06 ORACIÓN, divino tesoro – ORACIÓN VERDADERA, ¡VERDADERO PODER!

25 Noviembre 2001
295
0
Por tanto,
os digo que todo lo que pidiereis orando,
creed que lo recibiréis,
y os vendrá
”.
MARCOS 11:24



Oración verdadera, ¡VERDADERO PODER!

¡Miremos hacia arriba y permitámonos llorar! ¡OH, Dios! Tú nos has dado una poderosa arma y nosotros la hemos dejado oxidar. Tú nos has dado eso que es tan poderoso como Tú mismo y nosotros hemos dejado que ese poder yazga aletargado. ¿Qué debemos decir de nosotros mismos cuando Dios nos ha dado poder mediante la oración—inigualable poder, pletórico de bendiciones para nosotros mismos y de incontable misericordia para otros—y éste todavía yace inútilmente en nosotros? A Tu pueblo Tú le has dado un regalo que es muchísimo mejor que el sol o el viento o la vida misma y, sin embargo, dejamos que éste yazga inútilmente en nosotros. Incluso, casi olvidamos cómo ejercer tal poder. ¡Llora, creyente! Por no haber orado, hemos sido derrotados y nuestros estandartes se arrastran por la polvareda. ¡Llora, creyente, llora! Regresa a tu Dios y confiesa ante Él que, aun estando bien armado y cargado de excelente municiones, te echaste para atrás en EL DÍA DE LA BATALLA. ¡Llora, creyente, llora! Tu espíritu no se ha movido en lo absoluto. Despierta, despiértate y asómbrate: ¡HAS DESCUIDADO LA ORACIÓN! ¡Llora, creyente, llora! Batalla y esfuérzate con la ayuda de tu Dios y la bendición ha de venir a ti—la temprana y tardía lluvia de Su misericordia— y la tierra dará a luz copiosamente, y todas las naciones le llamarán a Él, “¡BENDITO!”.

Una vez más, mira hacia arriba y ¡REGOCIJATE!. No, no has buscado suficientemente Su cara, pero al contemplarte Él te todavía te grita, “¡BUSCA MI CARA!”. ¡Qué bendición tan grande que el MAESTRO en los cielos esté siempre listo para escucharnos! Deja que cada vena de tu corazón se rebose con la riquísima sangre del deseo de verle a Él y deja que cada vena de tu corazón pelee, batalle y se esfuerce por alcanzarle a Él, usando las promesas y suplicando los atributos de Dios, y entonces ve si Dios no ha de darte los deseos de tu humillado corazón. ¡Te reto, hermano mío, amigo mío! Te reto a que sobrepases en oración, si fuese posible, la generosidad del Maestro. Créele a Él para que seas más y más como Él es. Abre tu boca ampliamente, hasta donde creas que Él no va a poder llenarla. ¡Acude a Él ahora!, más por fe que por las garantías prometidas. Aventúrate, arriésgate y, si fuese posible, supera al Eterno. Entonces ve si por creerle a Él, Él no cumple la promesa y te bendice ricamente con el ungiente aceite de Su Espíritu Santo mediante el cual tú serás fortalecido en y para oración. Él te oirá y tu entonces orarás como un imperante príncipe.



Padre, busco Tu cara, necesito tu cara. Tu promesa es abrumadora. Lléname con Tu maravilloso don de la FE en ti. ¡Amen!

Amado, amada, que me escuchas: Si este mensaje (traducido a la lengua castellana y proveniente de un inspirado hermano en Cristo Jesús que ahora mora con el Señor) te ha sido de edificación y deseas leer otros de la misma cosecha, te ruego entonces que abras los vínculos siguientes:

01 ORACIÓN, divino tesoro - ¡LLAMA A LA PUERTA!
02 ORACIÓN, divino tesoro - ¡NO TE PREOCUPES!
03 ORACIÓN, divino tesoro – ADOPCIÓN: EL ESPÍRITU y EL GRITO
04 ORACIÓN, divino tesoro – ORACIÓN EFICAZ
05 ORACIÓN, divino tesoro – ORANDO EN EL ESPÍRITU