La Biblia, y por tanto la Ley de Dios, es clara y contundente, pero vds., catòlicos romanos, o no comprenden lo que leen, o son màs hipòcritas de lo que pensaba.
Lo que se suele hacer en estos epìgrafes es descubrir las muchas doctrinas y tradicciones de hombres apòstatas que se extendieron como la cizaña y la gangrena despuès de morir los apòstoles, como estaba predicho; y precisamente, son vds., los catòlicos romanos, los que tienen màs doctrinas y tradicciones de hombres paganas contrarias a las principales enseñanzas de la Biblia (Mateo 13:24-30; 36-43; 15:8,9,18,19; Hechos 20:29,30; Colosenses 2:8; 1ªTimoteo 4:1-3; 2ªTimoteo 2:16-18; 4:3,4; etc....); asì que, no se va contra ninguna iglesia ni contra nadie en concreto, sino contra la mentira, contra doctrinas paganas demonìacas, contra la corrupciòn espiritual y moral, que es lo que se debe odiar (Salmos 97:10; Proverbios 6:16-19).
Por tanto, vuelvo a decir lo mismo. Los mandamientos de Dios se deben respetar y cumplir, no discutir (Deuteronomio 5:7-10; 1ªJuan 2:3-6; 5:3).
Con referencia al Arca, los israelitas no la podìan mirar, ya que siempre estaba dentro del Tabernàculo, o en el Santìsimo, y si estaba fuera de allí, estaba cubierta con el velo o cortina que impedìa que se viese el Arca desde fuera del Tabernàculo, ademàs de una tela que se ponìa por encima de todo el Arca (Nùmeros 4:5,6), la cual siempre estaba itinerante, es decir, no tenìa ningùn lugar fijo, como los israelitas; por tanto, nunca se llevaba de procesiòn, sino que era trasladada de lugar, segùn iban los israelitas avanzando hacia la tierra prometida, hasta que por fin, fuè trasladada definitivamente a Jerusalèn, que es lo que menciona 2ºSamuel 6:14,15, cuando el rey David danzò delante del Arca, por lo contento que estaba de que el Arca estuviese por fìn en Jerusalèn. Y cuando se construyò el Templo, en Jerusalèn, se puso el Arca dentro del Santìsimo, donde nadie podìa verla, ya que habìa una cortina (1ºReyes 8:6); y como entonces no habìa luz elèctrica, como hoy dìa, por èso el Templo se alumbraba con candelabros, de otra forma no podìan ver. Ademàs, cuando un israelita se postraba delante del Arca, no podìa realmente verla, pues, si estaba fuera del Tabernàculo o el Santìsimo, estaba siempre cubierta por dos o tres telas por encima, y si estaba dentro del Tabernàculo o el Santìsimo, habìa una cortina que impedìa ver lo que habìa en su interior (Nùmeros 4:5,6; 1ºReyes 8:6-9).
No se excusen tampoco con la serpiente de bronce que Dios dijo a Moisès que hiciese, para que todo israelita que hubiese sido mordido por las serpientes quedase sanado si miraba a la serpiente de bronce (Nùmeros 21:8,9), que sirviò para aquel hecho concreto pero que debiò ser destruida despuès. Al no ser destruida de inmediato, los israelitas, màs tarde, la empezaron a considerar "sagrada", hacièndose un ìdolo de èllo, hasta que el rey Ezequìas lo destruyò (2ºReyes 18:4).
Otra cosa diferente eran los adornos que estaban en el Templo de Jerusalèn, ante los cuales ningùn israelita fiel se le ocurrìa postrarse (1ºReyes 6:29-35; 7:29 y 2ºCrònicas 3:7).
Y dejen de tergiversar tanto las palabras de la Biblia como los comentarios de los demàs; pues, por ej., en cuanto a la palabra "venerar", que procede de la palabra "Venus", una diosa del antiguo imperio romano, es la palabra que aparece en Hechos 19:27, en relaciòn con la diosa Artemisa (Diana), la cual se veneraba mucho en Èfeso, y donde tenìan tambièn un lucrativo negocio alrededor de la imàgen (estatua) de la diosa, por èso, cuando el apòstol Pablo y otros cristianos fueron a predicar allì, casi los matan por decir que los dioses fabricados por manos humanas no sirven para nada, pues Dios no es semejante a oro, plata, piedra, etc..., ni habita en templos construidos por manos humanas (Hechos 17:16,24-31; Hechos 19:23-40); y fuè precisamente en Èfeso donde surgiò la veneraciòn a Marìa (siglo V). Por tanto, la palabra "venerar", cuando se usa en relaciòn con imàgenes o estatuas, tiene el significado de dar culto a "cosas sagradas", como lo define el diccionario español "RAE", lo cual va en contra de los primeros mandamientos, pues Jesucristo, citando de Deuteronomio 5:7-10, dijo que sòlo a Jehovà (Yahveh) Dios hay que adorar y sòlo a Èl hay que rendirle culto (servicio sagrado)(Mateo 4:10), quien es un Espìritu, y por tanto, hay que adorarlo con espìritu y verdad (Juan 4:23,24), pues los cristianos andamos por fè, no por vista (2ªCorintios 5:7).
Todos contra la idolatrìa (Exodo 20:3-6; Mateo 4:10).