo cuanto hay y existe. Que crea que solamente EL por ser Dios tiene los atributos que solamente le corresponden a la divinidad. Es la que cree que Jesus, por ser Dios tiene poder sobre la muerte, capaz de dar la vida eterna. ALGUIEN ME PODRA ARGUMENTAR que en la Biblia no se menciona la Trinidad, sin embargo vemos como Jesus tiene atributos divinos a lo largo del NT; y el Espiritu Santo tambien. (Esto merece un estudio aparte)

Que crea en el mensaje del Evangelio como la UNICA condicion para ser salvo. Es decir que crea que la Salvacion es por GRACIA POR MEDIO DE LA FE en la OBRA que Cristo hizo en la cruz. Que no hay que pagar nada por adquirirla porque Cristo mismo ya pago con su sangre en la cruz.

Que crea que Jesus es el unico mediador entre Dios y los hombres.

Que crea que las BUENAS OBRAS son resultado de la FE en Cristo y no la condicion para obtener esa fe. Es la que cree que el Espiritu Santo es quien capacita para pensar, sentir y actuar como Cristo lo haria; que es quien CAPACITA para andar en buenas obras.

Denominacion cristiana que pretenda salirse de estos puntos basicos doctrinales, entonces ya no es cristiana. Es una SECTA.


CON RESPECTO A LOS CONCILIOS.
Los concilios celebrados antes de Constantino, es decir antes del siglo III despues de Cristo, ESTABAN LIBRE DE ERRORES DOCTRINALES, porque aun no se habian contaminado con las creencias y constumbres del imperio romano; el problema fue cuando en la Iglesia Cristiana comenzaron a infiltrarse errores por parte de aquellos que la componian, pues al formar parte del Estado Romano, el emperador dio la orden que todos sus ciudadanos formaran parte de la Iglesia. Estos ciudadanos llevaron al seno de la Iglesia doctrinas y costumbres paganas que poco a poco se fueron amalgamando en la Iglesia. Muchos de sus dirigentes que la estaban conformando no tenian un conocimiento solido de las Escrituras, por tener raices de religiones paganas y ser practicantes de ella. Es mas, poco a poco La Biblia dejo de constituirse en el foco central.
Te recomiendo que leas libros de Historia Universal, libros que no esten adheridos a ningun interes religioso, sino que narre los hechos tal y como son, y te daras cuenta que los HECHOS HISTORICOS no mienten.

Ahora, si defiendes la Iglesia Catolica como la unica depositaria de la Sana Doctrina, te hago unas preguntas que quiero que respondas sinceramente:

Porque el Papa permitio la venta de Indulgencias en la Edad Media como condicion para salvarse? Que acaso la Salvacion no es por Gracia?

Porque el Papa permitio que se ejecutaran a aquellos que estaban en contra de las doctrinas catolico romanas en la epoca de la inquisicion? Por que persiguieron a muerte a aquellos que defendian la Biblia como la unica autoridad? Compruébalo a traves de los hechos historicos.

Si el Papa es Infalible, es decir que no se puede equivocar. Porque fue hasta en 1870 se proclamo este dogma: El dogma de la infabilidad papal; Y porque antes de este año habian contradicciones doctrinales entre Papas?

Porque la Iglesia Catolica enseño durante muchos años la doctrina del Limbo; y ahora la misma Iglesia Catolica dice que no existe, a pesar que en sus catecismos la enseño? Entonces donde esta la infabilidad papal?

Porque se permite orarle a gente buena y virtuosa que ya fallecio? Que acaso no contradice la Teologia en la que dice que el unico que es OMNISCIENTE y OMNIPRESENTE es Dios? Ademas, que la Biblia dice enfaticamente que prohibido invocar a los muertos. No son acaso las oraciones a estas personas fallecidas una invocacion a los muertos?

Porque en la Biblia se habla que la forma de orar es a Dios Padre en el Nombre de Jesus y la enseñanza catolica pasa por alto esta enseñanza; mas bien la promueben? Los apostoles jamas dijeron que habia que orarle a los martires, ni a la Virgen Maria.
Donde lo enseñaron?

Si dentro de la doctrina Catolica y Evangelica, se proclama que Jesucristo vendra por segunda vez hasta el fin de los tiempos? Entonces porque los Católicos dicen que Cristo viene en cuerpo, alma y divinidad en la Ostia Consagrada? Entonces se contradice Cristo? CRISTO VENDRA EN UN TIEMPO DETERMINADO, no se esta haciendo presente todos los dias en las misas; por algo nos dejo el Espiritu Santo.
Entonces porque la doctrina de la transubstanciacion que por cierto salio a la luz siglos despues?

Porque la Iglesia Catolica PROHIBIO en tiempos pasados la lectura de la Biblia a los seglares?

Porque en algunos lugares, y esto tambien la historia reciente lo comprueba en America Latina; porque el Señor Cura manda a sus fieles a apedrear templos evangelicos? Nada menos hace poco como unos seis años atras, el sacerdote de un templo catolico empujo a mi suegro al suelo por que estaba predicando en el parque...

Porque en México la inquisicion se establecio en 1571 para conservar el orden religioso colonial, solamente porque se estaba proclamando la importancia de ir a las Escrituras?

Tengo muchas preguntas mas...
A un catolico sincero me gustaria conocer su respuesta?

Sinceramente,
Jose Alfredo Lievano
[email protected]
San Salvador, El Salvador, C.A.
Miércoles 21 de julio 2004
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

Pues nada, vayamos poco a poco

José Alfredo:
Los concilios celebrados antes de Constantino, es decir antes del siglo III despues de Cristo, ESTABAN LIBRE DE ERRORES DOCTRINALES, porque aun no se habian contaminado con las creencias y constumbres del imperio romano

Luis:
O sea, que entonces el concilio de Nicea, que se celebró gracias a Constantino quien presidió algunas de las sesiones, no está libre de errores doctrinales, ¿verdad?
Pues oiga, resulta que en ese concilio se definió la doctrina de la cosubstancialidad del Hijo y el Padre.
O sea, se pusieron las bases para todas las definiciones dogmáticas posteriores sobre temas tan "poco importantes" como la Trinidad y la cristología.

Explíqueme pues cómo es posible que usted acepte los grandes dogmas que comparte toda la Cristiandad si estos fueron definidos por concilios posteriores a Constantino.


José Alfredo:
Porque el Papa permitio la venta de Indulgencias en la Edad Media como condicion para salvarse?

Luis:
Veo que está usted verdaderamente interesado en el tema de las indulgencias así que le voy a copiar dos o tres articulitos sobre el tema:

Introducción a las indulgencias

Para conocer los fundamentos y verdadera doctrina.

Por James Akin
Tradujo Daniel Cotarelo García




Introducción


Seguramente usted ha oído decir muchas veces: "Los católicos solían creer en las indulgencias, pero actualmente ya no creen en ellas." Esta afirmación se oye de labios de muchos católicos, incluso de algunos sacerdotes. Se dice con cierta incomodidad y como deseando cerrar un capítulo de la historia de la Iglesia, con el cual muchos católicos se sienten incómodos.

Los que alegan que las indulgencias ya no son parte de la enseñanza de la Iglesia tienen el admirable deseo de distanciarse de los abusos que ocurrieron alrededor de la época de la Reforma Protestante. También desean remover obstáculos que impiden a los no católicos tener una visión positiva de la Iglesia. Pese a lo admirable que puedan ser estos motivos, la afirmación de que las indulgencias no forman parte de la enseñanza actual de la Iglesia, es falsa.

Esto queda probado por el Catecismo de la Iglesia Católica, que afirma: "Las indulgencias se obtienen por la Iglesia que, en virtud del poder de atar y desatar que le fue concebido por Cristo Jesús, interviene en favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos para obtener del Padre de la misericordia la remisión de las penas temporales debidas por sus pecados." La Iglesia no hace esto solamente para ayudar al cristiano, sino también para "impulsarlo a hacer obras de piedad, de penitencia y de caridad." (Catecismo de la Iglesia Católica, 1478)

Las indulgencias son parte de la enseñanza infalible de la Iglesia. Esto significa que ningún católico está en libertad de ignorarlas o descreer de ellas. El Concilio de Trento estableció que "sean anatema quienes dicen que las indulgencias son inútiles o que la Iglesia no tiene poder para concederlas". El anatema de Trento coloca a las indulgencias en el campo de la enseñanza infaliblemente definida.

No era ésta la primera vez que un concilio ecuménico discutía el tema de las indulgencias -–la primera vez fue en 1415, cuando el Concilio de Constanza afirmó la práctica–- pero en Trento la doctrina fue proclamada infaliblemente por primera vez.

El uso piadoso de las indulgencias se remonta a siglos atrás, mucho antes del Concilio de Constanza, hasta los primeros días de la Iglesia. Los principios sobre los que se apoyan las indulgencias se remontan a la Biblia misma. Los católicos que se sienten incómodos con respecto a las indulgencias no se dan cuenta de cuán bíblicas son. Los principios que subyacen tras las indulgencias están tan claros en las Escrituras, como aquellos sobre los que se basan otras doctrinas más familiares, como la Trinidad.

Antes de examinar más de cerca estos principios, deberíamos definir las indulgencias. En su constitución apostólica sobre las indulgencias, el Papa Pablo VI dijo: "Una indulgencia es una remisión ante Dios, de la pena temporal debida por pecados cuya culpa ya ha sido perdonada, que el fiel cristiano debidamente dispuesto obtiene bajo ciertas condiciones definidas a través de la ayuda de la Iglesia, cuando ésta, como ministro de la Redención, dispensa y aplica con autoridad el tesoro de satisfacciones ganado por Cristo y los santos."

Esta definición técnica puede expresarse más simplemente de este modo: "Una indulgencia es lo que recibimos cuando la Iglesia disminuye la pena temporal a la que pudiéramos estar sujetos aunque nuestros pecados hayan sido perdonados." Para entender esta definición, debemos examinar los principios bíblicos subyacentes tras las indulgencias.

Principio 1: El pecado acarrea culpa y castigo.
Cuando una persona peca, esto le acarrea ciertas consecuencias: la consecuencia de la culpa y la consecuencia del castigo. La Escritura habla de la primera cuando describe a la culpa como adhiriéndose a nuestras almas, y haciéndolas descoloridas e impuras ante Dios: "Venid, pues, y disputemos –dice Yahveh–-: Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán" (Isaías 1, 18).

Esta idea de la culpa adhiriéndose a nuestras almas aparece en textos que describen el perdón como una limpieza o lavado y el estado de nuestras almas perdonadas como limpias y blancas: "Lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame... Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve" (Salmo 51, 4.9).

No sólo incurrimos en culpa, sino también en la pena de castigo cuando pecamos: "Pasaré revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa. Haré cesar la arrogancia de los insolentes, y la soberbia de los desmandados humillaré" (Isaías 13, 11). El juicio atañe incluso a las cosas más pequeñas: "Porque toda obra la emplazará Dios a juicio, también todo lo oculto, a ver si es bueno o malo." (Eclesiastés 12, 14).

Principio 2: Los castigos son tanto temporales como eternos.
La Biblia enseña que algunos castigos son eternos, durando para siempre, pero otros son temporales, durando sólo un tiempo. El castigo eterno es mencionado en Daniel 12, 2: "Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno."

Normalmente nos centramos en las penas eternas del pecado, porque son las más importantes, pero la Escritura enseña que las penas temporales son reales y se remontan al primer pecado cometido por los seres humanos: "A la mujer le dijo: ‘Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará.’

"Al hombre le dijo: ‘Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás.’" (Génesis 3, 16-19).

Principio 3: Las penas temporales pueden permanecer cuando un pecado es perdonado.
Cuando alguien se arrepiente, Dios quita su culpa ("Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán" [Isaías 1, 18]) y todo castigo eterno ("¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos de la cólera!" [Romanos 5, 9]), pero las penas temporales pueden permanecer. Un pasaje que demuestra esto es 2 Samuel 12, en el cual el profeta Natán confronta a David con su adulterio. "David dijo a Natán: ‘He pecado contra Yahveh.’ Respondió Natán a David: ‘También Yahveh perdona tu pecado; no morirás. Pero por haber ultrajado a Yahveh con ese hecho, el hijo que te ha nacido morirá sin remedio.’" (2 Samuel 12, 13-14). Dios perdonó a David, hasta el punto de salvar su vida, pero David todavía tuvo que sufrir la pérdida de su hijo además de otros castigos temporales.

En Números leemos: "Moisés respondió a Yahveh: ‘... Si haces perecer a este pueblo como un solo hombre, dirán los pueblos que han oído hablar de ti: Yahveh, como no ha podido introducir a ese pueblo en la tierra que les había prometido con juramento, los ha matado en el desierto...’ Dijo Yahveh: ‘Le perdono, según tus palabras. Pero, vivo yo ... que ninguno de los que ... no han escuchado mi voz, verá la tierra que prometí con juramento a sus padres.’" (Números 14, 13-23) Dios afirma que, aunque perdonaba al pueblo, les impondría una pena temporal al impedirles entrar a la tierra prometida.

