ISRAEL FUE ATACADA
DESDE EL PRIMER DÍA
DE SU CREACIÓN
CHATGPT:
Cuando fue declarado el Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, fue atacado inmediatamente por varios países árabes vecinos.
El mandato británico sobre Palestina terminó ese mismo día.
David Ben-Gurión, líder sionista, proclamó la independencia del Estado de Israel.
Inmediatamente después:
El 15 de mayo de 1948, cinco ejércitos árabes —de Egipto, Siria, Jordania (entonces Transjordania), Líbano e Irak— invadieron el nuevo Estado de Israel.
Resultado:
Comenzó la Guerra árabe-israelí de 1948, también conocida como la Guerra de Independencia de Israel o la Nakba (“catástrofe”) para los palestinos.
Israel logró resistir y expandió su territorio más allá de lo que le había asignado el Plan de Partición de la ONU (Resolución 181).
Al final del conflicto (1949), se firmaron acuerdos de armisticio con los países árabes, aunque no tratados de paz.
***
LOS DOLORES DE PARTO
PARA ISRAEL
COMENZARON AL DÍA
SIGUIENTE DE SER
DECLARADO EL ESTADO
DE ISRAEL.
¿Acaso alguien ha visto
algo tan extraño como esto?
¿Quién ha oído hablar de algo así?
¿Acaso ha nacido una nación en un solo día?
¿Acaso ha surgido un país en un solo instante? Pero para cuando le comiencen
los dolores de parto a Jerusalén,
ya habrán nacido sus hijos.
Isaías 66:8 NTV
LA GENERACIÓN QUE HA VISTO
EL RESURGIMIENTO DE ISRAEL,
VERÁ LA LLEGADA DEL SEÑOR
»Ahora,
aprendan una lección de la higuera.
Cuando las ramas echan brotes
y comienzan a salir las hojas,
ustedes saben que el verano se acerca.
De la misma manera,
cuando vean que suceden
todas estas cosas,
sabrán que su regreso está muy cerca,
a las puertas.
Les digo la verdad,
no pasará esta generación
hasta que todas estas cosas sucedan.
El cielo y la tierra desaparecerán,
pero mis palabras no desaparecerán jamás.
Nuevamente recibí un mensaje del Señor:
«Hijo de hombre,
toma un trozo de madera
y grábale estas palabras:
“Esto representa a Judá
y a sus tribus aliadas”.
Luego toma otro trozo
y graba en él estas palabras:
“Esto representa a Efraín
y a las tribus del norte de Israel”.
Ahora toma ambos trozos en tu mano
como si fueran una sola pieza de madera.
Cuando la gente te pregunte
qué significa lo que haces,
diles: “Esto dice el Señor Soberano:
‘Tomaré a Efraín y a las tribus del norte
y las uniré a Judá.
Las convertiré en una sola pieza
de madera en mi mano’”.
»Luego coloca, a la vista del pueblo,
los trozos de madera que has grabado,
para que todos puedan verlos.
Dales este mensaje de parte del Señor Soberano:
“Reuniré al pueblo de Israel
de entre las naciones.
Los regresaré a su propia tierra
desde los lugares adonde fueron esparcidos.
Los unificaré para que formen
una sola nación sobre los montes de Israel.
Un rey los gobernará a todos;
ya no estarán divididos
en dos naciones o en dos reinos.
Nunca más se contaminarán
con ídolos ni con imágenes
repugnantes ni rebelión,
porque los salvaré
de su apostasía pecaminosa y los limpiaré.
Entonces serán verdaderamente mi pueblo,
y yo seré su Dios.
»”Mi siervo David será su rey
y tendrán un solo pastor.
Obedecerán mis ordenanzas
y se asegurarán de cumplir mis decretos.
Vivirán en la tierra que le di a mi siervo Jacob,
la tierra donde vivieron sus antepasados.
