EL VERDADERO PERDON

29 Junio 2008
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Lección V: El Verdadero Perdón



Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otro, como Dios también os perdono a vosotros en Cristo. Efesios 4.32



Introducción:

El perdón es fundamental en la relación conyugal, no tenemos problemas en el concepto; pero es difícil ponerlo por obra. Con frecuencia nos justificamos a nosotros mismos y somos rápidos para encontrar faltas en nuestro cónyuge.

Desarrollo:
El verdadero perdón es aquel que ofrecemos por cualquier ofensa o deuda; Renunciamos a toda reclamación, Dios perdona gratuitamente. El nos perdono a través de Jesús quien pago el precio por nuestros pecados. Nosotros también debemos de perdonar gratuitamente sin “Cobrar” por el perdón. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otro, como Dios también os perdono a vosotros en Cristo (Efesios 4.32).

El perdonar es un mandamiento de Dios.

Si perdonamos, seremos perdonados. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial. Más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6.14-15)

Dios os puede perdonar sólo en la medida en que nosotros estamos dispuestos a perdonar a otros.

La falta de esclavitud nos mantiene en esclavitud. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entrego a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. (Mateo 18:32-34).

Buscamos ser perdonados, pero retenemos las ofensas de quienes nos han ofendido. Con frecuencia, la falta de perdón se manifiesta en: enfermedades físicas y mentales; afectando tanto al que rehúsa perdonar como al que no es perdonado.

El no perdona estorba las promesas de dios (Mateo 5:23-24), (Marcos 11:25). Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.

La palabra nos enseña que si hemos o nos han ofendido, nosotros debemos iniciar el perdón.

La justificación solo perpetua el pecado y mantiene el vacio que existe entre los dos (Esposa - Esposa).

El arrepentimiento de nuestro cónyuge no es necesario, antes de que lo podamos perdonar, ya que el acto de perdonar es liberar al ofensor hacia el arrepentimiento (Romanos 2:4) ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

No existe limite al número de veces que hemos de perdonar (Mateo 18:22). Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.

El Amor no guarda un registro de errores. (1 corintios 13:5). No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.

El Amor cubre multitud de pecados (1 Pedro 4:8) Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubre multitud de pecados.

Si el cónyuge está cometiendo un pecado repetitivo, perdona como Dios nos perdona (Isaías 43:25) Yo, Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordare de tus pecados. El no se acuerda de un pecado perdonado, cuando perdonemos de la misma forma, no hagamos mención del pecado pasado que hayamos perdonado.

Perdonar significa olvidar y no recordar, esto no es posible solo con nuestra capacidad y poder humano, solamente es posible por medio del poder de Dios, su naturaleza morando en nosotros nos capacita para perdonar y volver a cambiar.

El perdón es un acto de voluntad no es un sentimiento, ejerce tu voluntad para perdonar, y los sentimientos vendrán después.

Necesitamos examinarnos a nosotros mismos, no a nuestro cónyuge. (Lucas 6:37 nos dice: "No juzguen a los demás y no serán juzgados. No condenen a los demás y no serán condenados. Perdonen y serán perdonados.)cuando tenemos la capacidad de poder examinarnos podernos entonces ver nuestra propia necesidad de ser perdonados.

Cuando hemos perdonado mucho, podemos esperar recibir mucho amor. (Lucas 7:47 Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le quedan perdonados, por el mucho amor que ha manifestado. En cambio aquel al que se le perdona poco, demuestra poco amor.)

Dios no clasifica el perdón como “grande” o “pequeño”, no podemos justificar nuestro pequeño pecado de ser justos en nosotros mismos en virtud del “gran” pecado de nuestro cónyuge.

Tenemos que renunciar a todo reclamo, liberar totalmente al ofensor, a fin de que ambos caminemos con libertad, el amor cubre el pecado. (1ª Pedro 4:8 Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.)

La falta del perdón estorba nuestra relación con Dios y con las personas. Una actitud de falta de perdón que exista en nuestro corazón estorba nuestra relación con Dios (Mateo 6:14-15 nos dice: Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones.) Perdonando también obtendremos perdón, siembre perdón y cosecharas perdón. La falta de perdón afecta nuestra prosperidad espiritual y encubre nuestro pecado (Proverbios 28:13 El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y los abandona hallará misericordia.) Cuando no prosperamos tendemos a culpar al que nos negamos a perdonar.



LA AMARGURA POR LA FALTA DEL PERDON:


(Hebreos 12:15 Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados;)
La amargura es el resultado de no perdonar y dejar pasar mucho tiempo, es como guardar y retener el perdón, esto traerá como consecuencia que la amargura eche raíces trayendo consecuencias mayores como:

Nos destruirá (Alma, espíritu y cuerpo).

Afectara a otras personas.

Dará a luz otros pecados.

Nuestros corazones se enderecen.

Apagara el amor y con frecuencia lo matara.

Cuando tu cónyuge este ofendido, ayúdalo a perdonar, debes perdonar al ofensor aunque el propio ofendido no lo haga. No tomes partid, alguien tiene que propiciar el perdón y la reconciliación ¡Sé tú!

RECONCILIACIÓN:
La reconciliación viene cuando nosotros mismos nos perdonamos; es necesario que antes de perdonar a otros, necesitamos perdonarnos a nosotros mismos; si no nos perdonamos a nosotros mismos, nos colocamos en una posesión más elevada de la del Señor, ya que el siempre nos perdona. (1ª Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.)