Más tarde, a Moisés, que es evidentemente uno de los salvados (ver Mateo 17, 1-5), se le dice que sufrirá una pena temporal: "Dijo Yahveh a Moisés y Aarón: ‘Por no haber confiado en mí, honrándome ante los israelitas, os aseguro que no guiaréis a esta asamblea hasta la tierra que les he dado.’" (Números 20, 12; cf. 27, 12-14).

Los protestantes frecuentemente niegan que las penas temporales permanezcan luego del perdón de los pecados, pero en la práctica lo reconocen — por ejemplo, cuando insisten en que la gente devuelva las cosas robadas. Los ladrones pueden ser perdonados, pero deben ocuparse de la restitución.

Los protestantes se dan cuenta de que, si bien Jesús pagó ante Dios el precio por nuestros pecados, no nos relevó de nuestra obligación de reparar lo que hemos hecho. Admiten totalmente que si usted robó el automóvil de alguien, debe devolverlo; no basta simplemente con arrepentirse. El perdón de Dios (¡y el del hombre!) no incluye el permitirle quedarse con el auto robado.

Los protestantes también admiten el principio en la práctica, al tratar el tema de la muerte. La Escritura dice que el pecado entró en el mundo a causa del pecado original (Génesis 3,22-24; Romanos 5, 12). Cuando venimos a Dios por primera vez somos perdonados, y cuando pecamos más tarde podemos ser perdonados, no obstante lo cual eso no nos libera de la pena de la muerte física. Incluso los perdonados mueren; una pena permanece luego de que nuestros pecados son perdonados. Esta es una pena temporal, ya que la muerte física es temporaria y seremos resucitados (Daniel 12, 2).

Un protestante podría decir que Dios da penas temporales para enseñar una lección al pecador, haciendo que las penas sean una disciplina más bien que un castigo. Hay tres respuestas a esto: 1) nada en los textos anteriores dice que sean disciplinas, 2) un católico también podría llamarlas disciplinas, y 3) no hay nada malo en llamarlas "castigos", ya que "disciplinar" a un niño, en el habla habitual, es sinónimo de castigar a un niño.

Como Greg Krehbiel, un protestante que ha escrito para This Rock, lo indica en un artículo de circulación privada, la idea de que todas las penas temporales se desvanecen cuando uno es perdonado "es el error central del ‘evangelio de la salud y riqueza’, es decir ‘Jesús se llevó mi pobreza y enfermedad, de modo que debería estar sano y rico.’"

El católico tiene buenos fundamentos para sostener que las penas temporales pueden permanecer luego de que un pecado es perdonado. La Iglesia ha mostrado esto desde sus primeros siglos, y por medio de actos de penitencia prescriptos como parte del sacramento de reconciliación.

Principio 4: Dios bendice a determinadas personas como recompensa a otras.
Supongamos que un padre ora por su hijo seriamente enfermo y dice: "¡Amado Señor, si yo te he agradado, por favor sana a mi hijo!" El padre está pidiendo que su hijo sea sanado domo recompensa al hecho de que él (el padre) ha agradado a Dios. Intuitivamente reconocemos que ésta es una oración válida que a veces Dios contesta positivamente. Pero no necesitamos quedarnos en nuestras intuiciones: la Escritura confirma este hecho.

Luego de que Abraham libró una batalla a favor del Señor, Dios le habló en una visión y dijo: "‘No temas, Abram [Abraham]. Yo soy para ti un escudo. Tu premio será muy grande.’ Dijo Abram: ‘Mi Señor, Yahveh, ¿qué me vas a dar, si me voy sin hijos...?’ Dijo Abram: ‘He aquí que no me has dado descendencia, y un criado de mi casa me va a heredar’. Mas he aquí que la palabra de Yahveh le dijo: ‘No te heredará ése, sino que te heredará uno que saldrá de tus entrañas.’ Y sacándole afuera, le dijo: ‘Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas.’ Y le dijo: ‘Así será tu descendencia.’ Y creyó él en Yahveh, el cual se lo reputó por justicia." (Génesis 15, 1-6). Dios prometió a Abraham una recompensa – una multitud de descendientes que de otro modo no hubieran nacido. Estas personas recibieron un gran don –el don de la vida– porque Dios recompensó al patriarca.

Más adelante dios dijo a Abraham que de él saldrían naciones y reyes, que Dios haría un pacto con sus descendientes, y que ellos heredarían la tierra prometida (Génesis 17, 6-8). Todas estas bendiciones vinieron sobre los descendientes de Abraham como recompensa de Dios a él.

Este principio también está en el Nuevo Testamento. Pablo nos dice que "en cuanto a la elección [los judíos son] amados en atención a sus padres" (Romanos 11, 28); el principio se encuentra también en pasajes en los que una persona se acerca a Jesús pidiendo la curación o el exorcismo de otra, como en la historia de la mujer cananea (Mateo 15, 22-28).

Principio 5: Dios remite las penas temporales de algunos como recompensa a otros.
Cuando Dios bendice a una persona como recompensa a otra, a veces la bendición específica que da es una reducción de las penas temporales a las cuales la primera persona está sujeta. Por ejemplo, el corazón de Salomón fue desviado del Señor hacia el final de su vida, y Dios prometió arrancarle el reino como resultado. "Yahveh dijo a Salomón: ‘Porque de tu parte has hecho esto y no has guardado mi alianza y las leyes que te ordené, voy a arrancar el reino de sobre ti y lo daré a un siervo tuyo. No lo haré sin embargo en vida tuya por causa de David tu padre; lo arrancaré de mano de tu hijo. Tampoco arrancaré todo el reino; daré una tribu a tu hijo, en atención a David, mi siervo, y a causa de Jerusalén que he elegido.’" (1 Reyes 11, 13-13). Dios disminuyó la pena temporal de dos maneras: difiriendo el retiro del reino hasta los días del hijo de Salomón y dejando una tribu (Benjamín) bajo Judá.

Dios fue claro acerca de por qué hacía esto: no a causa de Salomón, sino "por causa de David tu padre". Si David no hubiera agradado a Dios, y si Dios no le hubiera prometido ciertas cosas en relación con su reino, Dios le hubiera quitado a Salomón el reino entero, y lo hubiera hecho durante la vida de Salomón. Éste es un ejemplo de Dios disminuyendo un castigo en atención a uno de sus santos.

Es fácil pensar en otros ejemplos. Dios prometió a Abraham que, si podía encontrar un cierto número de justos en Sodoma, estaba dispuesto a diferir la destrucción temporal (y eterna) de la ciudad en atención a esos justos. (Génesis 18, 16-33).

Pablo escribió: "En cuanto al Evangelio, [los judíos] son enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección amados en atención a sus padres. Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables" (Romanos 11, 28-29). Pablo indicaba que sus contemporáneos judíos eran tratados más favorablemente de lo que de otro modo hubieran sido tratados (los dones y la vocación de Dios no fueron quitados de ellos) porque sus antepasados eran amados de Dios, que les dio dones irrevocables (los que son enumerados en Romanos 9, 4-5).

Principio 6: Dios remite castigos temporales a través de la Iglesia.
Dios utiliza a la Iglesia cuando remite penas temporales. Ésta es la esencia de la doctrina de las indulgencias. Antes habíamos definido a las indulgencias como "lo que recibimos cuando la Iglesia disminuye la pena temporal a la que pudiéramos estar sujetos aunque nuestros pecados hayan sido perdonados". Los miembros de la Iglesia tomaron conciencia de este principio a través del sacramento de la penitencia. Desde el comienzo, actos de penitencia fueron asignados como parte del sacramento, porque la Iglesia reconoció que los cristianos tienen que afrontar las penas temporales, como la disciplina de Dios y la necesidad de compensar a aquellos a quienes nuestros pecados han perjudicado.

En la Iglesia primitiva las penitencias a veces eran severas. Por pecados serios, como la apostasía, el asesinato, y el aborto, las penitencias podían extenderse por años, pero la Iglesia reconoció que los pecadores arrepentidos podían acortar sus penitencias agradando a Dios mediante actos piadosos o caritativos que expresaban el arrepentimiento y el deseo de compensar su pecado.

La Iglesia también reconoció que la duración de las penas temporales podía ser acortada mediante la intervención de otras personas que hubieran agradado a Dios (principio 5). A veces un confesor o alguien próximo a ser martirizado intervenía y pedía, como recompensa para el confesor o el mártir, que el penitente viera disminuido su tiempo de disciplina. Fue así como la Iglesia reconoció su función de administrar las penas temporales (principio 6); esta función era simplemente parte del ministerio del perdón que Dios había dado a la Iglesia en general.

La Escritura dice que Dios dio la autoridad de personar los pecados "a los hombres" (Mateo 9, 8) y a los ministros de Cristo en particular. Jesús les dijo: "Como el padre me envió, también yo os envío. ... Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos" (Juan 20, 21-23).

Si Cristo dio a sus ministros la capacidad de perdonar las penas eternas del pecado, ¡cuánto más tendrían la capacidad de remitir las penas temporales del pecado! Cristo también prometió a su Iglesia el poder para atar y desatar en la tierra, diciendo: "Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo" (Mateo 18, 18). Como queda claro por el contexto, el atar y desatar cubren la disciplina de la Iglesia, y la disciplina de la Iglesia involucra el administrar y remover penas temporales (tales como separar de y readmitir a los sacramentos). Por lo tanto, el poder de atar y desatar incluye la administración de las penas temporales.

Principio 7: Dios bendice a los cristianos difuntos como bendición a los cristianos en vida.
Desde el principio la Iglesia reconoció la validez de la oración por los difuntos para que su transición al cielo (a través del purgatorio) fuera rápida y suave. Esto significaba orar para la disminución o remisión de las penas temporales que les impedían la gloria plena del cielo.

Si es razonable pedir que esas penas sean remitidas en general, entonces sería razonable pedir que sean remitidas en un caso particular como una recompensa. Un viudo podría orar a Dios y pedir que, si él ha agradado a Dios, la transición de su esposa a la gloria sea acelerada. Por esta razón la Iglesia enseña que "las indulgencias siempre pueden ser aplicadas a los difuntos por vía de oración".

Un paralelo cercano a esta aplicación se encuentra en 2 Macabeos. Judas Macabeo encuentra los cuerpos de soldados que murieron portando amuletos supersticiosos durante una de las batallas del Señor. Judas y sus hombres "pasaron a la súplica, rogando que quedara completamente borrado el pecado cometido" (2 Macabeos 12, 42). La referencia a que el pecado "quedara completamente borrado" atañe a sus penas temporales. El autor de 2 Macabeos nos relata que para esos hombres Judas "consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que duermen piadosamente" (v.45); él creía que aquellos hombres dormían piadosamente, lo cual no hubiera sido el caso si estuvieran en pecado mortal. Si no estaban en pecado mortal, entonces no habrían tenido penas eternas a sufrir, y por lo tanto el borrado completo de su pecado tiene que referirse a las penas temporales por sus acciones supersticiosas. Judas, "después de haber reunido entre sus hombres cerca de dos mil dracmas, las mandó a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando ... en favor de los muertos, para que quedaran librados del pecado" (v. 43.45).

Judas no solamente oró por los muertos, sino que proveyó para ellos la entonces apropiada acción eclesial para disminuir sus penas temporales: un sacrificio por el pecado. Concordantemente, podemos tomar la ahora apropiada acción eclesial para disminuir las penas temporales –las indulgencias– y aplicarlas a los difuntos por vía de oración.

Hay una diferencia entre la manera en la cual obtenemos las indulgencias para nosotros en esta vida y la manera en la cual son aplicadas a los difuntos. Los documentos oficiales de la Iglesia, como la constitución apostólica sobre las indulgencias del Papa Pablo VI, el Código de Derecho Canónico y el Catecismo de la Iglesia Católica, todos hacen notar que las indulgencias son aplicadas a los difuntos por vía de oración.

Esto es así, porque los cristianos en el más allá ya no están bajo la jurisdicción de la Iglesia terrena. Ya no pueden recibir sacramentos, incluyendo la penitencia, y la Iglesia no tiene autoridad para liberarlos de sus penas temporales. Todo lo que puede hacer es dirigirse a Dios y orar para que disminuya esas penas. Ésta es una forma válida de oración, como indica 2 Macabeos. Podemos confiar en que Dios aplicará las indulgencias a los difuntos de alguna manera, pero la manera exacta y el grado de aplicación son desconocidos.

Estos siete principios, que como hemos visto son estrictamente bíblicos, son los fundamentos de las indulgencias, pero aún quedan preguntas para formular:

¿Quiénes son las partes involucradas?
Hay cuatro partes: la primera agradó a Dios y lo movió a dar una recompensa, proveyendo la base para la indulgencia; la segunda pide la indulgencia y la obtiene llevando a cabo el acto prescripto para ella; la tercera concede la indulgencia (ésta es Dios obrando a través de la Iglesia); y la cuarta recibe el beneficio de la indulgencia al ver disminuidas sus penas temporales.

