Re: LOS adventistas Y LA LEY "AÑADIDA" DE GÀLATAS
Estimado equivocado y maldiciente billi. Saludos cordiales.
Tú dices:
Respondo: Debemos saber que es lo que Dios nos enseña a través de este importantísimo Libro, y eso es lo que tú no quieres que salga a relucir.
Te invito entonces a descubrir los secretos de este libro:
Comencemos con el tema: "Redimidos de la maldición"
Tras haber aceptado el evangelio, los gálatas estaban extraviándose en pos de falsos maestros que les presentaban "otro evangelio", una falsificación del verdadero y único, puesto que no hay más que uno en todo tiempo y para todo ser humano.
La falsificación del evangelio se expresaba en estos términos: "Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos". Si bien en nuestros días carece de relevancia el asunto de si hay que someterse o no al rito de la circuncisión; no obstante, en relación con la salvación misma está tan viva como siempre la polémica en cuanto a si participan las obras humanas, o si es solamente por Cristo.
En lugar de atacar su error y combatirlo con poderosos argumentos, el apóstol refiere a los gálatas a una experiencia que ilustra el tema objeto de discusión. En su exposición les demuestra que la salvación es solamente por la fe para todos los hombres, y de ninguna forma por las obras. De igual manera que Cristo gustó la muerte por todos, todo el que sea salvo ha de poseer la experiencia personal de la muerte, resurrección y vida de Cristo en él. Cristo en la carne, hace lo que la ley no era capaz de hacer (Gál. 2:21; Rom. 8:3 y 4). Pero el mismo hecho señalado da testimonio de la justicia de la ley. Si ésta fuera en algún respecto deficiente, Cristo no habría cumplido sus requerimientos. Cristo muestra la justicia de la ley cumpliéndola, o realizando lo que demanda la ley, no simplemente por nosotros, sino en nosotros. La gracia de Dios en Cristo atestigua sobre la majestad y santidad de la ley. No desechamos la gracia de Dios: si la justicia pudiera obtenerse por la ley, "entonces por demás murió Cristo".
Pretender que la ley puede ser abolida, que sus demandas pueden ser tenidas en poco, que se las puede pasar por alto, equivale a pretender que Cristo murió en vano. Repitámoslo: la justicia no puede obtenerse por la ley, sino solamente por la fe de Cristo. Pero el hecho de que la justicia de la ley no pueda lograrse de otra manera que no sea por la crucifixión, resurrección y vida de Cristo en nosotros, muestra la infinita grandeza y santidad de la ley.
1. ¡Oh, gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó a vosotros, a quienes Cristo fue presentado crucificado?
Pablo escribió literalmente "¿quién os hechizó...?" (ver N.T. Interl.). "Mejor es obedecer que sacrificar, mejor la docilidad que la grasa de los carneros. Como pecado de hechicería es la rebeldía, crimen de tarafim [idolatría] la contumacia" (1 Sam. 15:22 y 23, La Biblia de Jerusalén). En hebreo, dice literalmente: "El pecado de rebelión es hechicería, y la contumacia es rebelión e idolatría". ¿Por qué? Porque la rebeldía y contumacia son rechazo hacia Dios. Y aquel que rechaza a Dios se pone bajo el control de los malos espíritus. Toda idolatría es adoración al diablo. "Lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican" (1 Cor. 10:20). No hay terreno neutral. Cristo dijo: "El que no es conmigo, está contra mí" (Mat. 12:30). Es decir: la desobediencia, el rechazar al Señor, es el espíritu del anticristo. Como ya hemos visto, los hermanos gálatas estaban apartándose de Dios. Inevitablemente -aunque quizá sin darse cuenta- estaban volviendo a la idolatría.
Una salvaguarda contra el espiritismo
El espiritismo no es más que otra forma de referirse a la antigua hechicería, o brujería. Es un fraude, pero no el tipo de fraude que muchos imaginan. Hay en él una realidad. Es un fraude, ya que pretendiendo mantener comunicación con los espíritus de los muertos, la mantiene solamente con los espíritus de los demonios, dado que "los muertos nada saben". Ser un medium espiritista es entregarse al control de los demonios.
Sólo hay una forma de protegerse de ello, y es aferrarse a la Palabra de Dios. Aquel que considera con ligereza la Palabra de Dios, está perdiendo su asociación con Dios, y se pone bajo la influencia de Satanás. Incluso hasta aquel que denuncia el espiritismo en los términos más enérgicos, si deja de aferrarse a la Palabra de Dios, antes o después será descarriado por la poderosa seducción de la falsificación de Cristo. Sólo manteniéndose firmemente por la Palabra de Dios, podrá el creyente ser guardado en la hora de la prueba que está por venir a todo el mundo (Apoc. 3:10). "El espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia" (Efe. 2:2) es el espíritu de Satanás, el espíritu del anticristo; y el evangelio de Cristo, que revela la justicia de Dios (Rom. 1:16 y 17) es la única salvación de él posible.