No podemos amar y perdonar a otros, si no nos amamos y perdonamos a nosotros mismos (Mateo 22:39 Y el segundo es semejante a éste: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.)

No permitan que aquellas pequeñas áreas de falta de perdón en tu matrimonio, porque la pequeñas cosas echan a perder las grandes (Cantares 2:15) Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas que arruinan las viñas, pues nuestras viñas están en flor.

Jesús dio muerte a la hostilidad, destruyendo el muro de separación que existía entre nosotros, no permitas que el enemigo reconstruya el muro de la falta de perdón. (Efesios 2:14 Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación.)

¿CÓMO PERDONAR?

Reconócelo como un acto de voluntad, no un sentimiento.

Pídele a Dios que te de su fuerza para poder hacerlo.

Pídele a Dios que te muestre como Él ve al ofensor.

Permítele que su compasión fluya dentro de ti.

Escoge hacerlo en obediencia.

Lleva la herida que recibiste a la cruz e intercámbiala por el amor y la misericordia de Cristo.

Confiésalo como algo que ya está hecho.

No traigas mas a la memoria la ofensa olvídala. (No medites en ella)

Habla la palabra de Dios en oposición al problema.

Bendice al que has perdonado (Mateo 5:44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen).

TAREA LECCION No V

Cuando retenemos el perdón en nuestros corazones, es el alma la que se hiere. Nuestra alma (mente, voluntad y emociones) se niega a soltar y dejar ir el dolor y toma una decisión consciente de retener la ofensa. La falta de perdón, con mucha frecuencia se manifiesta en la carne, en 2da de Samuel 6 Mical, esposa de David se disgusto con David por danzar ante Dios en las cales. Ella retuvo la falta del perdón y el juicio en su corazón, 2da de Samuel 6:23 nos dice que ella “nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte”. La falta de perdón puede producir malestares físicos como: dolores de cabeza, dolores de huesos, ulceras, insomnio, mala digestión, etc.

Anote aquí la razón que han utilizado para negarse a perdonar.

Esposo Esposa

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Ahora necesitan tomarse unos momentos para examinar su corazón, y traer a memoria todas aquellas áreas o cosas en la que no te has perdonado a ti mismo y que necesitan ser limpias. Mediante un acto de voluntad, escoge perdonarte a ti mismo. Pídele a Dios que te ayude a mirarte tal como él te ve. No podemos darnos el lujo de no perdonarnos, no importa cual haya sido la ofensa o cuán grande haya sido el fracaso. Si Jesús pudo derramar su sangre inocente por ello, nosotros ciertamente no podemos mantenerlo latente en contra de nosotros mismos o de otra persona. Ahora mismo, vamos a deshacernos de esa basura.

Es tiempo de dejar que Cristo te ayude a limpiar la casa en el área de la falta de perdón. En primer lugar, cada uno de ustedes necesita sentarse solo y hacer una lista de todas las personas a quienes no han perdonado según les muestre el Espíritu Santo. El puede empezar a mostrarte áreas de falta de perdón que has retenido desde tu infancia. Tienes que perdonar a cada persona que te ha ofendido alguna vez. Este podrá ser un tiempo difícil para ti. Algunos de los sentimientos de vergüenza, humillación, maltrato y heridas pueden reaparecer mientras recuerdas las ofensas. Permite que Jesús sane esas heridas, mientras perdonas a cada persona. (Quizás querrás proclamar tu perdón en voz alta, a veces esto ayuda a afirmar las cosas, tomen una hoja de papel y apunten por separado las ofensas y nombres de las personas que les hicieron daño, en la medida en que tú perdonas a cada una, usa un lápiz rojo para borrarlo en tu lista. Que la tinta roja te recuerde la sangre de Jesucristo borrando cada ofensa. Menciona que lo perdonas y bendice a esas personas). Libérate ente el Señor a cada persona que te haya ofendido. Pídele que te ayude a ver esas personas como Él las ve. Oren el uno por el otro.

Este periodo en el que estas a solas puedes tomar algún tiempo. Dense unos a otro el tiempo que sea necesario para terminar, pueden incluso, llevarse hasta varios días el terminar todo es proceso; sean pacientes y continúen orando uno por el otro.

Cuando cada uno haya terminado su tiempo a solas y perdonen a todo aquel que el Señor le haya mostrado, vuelvan a reunirse con su cónyuge. Pidan ahora al Espíritu Santo que le indique como pareja, si hay alguien a quien no hayan perdonado, alguien que les haya ofendido a ambos en la familia. En la medida en que se los trae a la mente, como una pareja de una sola carne, extiéndales el perdón. Oren el uno por el otro y anímense el uno al otro. Pidan a El que ponga su compasión por cada uno de los ofensores en sus corazones.

Consideren no solo personas que les han lastimado y ofendido, sino también iglesias, ministros y organizaciones. Muchas personas hoy por hoy están reteniendo el perdón hacia determinados ministros, pastores o iglesias donde se congregaron. Debido a que no les han perdonado, no pueden establecerse pacíficamente en alguna iglesia o apoyar un ministro. No importa cual haya sido su ofensa: tu tienes que perdonar y soltar a esas personas en las manos del Señor. No permitas que las heridas del pasado estropeen tus relaciones hoy.

