Comentario de W. Barclay
Juan 1.1
Este es un dicho difícil de entender para nosotros; y es difícil porque el griego, la lengua en que escribió Juan, tiene una manera de decir las cosas que es diferente del español. Cuando se usa un nombre en griego, casi siempre se le antepone el artículo determinado.
La palabra para Dios es theós, y el artículo determinado correspondiente es ho. Cuando se habla de Dios en griego, no se usa solamente theós, sino ho theós. Ahora bien, cuando no se usa el artículo determinado con un nombre, ese nombre se usa como adjetivo. Juan no dijo que la Palabra era ho theós, lo que habría querido decir que la Palabra era el mismo que Dios. Dijo que la Palabra era theós -sin artículo definido, lo que quiere decir que la Palabra era, podríamos decir, del mismo carácter y cualidad y esencia y ser que Dios. Cuando Juan dijo que la Palabra era Dios, no estaba diciendo que Jesús es el mismo que Dios, sino que Jesús es lo mismo que Dios. De dos personas íntimamente compenetradas se dice que piensan y sienten lo mismo de tal manera que, si se conoce a una, es como si se conociera á la otra. Jesús está tan íntima y totalmente identificado con Dios en pensamientos, sentimientos
y carácter que, conociéndole a El, conocemos perfectamente a Dios.
Así pues, al principio mismo de su evangelio Juan asegura que en Jesús, y sólo en Él, se ha revelado perfectamente a la humanidad todo lo que Dios ha sido siempre y siempre será, y todo lo que siente sobre los hombres y desea para ellos.
Juan 1.1
Este es un dicho difícil de entender para nosotros; y es difícil porque el griego, la lengua en que escribió Juan, tiene una manera de decir las cosas que es diferente del español. Cuando se usa un nombre en griego, casi siempre se le antepone el artículo determinado.
La palabra para Dios es theós, y el artículo determinado correspondiente es ho. Cuando se habla de Dios en griego, no se usa solamente theós, sino ho theós. Ahora bien, cuando no se usa el artículo determinado con un nombre, ese nombre se usa como adjetivo. Juan no dijo que la Palabra era ho theós, lo que habría querido decir que la Palabra era el mismo que Dios. Dijo que la Palabra era theós -sin artículo definido, lo que quiere decir que la Palabra era, podríamos decir, del mismo carácter y cualidad y esencia y ser que Dios. Cuando Juan dijo que la Palabra era Dios, no estaba diciendo que Jesús es el mismo que Dios, sino que Jesús es lo mismo que Dios. De dos personas íntimamente compenetradas se dice que piensan y sienten lo mismo de tal manera que, si se conoce a una, es como si se conociera á la otra. Jesús está tan íntima y totalmente identificado con Dios en pensamientos, sentimientos
y carácter que, conociéndole a El, conocemos perfectamente a Dios.
Así pues, al principio mismo de su evangelio Juan asegura que en Jesús, y sólo en Él, se ha revelado perfectamente a la humanidad todo lo que Dios ha sido siempre y siempre será, y todo lo que siente sobre los hombres y desea para ellos.