Re: Sacerdote no cree en Adan y Eva, o apariciones marianas
San Pablo anunció una gran apostasía en la Iglesia por obra del Anticristo en los últimos tiempos. He aquí sus palabras:
"Sobre la venida de nuestro Señor Jesucristo y el momento de nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os alarméis por revelaciones, rumores o supuestas cartas nuestras en las que se diga que el día del Señor es inminente. Que nadie os engañe, sea de la forma que sea. Porque primero tiene que producirse la apostasía y manifestarse el hombre impío, el hijo de la perdición, el enemigo que se eleva por encima de todo lo que es divino o recibe culto, hasta llegar a sentarse en el santuario de Dios, haciéndose pasar a sí mismo por Dios... Ya sabéis qué es lo que ahora lo retiene, hasta que llegue el tiempo de manifestarse en el momento prefijado. Porque ese misterioro y maligno poder está ya en acción; sólo fala que se quite de en medio el que hasta el presente lo retiene. Entonces se manifestará el impío, al que Jesús, el Señor, hará desaparecer con el aliento de su boca y destruirá con el resplandor de su venida. La aparición del impío, gracias al poder de Satanás, vendrá acompañada de toda clase de milagros, señales y prodigios engañosos. Y con toda carga de maldad seducirá a los que están en vías de perdición, por no haber amado la verdad que los habría salvado. Por eso Dios les envía un poder embaucador, de modo que crean en la mentira, y se condenen todos los que, en lugar de creer en la verdad, se complacen en la iniquidad (2Tes 2, 1-12)"
En
1903,
San Pío X afirmaba, en su primera encíclica:
"La apostasía creciente… es el comienzo de los males anunciados para el fin de los tiempos"
El 13 de octubre, aniversario de la última aparición de Fátima,
Pablo VI advertia:
"La cola del diablo está obrando por la desintegración del mundo católico. Las tinieblas de Satanás han entrado y se han extendido por toda la Iglesia católica hasta la cima. La apostasía, la pérdida de la fe se está propagando por todo el mundo, hasta los más altos niveles de la Iglesia."
La Virgen dijo al sacerdote
D. Stefano Gobi, el 26 de agosto de
1983:
"Se enseña el error y se difunde bajo fórmulas ambiguas de nuevas interpretaciones culturales de la verdad; se acepta el espíritu del mundo, cuya maléfica influencia aumenta y lleva a tantas almas a escoger el pecado, a justificarlo y a vivir en él; crece la falta de fe en muchos y en muchos templos se eliminan las imágenes de los santos y hasta la de vuestra Madre celestial. La apostasía se ha difundido por todas partes en la Iglesia, que ha sido traicionada hasta por algunos obispos, abandonada por muchos de sus sacerdotes, por tantos hijos suyos que han desertado de ella y que ha sido profanada por el adversario."
Y el 31 de diciembre de
1987:
"Satanás ha logrado difundir por doquier la gran apostasía por medio de su sutil obra de seducción, que ha alejado a muchos de la verdad del Evangelio para seguir las fábulas de las nuevas teorías teológicas y deleitarse en el mal y en el pecado, buscado como un bien positivo".
Poco antes, el 7 de junio de
1986, le había dicho:
"Es el reino que se opone a Cristo, el Reino del Anticristo. En el último periodo del siglo (XX) su reinado llegará a la cumbre de su fuerza, de su poder, de su seducción…, cuando la gran apostasía llegue a su culminación y la humanidad llegue al máximo de la negación de Dios y de la rebelión, de la iniquidad y de la discordia, del odio y de la destrucción, de la maldad y de la impiedad".
Y el 11 de junio de
1988:
"La hora de la gran apostasía ha llegado. Se está realizando cuanto ha sido predicho por la Sagrada Escritura en la segunda carta de San Pablo a los Tesalonicenses. Satanás, mi adversario, con engaño y por medio de su astuta seducción, ha logrado difundir por doquier errores, bajo forma de nuevas y más actualizadas interpretaciones de la verdad y que ha llevado a muchos a elegir conscientemente y a vivir en el pecado, en la engañosa convicción de que éste no es un mal y hasta que es un valor y un bien. Han llegado los tiempos de la gran confusión y de la más grande turbación de los espíritus. La confusión ha entrado en la vida de muchos hijos míos. Esta gran apostasía se difunde cada vez más también en el interior de la Iglesia católica. Los errores son enseñados y difundidos, mientras con tanta facilidad son negadas las verdades fundamentales de la fe, que el auténtico Magisterio de la Iglesia siempre ha enseñado y defendido enérgicamente contra cualquier desviación herética… Víctimas de la gran apostasía son mis hijos, que con fecuencia, inconscientemente, se dejan arrastrar por esta ola de error y de mal. Víctimas de la gran apostasía son muchos obispos, sacerdotes, religiosos y fieles."