Si hay quienes han ofendido a toda tu familia y si sientes que tus hijos están listos para perdonar, podrías reunir a todo el grupo familiar y perdonar a todos aquellos que les han hecho daño. Si piensas que tus hijos no están listos para esto, como pareja necesitan perdonar a esos ofensores en nombre de la familia, y orar por el día cuando los hijos serán capaces de perdonarlos.

Pide al Señor que te muestre si uno de ustedes dos tomo para sí la ofensa de otro ¿hay alguien que ha lastimado tu cónyuge o hijos que tú no quieres perdonar? ¿Has tomado partidos con amigos o parientes en un conflicto que que ellos han tenido con otras personas? Si descubre para ti que has tomado la ofensa de otro arrepiéntete de haberlo hecho y perdona al ofensor, si el ofendido es tu cónyuge ayúdale a perdonar si es que aun no lo ha hecho. Póngase de acuerdo para ayudarse mutuamente a conseguir la sanidad cuando se produzcan heridas nuevas.

Finalmente a llegado el momento para perdonarse mutuamente las ofensas, desilusiones, palabras hirientes, pleitos, comisiones u omisiones repetitivas (cosa que tu has hecho o has dejado de hacer), y por cualquier otras cosa que el Espíritu Santo les muestre. Compartan el perdón el uno con el otro después de un tiempo de oración junta. No es una oración para acusar o para echarse la culpa del uno al otro. Reconozcan que han lastimado en algún momento a su pareja pídanse perdón ambos. Trátense uno al otro con la ternura y misericordia que querrían recibir de Cristo si es que estuvieras hablando con el acerca de tu propio pecado. Conforme se perdonan el uno al otro, también arrepiéntanse por las muchas veces que han sacado a luz pecados pasados que ya han sido perdonados y por estar culpándose el uno al otro, tu pareja no es tu enemiga. Oren juntos esta oración.

Oración
Señor, Jesús, hoy recibimos tu perdón por nuestros pecados. No los recordaremos mas. Recibimos tu compasión el uno por el otro y determinamos desde este día en adelante andar en amor y misericordia. Lávanos con tu sangre. Límpianos de nuestras injusticias. Permite que nuestros corazones sean tiernos el uno con el otro.

Permite que tu amor cubra multitud de pecados. Que podamos vernos mutuamente a través de tus ojos de ahora en adelante. Hoy creemos que hemos recibido esto en tu nombre. Amen.



Ahora viene el tiempo para caminar en el perdón que han dado y recibido. Si un conyugue tropieza que el otro le ayude a levantarse (Eclesiastés 4:10).

Continua preguntándote vez tras vez, ¿Estoy tratando a esta persona como quisiera que Jesús me tratara cuando peco?. Una pareja que es rápida para perdonar puede sobreponerse a cualquier obstáculo que el enemigo ponga en su camino.
Continúen oran el uno por el otro continúen acercándose en el poder de Dios, su compasión y misericordia. Mantengan sus ojos en Cristo y las ofensas de otros parecerán cosa pequeña en comparación con el gran amor perdonador de JESÚS.

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miércoles, 23 de julio 2008
MiscLección IV: LA SIEMBRA Y LA COSECHA




No os engañéis; Dios no puede ser burlado: Pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6:7-9

Ley Espiritual:

La ley espiritual es destinada por Dios para cumplir aquello para la cual fue creada.
La ignorancia no detiene su aplicación. Ejemplo: Si alguien desconoce la ley de la gravedad y salta desde una ventana, caerá y se azotará en el suelo.
Por falta de conocimiento se puede presentar un caso de muerte. Mi pueblo fue destruido, porque le falto conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
Nos garantiza una cosecha. Segaremos exactamente lo que sembramos (Gálatas 6.7-9).


Seleccionando la semilla de Dios o Satanás.

A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia (Deuteronomio 30.19).

Jesús siempre siembra vida. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Satanás siempre siembra muerte. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
La siembra nos da lugar a la cosecha.
Cuando nacemos de nuevo, debemos escoger solo semillas que dan vida. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. (Lucas 10.42)
Los hábitos viejos nos hacen escoger semillas de la bolsa equivocada.


Tipos de semillas que sembramos:

Las palabras:
Me arrepiento de haberme casado contigo divorciémonos o “Lo que Dios Junto no lo separe el hombre” (Mateo 19.6)
Nada nos sale bien o “Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece” (Filipenses 4.13)
Somos pobre, jamás hemos tenido algo y nunca lo tendremos, o “Mi Dios, pues suplirá todo lo que haga falta conforme sus riquezas en gloria (Filipenses 4.19)
Actitudes:
Orgullo – Humildad
Egoísmo - Amor ágape


Acciones:
Violencia – Bondad
Critica – Elogio
Rechazo – Aceptación
Indiferencia – Aceptación

Como sembramos:

Estamos sembrando siempre en las vidas, en la nuestra, la de nuestro cónyuge, en nuestros hijos.
La tierra es el corazón. Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campos para vosotros, y no sembréis entre espinos. Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.
Tierra rocosa (corazón duro) hace difícil producir una cosecha. Y les daré un corazo, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne (Ezequiel 11-19).
Tierra buena (corazón suave), reciben la palabra de Dios esta es la (semilla) y da fruto.
La tierra tiene que ser preparada para recibir la semilla. Romped el barbecho y no sembréis entre espinos (Biblia las Américas).
En nosotros esto se hace con oración y la palabra.
Para otros se hace mediante la oración intercesora y la guerra espiritual.
Factores de la cosecha:

Factor tiempo:
La cosecha ocurre en estación diferente a la de la siembra. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado (Eclesiastés 3.2).

