1 El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad, 2 a causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros: 3 Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.
No nos llama la atención que el apóstol Juan se encubra acá (y en la 3era. epístola) presentándose como “el anciano”, cuando en su evangelio usaba la frase “el discípulo a quien amaba Jesús” (Jn 13:23; 19:26; 20:2; 21:7,20).
Es también posible que “la señora elegida” pueda ser una forma de preservar la identificación de los destinatarios, ya sea que se tratase de una hermana determinada o una congregación cristiana. En tiempos de persecución los mensajeros siempre fueron interceptados y su correspondencia examinada a fin de descubrirlos.
Para lo que sigue, poco importa en realidad si se trataba de una hermana y sus hijos, o toda una congregación cristiana.
¿Qué les parece?
No nos llama la atención que el apóstol Juan se encubra acá (y en la 3era. epístola) presentándose como “el anciano”, cuando en su evangelio usaba la frase “el discípulo a quien amaba Jesús” (Jn 13:23; 19:26; 20:2; 21:7,20).
Es también posible que “la señora elegida” pueda ser una forma de preservar la identificación de los destinatarios, ya sea que se tratase de una hermana determinada o una congregación cristiana. En tiempos de persecución los mensajeros siempre fueron interceptados y su correspondencia examinada a fin de descubrirlos.
Para lo que sigue, poco importa en realidad si se trataba de una hermana y sus hijos, o toda una congregación cristiana.
¿Qué les parece?