¿Cuánto puede remitirse de la pena temporal de una persona?
Potencialmente, toda. La Iglesia reconoce que Cristo y los santos están interesados en ayudar a los penitentes a afrontar las consecuencias de sus pecados, como queda indicado por el hecho de que siempre oran por nosotros (Hebreos 7, 25; Apocalipsis 5, 8). Llevando a cabo su función en la administración de las penas temporales, la Iglesia se apoya en el rico caudal de recompensas que Dios quiso conceder a los santos, que lo agradaron, y a su Hijo, que lo agradó más que nadie.

Las recompensas en que se apoya la Iglesia son infinitas porque Cristo es Dios, de modo que las recompensas que obtuvo son infinitas y nunca pueden ser agotadas. Sus recompensas solas, sin contar las de los santos, podrían remitir todas las penas temporales de todas las personas, en todos los lugares. Las recompensas de los santos fueron agregadas a las de Cristo – no porque les falte nada a las de él, sino porque es conveniente que sean unidas con sus recompensas así como los santos están unidos con él. Aunque inmensas, las recompensas de los santos son finitas, pero las de él son infinitas.

Si la Iglesia tiene los recursos y el poder para borrar todas las penas temporales de todas las personas, ¿por qué no lo hace?
Porque Dios no desea que se haga. Dios mismo instituyó el hecho de que las penas temporales permanecieran. Ellas llevan a cabo funciones válidas, una de ellas disciplinaria. Si un niño nunca fuera disciplinado, nunca aprendería la obediencia. Dios nos disciplina como a niños –"pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge" (Hebreos 12, 6)– de modo que algunas penas temporales deben permanecer.

La Iglesia no puede borrar, de un plumazo, por decirlo así, todas las penas temporales porque su remisión depende de las disposiciones de las personas que sufren esas penas temporales. Así como el arrepentimiento y la fe se requieren para la remisión de las penas eternas, también son necesarios para la remisión de las penas temporales. El Papa Paulo VI afirmó: "Las indulgencias no pueden ser ganadas sin una sincera conversión y búsqueda de unidad con Dios" Podríamos decir que el grado de remisión depende de cuán bien el penitente ha aprendido su lección.

¿Cómo se determina qué parte de las penas ha disminuido?
Antes del Vaticano II se decía que cada indulgencia remitía un cierto número de "días" de la disciplina de una persona –por ejemplo, un acto podía ganar "300 días de indulgencia"– pero el uso del término "días" confundía a la gente, dándoles la impresión errónea de que en el purgatorio sigue existiendo el tiempo y de que podemos calcular nuestro "tiempo de descuento" en una manera mecánica. El número de días asociado con las indulgencias realmente nunca significó que tal cantidad de "tiempo" fuera descontada de la estadía que le correspondiera a alguien en el purgatorio. En lugar de ello, significaba que se concedería un monto de remisión indefinido pero parcial (no completo), proporcionado a lo que los antiguos cristianos hubieran recibido llevando a cabo obras piadosas durante esa cantidad de días. De este modo, alguien que ganaba una indulgencia de 300 días, obtenía aproximadamente lo que un cristiano primitivo hubiera obtenido, por ejemplo, recitando una oración determinada al levantarse, durante 300 días.

Para solucionar esta confusión, Pablo VI emitió una revisión del manual (Enchiridion es el nombre formal) de indulgencias. Hoy ya no se asocian cantidades de días con las indulgencias, que pueden ser plenarias o parciales.

Sólo Dios sabe exactamente cuán eficaz es una indulgencia parcial o si se ha recibido de hecho una indulgencia plenaria. El nuevo sistema de reconocimiento deja a Dios los montos exactos y atribuye a la Iglesia solamente principios generales.

¿Las indulgencias no duplican o incluso niegan la obra de Cristo?
Pese a los fundamentos bíblicos de las indulgencias, algunos son críticos punzantes de las mismas, e insisten en que la doctrina suplanta la obra de Cristo y nos hace nuestros propios salvadores. Esta objeción resulta de una confusión acerca de la naturaleza de las indulgencias y acerca de cómo es aplicada a nosotros la obra de Cristo.

Las indulgencias se aplican solamente a penas temporales, no a las eternas. La Biblia indica que estas penas pueden permanecer luego de que un pecado ha sido perdonado y que Dios disminuye estas penas como recompensa a aquellos que lo han agradado. Ya que la Biblia enseña esto, no puede decirse que la obra de Cristo sea suplantada por las indulgencias.

Los méritos de Cristo, siendo infinitos, constituyen la mayor parte del tesoro de los méritos. Aplicándolos a los creyentes, la Iglesia actúa como servidora de Cristo en la aplicación de lo que él ha hecho por nosotros, y sabemos por la Escritura que la obra de Cristo se aplica a nosotros a través del tiempo y no de una sola vez. (Filipenses 2, 12; 1 Pedro 1, 9).

¿Pero qué hay de los méritos de los santos? ¿La doctrina de las indulgencias no hace de los santos co-salvadores con Cristo?
De ninguna manera. En el mejor de los casos sólo estarían salvándonos de calamidades temporales, cosa que todo ser humano puede hacer (¡y debiera hacer!) por otro sin por eso estar blasfemando contra Cristo. Además, los santos tienen la capacidad de agradar a Dios porque el amor de Dios ha sido puesto en sus corazones (Romanos 5, 5). Es la gracia de Dios la que les posibilita agradarlos. Su gracia produce todas sus buenas obras, y su gracia les es dada a ellos a causa de lo que hizo Cristo. Las buenas acciones de los santos son por consiguiente producidas por Cristo obrando a través de ellos, lo que significa que Cristo es en definitiva la causa, incluso de esta "salvación" temporal.

¿Debiéramos estar considerando todo esto? ¿No es mejor poner todo el énfasis en Cristo solamente?
No. Si ignoramos el hecho de las indulgencias, estamos menospreciando lo que Cristo hace a través de nosotros, y dejamos de reconocer el valor de lo que ha hecho en nosotros. Pablo usó este tipo de lenguaje: "Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la Iglesia" (Colosenses 1, 24).

Aunque los padecimientos de Cristo fueron sobreabundantes (mucho más de lo necesario para pagar por cualquier cosa), Pablo hablaba acerca de completar lo que "falta" a los sufrimientos de Cristo. (Como lo expresó Agustín, "el Dios que te creó sin tu cooperación, no te salvará sin tu cooperación.") Si este modo de hablar estaba permitido a Pablo, entonces nos está permitido a nosotros, aunque el lenguaje católico acerca de las indulgencias es mucho menos chocante que el lenguaje de Pablo acerca de su propia función en la salvación.

Los católicos no debieran estar a la defensiva acerca de las indulgencias. Están basadas en principios tomados directamente de la Biblia, y podemos confiar no solamente en que las indulgencias existen, sino en que son útiles y que vale la pena obtenerlas.

El Papa Pablo VI declaró: "La Iglesia invita a todos sus hijos a meditar y sopesar en sus mentes tan bien como puedan, cómo el uso de las indulgencias beneficia a sus vidas y a toda la sociedad cristiana. ... Fundada en estas verdades, la santa Madre Iglesia nuevamente recomienda a los fieles la práctica de las indulgencias. Ella ha sido muy querida al pueblo cristiano durante muchos siglos, al igual que en nuestros días. La experiencia lo demuestra."



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CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
ACERCA DE LAS INDULGENCIAS

1471. La doctrina y la práctica de las indulgencias en la Iglesia están estrechamente ligadas a los efectos del sacramento de la Penitencia.

La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos.

La indulgencia es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente.

Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias (Código de Derecho Canónico, can.992-994).

1472. Para entender esta doctrina y esta práctica de la Iglesia es preciso recordar que el pecado tiene una doble consecuencia. El pecado grave nos priva de la comunión con Dios y por ello nos hace incapaces de la vida eterna, cuya privación se llama la "pena eterna" del pecado. Por otra parte, todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las criaturas que tienen necesidad de purificación, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio. Esta purificación libera de lo que se llama la "pena temporal" del pecado. Estas dos penas no deben ser concebidas como una especie de venganza, infligida por Dios desde el exterior, sino como algo que brota de la naturaleza misma del pecado. Una conversión que procede de una ferviente caridad puede llegar a la total purificación del pecado, de modo que no subsistiría ninguna pena. (cf. Concilio de Trento: Denzinger-Schönmetzer 1712-1713; 1820).

1473. El perdón del pecado y la restauración de la comunión con Dios entrañan la remisión de las penas eternas del pecado. Pero las penas temporales del pecado permanecen. El cristiano debe esforzarse, soportando pacientemente los sufrimientos y las pruebas de toda clase y, llegado el día, enfrentándose serenamente con la muerte, por aceptar como una gracia estas penas temporales del pecado; debe aplicarse, tanto mediante las obras de misericordia y de caridad, como mediante la oración y las distintas prácticas de penitencia, a despojarse completamente del "hombre viejo" y a revestirse del "hombre nuevo" (cf. Efesios 4, 24).

1474. El cristiano que quiere purificarse de su pecado y santificarse con ayuda de la gracia de Dios no se encuentra solo. "La vida de cada uno de los hijos de Dios está ligada de una manera admirable, en Cristo y por Cristo, con la vida de todos los otros hermanos cristianos, en la unidad sobrenatural del Cuerpo místico de Cristo, como en una persona mística". (Pablo VI, const. ap. "Indulgentarium doctrina", 5).

1478. Las indulgencias se obtienen por la Iglesia que, en virtud del poder de atar y desatar que le fue concedido por Cristo Jesús, interviene en favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos para obtener del Padre de la misericordia la remisión de las penas temporales debidas por sus pecados. Por eso la Iglesia no quiere solamente acudir en ayuda de este cristiano, sino también impulsarlo a hacer obras de piedad, de penitencia y de caridad (cf. Pablo VI, ibíd. 8; Concilio de Trento: Denzinger-Schönmetzer 1835).



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¿PODEMOS EXPIAR NUESTROS PECADOS – Y EN TODO CASO, QUÉ SIGNIFICA "EXPIAR"?
Algunos critican a las indulgencias, diciendo que involucran el hecho de que hagamos "expiación" por nuestros pecados, algo que sólo Cristo puede hacer. Si bien esto suena como una noble defensa de la suficiencia de Cristo, esta crítica está infundada, y la mayoría de los que la hacen no saben qué significa la palabra "expiación" o cómo funcionan las indulgencias.

El protestante Leon Morris, especialista en Escritura, comenta acerca de la confusión en lo tocante a la palabra "expiación": "La mayoría de nosotros ... no entendemos muy bien qué es ‘expiación’... Expiación es ... el enmendar algo malo ... Expiación es una palabra impersonal; se expía un pecado o un crimen" (The Atonement [Downers Grove: InterVarsity, 1983], 151). La Enciclopedia Bíblica Wycliff da una definición similar: "La idea básica de expiación tiene que ver con la reparación del mal, la satisfacción de las demandas de justicia a través del pago de una pena."

Los términos usados en estas definiciones –expiación, satisfacción, enmienda, reparación– significan básicamente lo mismo. Hacer expiación o satisfacción por un pecado es hacer enmienda o reparación por él. Cuando alguien hace reparaciones, trata de enmendar la situación causada por su pecado.

Ciertamente cuando se trata de los efectos eternos de nuestros pecados, sólo Cristo puede hacer enmienda o reparación. Sólo él fue capaz de pagar el precio infinito para cubrir nuestros pecados. Somos completamente incapaces de hacerlo no solamente porque somos criaturas finitas incapaces de hacer una satisfacción infinita (o cualquier cosa infinita), sino porque todo lo que tenemos nos fue dado por Dios. Para nosotros, tratar de satisfacer la justicia eterna de Dios sería como usar dinero que le hemos pedido prestado a alguien para restituirle lo que le habíamos robado a esa misma persona. No habría habido ninguna restitución real (cf. Salmo 49, 7-9; Job 41, 11; Romanos 11, 35). Esto no quiere decir que no podamos hacer enmiendas o reparación de los efectos temporales de nuestros pecados. Si alguien roba algo, puede devolverlo. Si alguien daña la reputación de otra persona, puede corregir públicamente la calumnia. Cuando alguien destruye la propiedad de otro, puede compensar al dueño por su pérdida. Todas éstas son maneras en las que se puede hacer enmiendas (expiación) al menos parciales por lo que se ha hecho.

Hay maneras en las que se espera que hagamos compensaciones, como admiten incluso los más acerbos críticos de las indulgencias. Si yo he dañado a otra persona, entonces, además de ponerme en la debida relación con Dios, debo reparar, o al menos tratar de reparar, el daño causado a esa persona. Para una reparación total es necesario no solamente restituir lo que había sido tomado o dañado, sino también compensar al dueño por el tiempo durante el cual fue privado de su propiedad, o ésta fue dañada. En casos financieros esto se lleva a cabo mediante el pago de un interés.