Después de plantar la tierra y sembrar la semilla, se riega la semilla con la palabra de Dios.
Abona la cosecha con tus acciones. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta (Santiago 2.26).
No desentierres tu semilla para ver cómo va, porque se puede morir.
Concede tiempo para madurar y crecer.


Factor Multiplicación:
Se cosecha exactamente lo que se siembra. Porque todo lo que el hombre sembrare eso mismo cosechara (Gálatas 6.7).
Siempre se cosecha más de lo sembrado. Ejemplo: 3 granos de maíz y en una planta crecen muchas mazorcas de maíz. Pero parte cayó en buena tierra y dio fruto cual al ciento, cual sesenta, y cual al treinta por uno (Óseas 8.7) (Mateo 13.8).
Cada cosecha que obtenemos, nos proporciona nueva semilla para sembrar futuras. Ejemplo: Si sembramos semillas de amor, cosechamos amor en abundancia. Si sembramos odio cosecharemos odio. Las pequeñas áreas de irritación se convierten en áreas mayores de pelea.


Identificación de las cosechas:

Buenas cosechas:
Descubre que semillas de las que has sembrado producen buenas cosechas.
Selecciona cuidadosamente más semillas de la misma clase a fin de continuar produciendo buenas cosechas.
Cosechas no deseadas:
Arrepentirnos es como el herbicida, las cosechas comienzan a morir inmediatamente, tómese el tiempo necesario para que muera por completo.
No se desanime, si pareciera que haya un crecimiento repentino.
No permita pensamientos o sentimientos de culpa de parte del enemigo.
Las cosechas no deseadas son restauradas conforme vayamos sembrando semillas buenas. Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.
Arrepiéntete de inmediato toda vez que te descubras sembrando semillas equivocadas no esperes mucho tiempo para no dejarla crecer. Si confesamos nuestros pecados, el es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (Deuteronomio 22.9).


Sembrando buenas semillas:
Para poder obtener buenas cosechas necesitamos:

Escoge la semilla de la bolsa de Dios. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia (Deuteronomio 30.19).
Pide a Dios que de semilla para sembrar. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia (2 Corintios 9.10).
Prepara tu tierra. Para tu bien, dedica tiempo a la oración y la palabra, dedica tiempo para interceder por tu cónyuge (Jeremías 4.3).
Declara o habla la palabra para sembrarla. Dios mismo habló su palabra. Y dijo Dios: Sea la Luz; y fue la Luz. (Génesis 1.3). Así será mi palabra que sale de mi boda; no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié (Isaías 55.11).
Fertiliza las semillas con acciones (Santiago 2.26).
No aceptes que el enemigo plante semillas en tus pensamientos.
Evita las contiendas y los pleitos, no les des lugar. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Honra es del hombre dejar la contienda; Mas todo insensato se envolverá en ella (Proverbios 20.3).
Se necesitan dos para pelear, si uno no responde con enojo, no habrá pelea.
No permitas que las contiendas lastimen tu relación, tu cónyuge no es tu enemigo, sino Satanás. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes de maldad en las regiones celestes.
Es más importante evitar la contienda que tener la razón. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Siembra amor cuando el otro siembra disensión. No seas envanecido de lo malo, sino envanece con el bien el mal.
Cuando siembran paz y armonía, se les garantiza una cosecha abundante de la misma naturaleza. No os engañéis; Dios no puede ser burlado: Pues todo lo que el hombre siembre, eso también segara. Porque el que siembra para su carne, de la carne segara corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, sino desmayamos (Gálatas 6.7-9).
Solo rindiéndonos a Dios, se puede cambiar un patrón de contiendas en una relación.
Oren juntos ya que esto ayudará para hablar una misma cosa, estarán sembrando para el Espíritu (Gálatas 6.8).




Tareas: Lección Nº 4
La siembra y la cosecha

Hemos estado sembrando y cosechando durante nuestra vida de casados, con esta tarea vamos a examinar la clase de semillas que hemos estado sembrando en el corazón de nuestra pareja e hijos y las que hemos estado produciendo. Una vez que las hayamos identificado vamos a decidir cuales deseamos perpetuar y cuales deseamos destruir.



Ejemplo:


Buena semilla que el esposo ha sembrado en su esposa.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



1. Buena semilla que el esposo ha sembrado en su esposa.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



2. Mala semilla que el esposo ha sembrado en su esposa.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



3. Buena semilla que la esposa ha sembrado en su esposo.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



4. Mala semilla que la esposa ha sembrado en su esposo.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



5. Buena semilla que los padres han sembrado en sus hijos.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



6. Mala semilla que los padres han sembrado en sus hijos.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



7. Buena semilla que la pareja ha sembrado en su hogar.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



8. Mala semilla que la pareja ha sembrado en su hogar.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho
 
Re: EL VERDADERO PERDON

Lección V: El Verdadero Perdón



Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otro, como Dios también os perdono a vosotros en Cristo. Efesios 4.32



Introducción:

El perdón es fundamental en la relación conyugal, no tenemos problemas en el concepto; pero es difícil ponerlo por obra. Con frecuencia nos justificamos a nosotros mismos y somos rápidos para encontrar faltas en nuestro cónyuge.

