Este tema que tocas es muy interesante, Mightor.
Te comparto mi opinión, por si fuera del interés tuyo o de otros foristas, y que no refleja de ninguna manera el pensamiento cristiano.
Cada vez que Dios se manifiesta en carne, además de traer el Evangelio Eterno (con mensajes de carácter universal) cumple también una misión específica.
El Cristo que se manifestó en la figura histórica de Jesús de Nazareth además de traer el Evangelio Eterno con temas universales, vino con la misión especial de dar significado al tema de la expiación por los pecados: asunto que ocupaba el centro de la relación de los israelitas con Dios.
Pero el Cristo previó otras misiones para las próximas manifestaciones de Dios, es decir, para su retorno.
Así como Elías retornaría simbólicamente con una misión distinta a la del primer Elías (cosa que se cumplió en el ministerio de Juan el Bautista), el Cristo retornaría pero con otra misión distinta a la expiación del pecado.
Una de ellas es la misión de explicar y revelar más cosas que Jesús no dijo o que no podían comprender en esa época. Para ello habló del Otro Consolador.
Ese otro Consolador sería enviado por el Padre. Frecuentemente pensamos que se refiere al Espíritu Santo solo como ente abstracto e inmaterial. Pero no necesariamente es así. El Cristo mismo es un Consolador, y se manifestó en carne. ¿Por qué un Otro Consolador no podría también manifestarse de la misma manera?
11 Los redimidos del Señor volverán a Sión entre cantos de alegría. Sobre ellos reposará un gozo infinito; rebosarán de gozo y alegría, y el dolor y los gemidos huirán de ellos. 12 «Yo mismo soy su consolador. ¿Quién eres tú para tener miedo de hombres mortales, que son como la paja? (Isaías 51:11,12)
Otra misión del retorno del Cristo es la de traer justicia, juicio, y cumplir la promesa hecha desde el Antiguo Testamento de establecer el Reino de Dios en este planeta. No me refiero al reino espiritual, pues este lo estableció Jesús de Nazareth, sino el material, que incluye la paz entre las naciones, la unidad en torno a un mismo Pastor, la sociedad justa. La Tierra que será heredada por los mansos, en donde pacerá en paz el león y el cordero. La Tierra que no necesita de templos, porque Dios mismo es su templo. La Tierra donde la gente tiene acceso a la salud tanto espiritual como física ( a las hojas del árbol de la vida, que son para sanidad de las naciones). La promesa de esa Tierra no fue cumplida en la misión de Jesús. Es una promesa que quedó para cumplirse en otro momento.