Día Internacional de los Derechos Humanos
60º ANIVERSARIO
10 / Diciembre / 2008
Un año más se conmemora el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada en 1948. Hoy, 60 años después, más de 1.700 millones de personas en el mundo –las dos terceras parte de ellas mujeres- viven en condiciones de pobreza extrema. Al mismo tiempo, la capacidad de nuestro planeta para abastecerse es cada vez menor. La degradación de los ecosistemas y la creciente vulnerabilidad social y ecológica afectan a todos, pero los pobres sufren sus consecuencias en mayor grado que los demás.
En 1948, se creó la base jurídica del siglo XX en materia de derechos humanos: la “Declaración Universal de Derechos Humanos”, debiendo ser el ideal común de todos los pueblos y naciones. El concepto de derechos humanos precede en el tiempo a las Naciones Unidas; sin embargo, fue necesaria la fundación de este organismo para que la idea obtuviera reconocimiento formal y universal.
Esta Declaración se aprobó el 10 de diciembre de 1948 y desde entonces se observa este día como Día de los Derechos Humanos. La Declaración está compuesta por 30 artículos que no tienen obligatoriedad jurídica aunque por la aceptación que ha recibido por parte de los Estados Miembros de Naciones Unidas, poseen fuerza moral.
El día 10 de Diciembre celebramos, un año más, el Día Internacional de los Derechos Humanos. Para todos los defensores de los derechos humanos supone un profundo dolor y aflicción comprobar que se continúan violando manifiestamente estos “Derechos Universales” a causa de la pobreza, los conflictos, el terrorismo, la violencia, los prejuicios y la mala gestión de los asuntos públicos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos ha sido, durante 60 años, la esperanza de nuestra sociedad por conseguir vivir en un mundo justo, en el que la violencia, la pobreza y la discriminación fueran excluidas de nuestras raíces y en el que el futuro de nuestros hijos no se viera amenazado por una sociedad sin alma. En el 60º aniversario seguimos con la misma ilusión por conseguir nuestro objetivo de edificar una sociedad más libre, equitativa y democrática.
En este día debemos pensar en la cooperación internacional como solución a los problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, así como en el estímulo del respeto a los derechos humanos, también a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión.
La defensa de los derechos humanos es responsabilidad de todos nosotros. Todos nosotros debemos ser defensores de los derechos humanos. Todos y cada uno de nosotros debemos confirmar el compromiso para desempeñar un importante papel en la creación de un mundo en el que se respete la dignidad intrínseca, la igualdad y los derechos inalienables de todos los hombres.
A pesar de los compromisos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Conferencia de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Viena (1993) y su Programa de Acción subrayan la naturaleza universal de los derechos humanos y la necesidad de luchar contra todas las formas de racismo, discriminación, xenofobia e intolerancia. La “Universalidad” de los derechos humanos continúa siendo un aspecto formal, más que una realidad en el mundo actual, ya que las desigualdades y las injusticias contra las mujeres y niños son demasiado frecuentes, al igual que ocurre con la discriminación racial.
Los Derechos Humanos son fundamentales para conseguir estos objetivos, sin ellos no podemos vivir como hombre o mujer: nos resultan esenciales, en tanto que seres humanos. Lejos de ser un tema sólo para filósofos o juristas, deben ser de estudio obligado para todos, por lo que deben ser tratados con transparencia y sencillez en todas las naciones. Es nuestra obligación conocer cuáles son nuestros derechos y exigirlos en cualquier parte del mundo.
El objetivo que se desea alcanzar es el de reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, de naciones grandes y pequeñas.
Si en los próximos diez años no se da solución al problema de la inmigración y al conflicto entre religiones, son impredecibles las consecuencias, en sus versiones de terrorismo o violencia entre partidarios de distintos cultos religiosos. Debemos dar cumplimiento exacto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como meta irrenunciable del ser humano.
Francisco José Alonso Rodríguez Presidente de la Liga Española pro Derechos Humanos y Federación Española pro Derechos Humanos.
