05 ORACIÓN, divino tesoro – ORANDO EN EL ESPÍRITU

25 Noviembre 2001
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Pero vosotros, amados,
edificándoos sobre vuestra santísima fe,
ORANDO EN EL ESPÍRITU SANTO,
conservaos en el amor de Dios,
esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
”.
JUDAS 1:20-21



Orando en el Espíritu

Es maravilloso saber que Dios observa a Su pueblo y no se sienta como un indiferente espectador ante sus conflictos y dificultades. El Señor sabe de nuestras flaquezas y fracasos en la oración, pero con todo Él no se enfada con nosotros. En cambio, Él se conmueve hasta el punto de la piedad y el amor por nosotros. En lugar de cerrar las puertas de la misericordia, Él descubre maneras de traer al lisiado ante Su presencia. Él enseña a orar al ignorante y fortalece al débil con Su propia fortaleza. Esta ayuda no puede ser hallada en ningún libro o en la vana repetición de ciertas palabras en ciertos “consagrados lugares” sino mediante la condescendiente asistencia del Espíritu Santo.

Entiendo que el Espíritu Santo está realmente ayudándome a orar, que Él me dirá cómo orar y que cuando yo llegue al un punto donde mis palabras se hayan agotado y no pueda expresar mis deseos, Él aparecerá en mí limitación e intercederá por mí con gemidos que no pueden ser proferidos por hombre alguno. Jesús en Su agonía en el Getsemaní fue fortalecido por un ángel; tú estás para ser fortalecido por el mismísimo Dios. Esta reflexión no necesita ser adornada por expresión retórica alguna. Tómala como un gran trozo del oro de Ofir y valórala; ésta no tiene precio, está más allá de todo precio. Dios el Espíritu Santo Se complace en ayudarte cuando estás arrodillado y no puedes poner dos palabras juntas en el habla que es común a los hombres. En este preciso instante Él—el Espíritu Santo—te ayudará a hablar con Dios Padre. Y si en el estrado de la misericordia yerras en las palabras, tú, en realidad, no has de fracasar ya que tu corazón saldrá victorioso. Dios no requiere palabras. Él nunca lee nuestras peticiones de acuerdo a la expresión externa sino de acuerdo a los gemidos internos. ¡ÉL NUNCA LEE EL PERIÓDICO, NI ESCUCHA NI VE LOS NOTICIEROS, PARA ESTAR INFORMADO! Él se da cuenta de la nostalgia, el deseo, el suspiro y del grito que surgen desde el fondo de nuestros corazones.

Recuerda que lo externo de la oración no es sino la cáscara; la oración interna es su verdadera almendra y esencia. En efecto, la oración gemida desde adentro en la angustiosa amargura de un espíritu desolado—en medio de un llanto demasiado discordante para los oídos humanos—es música a los oídos de Dios. Date cuenta del valor que el corazón tiene en la oración y sé confortado.



Espíritu Santo, enséñame a orar, fortaléceme en oración. Mi corazón es Tuyo. Intercede por mí ante el trono del Padre. ¡Amen!

Amado, amada, que me escuchas: Si este mensaje (traducido a la lengua castellana y proveniente de un inspirado hermano en Cristo Jesús que ahora mora con el Señor) te ha sido de edificación y deseas leer otros de la misma cosecha, te ruego entonces que abras los vínculos siguientes:

01 ORACIÓN, divino tesoro - ¡LLAMA A LA PUERTA!
02 ORACIÓN, divino tesoro - ¡NO TE PREOCUPES!
03 ORACIÓN, divino tesoro – ADOPCIÓN: EL ESPÍRITU y EL GRITO
04 ORACIÓN, divino tesoro – ORACIÓN EFICAZ
 
“Pero vosotros, amados,
edificándoos sobre vuestra santísima fe,
ORANDO EN EL ESPÍRITU SANTO,
conservaos en el amor de Dios,
esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.”.
JUDAS 1:20-21


Caleb, gracias por tu aporte está edificante.

Nuevamente nos hablas. Eres como voz que clama en el desierto.

Dios te bendiga hermana, deberas de cada uno de nosotros necesitamos orar en el Espíritu. La carne no quiere pero el espíruto está siempre
dispuesto para presentarse en cualquier momento ante Dios padre.

¡Aleluya! seamos cada uno de nosotros edificados y fortalecidos en la oración. Elemento de muchas riquezas y bendiciones.


Hasta luego hermano.


Modri
 
Amén por el aporte de Joshua.

Amén por el hermano que vio las cosas como realmente son.

Amén y amén.

Salud
 
Amados hermanos, Modri y Sam:

Gracias doy a nuestro Señor por vosotros y por este sagrado instante de unidad en ADORACIÓN al ÚNICO QUE ES.

