¿Acaso es Dios un espía?

JuandelaCruz

Miembro senior
2 Febrero 2024
124
36
Dios no vigila tus actos
pero sí ve tus cosechas
porque cosechas y siembras
todo es a la misma vez.
Dios no es un “vigilante”.

No es un Padre que me espía,
Dios no vigila mis actos
pero sí ve mis cosechas.
Pues todas se hallan escritas
en mi cuerpo espiritual.

Y de esto te alegrarás
salvo si eres un furtivo,
un fugitivo que cree
que porque no ve a ese Dios
puede esconder y esconderse.

Dios es un Padre de amor,
y el padre que ama a sus hijos
no les espía: confía,
porque sabe que en sus hijos
el amor florecerá.

El amor es la sustancia
que ha gestado este universo
y todos aquellos otros
que un día descubriremos,
más reales que este mismo.

La armonía y equilibrio
es intrínseca a este mundo
y a todos los que Él creó.
Y todo cuanto ahí existe
a esa ley siempre se atiene.

No hay vida sino bajo ellas,
no hay vida sino bajo Él.
No tiene necesidad
de espiar a sus criaturas
porque Su ley es perfecta.

Ninguna fisura tiene
y el registro es muy muy fiel
de todo lo que hemos hecho,
de todo cuanto pensamos
y de nuestras intenciones.

En el cuerpo espiritual
queda todo ello escrito
y es nuestra propia conciencia
la que hace de juez perfecto;
cada recuerdo de lo hecho.

Y los infiernos existen
y también los purgatorios
para expurgar nuestras faltas
y limpiarnos de la escoria
registrada pelo a pelo.

Nadie se puede escapar
de pagar por sus pecados
hasta el último centavo
de cada olvido de Dios,
de cada acto que Le ignora.

Pero siempre hay redención,
pues nuestro Padre es Amor,
y Sus leyes de Armonía
tan sólo buscan limpiarnos
de todo cuanto no es de Él.

No hay castigo inmerecido,
y ni siquiera hay castigo.
Sólo es la recolección
de cuanto a su espalda hicimos
cuando éramos “los furtivos”.

Los errores se corrigen,
pero Él nunca los castiga.
Sólo quiere vernos limpios,
aptos para estar con Él
y gozar Sus Bendiciones.

¿Qué padre a su hijo repudia?
Pero el hijo ha de lavarse
de los barros del camino
para poder abrazarLe
y entrar en Su santo Hogar.

Hay redención para todos.
El peor de los tormentos
es aquella convicción
de que no existe ninguna;
que habrá castigo por siempre…

Los malvados eso instilan,
pero eso no es la verdad.
Siempre los malvados mienten,
y ellos son los que más sufren
por sus mentiras hirientes.

Si te hallas en los infiernos
al llegar al más allá,
jamás creas en castigos,
recuerda: Dios es Amor,
y tu situación, justicia.

Ajustarte a la Verdad,
hasta coincidir con ella,
hasta quitarte de encima
las costras que te rodean
en tu cuerpo espiritual.

Ora y ora sin cesar,
si te hallas en un infierno,
sea en la tierra o “allá”,
porque toda salvación
sólo de Él puede venir.