“…a Trófimo dejé en Mileto, enfermo”.

28 Febrero 1999
41.610
5.526
Esta frase de 2Tim 4:20 ha sido suficientemente desatendida, como para que ahora, entre todos, podamos desentrañar de ella una oportuna y provechosa enseñanza.

Dos cosas aquí nos sorprenden: una, que Pablo hubiese dejado a su colaborador Trófimo en Mileto, prosiguiendo él su viaje a Roma. Otra, que lo dejara enfermo. Lo primero podría fácilmente excusarse, ya que era forzada su ida a Roma. Este detalle nos sirve para frenar las críticas apresuradas a los hermanos, para actitudes que sin comprenderlas, reprobamos. A veces se presentan situaciones que, de saberlas, no arriesgaríamos preocupaciones e injustas conjeturas.

Lo segundo, es que él mismo apunta que lo dejara enfermo. ¿Cómo? ¿Acaso no poseía Pablo todos los dones? ¿No había ya Dios hecho milagros por la mano de Pablo, incluso sanando enfermos? (Hch 19: 11,12). ¿No había Pablo revivido a Eutico? (Hch 20:10).

Que Trófimo hubiese quedado enfermo en Mileto, quizás no le hizo tanto mal como podríamos imaginar, pero nos hace mucho bien a nosotros que a veces nos afligimos cuando la enfermedad se nos presenta, ya sea en carne propia o en alguno de los nuestros. Si esta acaba con la muerte, nuestra consternación es mayor. Trófimo enfermo en Mileto nos dice que ni los dones están a nuestra orden, y que ni siquiera la oración siempre resulta acorde a nuestro expreso pedido. Así, aprendemos que ni Dios nos ama menos ni que se distrae en sus cuidados u olvide de nosotros, sino que su Soberanía incluye planes que de momento nos son ajenos. Así recordamos cuando el Señor Jesús al enfermarse Lázaro “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios” (Jn 11:4).

Nosotros no podemos impedir que nuestra limitación humana e incomprensión estallen en llanto, reclamos y voces de protesta. Pero Trófimo, quedando enfermo en Mileto, nos enseña que lo que no comprendemos ahora, lo entenderemos después (Jn 13:7).


Cordiales saludos
 
Esta frase de 2Tim 4:20 ha sido suficientemente desatendida, como para que ahora, entre todos, podamos desentrañar de ella una oportuna y provechosa enseñanza.

Dos cosas aquí nos sorprenden: una, que Pablo hubiese dejado a su colaborador Trófimo en Mileto, prosiguiendo él su viaje a Roma. Otra, que lo dejara enfermo. Lo primero podría fácilmente excusarse, ya que era forzada su ida a Roma. Este detalle nos sirve para frenar las críticas apresuradas a los hermanos, para actitudes que sin comprenderlas, reprobamos. A veces se presentan situaciones que, de saberlas, no arriesgaríamos preocupaciones e injustas conjeturas.

Lo segundo, es que él mismo apunta que lo dejara enfermo. ¿Cómo? ¿Acaso no poseía Pablo todos los dones? ¿No había ya Dios hecho milagros por la mano de Pablo, incluso sanando enfermos? (Hch 19: 11,12). ¿No había Pablo revivido a Eutico? (Hch 20:10).

Que Trófimo hubiese quedado enfermo en Mileto, quizás no le hizo tanto mal como podríamos imaginar, pero nos hace mucho bien a nosotros que a veces nos afligimos cuando la enfermedad se nos presenta, ya sea en carne propia o en alguno de los nuestros. Si esta acaba con la muerte, nuestra consternación es mayor. Trófimo enfermo en Mileto nos dice que ni los dones están a nuestra orden, y que ni siquiera la oración siempre resulta acorde a nuestro expreso pedido. Así, aprendemos que ni Dios nos ama menos ni que se distrae en sus cuidados u olvide de nosotros, sino que su Soberanía incluye planes que de momento nos son ajenos. Así recordamos cuando el Señor Jesús al enfermarse Lázaro “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios” (Jn 11:4).

Nosotros no podemos impedir que nuestra limitación humana e incomprensión estallen en llanto, reclamos y voces de protesta. Pero Trófimo, quedando enfermo en Mileto, nos enseña que lo que no comprendemos ahora, lo entenderemos después (Jn 13:7).


Cordiales saludos
-----------------------------------------------

Salud y bendición en la paz de Cristo.

En REALIDAD DEBEMOS ENTENDER que los DONES del ESPÍRITU SANTO... NO SON NUESTROS, NI LOS PODEMOS USAR a NUESTRO CAPRICHO (Juan 5:30 "No puedo yo hacer nada por mí mismo...")... SINO que SON del ESPÍRITU SANTO... y que los DA (1 Corintios 12:11) según la VOLUNTAD y el PROPÓSITO de DIOS que ES lo que TODO HIJO de DIOS DEBE OBEDECER y HACER (Juan 8:29 "... porque yo hago siempre lo que le agrada.")... pero SÍ PODEMOS ORAR a DIOS por los ENFERMOS... por SI ES la VOLUNTAD de DIOS RESPONDER POSITIVAMENTE a NUESTRA ORACIÓN.

Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
 
A Timoteo también le aconsejó tomar un poco de vino debido a sus frecuentes enfermedades, o sea, no estamos exentos de las enfermedades pues es bien sabido que la mayoría de ellas, nosotros mismos nos las buscamos. Sin embargo nuestro deber es orar a Dios por los enfermos, para que nos sane y sea él glorificado, tal y como él mismo lo hizo pues no dejo ningúno enfermo de los que él sanó, en algunos pueblos sano a todos los enfermos que alli habia, en otros sanó a los que le traían, y en otros, tal como en el estanque, habiendo muchos enfermos solo sanó a uno. Dios es soberano y si él me sana, Gloria a Dios! y si no me sana, Gloria a Dios!! sus razones tendrá.
 
  • Like
Reacciones: Miniyo
"Y HAY EN JERUSALEN ... UN ESTANQUE ... YACIA UNA MULTITUD DE ENFERMOS, CIEGOS, COJOS Y PARALITICOS" (Juan 5: 3), SIN EMBARGO SOLO UN HOMBRE ENFERMO FUE SANADO POR JESUS Y EL RESTO DE LA MULTITUD DE ENFERMOS NO FUERON SANADOS POR JESUS.

Notemos que Jesus solamente le hablo a UNA SOLA PERSONA ENFERMA, que era "UN HOMBRE QUE YACIA TREINTA Y OCHO ANOS QUE ESTABA ENFERMO", a quien Jesus le dijo: "QUIERES SER SANO?" (Juan 5: 5 y 6).

Notese que ese hombre enfermo solamente creia que podia sanarse si podia meterse primero al estanque, despues que el angel agitaba las aguas (Juan 5: 7). Esa fue la unica razon que dio este hombre enfermo como la causa de no poder sanarse. NI SIQUIERA SE IMAGINO QUE AQUEL QUE HABLABA CON EL, JESUS, PODIA SANARLO, porque si asi hubiese sido, no hubiese dado COMO EXCUSA el no poder entrar inmediatamente al estanque apenas las aguas eran agitadas por el angel.

"JESUS LE DIJO: LEVANTATE, TOMA TU LECHO, Y ANDA" (Juan 5: 8). El hombre enfermo creyo lo que Jesus le dijo, "Y AL INSTANTE AQUEL HOMBRE FUE SANADO, Y TOMO SU LECHO, Y ANDUVO" (Juan 5: 9). Sin embargo, este hombre enfermo no tenia la menor idea QUIEN ERA la persona que le dio esa orden, PUES NO CONOCIA A JESUS. Esto se desprende de lo que unos judios le dicen al hombre que habia sido curado de su enfermedad: "QUIEN ES EL QUE TE DIJO: TOMA TU LECHO Y ANDA?" (Juan 5: 12), a lo que el hombre sanado contesto:

"EL QUE ME SANO, EL MISMO ME DIJO: TOMA TU LECHO Y ANDA". "Y EL QUE HABIA SIDO SANADO NO SABIA QUIEN FUESE, PORQUE JESUS SE HABIA APARTADO DE LA GENTE QUE ESTABA EN AQUEL LUGAR" (Juan 5: 13).

En otras palabras, el hombre sanado solo podia reconocer a su restaurador solamente si lo volvia a ver, PERO NO CONOCIA A JESUS POR SU NOMBRE, porque "NO SABIA QUIEN FUESE" (Juan 5: 13).

Este sanamiento que hizo Jesus es un caso de una persona enferma que NO BUSCO SER SANADA POR JESUS, PORQUE NI SIQUIERA CONOCIA A JESUS. Invalido como estaba, por 38 anos, no habia salido de esa zona del estanque, pues no podia caminar. Este hombre enfermo que hablo con Jesus, "NO SABIA QUIEN FUESE" (Juan 5: 13).

Entonces, por que Jesus lo sano completamente? Y por que Jesus solamente lo sano a el, habiendo alli una multitud de otros enfermos, los cuales no fueron sanados por Jesus?

LA RESPUESTA ES UNA SOLA:

"MIRA, HAS SIDO SANADO; NO PEQUES MAS, PARA QUE NO TE VENGA ALGUNA COSA PEOR" (Juan 5: 14).

Solamente el hombre enfermo SABIA que su enfermedad fue el producto de sus pecados. Vio en Jesus a UNO que conocia su vida y, posteriormente, se entero que su nombre era Jesus. "EL HOMBRE SE FUE, Y DIO AVISO A LOS JUDIOS, QUE JESUS ERA EL QUE LE HABIA SANADO" (Juan 5: 15).

La sanidad que Jesus hizo en este hombre fue simplemente PARA DARLE LA OPORTUNIDAD DE PODER SALVARLO DE SUS PECADOS Y PARA QUE PERSONALMENTE SUPIESE QUIEN ERA JESUS, porque si volvia a sus pecados antiguos, ciertamente le vendria ALGO PEOR QUE LO QUE HABIA SUFRIDO POR 38 ANOS (Juan 5: 14).

Patricio Cespedes Castro.
EX-ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA.