Ok, acepto tu invitación.
No soy ningún maestro en relación a la fe,
ya sabes que es un camino largo y que concierne a toda persona
sin distinción de edad, de raza o condición social
Hermanos,
yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado;
pero una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta,
al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús
Filipenses 3,13-14
Hermanos míos,
no os hagáis maestros muchos de vosotros,
sabiendo que recibiremos mayor condenación
Santiago 3,1
Además podemos aprender y si ser enseñados por los niños, etc.
De la boca de los niños y de los que maman
Perfeccionaste la alabanza
Mateo 21,16
De cierto os digo,
que si no os volvéis y os hacéis como niños,
no entraréis en el reino de los cielos
Mateo 18,3
En cualquier momento y en cualquier lugar
nos pueden dar una lección de amor,
aún los q no son creyentes, pues así fuimos creados.
Porque cuando los gentiles que no tienen ley,
hacen por naturaleza lo que es de la ley,
éstos, aunque no tengan ley,
son ley para sí mismos,
mostrando la obra de la ley
escrita en sus corazones,
dando testimonio su conciencia,
y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos
Romanos 2,14-15
Para empezar, puedo manifestar que Dios padre nos eligió primero,
y que Jesús (nuestro Señor) nos hirió en lo más profundo de nuestro ser.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos bendijo con toda bendición espiritual
en los lugares celestiales en Cristo,
según nos escogió en él
antes de la fundación del mundo,
para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor
habiéndonos predestinado
para ser adoptados hijos suyos
por medio de Jesucristo,
según el puro afecto de su voluntad,
para alabanza de la gloria de su gracia,
con la cual nos hizo aceptos en el Amado
en quien tenemos redención por su sangre,
el perdón de pecados
según las riquezas de su gracia
Efesios 1,3-7
Así, de la actitud de Jesucristo ante el pecado
nos dió una lección a toda la humanidad:
la de morir al pecado para luego renacer.
Nosotros también podemos morir al pecado,
por medio del arrepentimiento ante Dios
de aquello que nuestra propia naturaleza humana nos tiene exclavizado.
Porque también Cristo
padeció una sola vez por los pecados,
el justo por los injustos,
para llevarnos a Dios
1a Pedro 3,18
Así también vosotros, hermanos míos,
habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo
para que seáis de otro,
del que resucitó de los muertos,
a fin de que llevemos fruto para Dios.
Romanos 7,4
Porque habéis muerto,
y vuestra vida está escondida con Cristo
en Dios
Colosenses 3,3
En esta lucha estamos.
Si Cristo está en vosotros,
el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado,
mas el espíritu vive a causa de la justicia
Romanos 8,10
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:
fornicación, impureza, pasiones desordenadas,
malos deseos y avaricia, que es idolatría;
cosas por las cuales
la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia
en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo
cuando vivíais en ellas.
Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas:
ira, enojo, malicia, blasfemia,y las palabras deshonestas de vuestra boca
No os mintáis los unos a los otros
habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos
y revestido del nuevo,
el cual conforme a la imagen del que lo creó
se va renovando hasta el conocimiento pleno
Colosenses 3,5-10