Tanto ellos como sus hijos y sus nietos
vivirán allí para siempre,
de generación en generación;
y mi siervo David será su príncipe por siempre.
Haré con ellos un pacto de paz,
un pacto eterno.
Les daré su tierra y aumentaré su población,
y pondré mi templo
en medio de ellos para siempre.
Haré mi hogar entre ellos.
Yo seré su Dios,
y ellos serán mi pueblo.
Y cuando mi templo
esté en medio de ellos para siempre,
las naciones sabrán que yo soy el Señor,
quien hace santo a Israel”».
Ezequiel 37:15-28 NTV
LAS NACIONES DESPRECIAN
LA VOLUNTAD DE DIOS,
AL APODERARSE Y DIVIDIR
A ISRAEL.
Sí, esto es lo que dice el Señor Dios:
He hablado apasionadamente
contra esas otras naciones
y contra todos los edomitas,
que se apoderaron de mi país
y lo hicieron suyo,
celebrando alegremente mientras
saqueaban la tierra
y me trataban con total desprecio.
Ezequiel 36:5 VBL
DIVIDIR LA TIERRA DE ISRAEL
NOS LLEVA AL ARMAGEDON.
Cuando todo esto suceda,
cuando y traiga a los exiliados
a Jerusalén y Judá,
reuniré a todas las naciones
en el valle de Josafat
y allí las juzgaré a favor de Israel,
mi heredad,
a quienes han esparcido
por todas las naciones,
dividiendo así a mi tierra.
[...]
¿Qué quieren de mí ustedes,
Tiro, Sidón y regiones de Filistea?
¿Quieren vengarse de mí?
Si lo que desean es vengarse,
yo me vengaré por lo que ustedes han hecho.
[...]
Proclamen esto entre las naciones:
“¡Prepárense para la guerra!
¡Llamen a los guerreros poderosos!
¡Que se preparen los soldados por anticipado!
Forjen las puntas de las palas para el arado
y hagan espadas con ellas.
Conviertan sus podaderas en lanzas.
Incluso los débiles deberán decir:
‘Soy un soldado fuerte!’
Apresúrense y vengan
todas las naciones de todas partes,
y reúnanse aquí.
¡Trae tus Guerreros, Señor!
Que se alisten las naciones,
y vengan al valle de Josafat,
porque allí me sentaré a hacer
el juicio de todas las naciones.
[...]
Entonces sabrán que yo,
el Señor su Dios, habito en Sión, mi santo monte,
y Jerusalén será para siempre un lugar sagrado,
y ningún extranjero pasará por ella de nuevo.
[...]
Pero Egipto se volverá desolado,
y Edom será un desierto desolado,
por su violencia contra Judá,
porque en su tierra se derramó sangre inocente.
Judá será habitada por siempre,
y Jerusalén por todas las generaciones.
¿Acaso perdonaré y dejaré impune
el derramamiento de sangre inocente?
¡El Señor vive en Sión!”
Jonathan Cahn habla de una de las revelaciones más detalladas de la profecía y los presagios del tiempo del fin de los últimos días, y el presagio más específico del Anticristo: el hombre llamado Antíoco. ¿Estamos viviendo ahora mismo en los días de Antíoco? ¿Es este el secreto detrás de la metamorfosis de nuestra cultura? ¿Y cuáles son las claves que revela para alcanzar la victoria?
El rey Antíoco envió un mensaje
a todos los pueblos
que estaban bajo su poder.
En él se ordenaba que todos
debían tener las mismas costumbres.
Así ningún pueblo
sería diferente de los demás.
Por eso, cada pueblo debía abandonar
sus propias leyes y costumbres.
Las naciones que no creían en Dios
aceptaron la decisión del rey.
Incluso algunos israelitas comenzaron
a practicar la religión del rey,
y dejaron de celebrar el día sábado,
el cual debían dedicar al descanso
y a la adoración a Dios.