Se nos dan excelentes ilustraciones bíblicas de este principio en Levítico 6, 1-7 y Números 5, 5-8, que nos dicen que en el Antiguo Testamento un penitente tenía que pagar un veinte por ciento adicional al valor de lo que había tomado o dañado. (Esto se aplicaba a un penitente que voluntariamente efectuaba la restitución; un ladrón capturado tenía que pagar el doble del valor de lo robado [Éxodo 22, 1-9]).



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CÓMO OBTENER UNA INDULGENCIA
Para obtener cualquier indulgencia usted debe ser un católico en estado de gracia. Tiene que ser un católico para estar bajo jurisdicción de la Iglesia, y tiene que estar en estado de gracia porque fuera de la gracia de Dios ninguna de sus acciones son fundamentalmente agradables a Dios (meritorias). También tiene que tener al menos la intención habitual de obtener una indulgencia mediante el acto que lleva a cabo.

Para ganar una indulgencia parcial, debe llevar a cabo con un corazón contrito el acto al cual la indulgencia está asociada.

Para ganar una indulgencia plenaria debe llevar a cabo el acto con un corazón contrito, y además debe confesarse (una confesión puede ser suficiente para varias indulgencias plenarias), recibir la Sagrada Comunión, y orar por las intenciones del Papa. (Son suficientes un Padrenuestro y un Avemaría rezados por las intenciones del Papa, aunque usted es libre de sustituirlos por otras oraciones de su propia elección). La condición final es que debe estar libre de todo apego al pecado, incluso al pecado venial.

A causa de la extrema dificultad para cumplir la última condición, rara vez se obtiene una indulgencia plenaria. Si usted trata de recibir una indulgencia plenaria, pero no es capaz de cumplir la última condición, recibe en su lugar una indulgencia parcial.

Más adelante se citan indulgencias enumeradas en el Manual de Indulgencias (Nueva York: Catholic Book Publishing, 1991). Nótese que hay una indulgencia para la lectura de la Biblia. De modo que, en lugar de desalentar la lectura de la Biblia, ¡la Iglesia Católica la promueve concediéndole indulgencias! (Esto data de mucho antes del Vaticano II).

Un acto de comunión espiritual, expresado mediante cualquier fórmula devota, es recompensado con una indulgencia parcial.

Se concede una indulgencia parcial a los fieles cristianos que devotamente pasen tiempo en oración mental.

Se concede una indulgencia parcial a los fieles cristianos que lean la Sagrada Escritura con la veneración debida a la Palabra de Dios y como una forma de lectura espiritual. La indulgencia será plenaria cuando dicha lectura sea realizada al menos durante media hora [siempre que se cumplan las otras condiciones].

Se concede una indulgencia parcial a los fieles cristianos que devotamente se hagan la señal de la cruz diciendo al mismo tiempo la fórmula acostumbrada: "En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén."

Los sacerdotes que administren los sacramentos a los fieles cristianos que estén en situación de peligro de muerte no deben descuidar el impartirles la bendición apostólica, con su indulgencia asociada.

Pero si un sacerdote no puede estar presente, la Santa Madre Iglesia amorosamente concede a las personas que están debidamente dispuestas una indulgencia plenaria para ser obtenida in articulo mortis, al aproximarse la muerte, siempre que hayan orado habitualmente de alguna manera durante sus vidas. El uso de un crucifijo o una cruz es recomendado para obtener esta indulgencia plenaria. En tales condiciones las tres condiciones habituales requeridas para ganar una indulgencia plenaria son sustituidas por la condición "siempre que hayan orado habitualmente de alguna manera". Los fieles cristianos pueden obtener la indulgencia plenaria mencionada aquí, al aproximarse la muerte (in articulo mortis) aunque ya hayan obtenido otra indulgencia plenaria el mismo día.


(Publicado en inglés en "This Rock", marzo de 1994, (c) Catholic Answers Inc., P.O.Box 17490, San Diego, CA92177, Estados Unidos. Traducido con el permiso del editor. Toda reproducción del presente artículo debe mencionar la fuente original y ser gratuita o cubrir solamente el costo de impresión).

LAS INDULGENCIAS
Remisión de la pena temporal
por Félix Velasco Santandreu
- colaboró en la edición digital el hermano Juan Pablo Montes, IVE -




¿Qué es una indulgencia?

La doctrina y la práctica de las indulgencias en la Iglesia están estrechamente ligadas a los efectos del sacramento de la penitencia: "La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la Redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos"(1).

La indulgencia puede ser parcial o plenaria, según que libre en parte o en todo de la pena temporal debida por los pecados.

Nadie que gane indulgencias puede aplicarlas a otras personas que aún viven, pero las indulgencias pueden aplicarse a los difuntos a manera de sufragio.

"Puesto que los fieles difuntos en vía de purificación son también miembros de la misma comunión de los santos, podemos ayudarles, entre otras formas, obteniendo para ellos indulgencias, de manera que se vean libres de las penas temporales debidas por sus pecados"(2).

Al fiel cristiano que, por lo menos arrepentido interiormente, realiza una obra enriquecida con indulgencia parcial, se le concede, por medio de la Iglesia, una remisión de la pena temporal del mismo valor que la que él mismo con su acción ya recibe. No se pueden separan las indulgencias del resto de la vida cristiana. La indulgencia no es un procedimiento fácil para que sean perdonados los pecados evitando la penitencia, sino una asistencia que presta toda la Iglesia a los fieles para que su conversión, invitándoles a que realicen buenas obras y ayudándoles a expiar la pena debida por los pecados. Es conveniente recordar que el medio ordinario para que el individuo se reconcilio con Dios y con la Iglesia es la confesión individual y completa de los pecados graves, seguida de la absolución.

"Las indulgencias se obtienen por la Iglesia que, en virtud del poder de atar y desatar que le fue concedido por Cristo Jesús, interviene en favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos para obtener del Padre de la misericordia la remisión de las penas temporales debidas por sus pecados. Por eso la Iglesia no quiere solamente acudir en ayuda de este cristiano, sino también impulsarlo a hacer obras de piedad, de penitencia y de caridad"(3).

"Para entender esta doctrina y esta práctica de la Iglesia es preciso recordar que el pecado tiene una doble consecuencia. El pecado grave nos priva de la comunión con Dios y por ello nos hace incapaces de la vida eterna, cuya privación se llama la "pena eterna" del pecado. Por otra parte, todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las creaturas que tienen necesidad de purificación, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio. Esta purificación libera de la que se llama la "pena temporal" del pecado. Estas dos penas no deben ser concebidas como una especie de venganza, infligida por Dios desde el exterior, sino como algo que brota de la naturaleza misma del pecado. Una conversión que procede de una ferviente caridad puede llegar a la total purificación del pecado, de modo que no subsistirá ninguna pena"(4).

"El perdón del pecado y la restauración de la comunión con Dios entrañan la remisión de las penas eternas del pecado. Pero las penas temporales del pecado permanecen. El cristiano debe esforzarse, soportando pacientemente los sufrimientos y las pruebas de toda clase y, llegando el día, enfrentándose serenamente con la muerte, por aceptar como una gracia estas penas temporales del pecado; debe aplicarse, tanto mediante las obras de misericordia y de caridad, como mediante la oración y las distintas prácticas de penitencia, a despojarse completamente del hombre viejo y a revestirse del hombre nuevo"(5).

El cristiano que quiere purificarse de su pecado y santificarse con ayuda de la gracia de Dios no se encuentra solo, tiene la ventaja y la ayuda de ser miembro de la Iglesia. "La vida de cada uno de los hijos de Dios está ligada de una manera admirable, en Cristo y por Cristo, con la vida de todos los otros hermanos cristianos, en la unidad sobrenatural del Cuerpo místico de Cristo, como en una persona mística"(6).

Un poco de historia

Sed. Jubileo que cada treinta años celebraban los reyes del antiguo Egipto, y que consistía en una repetición de los ritos de la coronación, los cuales servían para afirmar la soberanía real, ya que así quedaba consagrado el poder divino del faraón. La primera mención de estos ritos parece en el reinado del rey Udimu (quinto soberano de la I dinastía: c. 3100 a C.), el pueblo era favorecido con festejos y perdones.

Jubileo. Entre los judíos, nombre del año consagrado a Dios y al descanso que, según la ley, debía celebrarse cada cincuenta años. Este nombre ha pasado también a los cristianos.

Año Santo o jubilar. Entre los católicos, año privilegiado en que los peregrinos que acuden a Roma se benefician de una indulgencia plenaria. El primer año santo se celebró en 1300, proclamado por Bonifacio VIII (Anagni, c. 1235-Roma, 1303) Papa (1294-1303), el 2 de febrero de ese mismo año. El Papa puede promulgar otros por motivos especiales. Desde entonces se han celebrado 125 jubileos 25 ordinarios y 100 extraordinarios, que pueden ser universales, particulares o locales. Tienen lugar a intervalos regulares (cada 100 años bajo Bonifacio VIII, cada 50 años bajo Clemente VI y Nicolás V, cada 25 años desde Pablo II). Su duración es de un año, de una Navidad a otra. Comienzas en Roma con la apertura de la puerta Santa. Los fieles deben visitar las basílicas de San Pedro y San Pablo desde Bonifacio VIII, también la de Letrán a partir de Clemente VI, y Santa María la Mayor desde Gregorio IX; deben arrepentirse y confesarse y rezar por las intenciones del Papa. Las visitas debían hacerse durante treinta días continuos o intercalados por los romanos y quince días por los no romanos. León XIII redujo esos días a veinte y diez respectivamente. Pío XII estableció una sola visita. Pablo VI ordenó que al Jubileo de 1975 le precediera un año de preparación. Juan Pablo II ha dispuesto para el 2000 una fase antepreparatoria (1994-96) y otra preparatoria (1997-99) y ha establecido que el mismo tenga lugar simultáneamente en Tierra Santa, en Roma y en las demás Iglesias locales.

Bula de la Santa Cruzada. Creada en la Alta Edad Media por la cual se obtenían numerosos privilegios e indulgencias que se adquiría mediante la limosna. La recaudación servía para ayudar a la Reconquista y a las cruzadas. Abolida mediante la constitución apostólica Paenitemini, publicada por Pablo VI el 17 de febrero de 1966.

Disputa sobre las indulgencias. Conflicto religioso, preludio de la ruptura de Lutero con la Iglesia romana. El Papa León X promulgó el 31 de mayo de 1515 una indulgencia en favor de quienes diesen limosna para terminar las obras de la basílica de San Pedro en Roma. Johannes Tetzel, dominico español, fue delegado por el arzobispo de Maguncia para predicar las indulgencias en esa diócesis. Los abusos que se cometieron con tal motivo indignaron a muchos. El monje agustino Martín Lutero también ambicionaba esta predicación y fue más lejos, atacó las bases mismas de las indulgencias. El 31 de octubre de 1517, la víspera del día de Todos los Santos, a la llegada de Tetzel, colocó, en la puerta de la Iglesia de Wittenberg, 95 tesis redactadas en latín, en las que atacaba el sistema de contribuciones y afirmaba que las indulgencias pontificias no podían ser otra cosa que la remisión de la pena infligida por el mismo Papa, este hecho marcó el comienzo de la reforma protestante. Estas tesis, fueron condenadas por el Papa en 1519, invitándole a retractarse mediante la bula Exurge, Domine (1520), pero Lutero rehusó y quemó en una plaza pública de Wittenberg la bula pontificia, por lo que condenado de forma definitiva. El cisma se consumó tras la Dieta de Worms (1521), en la que nuevamente se negó a retractarse.

El camino de Santiago. Durante la Edad Media fue utilizado por los peregrinos que se dirigían a venerar el sepulcro del apóstol Santiago, el Mayor. Según la tradición, esta vía surgió tras el hallazgo del sepulcro, durante el reinado de Alfonso II. Ello dio lugar a la edificación de un templo, renovado por Alfonso III en 874, y a la llegada de peregrinos de toda Europa. El camino de Santiago mantuvo su esplendor hasta la introducción de las doctrinas de Lutero; en el siglo XVIII decayó su importancia. Los peregrinos, tras hacer testamento, salían de sus poblaciones provistos de saya, bordón y escarcela, viajaban en grupos y en varias etapas. Gozaban de protección en los reinos por los que pasaban, y eran acogidos en los monasterios y hospitales fundado a lo largo del camino. Las órdenes militares, especialmente los templarios, se encargaban de la protección de los viajeros. Se cree que la actual Francia era atravesada por cinco rutas hacia la península Ibérica: una llegaba a Somport y las demás a Roncasvalles. Todas ellas convergían en Puente la Reina, y desde allí hacia Logroño, Nájera, Burgos, Sahagún, León, Astorga y Ponteferrada, como ciudades principales. Los peregrinos, después de cumplir con las ceremonias rituales en la catedral de Compostela, recibían un documento, llamado Compostela que acreditaban su peregrinación. La importancia del camino de Santiago fue decisiva tanto en sentido económico, como cultural y artístico. Actualmente, se celebra el año Santo de Santiago, cuando el 25 de julio fiesta del Apóstol, cae en domingo. La indulgencia plenaria que se gana en Santiago, según el derecho común, puede ser: visitando la Catedral en la fiesta del Apóstol el 25 de julio; el día de la dedicación de la Catedral, el 21 de abril, el día 30 de diciembre fiesta de la Traslación del Apóstol. La Indulgencia parcial, se gana siempre por el hecho de visitar la catedral en las debidas condiciones e intención de conseguirla.