Tobi Presidente en Cataluña.
60º ANIVERSARIO
10 / Diciembre / 2008
Un año más se conmemora el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada en 1948. Hoy, 60 años después, más de 1.700 millones de personas en el mundo –las dos terceras parte de ellas mujeres- viven en condiciones de pobreza extrema. Al mismo tiempo, la capacidad de nuestro planeta para abastecerse es cada vez menor. La degradación de los ecosistemas y la creciente vulnerabilidad social y ecológica afectan a todos, pero los pobres sufren sus consecuencias en mayor grado que los demás.
En 1948, se creó la base jurídica del siglo XX en materia de derechos humanos: la “Declaración Universal de Derechos Humanos”, debiendo ser el ideal común de todos los pueblos y naciones. El concepto de derechos humanos precede en el tiempo a las Naciones Unidas; sin embargo, fue necesaria la fundación de este organismo para que la idea obtuviera reconocimiento formal y universal.
Esta Declaración se aprobó el 10 de diciembre de 1948 y desde entonces se observa este día como Día de los Derechos Humanos. La Declaración está compuesta por 30 artículos que no tienen obligatoriedad jurídica aunque por la aceptación que ha recibido por parte de los Estados Miembros de Naciones Unidas, poseen fuerza moral.
El día 10 de Diciembre celebramos, un año más, el Día Internacional de los Derechos Humanos. Para todos los defensores de los derechos humanos supone un profundo dolor y aflicción comprobar que se continúan violando manifiestamente estos “Derechos Universales” a causa de la pobreza, los conflictos, el terrorismo, la violencia, los prejuicios y la mala gestión de los asuntos públicos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos ha sido, durante 60 años, la esperanza de nuestra sociedad por conseguir vivir en un mundo justo, en el que la violencia, la pobreza y la discriminación fueran excluidas de nuestras raíces y en el que el futuro de nuestros hijos no se viera amenazado por una sociedad sin alma. En el 60º aniversario seguimos con la misma ilusión por conseguir nuestro objetivo de edificar una sociedad más libre, equitativa y democrática.
En este día debemos pensar en la cooperación internacional como solución a los problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, así como en el estímulo del respeto a los derechos humanos, también a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión.
La defensa de los derechos humanos es responsabilidad de todos nosotros. Todos nosotros debemos ser defensores de los derechos humanos. Todos y cada uno de nosotros debemos confirmar el compromiso para desempeñar un importante papel en la creación de un mundo en el que se respete la dignidad intrínseca, la igualdad y los derechos inalienables de todos los hombres.
A pesar de los compromisos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Conferencia de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Viena (1993) y su Programa de Acción subrayan la naturaleza universal de los derechos humanos y la necesidad de luchar contra todas las formas de racismo, discriminación, xenofobia e intolerancia. La “Universalidad” de los derechos humanos continúa siendo un aspecto formal, más que una realidad en el mundo actual, ya que las desigualdades y las injusticias contra las mujeres y niños son demasiado frecuentes, al igual que ocurre con la discriminación racial.
Los Derechos Humanos son fundamentales para conseguir estos objetivos, sin ellos no podemos vivir como hombre o mujer: nos resultan esenciales, en tanto que seres humanos. Lejos de ser un tema sólo para filósofos o juristas, deben ser de estudio obligado para todos, por lo que deben ser tratados con transparencia y sencillez en todas las naciones. Es nuestra obligación conocer cuáles son nuestros derechos y exigirlos en cualquier parte del mundo.
El objetivo que se desea alcanzar es el de reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, de naciones grandes y pequeñas.
Si en los próximos diez años no se da solución al problema de la inmigración y al conflicto entre religiones, son impredecibles las consecuencias, en sus versiones de terrorismo o violencia entre partidarios de distintos cultos religiosos. Debemos dar cumplimiento exacto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como meta irrenunciable del ser humano.
Francisco José Alonso Rodríguez Presidente de la Liga Española pro Derechos Humanos y Federación Española pro Derechos Humanos.
Tobi Presidente en Cataluña.