Y el 19 de mayo de
1991:
"El Espíritu Santo os hará comprender los signos de vuestro tiempo. Son los tiempos predichos por la divina Escritura como los de la gran apostasía y la venida del anticristo. Son unos tiempos de gran tribulación y sufrimientos innumerables para todos, que os llevarán a vivir los últimos acontecimientos en preparación de la segunda venida de Jesús en gloria."
En
1992 se publico
el catecismo de Juan Pablo II, donde leemos también:
"Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (ver Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (v. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "Misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasís de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un Pseudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo, colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (v. 2Tes 2, 4-12; 1Tes 5, 2-3; 2Jn 2, 18.22). Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesíanica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico, a través del juicio escatológico: incluso en la forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esa falsificación del reino futuro con el nombre de milenarismo (v. DS 3839), sobre todo bajo la forma política de un mesianismo secularizado, "intrínsecamente perverso" (v. Pío XI, "Divini Redemptoris", que condena el "falso misticismo" de esta "falsificación de la redención de los humildes"." (nn. 675-676).
Poco antes, el 30 de enero de
1989,
Jesús había dicho a
Vassula Ryden:
"Estos hombres, hija mía, son las víboras que te he mostrado en una visión, las que trepan sobre mis santos sacramentos y mi Tabernáculo. Se engañará a muchos y las gentes serán cegadas, cegadas a causa de su ropaje de impostor. Esas pobres almas estarán convencidas de que el que miran con sus propios ojos y en su época es ¡el Sumo Sacerdote en persona! Con su disfraz glorioso, él traerá la gran apostasía a mi Iglesia. Él acarreará la desolación, pero todo será disimulado por milagros, por grandes prodigios y señales en el cielo. Echará por tierra mi sacrificio perpétuo, pisoteándolo, aboliéndolo, pero todo con engaño y con malicia. Mi santa Ciudad estará bajo el poder de Caín, proque ellos han rechazado mis advertencias. Yo he venido a ellos de improviso, descalzo, pero ellos se han burlado de mí. El poder de Caín será de corta duración, gracias a mis almas amadas, que reparan, que oran y se sacrifican. Yo he tenido todo esto en cuenta y vuestros sacrificios no han sido en vano. La iniquidad y la transgresión pueden ser eliminadas con vuestras oraciones."
El 27 de septiembre de
1988,
Jesús le había confiado:
"A mi Iglesia yo la he colmado de riquezas y de gloria, para alimentar a muchas almas, a las naciones enteras. Es rica en sus misterios, esos misterios que muchos de vosotros no aceptan como misterios… Ellos, hija mía, son los cuervos de los que te he estado hablando en la parábola del sembrador y los cuervos. Esos cuervos,que han perdido la fe, se esfuerzan por edificar sus propias teorías para acomodarlas a su propia inteligencia humana, intentando congraciarse con el mundo. Pero, en verdad, esto es así por su propia pérdida de fe en mí. Mis misterios deben permanecer inalterables y dejados en su pureza. Estos "cuervos" han difundido errores en mi Iglesia, corrompiendo la verdad y mi Palabra, esta rica cosecha de mi parábola. Mi palabra y mis misterios deben permanecer irrevocables. Mi Iglesia yace en oscuridad y confusión. Es la herejía que ha penetrado en mi Santuario, induciendo a error a muchos de mis sacerdotes.En su furor, Satanás ha redoblado sus obras contra mi Iglesia este año. Ha conseguido dividir a una parte de mi Iglesia en este Año Mariano. Yo te había anunciado este cisma "(de Mons. Marcel Lefévre. 27-9-1988).
Por último, el 17 de mayo de
1993,
el Señor le dijo:
"Yo he construído mi Fundación sobre Pedro, la Roca…, y las puertas del infierno no pueden prevalecer sobre ella… Si alguno se acerca a ti y te dice: Aléjate de la fidelidad que tienes a éste, para favorecer la entrada de otro, no te alejes, ¡estáte atento! La levadura del Engañador puede ser poderosa y puede tener buen sabor, pero en realidad es un engaño mortal. No permitáis que nadie os engañe. Resistid a las tácticas del demonio, porque hoy, sacerdotes míos, debéis combatir el mal con la fuerza que recibís de mí, que soy la Verdad. Os encontraréis en una guerra espiritual mayor que nunca, contra un ejército que tiene su origen en el poder de las tinieblas. Mis bienamados, orad continuamente. Yo soy está con vosotros. Os amo a todos. Un hombre no puede tener amor más grande que dar la vida por sus amigos, como yo he hecho. Vosotros sóis mis amigos. Sed sinceros unos con otros, amaos los unos a los otros y permaneced firmes, sin miedo, cuando la gran tribulación, que ahora se cierne como una nube negra sobre mi casa, la cubra con un velo negro. Os he dicho todo esto ahora, antes de que suceda, de manera que, cuando suceda, podáis creer"
Fuente:
http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=catolicos&message.id=188491&page=1