Decreto sobre las Indulgencias del Concilio de Trento. "Habiendo Jesucristo concedido a su Iglesia la potestad de conceder indulgencias, y usando la Iglesia de esta facultad que Dios le ha concedido, aun desde los tiempos más remotos; enseña y manda el sacrosanto Concilio que el uso de las indulgencias sumamente provechoso al pueblo cristiano y aprobado por la autoridad de los sagrados concilios, debe conservarse en la Iglesia, y fulmina anatema contra los que, o afirman ser inútiles, o niegan que la Iglesia tenga potestad de concederlas. No obstante, desea que se proceda con moderación en la concesión de ellas, según la antigua y aprovechada costumbre de la Iglesia; para que por la suma facilidad de concederlas no decaiga la disciplina eclesiástica. Y anhelando a que se enmienden, y corrijan los abusos que se han introducido en ellas, por cuyo motivo blasfeman los herejes de este glorioso nombre de indulgencias; establece en general por el presente decreto que, absolutamente se exterminen todos los lucros ilícitos que se sacan porque los fieles las consigan; pues se han originado de esto muchísimos abusos en el pueblo cristiano. Y no pudiéndose prohibir fácil ni individualmente los demás abusos que se han originado de la superstición, ignorancia, irreverencia, o de otra cualquiera causa, por las muchas corruptelas de los lugares y provincias en que se cometen; manda a todos los Obispos que cada uno note todos estos abusos en su Iglesia, y los haga presentes en el primer concilio provincial, para que conocidos y calificados por los otros obispos, se delaten inmediatamente al Sumo Pontífice Romano, por cuya autoridad y prudencia se establecerá lo conveniente a la Iglesia universal: y de este modo se reparta a todos los fieles piadosa, santa e íntegramente el tesoro de las santas indulgencias". No era ésta la primera vez que un concilio ecuménico discutía el tema de las indulgencias -la primera vez fue en 1415, cuando el Concilio de Constanza afirmó la práctica- pero en Trento la doctrina fue proclamada infaliblemente por primera vez.

Errores más frecuentes sobre las indulgencias

Una persona puede comprar su salida del infierno mediante las indulgencias. Este es un error habitual, debido a la ignorancia. Las indulgencias sólo remitan penas temporales, no pueden remitir la pena eterna del infierno. Una vez que alguien está en el infierno, ninguna cantidad de indulgencias cambiará jamás ese hecho. La única manera de evitar el infierno es apelando a la misericordia eterna de Dios mientras todavía estamos en vida. Luego de la muerte, el destino eterno queda fijado: Hebreos 9,27.

Una persona puede "comprar el perdón" con indulgencias: La definición de indulgencias presupone que el perdón ya ha tenido lugar: "Una indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa"(7). Las indulgencias no perdonan pecados en absoluto. Sólo conciernen a las penas que permanecen luego de que los pecados han sido perdonados.

Si la Iglesia tiene los recursos y el poder para borrar todas las penas temporales de todas las personas, ¿por qué no lo hace? Porque Dios no desea que se haga. Dios mismo instituyó el hecho de que las penas temporales permanecieran. Estas penas temporales llevan a cabo funciones válidas, una de ellas disciplinaria, al igual que hacen los padres con los hijos. La Iglesia no puede borrar todas las penas temporales porque su remisión depende de las disposiciones de las personas que sufren esas penas temporales. Así como el arrepentimiento y la fe se requieren para la remisión de las penas eternas, también son necesarios para la remisión de las penas temporales.

Una persona puede comprar indulgencias. El Concilio de Trento instituyó severas reformas en la práctica reformas en la práctica de conceder indulgencias y, a causa de anteriores abusos, en 1567 el Papa Pio V canceló todas las concesiones de indulgencias que tuvieran que ver con estipendios u otras transacciones financieras. Las indulgencias se desarrollaron a partir de una reflexión profunda sobre el sacramento de la reconciliación. Son una manera de acortar la penitencia de la disciplina sacramental y estaban en uso siglos antes de que aparecieran problemas relaciones con el dinero y con Lutero.

Una indulgencia acortará el tiempo en el purgatorio en un número fijo de días. El número de días que solía asociarse con las indulgencias era una referencia al período de penitencia que uno podría realizar durante la vida terrena. Se desconoce lo duradero que puede ser el purgatorio para cada persona concreta. Hasta el Concilio Vaticano II se decía que cada indulgencia remitía un cierto número de "días" de la disciplina de una persona -por ejemplo, un acto podía ganar "300 días de indulgencia"- pero el uso del término "días" confundía a la gente, dándoles la impresión errónea de que en el purgatorio sigue existiendo el tiempo y de que podemos calcular nuestro "tiempo de descuento" en una manera matemática. El número de días asociado con las indulgencias realmente nunca significó que esa cantidad de "tiempo" fuera descontada de la estancia que le correspondiera a alguien en el purgatorio. En lugar de ello, significaba que se concedería un monto de remisión indefinido pero parcial, proporcionado a lo que los antiguos cristianos hubieran recibido llevando a cabo obras piadosas durante esa cantidad de días. Para solucionan esta confusión, Pablo VI emitió una revisión del Enchiridion o manual de indulgencias. Hoy ya no se asocian cantidades de días con las indulgencias, que pueden ser plenarias o parciales. Sólo Dios sabe exactamente lo eficaz que es una indulgencia parcial o si se ha recibido de hecho una indulgencia plenaria.

Una persona puede comprar indulgencias para que se le perdonen pecados futuros. La Iglesia siempre ha enseñado que las indulgencias no se aplican a pecados aún cometidos. Una indulgencia no es un permiso para pecar, ni un perdón del pecado, ni un perdón del pecado futuro. Su beneficio recae únicamente sobre faltas realizadas con anterioridad.

Condiciones para ganar la Indulgencia

Para poder beneficiarse de las indulgencias es necesario estar bautizado, no excomulgado y en estado de gracia por lo menos al final de las obras prescritas para ganar la indulgencia. Esto es fundamental para no caer en la superstición o pensar que se trata de algo mágico.

Para que el sujeto que reúne estas condiciones se beneficio debe tener intención aunque sea general, de ganarlas y de cumplir las obras prescritas dentro del tiempo establecido y en la forma debida.

Indulgencia plenaria

Las siguientes oraciones y acciones, entro otras, tienen indulgencia plenaria, si se cumplen las condiciones requeridas:

- "A tí, oh Dios, te alabamos..." (Te Deum): 1 de enero y en la Solemnidad de Pentecostés.

- "Adorad postrados..." (Tantum ergo): Jueves Santo después de la Misa en Coena Domini y en la acción litúrgica del Corpus Christi.

- "Jesús dulcísimo..." (Acto de reparación): rezado públicamente el día del Sagrado Corazón.

- "Miradme, oh mi amado y buen Jesús...": Los viernes de Cuaresma.

- "Ven Espíritu Creador..." (Veni Creator): rezado públicamente el 1 de enero y en la solemnidad de Pentecostés.

- Rezar el Vía Crucis: ante las estaciones, pasando de una a otra por lo menos quien lo dirige, meditando las escenas si se desea, con alguna oración vocal.

- Rezo del Santo Rosario: rezándolo en una iglesia, en un oratorio, en familia, o en comunidad. Es suficiente con rezar sólo cinco de los quince misterios, con la meditación de los misterios que se rezan.

- Adoración al Santísimo durante al menos media hora.

- Adoración de la Cruz: en la acción litúrgica del Viernes Santo.

- Realizar Ejercicios Espirituales o retiros similares, al menos de tres días de duración.

- Recibir la Bendición Papa Urbi el Orbi, también es válida por radio o televisión.

- Asistir al rito con que se clausura un Congreso Eucarístico.

- Al sacerdote que celebra los 25, 50, 60 años como aniversario de su ordenación, es extensiva a quienes le acompañen en la Santa Misa.

- Lectura de la Sagrada Escritura: al menos media hora.

- Visitar la iglesia parroquial en la fiesta titular y el 2 de agosto (indulgencia de la Porciúncula). Lo mismo vale para la Iglesia catedral o concatedral o para las iglesias cuasiparroquiales.

- Recibir la bendición apostólica en peligro de muerte inminente. En el caso de que no haya sacerdote, la Iglesia concede esta misma indulgencia con tal que se haya rezado habitualmente algunas oraciones (se suplen las tres condiciones habituales para ganar la indulgencia plenaria).

- Asistir a la predicación de algunos sermones, participando en la clausura de una Santa Misión.

- Visitar una iglesia u oratorio el día de su santo Fundador, rezando un Padrenuestro y un credo.

- Visitar las Basílicas Patriarcales o Mayores de Roma el día de la fiesta titular, en cualquier día de precepto o en día cualquiera del año elegido por el mismo fiel: ha de rezarse el Padrenuestro y el Credo.

- Visitar una iglesia u oratorio el día de Todos los difuntos (o con consentimiento del obispo, el domingo anterior o el posterior). Esta indulgencia sólo es aplicable a las almas del purgatorio.

- Visitar una iglesia o altar en el día de su dedicación, rezando un Padrenuestro y un Credo.

- Usar el día de los Santos Pedro y Pablo (29 de junio) algún objeto piadoso bendecido por el Papa o un obispo, rezando un Credo.

- Al nuevo sacerdote en su Primera Misa Solemne, y a quienes asistan a ella.

- Renovación de las promesas del bautismo: en la Vigilia pascual o en el aniversario del bautismo.

- Visitar la iglesia en que se celebra el Sínodo diocesano mientras éste dura, rezando el Padrenuestro y el Credo.

- Visitar las iglesias estacionales en su día propio, asistiendo a las funciones de la mañana o de la tarde.

- Al fiel que hace la Primera Comunión, y a quienes le acompañan.

- Visita al cementerio en los primeros ochos días del mes de noviembre, orando (basta mentalmente) por los fieles difuntos.

- En la visita pastoral, pueden beneficiarse de la indulgencia una vez si se asiste a una función sagrada presidida por el visitador.

Condiciones para la indulgencia plenaria

Para ganar una indulgencia plenaria, además de querer evitar cualquier pecado mortal o venial, hace falta rezar o hacer la obra que incorpora la indulgencia cumpliendo tres condiciones:

Confesión sacramental

Comunión Eucarística

Oración por las intenciones del Papa.

Con una sola confesión sacramental puede ganarse varias indulgencias plenarias; en cambio con una solo comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Papa sólo se gana una indulgencia plenaria. Las tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de rezar o hacer la obra que incorpora la indulgencia, pero es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día.

La condición de orar por las intenciones del Papa se cumple si se reza a su intención un solo Padrenuestro y un Avemaría; pero se concede a cada fiel la facultad de orar con cualquier fórmula, según su piedad y devoción.

La indulgencia plenaria únicamente puede ganarse una vez al día, pero el fiel cristiano puede alcanzar indulgencia plenaria in artículo mortis, aunque el mismo día haya ganado otra indulgencia plenaria.

La indulgencia parcial puede ganarse varias veces al día, a no ser que expresamente se establezca lo contrario.

La obra indicada para obtener la indulgencia plenaria aneja a una iglesia y oratorio consiste en la visita piadosa de este lugar, rezando el Padrenuestro y el Credo, a no ser que en algún caso especial se establezcan otras condiciones.

Indulgencia parcial

Las siguientes oraciones y acciones tienen indulgencia parcial, todas las que van señalizan con (*) pueden alcanzar la indulgencia plenaria si se cumplen los requisitos de la misma:

- "A tí, bienaventurado José...".

- "A ti, oh Dios, te alabamos..."(Te Deum)*.

- "Acordaos, oh piadosísima Virgen María...".

- "Ángel de Dios, tú que eres mi custodio...".

- "Aquí estamos, Señor, Espíritu Santo..."

- "Santos Apóstoles Pedro y Pablo...".

- "Misericordia, Dios mío..." (Salmo 50).

- "María, Madre de gracia y de clemencia..."

- "Adorad postrados..." (Tantum ergo)*.

- "Oh, sagrado banquete".

- Miradme, oh mi amado y buen Jesús..."*.

- "Señor, a todos lo que por amor..." (Oración por nuestros benefactores).

