Re: LA SANTISIMA VIRGEN: En reparación por los agravios contra ella.
"Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo. Pero no puedo dejar de adorar, venerar, implorar a mis santitos e imagenes...Te pido perdón por los que no creen en la idolatría, no adoran, no esperan, y no te aman"
Este 1 de noviembre, es primer sábado de mes y por ello recuerdo a todos los que creemos en la Santisima Virgen como mediadora e intercesora ante Dios por todos nosotros los que creemos en ellos (ídolos, santitos e imagenes), hacer los veinticinco primeros sábados en reparación por los agravios de que es objeto nuestra Madre. Ningún santo ni las demás virgenes pudieron hacer milagros para evitar esas cosas.
Son veinticinco sábados de acuerdo a las ofensas que cometen contra :
Debemos confesarnos, comulgar, arrodillarnos y sangrando de ourknees caminar hasta donde nuestras imagenes se encuentren rezar noventa y cinco misterios del rosario y meditarlo.
Les recuerdo la oración como ofrecimiento, es la citada al inicio.
Realmente es triste que algunas personas no solo la nieguen, sino que tambien la agredan verbalmente y la coloquen al mismo nivel que cualquiera de nosotros, simples pecadores.
Que DIOS nos bendiga a todos.
Además de las oraciones y devociones ofrecidas a María, los católicos romanos también dan honores y oración a varios «santos». Estos santos, según la Iglesia Católica, son mártires o gentes notables de la «Iglesia» que han muerto y los Papas los han designado como «santos». En este capítulo hemos de ver, sin lugar a dudas, que la idea de orar a los santos no es más que una continuación de viejas devociones que los paganos daban a los dioses y diosas de su religión, desde tiempos atrás. Pero antes de abordar estas evidencias, fijémonos en las Sagradas Escrituras y veremos lo que ellas enseñan acerca de los santos.
De acuerdo con la Biblia, todo verdadero cristiano es un santo. No hay ninguna indicación de que una persona pueda ser hecha santa después de su muerte. No es el Papa quien hace a los santos. Es asunto de Dios. En las Escrituras, los santos siempre son gentes vivientes, nunca muertos. Por ejemplo, cuando Pablo escribió a los efesios, se les dirigió de esta forma: «A los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso» (Ef. 1: l). Su carta a los Filipenses, dice: «A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos» (Fil. 1:1). Los antiguos cristianos en la iglesia de Roma fueron llamados santos (Rom. 1:7 y 16:15), como también lo fueron los cristianos que vivían en Corinto (I Cor. 1:24 y II 1:1).
De modo que si queremos que un «santo» ore por nosotros, debemos encontrar a un cristiano y pedirle que se una en oración con nosotros. Pero si tratamos de comunicarnos con personas que han muerto, ¿qué más puede ser sino una forma de espiritismo? La Biblia, repetidas veces, condena todo propósito de comunicarnos con los muertos, pues es un acto satánico (v. Is. 8:19-20). Sin embargo, muchos recitan el «Credo de los Apóstoles» que dice «Creo en la comunión de los santos», y piensan que esto se refiere no sólo a los vivos sino también a los muertos. «Una ayuda mutua, satisfacción, oración y otras buenas obras, una comunicación mutua» (Nueva Enciclopedia Católica, Vol. IV, p. 41).
Pero las Escrituras están contra la idea de que los vivos pueden ser favorecidos o beneficiados por oraciones a los muertos, o a través de ellos. Tal enseñanza es completamente ajena a la Biblia. Entonces, ¿cómo entraron estas cosas a la Iglesia Romana?
De nuevo debemos mirar a la «madre» de las religiones falsas -Babilonia- Allí, desde épocas pasadas, encontramos que las gentes oraban a muchos dioses y les daban honra. De manera que el sistema babilónico se desarrolló hasta que tuvo casi cinco mil dioses y diosas. En la misma forma en que los católicos creen en los «santos», los babilonios creían que sus dioses y diosas habían sido una vez héroes vivientes en la tierra, y después de muertos habían pasado a un plano más elevado.
«Cada día y cada mes estaban protegidos por una divinidad particular.»3 Algunos de estos dioses y diosas estaban asociados con las temporadas, otros con ciertos eventos de la vida y aun otros con varias ocupaciones de trabajo.
Desde Babilonia -tal como toda otra forma de idolatría de la gran «madre»- se diseminó el culto a estos «dioses» por las naciones. Los budistas de la China, por citar uno de muchos ejemplos, tienen su «culto a varias divinidades, como el de la diosa de los marineros, el dios de la guerra, los dioses de varias vecindades u ocupaciones».
Cuando Roma conquistó el mundo este sistema de dioses y diosas fue infiltrado en la misma forma dentro de la religión pagana de Roma. Brighit, por ejemplo, era diosa de la poesía y los herreros; Juno Regina, era la diosa de la feminidad, el matrimonio y la maternidad; Minerva era la diosa de las escuelas de sabiduría, de los músicos y de los artesanos; Venus era la diosa del amor sexual y el nacimiento; Vesta era la diosa de los panaderos y fuegos sagrados; Hércules era el dios del vino y el gozo; Mercurio era el patrón divino de los mercaderes y oradores y ladrones; Opus era la diosa de la fortuna; Bellona era la diosa de las batallas; los dioses paganos Castor y Pollux eran los protectores de Roma y de los viajeros del mar; Apolo era el dios de la medicina y la salud; Cronos era el dios del tiempo y guardián de los juramentos, y Jano era el dios de las puertas y entradas.
Y así, las ideas babilónicas de los dioses y las diosas, asociados con diferentes días y eventos de la vida, se establecieron en la Roma pagana. Más tarde, cuando vino la apostasía, esta misma práctica entró en la «iglesia» de Roma. Como los nuevos creyentes del paganismo se resistían a abandonar la vieja costumbre de orar a diversos «dioses», de no ser que encontraran algo similar en la cristiandad, estos dioses y diosas simplemente recibían un nombre nuevo y se les llama «santos». Exactamente igual como en el culto pagano estos cristianos fieles fallecidos eran asociados con varias ocupaciones, cada cual con su día especial, naturalmente, sin poder consultarles si aceptaban o no el encargo papal. De este modo la antigua creencia pagana continuó y sigue siendo una parte muy importante de la Iglesia Católica. Esto puede verse en la siguiente tabla de santos católicos patronos de diversas y sus días especiales.