Desarrollo:
El verdadero perdón es aquel que ofrecemos por cualquier ofensa o deuda; Renunciamos a toda reclamación, Dios perdona gratuitamente. El nos perdono a través de Jesús quien pago el precio por nuestros pecados. Nosotros también debemos de perdonar gratuitamente sin “Cobrar” por el perdón. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otro, como Dios también os perdono a vosotros en Cristo (Efesios 4.32).

El perdonar es un mandamiento de Dios.

Si perdonamos, seremos perdonados. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial. Más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6.14-15)

Dios os puede perdonar sólo en la medida en que nosotros estamos dispuestos a perdonar a otros.

La falta de esclavitud nos mantiene en esclavitud. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entrego a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. (Mateo 18:32-34).

Buscamos ser perdonados, pero retenemos las ofensas de quienes nos han ofendido. Con frecuencia, la falta de perdón se manifiesta en: enfermedades físicas y mentales; afectando tanto al que rehúsa perdonar como al que no es perdonado.

El no perdona estorba las promesas de dios (Mateo 5:23-24), (Marcos 11:25). Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.

La palabra nos enseña que si hemos o nos han ofendido, nosotros debemos iniciar el perdón.

La justificación solo perpetua el pecado y mantiene el vacio que existe entre los dos (Esposa - Esposa).

El arrepentimiento de nuestro cónyuge no es necesario, antes de que lo podamos perdonar, ya que el acto de perdonar es liberar al ofensor hacia el arrepentimiento (Romanos 2:4) ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

No existe limite al número de veces que hemos de perdonar (Mateo 18:22). Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.

El Amor no guarda un registro de errores. (1 corintios 13:5). No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.

El Amor cubre multitud de pecados (1 Pedro 4:8) Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubre multitud de pecados.

Si el cónyuge está cometiendo un pecado repetitivo, perdona como Dios nos perdona (Isaías 43:25) Yo, Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordare de tus pecados. El no se acuerda de un pecado perdonado, cuando perdonemos de la misma forma, no hagamos mención del pecado pasado que hayamos perdonado.

Perdonar significa olvidar y no recordar, esto no es posible solo con nuestra capacidad y poder humano, solamente es posible por medio del poder de Dios, su naturaleza morando en nosotros nos capacita para perdonar y volver a cambiar.

El perdón es un acto de voluntad no es un sentimiento, ejerce tu voluntad para perdonar, y los sentimientos vendrán después.

Necesitamos examinarnos a nosotros mismos, no a nuestro cónyuge. (Lucas 6:37 nos dice: "No juzguen a los demás y no serán juzgados. No condenen a los demás y no serán condenados. Perdonen y serán perdonados.)cuando tenemos la capacidad de poder examinarnos podernos entonces ver nuestra propia necesidad de ser perdonados.

Cuando hemos perdonado mucho, podemos esperar recibir mucho amor. (Lucas 7:47 Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le quedan perdonados, por el mucho amor que ha manifestado. En cambio aquel al que se le perdona poco, demuestra poco amor.)

Dios no clasifica el perdón como “grande” o “pequeño”, no podemos justificar nuestro pequeño pecado de ser justos en nosotros mismos en virtud del “gran” pecado de nuestro cónyuge.

Tenemos que renunciar a todo reclamo, liberar totalmente al ofensor, a fin de que ambos caminemos con libertad, el amor cubre el pecado. (1ª Pedro 4:8 Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.)

La falta del perdón estorba nuestra relación con Dios y con las personas. Una actitud de falta de perdón que exista en nuestro corazón estorba nuestra relación con Dios (Mateo 6:14-15 nos dice: Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones.) Perdonando también obtendremos perdón, siembre perdón y cosecharas perdón. La falta de perdón afecta nuestra prosperidad espiritual y encubre nuestro pecado (Proverbios 28:13 El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y los abandona hallará misericordia.) Cuando no prosperamos tendemos a culpar al que nos negamos a perdonar.



LA AMARGURA POR LA FALTA DEL PERDON:


(Hebreos 12:15 Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados;)
La amargura es el resultado de no perdonar y dejar pasar mucho tiempo, es como guardar y retener el perdón, esto traerá como consecuencia que la amargura eche raíces trayendo consecuencias mayores como:

Nos destruirá (Alma, espíritu y cuerpo).

Afectara a otras personas.

Dará a luz otros pecados.

Nuestros corazones se enderecen.

Apagara el amor y con frecuencia lo matara.

Cuando tu cónyuge este ofendido, ayúdalo a perdonar, debes perdonar al ofensor aunque el propio ofendido no lo haga. No tomes partid, alguien tiene que propiciar el perdón y la reconciliación ¡Sé tú!

RECONCILIACIÓN:
La reconciliación viene cuando nosotros mismos nos perdonamos; es necesario que antes de perdonar a otros, necesitamos perdonarnos a nosotros mismos; si no nos perdonamos a nosotros mismos, nos colocamos en una posesión más elevada de la del Señor, ya que el siempre nos perdona. (1ª Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.)

