IGLESIA ADVENTISTA DE LA PROMESA
La Iglesia Adventista de la Promesa (IAP) tuvo su origen en el día 24 de enero de 1932, cuando el pastor João Augusto da Silveira, recibió el bautismo en el Espíritu Santo, después de pasar algunos años estudiando sobre este asunto.
De allá para acá, progresivamente la IAP fue buscando su propia comprensión de las Sagradas Escrituras, siendo que, desde muy temprano en la historia denominacional, reconoció a la Biblia Sagrada como su única regla de fe e práctica.
Fundamentó su creencia en la teología ortodoxa, teniendo como inspirados solamente los sesenta y seis libros que componen el Antiguo y Nuevo Testamentos.
No reconoce, por lo tanto, nengún otro escrito como divinamente inspirado y el principio de “solo las escrituras” de lenguaje reformado es una de las columnas que fundamenta sus creencias
Hoy, presente en
14 naciones, la IAP sigue caminando en obediencia a la orden dada por Cristo: “Id por todo mundo, y predicad el evangelio a toda criatura”
Conozca los puntos de fe de la Iglesia Adventista de la Promesa:
La Biblia Sagrada: "La palabra de Dios": Cre¬emos que la Biblia Sagrada es el Libro del Señor. Inspirada por el Espíritu Santo, siendo, así, la palabra de Dios, que es luz para nuestro camino y guía para nuestra vida (II.Ped.1:20y 21; II.Tim.3:15-17; SI 119:105).
La Creación y la Trinidad Divina: Creemos que la creación de todas las cosas, inclusive el hombre como ser humano, fue obra de las manos de Dios (Gen 1:1 e 26), revelado, en esta acción, por la Divinidad (Jn. 1:3; Hb 1:2; Job 33:4; SI 104:30).
Cree¬mos en la Trinidad Divina: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Dios único, revelado en las tres personas de la Santísima Trinidad (Jn.1:18,15:26; Mt 28:19; II Cor. 13:13).
Jesús: "Mediador y Salvador": Creemos que Jesús, El Hijo de Dios, fue enviado al mundo para cumplir la divina promesa de redención. Muriendo en la cruz por nuestros pecados, como Cordero de Dios (Jn. 1:29), se torno en nuestro único Mediador y Salvador (Jn.14:6; I Tim 2:5; Lc 2:11; Jn. 4:44).
La salvación por la gracia: Creemos que la salvación es obra exclusiva de Cristo en la cruz: “por la gracia sois salvos mediante la fe”. De esta forma, la salvación del hombre no se dará mediante su obediencia, sino que su salvación, a través de Cristo, debe generar obediencia.
El Bautismo del Arrepentimiento: Creemos que el bautismo es la puerta de entrada a la comunión de la Iglesia. Debe ser realizado en la forma de inmersión, para cum¬plir su simbolismo (Mt 3:6 e 16; Rom. 6:3; Cl 2:12), en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28:19).
Bautismo en Espíritu Santo: Creemos en el bautismo en el Espíritu Santo, como promesa anunciada (Is. 44:3; Joel 2:28-30), como promesa confirmada (Mt 3:11; Lc. 24:49; At 1:5), como promesa cumplida (Hch. 2:1-4 e 33). Esa bendición divina no se limito solamente al Cenáculo, Además acompañó a la Iglesia de Dios y llegó hasta nosotros (Hch. 2:39,10:44-46,19:1-6). Creemos, también, que las lenguas extrañas son la señal del bautismo en el Espíritu Santo, como referidas en los textos antes mencionados (I Cor. 14:2).
Dones Espirituales - Creemos en los dones espirituales como dádiva divina a la Iglesia de Dios. Creemos que ellos operan en aquello que fuera útil y cuando El Espíritu Santo quiera (I Cor. 12:7 y 11). Conforme a la relación de I Corintios 12:8-10, son 9 los dones espirituales: l)Palabra de Sabiduría, 2)Palabra de ciencia, 3)A otros Fe, 4)Dones de sanidades, 5)Milagros, 6)Profecía, 7)Discernimiento de Espíritus, 8)Variedades de Lenguas e 9) Interpretación de Lenguas. Esos dones son, por lo tanto, obra exclusiva del Espíritu Santo (I Cor. 12:11) y se manifiestan para edificación de la Iglesia (I Cor. 14:12).