- "Señor, Dios Todopoderoso que nos has hecho llegar al comienzo de este día..."

- "Bajo tu protección..." (Sub tuum praesidium).

- "Señor, dales el descanso eterno..." Esta indulgencia se aplica sólo a los difuntos.

- "Adorote devotamente..." (Adoro te devote).

- "Alma de Cristo...".

- "Proclama mi alma..." (Magnificat).

- "Oremos por nuestro Pontífice...".

- "Jesús dulcísimo, cuya caridad...".

- "Desde lo hondo..."

- "Ven, Espíritu Creador..." (Veni Creator).

- "Ven, Espíritu Santo..." (Veni, Spiritus Sanctus).

- "Jesús dulcísimo, Redentor del género humano..." (Consagración a Cristo Rey).

- "Te damos gracias..."

- "Señor... dígnate enviar a su santo ángel...".

- "Señor, que tu gracia inspire...".

- "Visita, Señor esta habitación...".

- Rezar la Salve.

- Rezar el Santo Rosario.

- Rezar el Ángelus durante el tiempo ordinario.

- Rezar el Credo, ya sea el apostólico o el niceno-constantinopolitano*.

- Rezar Regina Coeli durante el tiempo pascual.

- Rezar Laudes o Vísperas del Oficio de difuntos.

- Rezo de cualquiera de las Letanías aprobadas por la Iglesia, entre otras: del Santísimo Nombre de Jesús, del Sagrado Corazón de Jesús, de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, de Santa María Virgen, de San José y de los Santos.

- Rezar las oraciones para pedir por las vocaciones.

- Rezar por la unidad de los cristianos.

- Rezo de cualquiera de los oficios parvos.

- Rezar una oración en honor de un santo en el día de su celebración litúrgica.

- Adoración del Santísimo Sacramento (Visita al Santísimo)*.

- Hacer un acto de contrición.

- Leer la Sagrada Escritura como lectura espiritual*.

- La comunión espiritual.

- Asistir a las Novenas con motivo de Navidad, Pentecostés o de la Inmaculada Concepción.

- Cualquier acto de fe, esperanza o caridad.

- Hacer un raro de oración mental.

- Renovar las promesas del bautismo*.

- Impartir o aprender la doctrina cristiana.

- Realizar la Señal de la cruz, pronunciando las palabras de costumbre.

- Visitar las catacumbas.

- Asistir a la predicación de la palabra de Dios*.

- Visitar una iglesia u oratorio en los días en que se realiza la visita pastoral*.

- Usar los objetos piadosos con la bendición debida*.

- Visitar las iglesias estacionales en su día propio.

Condiciones generales para la indulgencia parcial

La indulgencia parcial se concede a los fieles cristianos que, en el cumplimiento de sus obligaciones y en el sufrimiento de las dificultades de la vida, eleva su alma a Dios con humilde confianza, añadiendo, aunque sólo sea mentalmente, alguna piadosa invocación.

La indulgencia parcial se concede al fiel cristiano que, movido por el Espíritu de fe, se entrega a si mismo o sus bienes, con sentimientos de misericordia, al servicio de los hermanos necesitados.

Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, con espíritu de penitencia, se priva voluntariamente de alguna cosa lícita y agradable.

NOTAS

1.Catecismo de la Iglesia Católica, [1471].

2. Catecismo de la Iglesia Católica, [1479].

3. Catecismo de la Iglesia Católica, [1478].

4. Catecismo de la Iglesia Católica, [1472].

5. Catecismo de la Iglesia Católica, [1473].

6. Pablo VI, const ap. Indulgentarium doctrina, nº 5.

7. Indulgentarium doctrina Nº 1.

Mitos acerca de las indulgencias

Para no caer en generalizaciones fantasiosas.

Por James Akin, traducción de Daniel Cotarelo García.




Mito 1: Una persona puede comprar su salida del infierno mediante indulgencias.

Este es un error habitual, del cual se aprovechan muchos comentaristas anticatólicos, apoyándose en la ignorancia tanto de los católicos como de los no católicos. Pero el cargo no tiene fundamento. Como las indulgencias sólo remiten penas temporales, no pueden remitir la pena eterna del infierno. Una vez que alguien está en el infierno, ninguna cantidad de indulgencias cambiará jamás ese hecho. La única manera de evitar el infierno es apelando a la misericordia eterna de Dios mientras todavía estamos en vida. Luego de la muerte, el destino eterno queda fijado. (Hebreos 9, 27).

Mito 2: Una persona puede comprar indulgencias para pecados aún no cometidos.

La Iglesia siempre ha enseñado que las indulgencias no se aplican a pecados aún no cometidos. La Enciclopedia Católica dice: "[Una indulgencia] no es un permiso para pecar, ni un perdón del pecado futuro; una cosa así no podría ser concedida por poder alguno."

Mito 3: Una persona puede "comprar el perdón" con indulgencias.

La definición de indulgencias presupone que el perdón ya ha tenido lugar: "Una indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa" (Indulgentarium Doctrina, norma 1). Las indulgencias no perdonan pecados en absoluto. Sólo conciernen a las penas que permanecen luego de que los pecados han sido perdonados.

Mito 4: Las indulgencias fueron inventadas para obtener dinero para la Iglesia.

Las indulgencias se desarrollaron a partir de la reflexión sobre el sacramento de la reconciliación. Son una manera de acortar la penitencia de la disciplina sacramental y estaban en uso siglos antes de que aparecieran problemas relacionados con el dinero.

Mito 5: Una indulgencia acortará su tiempo en el purgatorio en un número fijo de días.

El número de días que solía asociarse con las indulgencias era una referencia al período de penitencia que uno podría realizar durante la vida terrena. La Iglesia Católica no pretende saber nada acerca de cuán duradero o breve es el purgatorio en general, mucho menos en el caso de una persona específica.

Mito 6: Una persona puede comprar indulgencias.

El Concilio de Trento instituyó severas reformas en la práctica de conceder indulgencias y, a causa de anteriores abusos, "en 1567 el Papa Pío V canceló todas las concesiones de indulgencias que tuvieran que ver con estipendios u otras transacciones financieras" (Enciclopedia Católica). Este hecho prueba la seriedad de la Iglesia al eliminar los abusos de las indulgencias.

Mito 7: Solía ocurrir que una persona pudiera comprar indulgencias.

Nunca se pudo "comprar" indulgencias. El escándalo financiero alrededor de las indulgencias, el escándalo que dio a Martín Lutero una excusa para su heterodoxia, tuvo que ver con indulgencias en las cuales la donación de dinero para algún fondo de caridad o alguna fundación era usado como ocasión para conceder la indulgencia. No hubo estrictamente venta de indulgencias. La Enciclopedia Católica afirma: "Es fácil ver cómo se fueron introduciendo abusos. Entre las buenas obras que podían estimularse al ponerlas como condición de una indulgencia, las donaciones tendrían naturalmente un lugar destacado. ... Es conveniente observar que en estos propósitos no hay nada esencialmente malo. Dar dinero a Dios o a los pobres es un acto encomiable y, cuando se hace por los motivos correctos, ciertamente no quedará sin recompensa."

(Publicado en inglés en "This Rock", marzo de 1994, (c) Catholic Answers Inc., P.O.Box 17490, San Diego, CA92177, Estados Unidos. Traducido con el permiso del editor. Toda reproducción del presente artículo debe mencionar la fuente original y ser gratuita o cubrir solamente el costo de impresión).

José Alfredo:
Que acaso la Salvacion no es por Gracia?

Luis:
Sin duda. Y eso enseña el Concilio de Trento basándose en las Escrituras y la Tradición
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

José Alfredo:
Porque el Papa permitio que se ejecutaran a aquellos que estaban en contra de las doctrinas catolico romanas en la epoca de la inquisicion?

Luis:
Exactamente por las mismas razones por las que Lutero, Calvino y Zwinglio permitieron y alentaron que se ejecutaran a los que estaban en contra de sus doctrinas reformadas. Y si no, pregúntele a los anabaptistas de la época.
Ahora bien, si usted quiere saber si hay bases bíblicas, incluído el Nuevo Testamento, que justifican la represión de la herejía, ándese con cuidado que lo mismo las encuentra. Calvino, desde luego, las encontró.

José Alfredo:
Por que persiguieron a muerte a aquellos que defendian la Biblia como la unica autoridad? Compruébalo a traves de los hechos historicos.

Luis:
Porque se perseguía a los herejes. Y la doctrina que sostenía que la Biblia era la única autoridad era herética (sigue siéndolo desde el punto de vista católico y ortodoxo)

José Alfredo:
Si el Papa es Infalible, es decir que no se puede equivocar.

Luis:
Sí, sí se puede equivocar. De hecho los Papas se han equivocado muchas veces a lo largo de la historia. En lo que no pueden equivocarse es "cuando proclama como definitiva la doctrina de fe o de costumbres en su calidad de supremo pastor y maestro de todos los fieles a quienes ha de confirmarlos en la fe". Y créame que han sido muy pocas veces a lo largo de la historia en que se han dado esas condiciones, a saber, que un Papa proclama ex cathedra algo de forma DEFINITIVA.

José Alfredo:
Porque fue hasta en 1870 se proclamo este dogma: El dogma de la infabilidad papal; Y porque antes de este año habian contradicciones doctrinales entre Papas?

Luis:
Léase usted el dogma y señálenos una sola contradicción doctrinal entre Papas que cumplieran las condiciones marcadas por dicho dogma. Es decir, doctrinas proclamadas ex cathedra y definitivas.
Un consejo. Ahórrese el esfuerzo. No las va a encontrar.


José Alfredo:
Porque la Iglesia Catolica enseño durante muchos años la doctrina del Limbo; y ahora la misma Iglesia Catolica dice que no existe, a pesar que en sus catecismos la enseño? Entonces donde esta la infabilidad papal?

Luis:
Jamás ha sido enseñado el limbo como dogma de fe o doctrina "de fide" (siguiente rango al dogma). Pero es que además, ahora la Iglesia no dice que exista o deje de existir. Ha preferido dejar el tema de la situación de los niños no bautizados en manos de la misericordia divina.
Cualquiera que conozca mínimamente la doctrina católica sabe que el tema del limbo no afecta para nada a la infalibilidad papal, pues no ha habido pronunciamento dogmático de ningún Papa sobre el tema.
A los que no conocen la doctrina católica sí les puede parecer que tiene algo que ver. Pero sólo demuestran que están criticando aquello que ni siquiera conocen. O sea, penoso.
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

José Alfredo:
Porque se permite orarle a gente buena y virtuosa que ya fallecio? Que acaso no contradice la Teologia en la que dice que el unico que es OMNISCIENTE y OMNIPRESENTE es Dios? Ademas, que la Biblia dice enfaticamente que prohibido invocar a los muertos. No son acaso las oraciones a estas personas fallecidas una invocacion a los muertos?


Luis Fernando:
Como ya he debatido ampliamente este tema en otras ocasiones con otros evangélicos, le copio un par de esos debates:
¿Cómo pueden escucharnos nuestros hermanos santos en el cielo?

Evangélica:
¿ Como se las arregla María para escuchar los ruegos y peticiones que deben alcanzar la importante cifra de unos cien millones diarias , sin haberse convertido en DIOS ?
Espero tu respuesta .

Luis:
Te había contestado pero prefiero hacerte antes una pregunta, así que he borrado mi mensaje.
La pregunta es la siguiente:
¿te vas a poner muy nerviosa y alterada conmigo si muestro con la Palabra de Dios que hay base para creer que María, y los santos en el cielo, puede escuchar los ruegos y peticiones que le dirigen?

Evangélica:
Luis No importa lo que tu o tu grupo quiera ver , la realidad es una . Si yo tengo acceso al presidente Bush , jamas iré al comisionado ( consejal me dijo mi mamá ) para que le diga al alcalde , para que este le diga al senador del estado , y este a su vez , le diga al senador federal , para que entonces este último , haga cola para informarle a Bush .
Yo tengo acceso directo a Dios ¿ y tu ?

Luis:
Sí, pero eso no me impide el pedirles a otros hermanos que oren por mí cuando me hace falta. Y con más razón lo haré si están en la presencia del Padre
Mi pregunta sigue en pie

Evangélica:
Es magnífico que la iglesia completa ruegue por nosotros , como has dicho en otros momentos : pero el problemilla surge , a mi entender , al creer que porque están orando , eso los haya convertido en omnioyentes . ¿ Que tiene que ver una con otra ? ¿ O es que ya yo de plano me he vuelto idiota que no lo veo ? Que yo sepa , ellos no están orando por grandes orejas . :)

Luis:
Bueno, pues vamos allá, pasito a pasito
Mi teoría es que los santos que están en el cielo, viendo a Dios cara a cara, son semejantes a Dios
Fuerte, ¿verdad?
Pues tiene sustento bíblico [NOTA MÍA: Me estaba refiriendo a 1ª Jn 3,2]

Evangélica:
¿ Algo así como un cuarto elemento sumado a la trinidad ?
Responde eso con claridad .......... please .