MODRI:
Cuando niño me crié leyendo directamente la Biblia así como historias e historietas centradas en ésta. Así, llegué a tener varios héroes que saltaban desde la épica bíblica. José (hijo de Jacob), Moises, Josué, David, Salomón, Elías y Daniel eran figuras de primer orden para mí despúes de la PERSONA que JESUCRISTO es. Fue muy difícil tener que decidir sobre cuál de ellos era mi favorito. Daniel salió victorioso en mi elección. Su hermosa vida de negación y de encendido servicio al Señor supo capturar mi infantil imaginación. Me veía con él, ora rodeado de leones, ora metido en el horno incandescente, ora negándome a participar en el banquete del rey. A mis 14 años abandoné el camino del Señor. ¡El mundo capturó toda mi atención! Sin embargo, el ejemplo de Daniel me perseguía, sumándose entonces la insigne figura de Juan El Bautista. "Herodes, te estás acostando con la mujer de tu hermano", eran palabras que parecían golpearme el rostro justo en el auge de mi fornicación con el mundo. ¡GLORIA A DIOS, porque el nunca me abandonó! Yo lo hice, mas Él fue fiel. ¡Aleluya!

Años más tarde, una vez RENACIDO EN CRISTO, la figura de Daniel continuaba firme como gran ejemplo para mi vida y ahora se incorporaba con fuerza la del Juan que me había perseguido en mis años de alienación, de separación de LA VERDAD, EL CAMINO y LA VIDA.

¡Cuánto quisiera, mi hermano, poder tener aunque sea el 10 por ciento del amor, humildad, fervor, negación congruencia con CRISTO y compromiso con la ANUNCIACIÓN DEL EVANGELIO que El Bautista tuvo en su paso por este mundo!

SAM:
¡Cuánto gusto, hermano, me da toparme de nuevo contigo en estos electrónicos predios! ¡Nuestro Señor te multiplique en bendiciones!

En Cristo,

C.J.
 
Hola Joshua.

Precioso testimonio el de la Vida del Señor en tu interior.

Gracias por compartir tantas cosas.

Daniel es una epifanía, es un precursor, un símbolo del Señor Jesús.
Todos deberíamos admirar la figura de Daniel, el camino de amor y de entrega que él marcó. Hay algo especial en Daniel en cuanto a su estrecha relación con el Señor. Había algo en él, un gran amor hacia Dios, y estoy seguro que él vio y habló con Jesús. Es un gran ejemplo a seguir, la senda de completo divorcio entre el Mundo y Dios que nuestro hermano Daniel nos mostró. Sus revelaciones y sueños son veraderamente grandiosos, y hablan a través de los siglos. Daniel está íntimamente relacionado con el poder del testimonio, y con la Revelación de Jesús en estos últimos días. Lo que él vio y oyó conecta, estoy seguro, con Patmos. Otra cosa que veo en Daniel es la santidad que él transpiraba (santidad en su significado de "estar apartado de") es una inspiración gloriosa para nosotros, los que amamos a Dios. Ah, Daniel se separó de lo que Babilonia podía darle, para, desde la esfera del espíritu, desde "el lado de Dios", vivir su existencia enfocado en lo realmente importante.

Daniel es uno de los grandes.

Luego está Juan el Bautista. ¡¡Qué podemos decir de Juan!!
Juan es ante todo el símbolo total de lo que seguir a Jesucristo significa, en toda su extensión. Juan el Bautista es la otra cara de la moneda. En Daniel vemos la parte bonita de lo que amar a Dios puede significar, dejando las pruebas aparte...

Pero es que la vida de Juan el Bautista es una prueba de principio a fin. Él representa el mayor de los sacrificios, es el brazo que sujeta en un extremo el pacto del AT, y por otro lado tiende la mano al Señor de la Cruz. En Juan la locura del evangelio toma toda su verdadera dimensión, extensión... amplitud. En Juan el Señor es glorificado, quizás como ningún otro hombre fue, sea o haya de ser jamás.

Por eso es que el Señor dijo: "No ha nacido de mujer nadie mayor que Juan, mas todos en el Reino son mayores que él."

Y te pregunto yo, Joshua, ¿quién, sino el Único que podía hacerse lo suficientemente pequeño, atravesó la barrera entre el Infierno y el Cielo para predicar a las almas encarceladas?

Sí, Juan el Bautista, el mayor de los hombres en esta tierra desde el punto de vista de Dios... y el menor en los cielos... desde también esa incomprensible y peculiar visión de nuestro grandioso Señor.


Saludos en Cristo, amado

Sam