UNA MISION ESPECIAL
La primera noción espiritual que necesitamos tener con relación a los hijos que Dios nos agracio, es saber que ellos necesitan ser conducidos a Cristo: necesitan pasar de una orilla a otra. Esto equivale a escribir que deben salir de Adán a ser transferidos a Cristo.
(Romanos 5:12-21) Todos los padres deben pensar en eso diariamente. Si nos falta esa percepción espiritual en cuanto a los hijos que tenemos o si estamos preparando otro tipo de futuro para ellos, sepamos que ya fracasamos como padres. Nuestro oficio como padres es transferirlos a Cristo.
Es lógico imaginar que esa transferencia demorara algunos años para que acontezca, ya que ellos son muy nuevos para saber que son pecadores y que Cristo es el Salvador de ellos. Así, los padres necesitan preservarlos hasta que llegue el día en que lo conozcan. Los hijos, como vasos que son (2 Corintios 4:7), necesitan ser preservados por medio del entrenamiento de su conciencia para que Cristo, como el tesoro, pueda entrar un día en ellos. Este episodio cumple nuestra primera misión como padres cristianos, y da realización completa a nuestros hijos como seres humanos. Realización personal no es poseer todos los tesoros de esta tierra. Realización personal es poseer a Cristo como el mayor y real tesoro de esta tierra dentro de nosotros.
Debemos no solamente orar por eso, sino tomar la actitud de infundir en sus conciencias la ley moral de Dios, para que sepan decidir entre lo que es correcto y lo que es incorrecto. Así que, debemos alimentar sus conciencias con dos cosas fundamentales acerca de Dios: justicia y santidad. Además, debemos presentarles algunos elementos importantes de la cultura humana.
En cuanto a la justicia de Dios, nuestros hijos necesitan saber que Dios no soporta la injusticia y que un día El juzgara a los hombres según las obras que hicieron por medio del cuerpo (2 Corintios 5:10).
En cuanto a la santidad, ellos necesitan considerar la Santidad de Dios (1 Pedro 1:15,16) Y que para que se aproximen a El, necesitan ser santos y puros. Como padres, debemos sentarnos con nuestros hijos y gastar un tiempo como ellos para explicarles lo que significa justicia y lo que significa santidad. Debemos señalarles en sus acciones, sus errores, siempre que sean indebidos delante de Dios. Debemos subrayar en el vivir de ellos los hechos y palabras que Dios esta aprobando y cuales El esta desaprobando. De esta manera, estaremos preservando sus vasos para que no se rompan y preparándolos para que un día Cristo pueda entrar en ellos.
En cuanto a la cultura necesitan aprender buenos modales. Por ejemplo: tener una buena relación con otras personas, respetar a los mayores, usar palabras como: gracias, por favor, con permiso, discúlpeme y otras cosas dentro de las habilidades, virtudes y valores humanos.
¡Que Dios nos bendiga en esta misión tan especial!
¡Jesús es el Señor!
Artículo publicado por: Periódico “Árbol de la Vida” de editora Árbore da Vida.
La primera noción espiritual que necesitamos tener con relación a los hijos que Dios nos agracio, es saber que ellos necesitan ser conducidos a Cristo: necesitan pasar de una orilla a otra. Esto equivale a escribir que deben salir de Adán a ser transferidos a Cristo.
(Romanos 5:12-21) Todos los padres deben pensar en eso diariamente. Si nos falta esa percepción espiritual en cuanto a los hijos que tenemos o si estamos preparando otro tipo de futuro para ellos, sepamos que ya fracasamos como padres. Nuestro oficio como padres es transferirlos a Cristo.
Es lógico imaginar que esa transferencia demorara algunos años para que acontezca, ya que ellos son muy nuevos para saber que son pecadores y que Cristo es el Salvador de ellos. Así, los padres necesitan preservarlos hasta que llegue el día en que lo conozcan. Los hijos, como vasos que son (2 Corintios 4:7), necesitan ser preservados por medio del entrenamiento de su conciencia para que Cristo, como el tesoro, pueda entrar un día en ellos. Este episodio cumple nuestra primera misión como padres cristianos, y da realización completa a nuestros hijos como seres humanos. Realización personal no es poseer todos los tesoros de esta tierra. Realización personal es poseer a Cristo como el mayor y real tesoro de esta tierra dentro de nosotros.
Debemos no solamente orar por eso, sino tomar la actitud de infundir en sus conciencias la ley moral de Dios, para que sepan decidir entre lo que es correcto y lo que es incorrecto. Así que, debemos alimentar sus conciencias con dos cosas fundamentales acerca de Dios: justicia y santidad. Además, debemos presentarles algunos elementos importantes de la cultura humana.
En cuanto a la justicia de Dios, nuestros hijos necesitan saber que Dios no soporta la injusticia y que un día El juzgara a los hombres según las obras que hicieron por medio del cuerpo (2 Corintios 5:10).
En cuanto a la santidad, ellos necesitan considerar la Santidad de Dios (1 Pedro 1:15,16) Y que para que se aproximen a El, necesitan ser santos y puros. Como padres, debemos sentarnos con nuestros hijos y gastar un tiempo como ellos para explicarles lo que significa justicia y lo que significa santidad. Debemos señalarles en sus acciones, sus errores, siempre que sean indebidos delante de Dios. Debemos subrayar en el vivir de ellos los hechos y palabras que Dios esta aprobando y cuales El esta desaprobando. De esta manera, estaremos preservando sus vasos para que no se rompan y preparándolos para que un día Cristo pueda entrar en ellos.
En cuanto a la cultura necesitan aprender buenos modales. Por ejemplo: tener una buena relación con otras personas, respetar a los mayores, usar palabras como: gracias, por favor, con permiso, discúlpeme y otras cosas dentro de las habilidades, virtudes y valores humanos.
¡Que Dios nos bendiga en esta misión tan especial!
¡Jesús es el Señor!
Artículo publicado por: Periódico “Árbol de la Vida” de editora Árbore da Vida.