No podemos amar y perdonar a otros, si no nos amamos y perdonamos a nosotros mismos (Mateo 22:39 Y el segundo es semejante a éste: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.)

No permitan que aquellas pequeñas áreas de falta de perdón en tu matrimonio, porque la pequeñas cosas echan a perder las grandes (Cantares 2:15) Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas que arruinan las viñas, pues nuestras viñas están en flor.

Jesús dio muerte a la hostilidad, destruyendo el muro de separación que existía entre nosotros, no permitas que el enemigo reconstruya el muro de la falta de perdón. (Efesios 2:14 Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación.)

¿CÓMO PERDONAR?

Reconócelo como un acto de voluntad, no un sentimiento.

Pídele a Dios que te de su fuerza para poder hacerlo.

Pídele a Dios que te muestre como Él ve al ofensor.

Permítele que su compasión fluya dentro de ti.

Escoge hacerlo en obediencia.

Lleva la herida que recibiste a la cruz e intercámbiala por el amor y la misericordia de Cristo.

Confiésalo como algo que ya está hecho.

No traigas mas a la memoria la ofensa olvídala. (No medites en ella)

Habla la palabra de Dios en oposición al problema.

Bendice al que has perdonado (Mateo 5:44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen).

TAREA LECCION No V

Cuando retenemos el perdón en nuestros corazones, es el alma la que se hiere. Nuestra alma (mente, voluntad y emociones) se niega a soltar y dejar ir el dolor y toma una decisión consciente de retener la ofensa. La falta de perdón, con mucha frecuencia se manifiesta en la carne, en 2da de Samuel 6 Mical, esposa de David se disgusto con David por danzar ante Dios en las cales. Ella retuvo la falta del perdón y el juicio en su corazón, 2da de Samuel 6:23 nos dice que ella “nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte”. La falta de perdón puede producir malestares físicos como: dolores de cabeza, dolores de huesos, ulceras, insomnio, mala digestión, etc.

Anote aquí la razón que han utilizado para negarse a perdonar.

Esposo Esposa

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Ahora necesitan tomarse unos momentos para examinar su corazón, y traer a memoria todas aquellas áreas o cosas en la que no te has perdonado a ti mismo y que necesitan ser limpias. Mediante un acto de voluntad, escoge perdonarte a ti mismo. Pídele a Dios que te ayude a mirarte tal como él te ve. No podemos darnos el lujo de no perdonarnos, no importa cual haya sido la ofensa o cuán grande haya sido el fracaso. Si Jesús pudo derramar su sangre inocente por ello, nosotros ciertamente no podemos mantenerlo latente en contra de nosotros mismos o de otra persona. Ahora mismo, vamos a deshacernos de esa basura.

Es tiempo de dejar que Cristo te ayude a limpiar la casa en el área de la falta de perdón. En primer lugar, cada uno de ustedes necesita sentarse solo y hacer una lista de todas las personas a quienes no han perdonado según les muestre el Espíritu Santo. El puede empezar a mostrarte áreas de falta de perdón que has retenido desde tu infancia. Tienes que perdonar a cada persona que te ha ofendido alguna vez. Este podrá ser un tiempo difícil para ti. Algunos de los sentimientos de vergüenza, humillación, maltrato y heridas pueden reaparecer mientras recuerdas las ofensas. Permite que Jesús sane esas heridas, mientras perdonas a cada persona. (Quizás querrás proclamar tu perdón en voz alta, a veces esto ayuda a afirmar las cosas, tomen una hoja de papel y apunten por separado las ofensas y nombres de las personas que les hicieron daño, en la medida en que tú perdonas a cada una, usa un lápiz rojo para borrarlo en tu lista. Que la tinta roja te recuerde la sangre de Jesucristo borrando cada ofensa. Menciona que lo perdonas y bendice a esas personas). Libérate ente el Señor a cada persona que te haya ofendido. Pídele que te ayude a ver esas personas como Él las ve. Oren el uno por el otro.

Este periodo en el que estas a solas puedes tomar algún tiempo. Dense unos a otro el tiempo que sea necesario para terminar, pueden incluso, llevarse hasta varios días el terminar todo es proceso; sean pacientes y continúen orando uno por el otro.

Cuando cada uno haya terminado su tiempo a solas y perdonen a todo aquel que el Señor le haya mostrado, vuelvan a reunirse con su cónyuge. Pidan ahora al Espíritu Santo que le indique como pareja, si hay alguien a quien no hayan perdonado, alguien que les haya ofendido a ambos en la familia. En la medida en que se los trae a la mente, como una pareja de una sola carne, extiéndales el perdón. Oren el uno por el otro y anímense el uno al otro. Pidan a El que ponga su compasión por cada uno de los ofensores en sus corazones.

Consideren no solo personas que les han lastimado y ofendido, sino también iglesias, ministros y organizaciones. Muchas personas hoy por hoy están reteniendo el perdón hacia determinados ministros, pastores o iglesias donde se congregaron. Debido a que no les han perdonado, no pueden establecerse pacíficamente en alguna iglesia o apoyar un ministro. No importa cual haya sido su ofensa: tu tienes que perdonar y soltar a esas personas en las manos del Señor. No permitas que las heridas del pasado estropeen tus relaciones hoy.