Cristo, crucificado ante nosotros.
Cuando Pablo predicó a los gálatas les presentó a Cristo crucificado. Tan vívida fue la descripción, que los gálatas pudieron realmente contemplarlo ante sus ojos como el Crucificado. No era un asunto de mera retórica por parte de Pablo, ni de imaginación por parte de ellos. Empleando a Pablo como instrumento, el Espíritu Santo los capacitó para ver a Cristo crucificado.
Al respecto, la experiencia de los gálatas no puede ser exclusiva de ellos. La cruz de Cristo es un hecho actual. La expresión 'Ir a la cruz' no es una mera forma de expresión, sino algo que se puede cumplir literalmente.
Nadie puede conocer la realidad del evangelio hasta que vea a Cristo crucificado ante sus ojos, y hasta ver la cruz en cada parte. Podrá ser que alguien se burle, pero el hecho de que una persona ciega no vea el sol, y niegue que éste brilla, no convencerá al que lo ve y recibe su luz. Muchos hay que podrán dar testimonio de que las palabras del apóstol, a propósito de que Cristo fue crucificado ante los ojos de los gálatas, son más que una simple figura del lenguaje. Otros muchos han conocido esa misma experiencia. ¡Dios quiera que este estudio de la epístola pueda ser el medio de abrir los ojos a muchos más!
Continuará...
Estimado equivocado y maldiciente billi. Saludos cordiales.
Tú dices:
BUENO, PARECE QUE EL SECTARISMO TE TIENE CIEGO. DE NUEVO, TE EQUIVOCASTE DE "ENLATADO".
ESE NO ES EL PUNTO QUE ESTAMOS TRATANDO EN ESTE DEBATE.
LO QUE PRETENDEMOS AQUÌ SOLO ES DETERMINAR, A QUÈ FUÈ "AÑADIDA" ESA LEY, MENCIONADA EN GÀLATAS 3.
Y SOBRE ESO, TENEMOS DOS POSICIONES:
1) FUÈ AÑADIDA AL DECÀLOGO. (COMO SOSTIENE EL adventismo).
2) FUÈ AÑADIDA AL "PACTO ABRAHAMICO". (COMO SOSTENGO YO).
ENTONCES, YO PRESENTÈ LAS EVIDENCIAS BÌBLICAS PARA SUSTENTAR MI POSTURA; SOLAMENTE APOYANDOME EN TODO EL CONTEXTO EXTENDIDO DEL PASAJE Y EN OTROS PASAJES PAULINOS, QUE VAN CON EL TEMA.
FALTA QUE TÙ PRESENTES LAS TUYAS, COMO SEGUIDOR DEL adventismo....
PERO, HACIENDO ALGO SIMILAR, A LO QUE YO HICE; Y NO SIMPLEMENTE PEGANDO "ENLATADOS".
Respondo: Debemos saber que es lo que Dios nos enseña a través de este importantísimo Libro, y eso es lo que tú no quieres que salga a relucir.
Te invito entonces a descubrir los secretos de este libro:
Comencemos con el tema: "Redimidos de la maldición"
Tras haber aceptado el evangelio, los gálatas estaban extraviándose en pos de falsos maestros que les presentaban "otro evangelio", una falsificación del verdadero y único, puesto que no hay más que uno en todo tiempo y para todo ser humano.
La falsificación del evangelio se expresaba en estos términos: "Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos". Si bien en nuestros días carece de relevancia el asunto de si hay que someterse o no al rito de la circuncisión; no obstante, en relación con la salvación misma está tan viva como siempre la polémica en cuanto a si participan las obras humanas, o si es solamente por Cristo.
En lugar de atacar su error y combatirlo con poderosos argumentos, el apóstol refiere a los gálatas a una experiencia que ilustra el tema objeto de discusión. En su exposición les demuestra que la salvación es solamente por la fe para todos los hombres, y de ninguna forma por las obras. De igual manera que Cristo gustó la muerte por todos, todo el que sea salvo ha de poseer la experiencia personal de la muerte, resurrección y vida de Cristo en él. Cristo en la carne, hace lo que la ley no era capaz de hacer (Gál. 2:21; Rom. 8:3 y 4). Pero el mismo hecho señalado da testimonio de la justicia de la ley. Si ésta fuera en algún respecto deficiente, Cristo no habría cumplido sus requerimientos. Cristo muestra la justicia de la ley cumpliéndola, o realizando lo que demanda la ley, no simplemente por nosotros, sino en nosotros. La gracia de Dios en Cristo atestigua sobre la majestad y santidad de la ley. No desechamos la gracia de Dios: si la justicia pudiera obtenerse por la ley, "entonces por demás murió Cristo".