Luis:
.....seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
¿Quiénes son los que en estos momentos están viendo a Dios tal como Él es?

Evangélica:
¿ No admites la posibilidad de que ese tal como es El , tenga algo que ver con el SER , es decir su propio nombre . Recuerda que EL ES .
¿ Donde puedo leer eso ? no recuerdo haberlo leido , y ahora lo busqué rapidito , y no lo encontré . Tampoco veo como puede suceder , que por verlo tal y como ES , me pueda convertir en diosa automáticamente . La palabra semejante no implica igualdad , recuérdalo , sinó parecido . En fin , hay que estudiar eso para poder ver lo que hay o no hay .
Sin embargo , yo se que enormes cambios se producen en los hijos de Dios , una vez idos de este mundo y de este cuerpo . Mas convertirse en Dioses , como que está demasiado forzado , y por ninguna parte lo dice . Bueno , la iglesia es el 4to elemento que " CUELGA " por decirlo así ¿ Recuerdas lo que te conté una vez ? No obstante todo seguirá en tres , ya que seremos o somos parte de cristo mismo , su cuerpo , especificamente .
Esto es un misterio . Pero DIOS solo hay uno y trino , por mas señas :) Bellísimo ....... y ADORABLE en cada una de sus personas .

Evangélica:
¿ Donde puedo leer eso ? no recuerdo haberlo leido , y ahora lo busqué rapidito , y no lo encontré .

Luis:
Pues búscalo más, :)
Una pista, fue escrito por el discípulo amado

Evangélica:
Tampoco veo como puede suceder , que por verlo tal y como ES , me pueda convertir en diosa automáticamente.

Luis:
Ah, no sé. Pero nadie está hablando de convertirse en dioses. Sólo de ser semejantes a Él.

Evangélica:
La palabra semejante no implica igualdad , recuérdalo , sinó parecido.

Luis:
Cierto, ser semejante no es ser igual, pero si los que están en presencia de Dios son semejantes a Él, nada hay que impida afirmar que las limitaciones de tiempo y espacio que afectan a los que estamos todavía en este cuerpo de muerte, no afectan a los espíritus de los santificados que ven a Dios. De hecho, yo estaría por asegurar que si tú has tenido algún momento de comunión muy especial con Dios, habrás comprobado que el tiempo y el espacio dejan de tener sentido en ese instante
¿me equivoco, Evangélica?
:)

Evangélica:
Sin embargo , yo se que enormes cambios se producen en los hijos de Dios , una vez idos de este mundo y de este cuerpo . Mas convertirse en Dioses , como que está demasiado forzado , y por ninguna parte lo dice

Luis:
"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?"
"por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina"
El participar de la naturaleza divina no nos hace dioses por naturaleza ya que la participación en algo no es la asunción del estado de ese algo, pero desde luego, el que participa de dicha naturaleza divina, participa también de sus atributos. Y esto es especialmente cierto en aquellos que ya están en la presencia de Dios, viéndole tal y como es. Ellos ya han sido purificados de todo pecado y son santos porque Dios es santo (1ª P 1,16). Por eso podemos acudir a ellos y pedirles que oren por nosotros. Su santidad plena y su participación total de la naturaleza divina está fuera de toda duda, ya que no están en "este cuerpo de muerte" (Rom 7,24)
En los que quedamos en la tierra, el cambio se producirá cuando Él se manifieste en su segunda venida

Evangélica:
Bueno , la iglesia es el 4to elemento que " CUELGA " por decirlo así ¿ Recuerdas lo que te conté una vez ? No obstante todo seguirá en tres , ya que seremos o somos parte de cristo mismo , su cuerpo , especificamente .

Luis:
Sí, claro que lo recuerdo. Ahora espero que en el futuro recuerdes tú esto que te voy a decir. La Iglesia en el cielo, santificada y purificada por completo, YA es ese 4to elemento (no me gusta el término pero nos entendemos) del que hablabas. Por eso acudimos a ella, ya que está en plena unión con Cristo, sin que en ella esté el elemento de pecado que sigue presente entre nosotros por causa de nuestra naturaleza caída.
No olvides que esa Iglesia es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Ef 1,23). Imagínate las consecuencias de esa definición bíblica: la plenitud del que todo lo llena en todo. La plenitud del Omnipresente. Esa es la Iglesia de Cristo. Así son los santos que están en el cielo y como una nube en derredor nuestro (Heb 12,1)
Ya sabes: "examinadlo todo, retened lo bueno". No hace falta que respondas rápidamente. Primero asimila, luego ora y después responde
Bendiciones

Evangélica:
Quiero comentar algo . Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza . Lo cual no trajo demasiada ventaja para Adan y Eva ... ¡ Hasta pecaron como tontos ! .
Sin este cuerpo pecaminoso , muchas cosas pueden ocurrir , inclusive ; aún dentro de el , aunque en determinadas circunstancias . Pero hay límites para el hombre , en cualquiera de esas dos circunstancia : Esto lo podemos comprobar en la historia de la primera pareja humana.

Luis:
La diferencia entre Adán y Eva y el que está glorificado en el cielo es que allá ya no está Satanás y no pueden pecar (no hay tentador, no hay acusador), y además están íntimamente unidos a Cristo (de forma mucho más perfecta que nosotros). Sin duda el ser semejante a Dios no es ser Dios, como ya he aclarado, pero sí supone el participar, de una u otra forma, de sus atributos, como lo enseña la Biblia.
Fíjate que cuando Adán y Eva tomaron del fruto prohibido, Dios dijo lo siguiente:
Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.
Tremenda la Palabra de Dios:
HE AQUÍ QUE EL HOMBRE ES COMO UNO DE NOSOTROS.
Dios sacó al hombre del paraíso para que no tomara del árbol de la vida, pero los que ya han vencido y son santos en el cielo, han probado de ese árbol:
Ap 2,7
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
Por tanto, la situación de los santos en el cielo es mucho más perfecta que la del primer hombre, de quien Dios (no Satanás) llegó a decir "es como uno de nosotros"


Respuesta final de Evangélica a uno de mis comentarios.

Dije:
Sin duda el ser semejante a Dios no es ser Dios, como ya he aclarado, pero sí supone el participar, de una u otra forma, de sus atributos, como lo enseña la Biblia.

Evangélica:
Pues de eso no me cabe la menor duda .
He aquí una creencia que compartimos , como también compartimos la Trinidad .
Paz

Luis a Evangélica:
Si consigo hacerte meditar sobre este asunto, cosa que sospecho que así es, me doy por bien pagado.
Bendiciones

y

Luis Fernando:
Hermano, ciertamente nos esperan grandes cosas en el cielo si es que alcanzamos la gracia de perseverar en nuestra fe. Me acuerdo ahora de lo que decía el apóstol Pablo. Por una parte, quería morir para estar ya con Cristo. Por otra, quería vivir por causa de los hermanos cristianos que quedaban en este valle de lágrimas. Yo estoy convencido de que el hecho de que tanto los que están ya en el cielo como los que peregrinamos por la tierra formamos parte del único Cuerpo de Cristo implica necesariamente una comunión de amor tal que no podemos, desde aquí, siquiera vislumbrar. Es decir, si cuando todavía estamos sujetos a las limitaciones de la carne y el pecado somos capaces de amar a los hermanos y apoyarnos unos a otros, ¿cómo no nos amarán y qué no nos apoyarán los hermanos que están ya en la presencia de Dios libres de toda limitación carnal y pecaminosa?
La contemplación de Dios es en ellos fuente de amor hacia nosotros que somos sus hermanos y en verdad podemos y debemos confiar en que su intercesión, fruto de dicho amor, es muy poderosa, pues como dice la Palabra, el amor cubrirá multitud de pecados y la oración de un justo puede mucho.


Protestante:
Dime Luis: ¿Será más grande su amor que el de Dios? ¿Acaso crees que Aquel que murió por mi en el calvario y que despues de su Resurrección nos prometió que estaría a la diestra de Dios INTERCEDIENDO POR NOSOTROS, ha renunciado y olvidado su promesa? ¿Donde está tu fe, Luis? Lo que es yo confio plenamente que él está allí, en su Trono, a la Diestra de Dios intercediendo por mi y por todos aquello que le aceptaron como Señor y salvador. ¿Por que tendría que confiar en otros?
El cuanto a la última frase ten presente que no se refiere a los que ya estan en la eternidad, sino a los que comparten una misma fe en la comunidad de los creyentes en nuestro mundo.

¿Quien puese vencer el abismo que hay entre tiempo y eternidad? Solo Dios puede, nadie más. Entonces no se como podrán saber de las peticiones de sus fieles. ¿El Jose Maria recien estrenado, si?
Piensa, Luis, piensa.


Luis Fernando:
Para ti, el resaltar la comunión de los santos, el amor de la Iglesia celestial a la Iglesia peregrina que se traduce en la intercesión ante el trono del Señor es ignorar el amor de Dios o menospreciarlo así como negar o menospreciar la mediación de Cristo

Para mí, como católico, es justo lo contrario. Tu oposición, como la de cualquier protestante, a esa parte tan maravillosa de la doctrina católica y ortodoxa tiene la misma justificación que tendría una oposición a amar al prójimo y recibir su amor no fuera a ser que eso significara una disminución del amor por Dios y de Dios. Ese supuesto celo por el amor a Dios y de Dios así como por la mediación de Cristo, en realidad sólo sirve para oscurecer algo tan glorioso como es la más perfecta manifestación de unidad entre la Iglesia peregrina y la celestial: el amor entre ambas. No en vano, ambas son un solo Cuerpo, una sola Iglesia. Es imposible que la muerte física rompa la unidad de la Iglesia, una unidad que se manifiesta, entre otras maneras en la oración intercesora de unos por otros.

De hecho creo que aunque nada más fuera por este motivo, por esta doctrina, cualquier católico tendría motivo más que suficiente para no abandonar la Iglesia Católica, la Iglesia que sí entiende que el amor de Dios y la mediación única de Cristo no están reñidos con el amor a los santos que están en la presencia de Dios y la intercesión, fruto del amor, de ellos en favor nuestro.

La paz de Dios sea con todos, muy especialmente con quienes profesan esta fe católica


Protestante:
Luis, creo que mis objeciones han sido matizadas en estas páginas de una manera clara y a la luz de las Escrituras.
Tus conceptos de intercesión no dejan de ser una enseñanza que en la práctica se traduce a poner a aquellos que nos precedieron a unas alturas "funcionales" que solo pertenecen al unico que le es posible manifestarse en el tiempo desde la eternidad.
Las que sostiene tu iglesia son las mismas que sostenia la religiosidad greco romana no cristiana.
No olvides que, según el Nuevo Testamento, lo único que nos dejaron TODOS aquellos que nos predecieron en el camino de la fe ha sido su testimonio (Heb. 11) A los cristianos eso nos basta, de la misma manera que nos basta un solo INTERCESOR ante el trono de la Gracia de Dios.
Parce ser que a vosotros no os basta este UN SOLO INTERCESOR, bien eso no deja de ser un problema de fe, ¿no crees?
Bendiciones Luis.


Luis Fernando:
No, mis "conceptos", más bien los de mi Iglesia, sobre la comunión de los santos parten de la realidad teológica acerca del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia no de la religiosidad greco-romana. Parten no de una necesidad de intercesores que viniera a cubrir una supuesta incapacidad de la mediación universal de Cristo sino de la consecuencia lógica del amor cristiano que es fundamento de la acción intercesora de los hermanos que están en la presencia de Dios en favor de los que peregrinan en este "valle de lágrimas". Por supuesto que Cristo es más que suficiente para cubrir todas nuestras necesidades, para atender todas nuestras peticiones pero, ¿no es Él quien como Cabeza del Cuerpo que es su Iglesia desea que nos amemos profundamente los unos a los otros? ¿acaso no es la oración de intercesión una de las muestras más tangibles del amor entre cristianos, ya sea que estén aquí como que estén en su presencia?
La unidad mística del Cuerpo de Cristo salta las barreras de la muerte física y las limitaciones temporales que en buena lógica no son las mismas en la presencia de Dios que acá en la tierra.
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

José Alfredo:
Si dentro de la doctrina Catolica y Evangelica, se proclama que Jesucristo vendra por segunda vez hasta el fin de los tiempos? Entonces porque los Católicos dicen que Cristo viene en cuerpo, alma y divinidad en la Ostia Consagrada? Entonces se contradice Cristo? CRISTO VENDRA EN UN TIEMPO DETERMINADO, no se esta haciendo presente todos los dias en las misas; por algo nos dejo el Espiritu Santo.
Entonces porque la doctrina de la transubstanciacion que por cierto salio a la luz siglos despues?