Si hay quienes han ofendido a toda tu familia y si sientes que tus hijos están listos para perdonar, podrías reunir a todo el grupo familiar y perdonar a todos aquellos que les han hecho daño. Si piensas que tus hijos no están listos para esto, como pareja necesitan perdonar a esos ofensores en nombre de la familia, y orar por el día cuando los hijos serán capaces de perdonarlos.

Pide al Señor que te muestre si uno de ustedes dos tomo para sí la ofensa de otro ¿hay alguien que ha lastimado tu cónyuge o hijos que tú no quieres perdonar? ¿Has tomado partidos con amigos o parientes en un conflicto que que ellos han tenido con otras personas? Si descubre para ti que has tomado la ofensa de otro arrepiéntete de haberlo hecho y perdona al ofensor, si el ofendido es tu cónyuge ayúdale a perdonar si es que aun no lo ha hecho. Póngase de acuerdo para ayudarse mutuamente a conseguir la sanidad cuando se produzcan heridas nuevas.

Finalmente a llegado el momento para perdonarse mutuamente las ofensas, desilusiones, palabras hirientes, pleitos, comisiones u omisiones repetitivas (cosa que tu has hecho o has dejado de hacer), y por cualquier otras cosa que el Espíritu Santo les muestre. Compartan el perdón el uno con el otro después de un tiempo de oración junta. No es una oración para acusar o para echarse la culpa del uno al otro. Reconozcan que han lastimado en algún momento a su pareja pídanse perdón ambos. Trátense uno al otro con la ternura y misericordia que querrían recibir de Cristo si es que estuvieras hablando con el acerca de tu propio pecado. Conforme se perdonan el uno al otro, también arrepiéntanse por las muchas veces que han sacado a luz pecados pasados que ya han sido perdonados y por estar culpándose el uno al otro, tu pareja no es tu enemiga. Oren juntos esta oración.

Oración
Señor, Jesús, hoy recibimos tu perdón por nuestros pecados. No los recordaremos mas. Recibimos tu compasión el uno por el otro y determinamos desde este día en adelante andar en amor y misericordia. Lávanos con tu sangre. Límpianos de nuestras injusticias. Permite que nuestros corazones sean tiernos el uno con el otro.

Permite que tu amor cubra multitud de pecados. Que podamos vernos mutuamente a través de tus ojos de ahora en adelante. Hoy creemos que hemos recibido esto en tu nombre. Amen.



Ahora viene el tiempo para caminar en el perdón que han dado y recibido. Si un conyugue tropieza que el otro le ayude a levantarse (Eclesiastés 4:10).

Continua preguntándote vez tras vez, ¿Estoy tratando a esta persona como quisiera que Jesús me tratara cuando peco?. Una pareja que es rápida para perdonar puede sobreponerse a cualquier obstáculo que el enemigo ponga en su camino.
Continúen oran el uno por el otro continúen acercándose en el poder de Dios, su compasión y misericordia. Mantengan sus ojos en Cristo y las ofensas de otros parecerán cosa pequeña en comparación con el gran amor perdonador de JESÚS.

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miércoles, 23 de julio 2008
MiscLección IV: LA SIEMBRA Y LA COSECHA




No os engañéis; Dios no puede ser burlado: Pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6:7-9

Ley Espiritual:

La ley espiritual es destinada por Dios para cumplir aquello para la cual fue creada.
La ignorancia no detiene su aplicación. Ejemplo: Si alguien desconoce la ley de la gravedad y salta desde una ventana, caerá y se azotará en el suelo.
Por falta de conocimiento se puede presentar un caso de muerte. Mi pueblo fue destruido, porque le falto conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
Nos garantiza una cosecha. Segaremos exactamente lo que sembramos (Gálatas 6.7-9).


Seleccionando la semilla de Dios o Satanás.

A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia (Deuteronomio 30.19).

Jesús siempre siembra vida. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Satanás siempre siembra muerte. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
La siembra nos da lugar a la cosecha.
Cuando nacemos de nuevo, debemos escoger solo semillas que dan vida. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. (Lucas 10.42)
Los hábitos viejos nos hacen escoger semillas de la bolsa equivocada.


Tipos de semillas que sembramos:

Las palabras:
Me arrepiento de haberme casado contigo divorciémonos o “Lo que Dios Junto no lo separe el hombre” (Mateo 19.6)
Nada nos sale bien o “Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece” (Filipenses 4.13)
Somos pobre, jamás hemos tenido algo y nunca lo tendremos, o “Mi Dios, pues suplirá todo lo que haga falta conforme sus riquezas en gloria (Filipenses 4.19)
Actitudes:
Orgullo – Humildad
Egoísmo - Amor ágape


Acciones:
Violencia – Bondad
Critica – Elogio
Rechazo – Aceptación
Indiferencia – Aceptación

Como sembramos:

Estamos sembrando siempre en las vidas, en la nuestra, la de nuestro cónyuge, en nuestros hijos.
La tierra es el corazón. Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campos para vosotros, y no sembréis entre espinos. Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.
Tierra rocosa (corazón duro) hace difícil producir una cosecha. Y les daré un corazo, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne (Ezequiel 11-19).
Tierra buena (corazón suave), reciben la palabra de Dios esta es la (semilla) y da fruto.
La tierra tiene que ser preparada para recibir la semilla. Romped el barbecho y no sembréis entre espinos (Biblia las Américas).
En nosotros esto se hace con oración y la palabra.
Para otros se hace mediante la oración intercesora y la guerra espiritual.
Factores de la cosecha:

Factor tiempo:
La cosecha ocurre en estación diferente a la de la siembra. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado (Eclesiastés 3.2).

