Si tu examinas la vida de los apostoles, te daras cuenta que ninguno de ellos reunian las condiciones basicas para serlo.
Eran en su mayoria hombres rudos que se habian dedicado a otras actividades que no tenian nada que ver con el ministerio de Cristo; hombres que emocionalmente no eran muy estables, con dificultades de caracter y dominio propio en sus emociones; hombres que espiritualmente hablando dejaban mucho que desear, pues continuamente reaccionaban con sus impulsos carnales y mentales.
Definitivamente que no llenaban el perfil que un verdadero siervo de Dios habia de reunir.
Pudiesemos ocupar este espacio para hablar de cada uno de estos hombres; pero en esta ocasion hablaremos de Mateo.
Mateo: Un hombre que con su trabajo se dedicaba a despojarles dinero mas de la cuenta a sus paisanos judios.
Un hombre que estaba al servicio del imperio que mantenia oprimido a su pueblo.
En otras palabras, un hombre totalmente alejado de los propositos de Dios. Todas sus actividades giraban totalmente en contra de los intereses divinos. Yo me imagino que cuando este hombre se levantaba cada mañana, lo unico que pensaba era cuanto dinero iba a sacarle a sus semejantes a traves del cobro inflado de los impuestos.
Ese era su mundo: Sentarse en el banco de los tributos publicos para aprovecharse de los demas.
Ese era su radio de accion.
Sin embargo este hombre afanado en si mismo y en como aprovecharse de los demas, llamo la atencion del Señor Jesus.
Vio en el un potencial maravilloso para fuese su apostol y mas tarde el escritor de uno de los Evangelios.
Vio en Mateo un potencial maravilloso aunque en apariencia no relfejase nada bueno ante los ojos de los demas, aunque fuese blanco del rechazo y el repudio de las personas a quienes habia dañado.
Es a este hombre a quien Jesus le dijo una sola palabra: SIGUEME. Ver Mateo 9:9
SIGUEME aunque ahora no entiendas nada.
SIGUEME aunque ahora tus actividades te hayan limitado en otros propositos ajenos a los mios.
SIGUEME aunque sientas que ya perdiste mucho tiempo en tus cosas.
SIGUEME aunque tu radio de accion sea totalmente diferente al que te estoy llamando.
SIGUEME aunque ahora te sientas incapaz de hacer lo que te diga, aunque no reunas la condiciones basicas para seguirme.
SIGUEME aunque te sientas indigno por lo que ahora haces.
SIGUEME aunque los demas te señalen con el dedo.
SIGUEME porque veo en ti un potencial maravilloso aunque los demas no te lo vean.
SIGUEME porque quien te capacitara sere yo; lo unico que deseo es que seas mi discipulo y te expongas a mi enseñanza transformadora.
Asi como el Señor Jesus se fijo en Mateo y le llamo a ser su colaborador, de la misma manera lo hace contigo...
Jose Alfredo Lievano.
[email protected]
San Salvador, El Salvador, C.A.
Jueves 19 de agosto 2004.
Eran en su mayoria hombres rudos que se habian dedicado a otras actividades que no tenian nada que ver con el ministerio de Cristo; hombres que emocionalmente no eran muy estables, con dificultades de caracter y dominio propio en sus emociones; hombres que espiritualmente hablando dejaban mucho que desear, pues continuamente reaccionaban con sus impulsos carnales y mentales.
Definitivamente que no llenaban el perfil que un verdadero siervo de Dios habia de reunir.
Pudiesemos ocupar este espacio para hablar de cada uno de estos hombres; pero en esta ocasion hablaremos de Mateo.
Mateo: Un hombre que con su trabajo se dedicaba a despojarles dinero mas de la cuenta a sus paisanos judios.
Un hombre que estaba al servicio del imperio que mantenia oprimido a su pueblo.
En otras palabras, un hombre totalmente alejado de los propositos de Dios. Todas sus actividades giraban totalmente en contra de los intereses divinos. Yo me imagino que cuando este hombre se levantaba cada mañana, lo unico que pensaba era cuanto dinero iba a sacarle a sus semejantes a traves del cobro inflado de los impuestos.
Ese era su mundo: Sentarse en el banco de los tributos publicos para aprovecharse de los demas.
Ese era su radio de accion.
Sin embargo este hombre afanado en si mismo y en como aprovecharse de los demas, llamo la atencion del Señor Jesus.
Vio en el un potencial maravilloso para fuese su apostol y mas tarde el escritor de uno de los Evangelios.
Vio en Mateo un potencial maravilloso aunque en apariencia no relfejase nada bueno ante los ojos de los demas, aunque fuese blanco del rechazo y el repudio de las personas a quienes habia dañado.
Es a este hombre a quien Jesus le dijo una sola palabra: SIGUEME. Ver Mateo 9:9
SIGUEME aunque ahora no entiendas nada.
SIGUEME aunque ahora tus actividades te hayan limitado en otros propositos ajenos a los mios.
SIGUEME aunque sientas que ya perdiste mucho tiempo en tus cosas.
SIGUEME aunque tu radio de accion sea totalmente diferente al que te estoy llamando.
SIGUEME aunque ahora te sientas incapaz de hacer lo que te diga, aunque no reunas la condiciones basicas para seguirme.
SIGUEME aunque te sientas indigno por lo que ahora haces.
SIGUEME aunque los demas te señalen con el dedo.
SIGUEME porque veo en ti un potencial maravilloso aunque los demas no te lo vean.
SIGUEME porque quien te capacitara sere yo; lo unico que deseo es que seas mi discipulo y te expongas a mi enseñanza transformadora.
Asi como el Señor Jesus se fijo en Mateo y le llamo a ser su colaborador, de la misma manera lo hace contigo...
Jose Alfredo Lievano.
[email protected]
San Salvador, El Salvador, C.A.
Jueves 19 de agosto 2004.