El hecho de que los llamados cristianos en el siglo IV recopilasen acertadamente el "Nuevo Testamento", no quiere decir que estuviesen acertado en recopilar el "Antiguo Testamento", que fuè ya recopilado, acertadamente, por los judìos a finales del siglo I, a pesar de que ya no eran pueblo de Dios, y por tanto tenìan doctrinas apòstatas, de forma similar, los llamados cristianos, en el siglo IV, ya tenìan doctrinas apòstatas, aunque no tantas como despuès se metieron y que tiene hoy dìa la Iglesia Catòlica romana.
Asì que, Lutero lo ùnico que hizo fuè acogerse al cànon bìblico, en cuanto al "Antiguo Testamento", que recopilaron los judìos a finales del siglo I.
Dios nunca se equivoca, quienes se equivocan son los hombres. Y Dios puede usar a quien sea para que se lleve a cabo su voluntad, y en este caso, para que su Palabra inspirada llegase hasta nosotros tal y como Èl se lo propuso (Isaias 46:9-11; 55:8-11); de forma similar a como usò a Ciro, un pagano, para que su pueblo israelita volviese a Jerusalèn y reedificasen su templo allì, para que se reestableciese la adoraciòn verdadera (Esdras 1:1).
Por tanto, lo importante es que hoy dìa, prescindiendo de quienes recopilasen la Biblia, tenemos la Palabra inspirada de Dios, la cual , sobre todo en enseñanzas principales, es coherente desde Gènesis hasta Apocalipsis, sin contradicciones; y como dice el apòstol Pablo, la Palabra de Dios es ùtil para enseñar, para disciplinar, para corregir y rectificar, en caso necesario (2ªTimote 3:15-17), algo que le hace mucha falta a la Catòlica romana, que se han acogido a las doctrinas y tradicciones de hombres antibìblicas, metidas despuès de morir los apòstoles, en vez de a la Palabra inspirada de Dios. Por lo que no les sirve de nada decir que èllos recopilaron el "Nuevo Testamento", cuando no prestan ninguna atenciòn a lo que allì se dice; aunque, en realidad y como dije, los que recopilaron el "Nuevo Testamento", en el siglo IV, a pesar de tener ya algunas doctrinas apòstatas, tenìan muy poco en comùn con la Catòlica romana hoy, pues no tenìan tantas doctrinas apòstatas y antibìblicas como tiene hoy la Catòlica romana, la cual se fuè corrompiendo cada vez màs, sobre todo a partir de los siglos IV/V, cuando se unieron Iglesia y Estado; ahì estàn la propia Palabra de Dios y los buenos libros de Historia para atestiguarlo.