Además, ofrecían sacrificios
a los dioses de otras naciones.
Para que los israelitas
conocieran la decisión del rey,
este envió mensajeros a Jerusalén
y a las demás ciudades de Judea.
En el mensaje el rey ordenaba
que abandonaran sus costumbres
y se comportaran
como los que no creen en Dios.
También les prohibía
que ofrecieran sacrificios
y ofrendas en el templo de Jerusalén.
Todo esto,
para que los israelitas no respetaran
lo que era sagrado para ellos:
el sábado, sus fiestas religiosas y su templo.
El rey les ordenaba además
que construyeran templos
y capillas para los dioses
de otras naciones.
Les exigía que adoraran a esos dioses,
y que les presentaran ofrendas
de animales impuros, como el cerdo.
También les prohibía
que circuncidaran a los niños.
Con todo esto el rey pretendía
que los israelitas imitaran todo lo malo
y espantoso que hacía la gente
que no creía en Dios.
Su propósito era hacer que los israelitas
rechazaran la ley y los mandamientos de Dios.
Todo aquel que no obedeciera
las órdenes del rey
sería condenado a muerte.
Este mensaje fue enviado
a todos los pueblos
que pertenecían al imperio.
Además, el rey colocó inspectores
en todas las ciudades de la región de Judea
para asegurarse de que los israelitas
obedecieran todas sus órdenes
y adoraran a los dioses
de las otras naciones.
Como se dijo antes,
muchos israelitas traidores
cumplieron las órdenes del rey.
Por eso, los que se mantuvieron
fieles a Dios tuvieron
que buscar dónde esconderse.
El día quince del mes de Quislev,
cuando los reyes griegos cumplieron
ciento cuarenta y cinco años en el poder,
el rey Antíoco construyó un altar
en honor del dios Zeus.
Mandó construirlo justo encima del altar
de las ofrendas quemadas
del templo de Jerusalén,
y lo mismo hizo en las demás
ciudades de Judea.
En honor a los dioses de otras naciones
muchos israelitas traidores
quemaban incienso en las puertas
de las casas y en las calles.
Además, cuando los inspectores encontraban
una copia de la ley de Dios
la rompían y la quemaban.
Si un israelita era sorprendido
con algún libro de la ley de Dios,
o si este la obedecía,
se le condenaba a muerte,
pues así lo había ordenado el rey.
Los extranjeros que no creían en Dios,
aprovechándose de su poder,
perseguían constantemente a los israelitas.
El día veinticinco de cada mes
se presentaban ofrendas en el altar
dedicado al dios Zeus,
que se había construido
sobre el altar de las ofrendas
quemadas en el templo de Jerusalén.
A las madres que hacían circuncidar a sus hijos,
les colgaban sus hijos al cuello y las mataban.
También mataban a sus familiares
y a los que habían circuncidado a los niños.
A pesar de toda la persecución,
hubo israelitas valientes
que se negaron a comer alimentos impuros.
Estos israelitas estaban dispuestos a morir,
antes que comer esos alimentos
y desobedecer la ley de Dios.
Fueron muchos los que murieron.
Aquella fue una época
de mucha desgracia para Israel.
1 Macabeos 1:41-64 TLAI
Y la serpiente arrojó de su boca,
tras la mujer, agua como un río,
para que fuese arrastrada por el río.
Pero la tierra ayudó a la mujer,
pues la tierra abrió su boca
y tragó el río que el dragón
había echado de su boca.
Entonces el dragón
se llenó de ira contra la mujer;
y se fue a hacer guerra contra
el resto de la descendencia de ella,
los que guardan los mandamientos de Dios
y tienen el testimonio de Jesucristo.
La ciudad de Ascalón
verá la caída de Tiro
y se llenará de miedo.
Gaza temblará de terror
y lo mismo hará Ecrón,
porque sus esperanzas
se desvanecerán.
El rey de Gaza será asesinado
y Ascalón será abandonada.
