Predicar el Evangelio del Reino
Semana 7--- La iglesia es revelada
Lunes --- Leer con oración: Mt 13:24-25, 30; 16:17-19; Ef 3:9-10; Col 2:2
“Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mt 16:17)
VIDA Y EDIFICACIÓN
El tema de esta semana es "La iglesia es revelada" (Mt 16:17-19). El Señor Jesús dijo que el reino de los cielos es un misterio, por eso usó parábolas para hablar al respecto (13:10-11). El Señor también reveló que los siete candeleros de oro vistos por el apóstol Juan eran siete iglesias (Ap 1:20). Estas siete iglesias estaban en siete ciudades de Asia Menor. Vemos que a cada ciudad le corresponde una iglesia, puesto que escribió una carta para cada una de ellas. No obstante, la palabra del Señor no era sólo para la ciudad especificada en la carta, pues a cada una también le fue dicho: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (Ap 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22). El Señor nos reveló que los nombres de esas ciudades pueden ser usados para explicar e ilustrar los misterios del reino de los cielos en las siete parábolas de Mateo 13.
Sabemos por la Biblia que Dios tiene un misterio, el cual nos fue desvendado en Colosenses 2:2: el misterio de Dios es Cristo. Cristo también tiene Su misterio, que nos fue dado a conocer en Efesios 3 por medio de la iglesia (vs. 3-4, 9-10). Además, también vimos la semana pasada, los misterios del reino de los cielos registrados en las siete parábolas de Mateo 13. La primera es la parábola del sembrador (vs. 3-8). La segunda trata de la cizaña, que fue sembrada por el enemigo después que el trigo fue plantado (vs. 24-25). En la época de la siega de los granos, el trigo es recogido en el granero y la cizaña es quemada (v. 30). La tercera es la parábola de la semilla de mostaza, la más pequeña de todas las semillas. Ésta debería crecer como una hortaliza pero creció de manera anormal y llegó a ser un gran árbol (vs. 31-32). Al inicio de Génesis, en la creación, vemos que cada planta produjo según su especie: hierba verde, hierba que da semilla, y árboles (Gn 1:11-12). El crecimiento anormal de la semilla de mostaza resultó en un gran árbol, proporcionó un lugar para que las aves del cielo anidasen en sus ramas (Mt 13:32b). La cuarta parábola es la de la levadura que fue colocada por una mujer en tres medidas de harina. En una situación normal, esas tres medidas de harina son para alimento. Como podemos ver, las cuatro primeras parábolas tienen relación con el alimento, que por su parte está totalmente relacionado con la vida.
Las últimas tres parábolas están relacionadas con la edificación, con la obra. Entonces, tenemos cuatro parábolas ligadas a la vida y tres a la obra, por tanto, podemos concluir que la vida es más importante que la obra. En las iglesias debemos dar más énfasis a la vida que a la obra.
Anhelamos la edificación, pero primero necesitamos de la vida. Para eso debemos alimentar más a los hermanos. Cuando la vida crece, la edificación espontáneamente le sigue. Así que, según la dirección que obtuvimos con las parábolas de Mateo 13, debemos dar más énfasis a la vida.
Punto Clave: Enfatizar la vida.
Pregunta: ¿Cómo podemos identificar la vida y la edificación en las parábolas de Mateo 13?
Semana 7--- La iglesia es revelada
Lunes --- Leer con oración: Mt 13:24-25, 30; 16:17-19; Ef 3:9-10; Col 2:2
“Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mt 16:17)
VIDA Y EDIFICACIÓN
El tema de esta semana es "La iglesia es revelada" (Mt 16:17-19). El Señor Jesús dijo que el reino de los cielos es un misterio, por eso usó parábolas para hablar al respecto (13:10-11). El Señor también reveló que los siete candeleros de oro vistos por el apóstol Juan eran siete iglesias (Ap 1:20). Estas siete iglesias estaban en siete ciudades de Asia Menor. Vemos que a cada ciudad le corresponde una iglesia, puesto que escribió una carta para cada una de ellas. No obstante, la palabra del Señor no era sólo para la ciudad especificada en la carta, pues a cada una también le fue dicho: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (Ap 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22). El Señor nos reveló que los nombres de esas ciudades pueden ser usados para explicar e ilustrar los misterios del reino de los cielos en las siete parábolas de Mateo 13.
Sabemos por la Biblia que Dios tiene un misterio, el cual nos fue desvendado en Colosenses 2:2: el misterio de Dios es Cristo. Cristo también tiene Su misterio, que nos fue dado a conocer en Efesios 3 por medio de la iglesia (vs. 3-4, 9-10). Además, también vimos la semana pasada, los misterios del reino de los cielos registrados en las siete parábolas de Mateo 13. La primera es la parábola del sembrador (vs. 3-8). La segunda trata de la cizaña, que fue sembrada por el enemigo después que el trigo fue plantado (vs. 24-25). En la época de la siega de los granos, el trigo es recogido en el granero y la cizaña es quemada (v. 30). La tercera es la parábola de la semilla de mostaza, la más pequeña de todas las semillas. Ésta debería crecer como una hortaliza pero creció de manera anormal y llegó a ser un gran árbol (vs. 31-32). Al inicio de Génesis, en la creación, vemos que cada planta produjo según su especie: hierba verde, hierba que da semilla, y árboles (Gn 1:11-12). El crecimiento anormal de la semilla de mostaza resultó en un gran árbol, proporcionó un lugar para que las aves del cielo anidasen en sus ramas (Mt 13:32b). La cuarta parábola es la de la levadura que fue colocada por una mujer en tres medidas de harina. En una situación normal, esas tres medidas de harina son para alimento. Como podemos ver, las cuatro primeras parábolas tienen relación con el alimento, que por su parte está totalmente relacionado con la vida.
Las últimas tres parábolas están relacionadas con la edificación, con la obra. Entonces, tenemos cuatro parábolas ligadas a la vida y tres a la obra, por tanto, podemos concluir que la vida es más importante que la obra. En las iglesias debemos dar más énfasis a la vida que a la obra.
Anhelamos la edificación, pero primero necesitamos de la vida. Para eso debemos alimentar más a los hermanos. Cuando la vida crece, la edificación espontáneamente le sigue. Así que, según la dirección que obtuvimos con las parábolas de Mateo 13, debemos dar más énfasis a la vida.
Punto Clave: Enfatizar la vida.
Pregunta: ¿Cómo podemos identificar la vida y la edificación en las parábolas de Mateo 13?