Abstinencia y Temperancia: Creemos en la ley que regula el derecho a los alimentos permitidos y declarados limpios, especialmente en lo que se refiere a las car¬nes, conforme al capítulo 11 de Levíticos. Las referencias a las cosas inmundas están en toda a Biblia, para orientar a los fieles en la obediencia a la palabra de Dios y en el cuida¬do con la salud (Job 14:4; Is. 65:4, 66:17; II Cor. 6:17; Ap. 18:2).
Los Diez Mandamientos: Creemos que la ley moral, contenida en los diez man¬damientos, debe ser observada por el creyente en Cristo Jesús (Ecl. 12:13; Rom. 2:13). Creemos que la ley es eterna y no terminó en la cruz (Mt 5:17; SI 7 e 8). Al contrario de lo que muchos enseñan, la muerte de Jesús en la cruz no anula la obediencia a sus enseñanzas. De esa forma, guardar los diez mandamientos es la proba de que ama¬mos a Dios (Jn. 14:21, 15:10; I Jn.2:4, 3:24).
Sábado, día de Descanso: Creemos que el sábado es el día de descanso cristiano que fue bendecido y santificado por Dios, en la creación (Gn. 2:2). En la entrega de la ley, en el monte Sinaí, el séptimo día, denominado sábado, aparece como o día bendecido y separado para descanso del pueblo de Dios, (Ex 20:8-11). La semana permanece, por lo tanto, como fue formada en la creación, compuesta por siete días; posteriormente, el séptimo día continúa siendo el día de descanso. En toda la Biblia, no existe ninguna mención de cambio del día sábado para cualquier otro. Jesús confir¬mo la bendición de la creación, diciendo: El sábado fue hecho por causa Del hombre (Mc 2:27), lo que equivale a decir: en cuanto el hombre exista sobre la faz de la tierra, el sábado le será por día de reposo.
Mantención de la Obra: "Diezmos y Ofertas": Creemos que el diezmo es una
determinación legal a todo hijo de Dios. Fue instituido para mantención del ministerio eclesiástico (Lev. 18:21), como ordena la Biblia: Traed todos los diezmos al alfolí (Ml 3:10). El diezmo representa la décima parte de los ingresos de la persona. De esa forma, el creyente que es fiel entrega El diezmo en obediencia a la Palabra y en una forma de loor y agradecimiento a Dios. En cuanto a las ofertas, estas son voluntarias, una vez que El creyente contribuye según sus condiciones o se corazón (II Cor. 9:7).
Inmortalidad Condicional: Creemos que El hombre es mortal por natu¬raleza. En la muerte, el permanece en estado de inconsciencia (Ecl. 9:5 y 10; Is. 38:18 y 19; SI 146: 3 e 4) y solo volverá a vida por la resurrección (Jn. 5:28 e 29; I Cor. 15:51-54; I Tes. 4:15 e 16), cuando, entonces, los justos heredaran la recompensa y recibirán la corona de vida (Lc 14:14; II Tim 4:6-8). Quien posee la inmortalidad inherente es solo Dios (I Tim l:7; 6:15 y 16).
Axioma de la Resurrección: Creemos que Jesús murió en un día miércoles y resucito tres días y tres noches después, período que termino en el Sába¬do, a la puesta del sol, exactamente 72 horas después que fuera puesto en la sepultura (Mt 12:40, 28:1-6).
La Segunda Venida de Cristo: Creemos en el advenimiento de Cristo; por esa razón, somos adventistas. Jesús cumplió su ministerio terrenal (Jn. 17:4), murió y resucito, subiendo al cielo, de donde viniera (Hch. 2:23 e 24; Mc 16:19; Hch. 1:9). Volverá, en su segunda venida, para buscar a los redimidos, salvos por él (Jn. 14:3; Fp 3:20; Hb.9:28), y esa venida será visible y personal (At 1:10 e 11).
Resurrección de los Muertos: La resurrección de los justos se dará por ocasión de la vuelta de Jesús (Lc 14:14); la de los impíos, después del milenio (AP 20:5). La muerte, para el justo, es llamada de sueño, de donde él despertará al son de la última trompeta,
(I Tes. 4:14-16)
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