La ciudad de Asdod
será ocupada por extranjeros.
Destruiré el orgullo de los filisteos.
Zacarías 9:5-6 NTV
CÓMO EN LA DESTRUCCIÓN
DE BABILONIA.
Los soldados babilonios
dejaron de luchar,
se quedaron en sus fortalezas;
sus fuerzas se agotaron,
y hasta parecían mujeres.
Sus ciudades fueron invadidas
y sus casas incendiadas.
»Yo sé de tu sufrimiento
y tu pobreza,
¡pero tú eres rico!
Conozco la blasfemia
de los que se te oponen. Dicen ser judíos pero no lo son,
porque su sinagoga
le pertenece a Satanás.
Apocalipsis 2:9 NTV
Mira, a esos que pertenecen
a la sinagoga de Satanás —esos mentirosos que
dicen ser judíos y no lo son—
los obligaré a que vengan
y se postren a tus pies.
Ellos reconocerán
que es a ti a quien amo.
Apocalipsis 3:9 NTV
Pues no se es un verdadero judío
solo por haber nacido de padres judíos
ni por haber pasado
por la ceremonia de la circuncisión.
No, un verdadero judío es aquel
que tiene el corazón recto
a los ojos de Dios.
La verdadera circuncisión
no consiste meramente en obedecer
la letra de la ley,
sino que es un cambio en el corazón,
producido por el Espíritu.
Y una persona con un corazón
transformado busca la aprobación de Dios,
no la de la gente.
Romanos 2:28-29 NTV
»Entonces derramaré un espíritu
de gracia y oración sobre la familia de David
y sobre los habitantes de Jerusalén.
Me mirarán a mí, a quien atravesaron,
y harán duelo por él como por un hijo único.
Se lamentarán amargamente
como quien llora la muerte
de un primer hijo varón.
Zacarías 12:10 NTV
Pues los recogeré
de entre todas las naciones
y los haré regresar a su tierra.
»”Entonces los rociaré con agua pura
y quedarán limpios.
Lavaré su inmundicia
y dejarán de rendir culto a ídolos.
Les daré un corazón nuevo
y pondré un espíritu nuevo
dentro de ustedes.
Les quitaré ese terco corazón de piedra
y les daré un corazón tierno y receptivo.
Pondré mi Espíritu en ustedes
para que sigan mis decretos
y se aseguren de obedecer mis ordenanzas.
»”Vivirán en Israel,
la tierra que hace mucho tiempo
di a sus antepasados.
Ustedes serán mi pueblo
y yo seré su Dios.
La ciudad de Ascalón
verá la caída de Tiro
y se llenará de miedo.
Gaza temblará de terror
y lo mismo hará Ecrón,
porque sus esperanzas
se desvanecerán.
El rey de Gaza será asesinado
y Ascalón será abandonada.
La ciudad de Asdod
será ocupada por extranjeros.
Destruiré el orgullo de los filisteos.
Les quitaré de la boca
la carne ensangrentada
y sacaré de entre sus dientes
los sacrificios detestables.
Entonces los filisteos
que sobrevivan adorarán a nuestro Dios
y serán como un clan en Judá.
Los filisteos de Ecrón
se unirán a mi pueblo,
como una vez lo hicieron
los antiguos jebuseos.
Guardaré mi templo
y lo protegeré de ejércitos invasores.
Estoy vigilando de cerca
para asegurar que nunca más
los opresores extranjeros
invadan la tierra de mi pueblo.
¡Alégrate, oh pueblo de Sion!
¡Grita de triunfo, oh pueblo de Jerusalén!
Mira, tu rey viene hacia ti.
Él es justo y victorioso,
pero es humilde, montado en un burro:
montado en la cría de una burra.
Quitaré los carros de guerra de Israel
y los caballos de guerra de Jerusalén.
Destruiré todas las armas
usadas en la batalla,
y tu rey traerá paz a las naciones.