Pretender que la ley puede ser abolida, que sus demandas pueden ser tenidas en poco, que se las puede pasar por alto, equivale a pretender que Cristo murió en vano. Repitámoslo: la justicia no puede obtenerse por la ley, sino solamente por la fe de Cristo. Pero el hecho de que la justicia de la ley no pueda lograrse de otra manera que no sea por la crucifixión, resurrección y vida de Cristo en nosotros, muestra la infinita grandeza y santidad de la ley.
1. ¡Oh, gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó a vosotros, a quienes Cristo fue presentado crucificado?
Pablo escribió literalmente "¿quién os hechizó...?" (ver N.T. Interl.). "Mejor es obedecer que sacrificar, mejor la docilidad que la grasa de los carneros. Como pecado de hechicería es la rebeldía, crimen de tarafim [idolatría] la contumacia" (1 Sam. 15:22 y 23, La Biblia de Jerusalén). En hebreo, dice literalmente: "El pecado de rebelión es hechicería, y la contumacia es rebelión e idolatría". ¿Por qué? Porque la rebeldía y contumacia son rechazo hacia Dios. Y aquel que rechaza a Dios se pone bajo el control de los malos espíritus. Toda idolatría es adoración al diablo. "Lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican" (1 Cor. 10:20). No hay terreno neutral. Cristo dijo: "El que no es conmigo, está contra mí" (Mat. 12:30). Es decir: la desobediencia, el rechazar al Señor, es el espíritu del anticristo. Como ya hemos visto, los hermanos gálatas estaban apartándose de Dios. Inevitablemente -aunque quizá sin darse cuenta- estaban volviendo a la idolatría.
Una salvaguarda contra el espiritismo
El espiritismo no es más que otra forma de referirse a la antigua hechicería, o brujería. Es un fraude, pero no el tipo de fraude que muchos imaginan. Hay en él una realidad. Es un fraude, ya que pretendiendo mantener comunicación con los espíritus de los muertos, la mantiene solamente con los espíritus de los demonios, dado que "los muertos nada saben". Ser un medium espiritista es entregarse al control de los demonios.
Sólo hay una forma de protegerse de ello, y es aferrarse a la Palabra de Dios. Aquel que considera con ligereza la Palabra de Dios, está perdiendo su asociación con Dios, y se pone bajo la influencia de Satanás. Incluso hasta aquel que denuncia el espiritismo en los términos más enérgicos, si deja de aferrarse a la Palabra de Dios, antes o después será descarriado por la poderosa seducción de la falsificación de Cristo. Sólo manteniéndose firmemente por la Palabra de Dios, podrá el creyente ser guardado en la hora de la prueba que está por venir a todo el mundo (Apoc. 3:10). "El espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia" (Efe. 2:2) es el espíritu de Satanás, el espíritu del anticristo; y el evangelio de Cristo, que revela la justicia de Dios (Rom. 1:16 y 17) es la única salvación de él posible.
Cristo, crucificado ante nosotros.
Cuando Pablo predicó a los gálatas les presentó a Cristo crucificado. Tan vívida fue la descripción, que los gálatas pudieron realmente contemplarlo ante sus ojos como el Crucificado. No era un asunto de mera retórica por parte de Pablo, ni de imaginación por parte de ellos. Empleando a Pablo como instrumento, el Espíritu Santo los capacitó para ver a Cristo crucificado.
Al respecto, la experiencia de los gálatas no puede ser exclusiva de ellos. La cruz de Cristo es un hecho actual. La expresión 'Ir a la cruz' no es una mera forma de expresión, sino algo que se puede cumplir literalmente.
Nadie puede conocer la realidad del evangelio hasta que vea a Cristo crucificado ante sus ojos, y hasta ver la cruz en cada parte. Podrá ser que alguien se burle, pero el hecho de que una persona ciega no vea el sol, y niegue que éste brilla, no convencerá al que lo ve y recibe su luz. Muchos hay que podrán dar testimonio de que las palabras del apóstol, a propósito de que Cristo fue crucificado ante los ojos de los gálatas, son más que una simple figura del lenguaje. Otros muchos han conocido esa misma experiencia. ¡Dios quiera que este estudio de la epístola pueda ser el medio de abrir los ojos a muchos más!
Continuará...