Después de plantar la tierra y sembrar la semilla, se riega la semilla con la palabra de Dios.
Abona la cosecha con tus acciones. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta (Santiago 2.26).
No desentierres tu semilla para ver cómo va, porque se puede morir.
Concede tiempo para madurar y crecer.


Factor Multiplicación:
Se cosecha exactamente lo que se siembra. Porque todo lo que el hombre sembrare eso mismo cosechara (Gálatas 6.7).
Siempre se cosecha más de lo sembrado. Ejemplo: 3 granos de maíz y en una planta crecen muchas mazorcas de maíz. Pero parte cayó en buena tierra y dio fruto cual al ciento, cual sesenta, y cual al treinta por uno (Óseas 8.7) (Mateo 13.8).
Cada cosecha que obtenemos, nos proporciona nueva semilla para sembrar futuras. Ejemplo: Si sembramos semillas de amor, cosechamos amor en abundancia. Si sembramos odio cosecharemos odio. Las pequeñas áreas de irritación se convierten en áreas mayores de pelea.


Identificación de las cosechas:

Buenas cosechas:
Descubre que semillas de las que has sembrado producen buenas cosechas.
Selecciona cuidadosamente más semillas de la misma clase a fin de continuar produciendo buenas cosechas.
Cosechas no deseadas:
Arrepentirnos es como el herbicida, las cosechas comienzan a morir inmediatamente, tómese el tiempo necesario para que muera por completo.
No se desanime, si pareciera que haya un crecimiento repentino.
No permita pensamientos o sentimientos de culpa de parte del enemigo.
Las cosechas no deseadas son restauradas conforme vayamos sembrando semillas buenas. Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.
Arrepiéntete de inmediato toda vez que te descubras sembrando semillas equivocadas no esperes mucho tiempo para no dejarla crecer. Si confesamos nuestros pecados, el es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (Deuteronomio 22.9).


Sembrando buenas semillas:
Para poder obtener buenas cosechas necesitamos:

Escoge la semilla de la bolsa de Dios. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia (Deuteronomio 30.19).
Pide a Dios que de semilla para sembrar. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia (2 Corintios 9.10).
Prepara tu tierra. Para tu bien, dedica tiempo a la oración y la palabra, dedica tiempo para interceder por tu cónyuge (Jeremías 4.3).
Declara o habla la palabra para sembrarla. Dios mismo habló su palabra. Y dijo Dios: Sea la Luz; y fue la Luz. (Génesis 1.3). Así será mi palabra que sale de mi boda; no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié (Isaías 55.11).
Fertiliza las semillas con acciones (Santiago 2.26).
No aceptes que el enemigo plante semillas en tus pensamientos.
Evita las contiendas y los pleitos, no les des lugar. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Honra es del hombre dejar la contienda; Mas todo insensato se envolverá en ella (Proverbios 20.3).
Se necesitan dos para pelear, si uno no responde con enojo, no habrá pelea.
No permitas que las contiendas lastimen tu relación, tu cónyuge no es tu enemigo, sino Satanás. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes de maldad en las regiones celestes.
Es más importante evitar la contienda que tener la razón. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Siembra amor cuando el otro siembra disensión. No seas envanecido de lo malo, sino envanece con el bien el mal.
Cuando siembran paz y armonía, se les garantiza una cosecha abundante de la misma naturaleza. No os engañéis; Dios no puede ser burlado: Pues todo lo que el hombre siembre, eso también segara. Porque el que siembra para su carne, de la carne segara corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, sino desmayamos (Gálatas 6.7-9).
Solo rindiéndonos a Dios, se puede cambiar un patrón de contiendas en una relación.
Oren juntos ya que esto ayudará para hablar una misma cosa, estarán sembrando para el Espíritu (Gálatas 6.8).




Tareas: Lección Nº 4
La siembra y la cosecha

Hemos estado sembrando y cosechando durante nuestra vida de casados, con esta tarea vamos a examinar la clase de semillas que hemos estado sembrando en el corazón de nuestra pareja e hijos y las que hemos estado produciendo. Una vez que las hayamos identificado vamos a decidir cuales deseamos perpetuar y cuales deseamos destruir.



Ejemplo:


Buena semilla que el esposo ha sembrado en su esposa.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



1. Buena semilla que el esposo ha sembrado en su esposa.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



2. Mala semilla que el esposo ha sembrado en su esposa.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



3. Buena semilla que la esposa ha sembrado en su esposo.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



4. Mala semilla que la esposa ha sembrado en su esposo.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



5. Buena semilla que los padres han sembrado en sus hijos.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



6. Mala semilla que los padres han sembrado en sus hijos.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



7. Buena semilla que la pareja ha sembrado en su hogar.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho



8. Mala semilla que la pareja ha sembrado en su hogar.

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Lo que se sembró Lo que se cosecho

Gloria a Dios por la enseñanza, la voy a imprimir ahora.......

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