Su reino se extenderá de mar a mar
y desde el río Éufrates
hasta los confines de la tierra.
Debido al pacto que hice contigo,
sellado con sangre, yo liberaré a tus prisioneros
de morir en un calabozo sin agua.
¡Regresen al refugio, ustedes, prisioneros,
que todavía tienen esperanza!
Hoy mismo prometo que les daré
dos bendiciones por cada dificultad.*
Judá es mi arco, e Israel, mi flecha.
Jerusalén es mi espada y,
como un guerrero,
la blandiré contra los griegos.
¡El Señor aparecerá sobre su pueblo
y sus flechas volarán como rayos!
El Señor Soberano hará sonar
el cuerno de carnero
y atacará como un torbellino
desde el desierto del sur.
El Señor de los Ejércitos Celestiales
protegerá a su pueblo,
quien derrotará a sus enemigos
lanzándoles grandes piedras.
Gritarán en la batalla
como si estuvieran
borrachos con vino.
Se llenarán de sangre
como si fueran un tazón,
empapados con sangre
como las esquinas del altar.
En aquel día el Señor su Dios
rescatará a su pueblo,
así como un pastor rescata a sus ovejas.
Brillarán en la tierra del Señor
como joyas en una corona.
La ciudad de Ascalón
verá la caída de Tiro
y se llenará de miedo.
Gaza temblará de terror
y lo mismo hará Ecrón,
porque sus esperanzas
se desvanecerán.
El rey de Gaza será asesinado
y Ascalón será abandonada.
La ciudad de Asdod
será ocupada por extranjeros.
Destruiré el orgullo de los filisteos.
Les quitaré de la boca
la carne ensangrentada
y sacaré de entre sus dientes
los sacrificios detestables.
Entonces los filisteos
que sobrevivan adorarán a nuestro Dios
y serán como un clan en Judá.
Los filisteos de Ecrón
se unirán a mi pueblo,
como una vez lo hicieron
los antiguos jebuseos.
Guardaré mi templo
y lo protegeré de ejércitos invasores.
Estoy vigilando de cerca
para asegurar que nunca más
los opresores extranjeros
invadan la tierra de mi pueblo.
¡Alégrate, oh pueblo de Sion!
¡Grita de triunfo, oh pueblo de Jerusalén!
Mira, tu rey viene hacia ti.
Él es justo y victorioso,
pero es humilde, montado en un burro:
montado en la cría de una burra.
Quitaré los carros de guerra de Israel
y los caballos de guerra de Jerusalén.
Destruiré todas las armas
usadas en la batalla,
y tu rey traerá paz a las naciones.
Su reino se extenderá de mar a mar
y desde el río Éufrates
hasta los confines de la tierra.
Debido al pacto que hice contigo,
sellado con sangre, yo liberaré a tus prisioneros
de morir en un calabozo sin agua.
¡Regresen al refugio, ustedes, prisioneros,
que todavía tienen esperanza!
Hoy mismo prometo que les daré
dos bendiciones por cada dificultad.*
Judá es mi arco, e Israel, mi flecha.
Jerusalén es mi espada y,
como un guerrero,
la blandiré contra los griegos.
¡El Señor aparecerá sobre su pueblo
y sus flechas volarán como rayos!
El Señor Soberano hará sonar
el cuerno de carnero
y atacará como un torbellino
desde el desierto del sur.
El Señor de los Ejércitos Celestiales
protegerá a su pueblo,
quien derrotará a sus enemigos
lanzándoles grandes piedras.
Gritarán en la batalla
como si estuvieran
borrachos con vino.
Se llenarán de sangre
como si fueran un tazón,
empapados con sangre
como las esquinas del altar.
En aquel día el Señor su Dios
rescatará a su pueblo,
así como un pastor rescata a sus ovejas.
Brillarán en la tierra del Señor
como joyas en una corona.