Re: Mujeres cristianas : Cabello largo o corto ; Se cubren o no para orar ?
Continuamos
Las iglesias de Dios son una con el Señor, Él es su Pastor, las ama a cada una de ellas, se dirige de un modo u otro siempre al objeto de su amor y su divina enseñanza: nosotros.
Pablo como instrumento de Dios no impone, ordena y la palabra ordenar significa justamente poner las cosas en su lugar, lugar que cada uno de nosotros debe tener y ocupar en el plan de Dios.
De este orden habla Pablo, un orden secuencial perfectamente establecido.
Pareciera tomar como ocasión el asunto del cubrirnos todos, no solo la mujer corintia sino todos. En suma, en este orden quien tiene mayor responsabilidad o quien está bajo la cubierta o cobertura de quien, que rol en todo esto tiene la mujer.
En lo general todos estamos bajo la cobertura de Dios; pero en el orden cotidiano, en la vida social dentro de la misma congregación y en la familia, para evitar desórdenes, para evitar roces, indecisiones, fricciones, desavenencias o malos entendidos, Pablo nos recuerda un orden partiendo no de la cabeza a los pies, sino de cabeza con cabeza, dignificando así la cabeza de cada quien:
Cristo la cabeza del varón, el varón cabeza de su mujer…luego sabemos que los hijos habrán de sujetarse a los padres, honrarlos, etc. La idea de una iglesia como familia ordenada es de inspiración divina.
Este orden para Pablo debe llevar una señal de autoridad; en suma, como señal de autoridad queda establecido que la mujer tiene como cabeza a su marido mientras el marido tiene como cabeza a Cristo. Igual dignidad para varón y mujer, pero sin desorden, todo en un orden divino que protege amorosamente a la más delicada creación de Dios: la mujer.
La responsabilidad del varón es mayúscula, habrá de dar cuentas de su mujer, ni más ni menos. Esto no hace menos a ninguna mujer, por el contrario, la cubre, la cobija, la exalta, la dignifica, Dios la cubre con su amor, la cubre en el orden de Dios para la iglesia, no hay duda.
Seguimos si Dios quiere.
Continuamos
Las iglesias de Dios son una con el Señor, Él es su Pastor, las ama a cada una de ellas, se dirige de un modo u otro siempre al objeto de su amor y su divina enseñanza: nosotros.
Pablo como instrumento de Dios no impone, ordena y la palabra ordenar significa justamente poner las cosas en su lugar, lugar que cada uno de nosotros debe tener y ocupar en el plan de Dios.
De este orden habla Pablo, un orden secuencial perfectamente establecido.
Pareciera tomar como ocasión el asunto del cubrirnos todos, no solo la mujer corintia sino todos. En suma, en este orden quien tiene mayor responsabilidad o quien está bajo la cubierta o cobertura de quien, que rol en todo esto tiene la mujer.
En lo general todos estamos bajo la cobertura de Dios; pero en el orden cotidiano, en la vida social dentro de la misma congregación y en la familia, para evitar desórdenes, para evitar roces, indecisiones, fricciones, desavenencias o malos entendidos, Pablo nos recuerda un orden partiendo no de la cabeza a los pies, sino de cabeza con cabeza, dignificando así la cabeza de cada quien:
Cristo la cabeza del varón, el varón cabeza de su mujer…luego sabemos que los hijos habrán de sujetarse a los padres, honrarlos, etc. La idea de una iglesia como familia ordenada es de inspiración divina.
Este orden para Pablo debe llevar una señal de autoridad; en suma, como señal de autoridad queda establecido que la mujer tiene como cabeza a su marido mientras el marido tiene como cabeza a Cristo. Igual dignidad para varón y mujer, pero sin desorden, todo en un orden divino que protege amorosamente a la más delicada creación de Dios: la mujer.
La responsabilidad del varón es mayúscula, habrá de dar cuentas de su mujer, ni más ni menos. Esto no hace menos a ninguna mujer, por el contrario, la cubre, la cobija, la exalta, la dignifica, Dios la cubre con su amor, la cubre en el orden de Dios para la iglesia, no hay duda.
Seguimos si Dios quiere.