Luis:
Antes que preguntarnos a nosotros, los católicos, sobre la doctrina de la transubstanciación, ¿porqué no les pregunta a sus hermanos luteranos por la de la cosubstanciación, que se parece bastante a la doctrina católica?
Es que ellos, en base el concepto del Sola Scriptura, resulta que creen que tras la consagración efectivamente está el cuerpo y la sangre de Cristo.
Una vez que ustedes se hayan puesto de acuerdo sobre esa doctrina fundamental y que les impide estar en comunión plena desde tiempos de Zwinglio y Lutero, vienen y nos preguntan lo que crean convenientes.
Porque claro, entenderá usted que si nosotros vemos que son incapaces de ponerse de acuerdo entre ustedes sobre la Eucaristía no tiene mucho sentido que nos pidan cuentas a nosotros. Porque, ¿a quién respondemos? ¿a un luterano, a un protestante con la idea zwingliana sobre la eucaristía? ¿a uno con la idea del mismísimo Calvino (no precisamente mayoritaria entre los calvinistas)?
Venga, hagan un concilio ecuménico protestante en el que se trate este asunto y así sabremos los demás a qué atenernos.
A la espera quedo.
Y mientras espero, le diré lo que creían los cristianos de los dos primeros siglos (sí, sí, mucho antes de su denostado Constantino) sobre la Eucaristía:
Justino Mártir (primera mitad del siglo II)
El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en un mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo. Se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de los Profetas. Cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra para incitar y exhortar a la imitación de tan bellas cosas.
Luego nos levantamos y oramos por nosotros... y por todos los demás dondequiera que estén, a fin de que seamos hallados justos en nuestra vida y nuestras acciones y seamos fieles a los mandamientos para alcanzar la salvación eterna.
Luego se lleva al que preside pan y una copa con vino y agua
mezclados. El que preside los toma y eleva alabanzas y gloria al Padre del universo, por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo, y da gracias largamente porque hayamos sido juzgados dignos de estos dones. Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo ha respondido "Amén", los que entre nosotros se llaman diáconos distribuyen a todos los que están presentes el pan y el vino "eucaristizados".
A nadie le es lícito participar en la Eucaristía, si no cree que son verdad las cosas que enseñamos y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de los pecados y la regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó.

Porque no tomamos estos alimentos como si fueran un pan común o una bebida ordinaria, sino que así como Cristo, nuestro salvador, se hizo carne y sangre a causa de nuestra salvación, de la misma manera hemos aprendido que el alimento sobre el que fue recitada la acción de gracias, que contiene las palabras de Jesús y con que se alimenta y transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente la carne y la sangre de aquel mismo Jesús que se encarnó.

Los apóstoles, en efecto, en sus tratados llamados Evangelios, nos cuentan que así les fue mandado, cuando Jesús, tomando pan y dando gracias, dijo: "Haced esto en conmemoración mía. Esto es mi cuerpo". Y luego, tomando del mismo modo en sus manos el cáliz, dio gracias y dijo: "Esto es mi sangre", dándoselo a ellos solos. Desde entonces seguimos recordándonos unos a otros estas cosas. Y los que tenemos bienes acudimos en ayuda de otros que no los tienen y permanecemos unidos. Y siempre que presentamos nuestras ofrendas alabamos al Creador de todo por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.

No, eso no es una misa del siglo XXI. Es una del siglo II.... antes de Constantino.
Me da en la nariz que no es similar a un culto protestante evangélico. Al menos en lo referente a la Eucaristía.
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

:pop:

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

José Alfredo:
¿Porque la Iglesia Catolica PROHIBIO en tiempos pasados la lectura de la Biblia a los seglares?

Luis:
Indíqueme el concilio ecuménico o encíclica papal en el que se prohibió explícitamente la lectura de la Biblia a los seglares y veremos.


José Alfredo:
Porque en algunos lugares, y esto tambien la historia reciente lo comprueba en America Latina; porque el Señor Cura manda a sus fieles a apedrear templos evangelicos?
Nada menos hace poco como unos seis años atras, el sacerdote de un templo catolico empujo a mi suegro al suelo por que estaba predicando en el parque...


Luis:
Esos curas no son fieles al evangelio y las disposciones de la Iglesia Católica al ordenar tal cosa de la misma manera que los protestantes de Irlanda del Norte no son fieles al evangelio cuando se dedican a apedrear a niños católicos que van a la escuela.
Es decir, gente exaltada hay en todas partes.
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

El escrito de las indulgencias que copias Luis dice:


Un paralelo cercano a esta aplicación se encuentra en 2 Macabeos. Judas Macabeo encuentra los cuerpos de soldados que murieron portando amuletos supersticiosos durante una de las batallas del Señor. Judas y sus hombres "pasaron a la súplica, rogando que quedara completamente borrado el pecado cometido" (2 Macabeos 12, 42). La referencia a que el pecado "quedara completamente borrado" atañe a sus penas temporales. El autor de 2 Macabeos nos relata que para esos hombres Judas "consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que duermen piadosamente" (v.45); él creía que aquellos hombres dormían piadosamente, lo cual no hubiera sido el caso si estuvieran en pecado mortal. Si no estaban en pecado mortal, entonces no habrían tenido penas eternas a sufrir, y por lo tanto el borrado completo de su pecado tiene que referirse a las penas temporales por sus acciones supersticiosas. Judas, "después de haber reunido entre sus hombres cerca de dos mil dracmas, las mandó a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando ... en favor de los muertos, para que quedaran librados del pecado" (v. 43.45).



…Judas no solamente oró por los muertos, sino que proveyó para ellos la entonces apropiada acción eclesial para disminuir sus penas temporales: un sacrificio por el pecado. Concordantemente, podemos tomar la ahora apropiada acción eclesial para disminuir las penas temporales –las indulgencias– y aplicarlas a los difuntos por vía de oración.



Estos soldados murieron a lo que hoy el catolicismo llamaría, “por pecado mortal”, estos soldados murieron por idolatría, de esta manera Dios les quito la vida.

El escrito dice:
“él (Judas) creía que aquellos hombres dormían piadosamente, lo cual no hubiera sido el caso si estuvieran en pecado mortal”

Valla contradicción, estos hombres murieron en fragrante idolatría y Judas dice que “creía” que dormían piadosamente.

¿Idolatras durmiendo piadosamente?

Muy interesante me seria que me aclaran este punto.

Saludos
Malcom
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

Sí, es que Judas era todavía más optimista que los católicos. Creía incluso que se podía pedir a Dios que perdonara el pecado de los que habían muerto en pecado mortal.
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

El hecho real es que eran idolatras y no piadosos, y los idolatras no heredan el Reino de los cielos hecho que hace dudar la veracidad de ese libro como sagrado y la veracidad de las indulgencias.
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

PARA LUIS FERNANDO:

Muy elocuente tu defensa, PERO TOTALMENTE apartada de los fundamentos biblicos y de las enseñanzas apostolicas.
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

No se puede juzgar la canonicidad de un libro porque cuente lo que pasó, aunque no juzguemos que sea ortodoxo eso que pasó.

Por cierto, el texto dice que Judas creía que hay una recompensa para los que duermen piadosamente, pero no que los que murieron en ese pecado durmieran piadosamente pues es evidente que Judas y el resto entendieron que era justo que hubieran muerto por su pecado. Si Judas hubiera creído que ellos ya dormían en paz con Dios, no habría mandado hacer la ofrenda expiatoria. La ofrenda era para que su pecado pudiera ser perdonado y entonces ya sí podrían dormir piadosamente. El matiz es importante
Además, tampoco se le podía pedir a Judas que supiera lo que después fue revelado con el Nuevo Testamento.

Por cierto, si lee esto yerushalayim me gustaría que nos dijera si los judíos de hoy oran por sus muertos.

Pax, bonum et veritas
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

Alfredo:
Muy elocuente tu defensa, PERO TOTALMENTE apartada de los fundamentos biblicos y de las enseñanzas apostolicas

Luis:
Ya claro, o sea, yo uso la Biblia pero como no la interpreto igual que tú, entonces estoy apartado de ella y de las enseñanzas apostólicas.
Pues siento decirte que los cristianos de los primeros 3 siglos, antes de Constantino, tenían una fe que es infinitamente más cercana a la mía, la católica, que a la tuya, la de los reformadores.
En cualquier caso, te recuerdo que nosotros los católicos no aceptamos el Sola Scriptura. Entre otras razones, porque tal Sola no se encuentra en la Escritura y no fue predicado entre los cristianos de los primeros siglos.
Por tanto, como partimos de un desacuerdo esencial sobre cuáles son las fuentes de la Revelación, es imposible que nos pongamos de acuerdo.
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

Un monton de largos mamotretos para intentar justificar las famosas indulgencias.
Pero veamos lo que calla:
En primer lugar donde pueden estar los "méritos sobrantes de los santos". Para disimularlos ponen a Jesucristo delante. Luego la pregunta es: ¿Donde en todo el Nuevo Testamento se no habla de méritos sobrantes de Cristo? El, al no morir por causa de su pecado, puesto que no conoció pecado, pudo morir por el pecado de los demás y a su Sacrificio ni le falta ni le sobra nada En cuanto a los santos, ¿qué es lo que les puede sobrar? ¿Méritos? Si han tenido méritos sobrantes significa que para nada necesitarona Cristo como Salvador. Les sobraron sus propios méritos. Y les sobraron tanto que ahora la llamada iglesia los puede aplicar a quien pague para ello.
Porque esta es la segunda objeción. Las Indulgencias se compraban y se pagaban con dinero constante y sonante. Luego se convirtió en la llamada SIMONÍA una simonía orquestada por los papas. La verdad es que al papa de turno poco le importaron las doctrinas de Lutero. De las 95 tesis solo le preocuparon las que tenían que ver con la Indulgéncias y porque tocaban su bolsillo. Y ay, amigo, tocar al "Becerro de Oro" fué su mayor pecado. (El de Lutero, claro)

Y para colmo, se atreve a citar al Concilio de Constanza. El concilio que se cargó el propio Derecho Canónico colocando al Concilio por encima del papado. :llorando:
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

Hay una pregunta que deseo hacer a los católicos enteradillos de las dosctrina de su dichoso magisterio.
El del dogma de la famosa inmaculada concepción.
Vamos a ver.
¿María murió? ¿Si o No?
La respuesta del magisterio es que sí.
Ahora veamos el resultado de esta afirmación con el dogma que han impuesto a sus crédulos seguidores.
La palabra de Dios dice:
La promesa es que todos aquellos que murieron a causa del pecado recibirán la "dádiva" de Dios en Cristo si esta fué previamente aceptada al aceptar a Cristo como salvador. Estos que murieron tambien resucitarán. Pero si al nacer ya fueron inmaculados (sin mancha de pecado de Inmaculado = "sin mácula" o mancha y despues tampoco cometieron ni un solo pecado, no pueden morir porque solo muere aquel que comete pecado.
El texto es claro:
He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. (Ez.18:4)

¿Y la que no pecare? La que encima dicen que nació Inmaculada. ¿Puede morir?

Si María murió y a la vez dicen que es inmaculada, estan acusando a Di-s de incumplir su propia ley, porque María NO PODÍA MORIR No se le podía aplicar aquello de que el alma que pecare morirá
Este es el resultado de un magisterio que, autotitulandose cristiano se aparta de las enseñanzas de Di-s siguiendo las de un magisterio que prescinde del magisterio apostólico.

Como respuesta veremos lo de siempre. El SI, pero NO. Y el NO, pero, SI Es decir, el consabido juego malabar :biggrinbo
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

Tobi:

Lo que dices es erróneo.

"el alma que pecare, esa morirá"

Muy bien... ¿y el cuerpo? Ahi dice que el alma del que peque morirá, lo cual es evidente, porque si Dios es la Vida, el que se aparte de Él, muere. Pero ahi no se dice que si no tienes pecado tu cuerpo no morira.

¿Tu tambien haces juegos malabares? :S
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

Jesús también murió y no tenía pecado
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

Y tanto Enoc como Elías pecaro y no murieron. Fueron "abducidos", :cool:
 
Re: ACLARACION y PREGUNTAS a los catolicos.

Tobi:
En primer lugar donde pueden estar los "méritos sobrantes de los santos". Para disimularlos ponen a Jesucristo delante. Luego la pregunta es: ¿Donde en todo el Nuevo Testamento se no habla de méritos sobrantes de Cristo? El, al no morir por causa de su pecado, puesto que no conoció pecado, pudo morir por el pecado de los demás y a su Sacrificio ni le falta ni le sobra nada

Luis:
Bueeeno, sí y no. No pero sí. Ni sí ni no sino todo lo contrario.
Ciertamente el sacrificio de Cristo en la cruz fue perfecto pero...

Col 1,24
Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;

y

Rom 8,17
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Respecto al poder de la Iglesia, es posible qué, quizás, cabe la posibilidad de que, lo mismo tiene algo que ver con eso que dijo Cristo "lo que atareis en la tierra quedará atado en el cielo"