Desde sus comienzos el rock’n roll ha atraído a la audiencia juvenil con su ritmo sencillo, rítmico y de golpeteo. Varios padres no querían escucharla para ese entonces y todavía no quieren que sus hijos la escuchen, quizás por alguna buena razón. Fué en 1951 que Alan Freed, un disk jockey de la radio de Clevand estaba buscando un término para describir la respuesta frenética de los jóvenes a una nueva manía musical. Freed encontró su frase en una expresión popular para la fornicación: rock’n roll. El término tuvo acogida, y el ritmo continuó. Una cosa si es cierta, la connotación sexual permaneció y el temor de muchos es que la frase encaja muy bien en la música para ser simplemente una coincidencia.
Además muchos de las estrellas del mundo eléctrico del rock reflejan una imagen negativa ante la sociedad ya sea por su apariencia física, por sus nombres artísticos individuales o como grupo y por los comentarios que hacen de sí mismos y de su forma de vida. Muchas de sus canciones apelan a la perversión sexual, al odio, al uso de drogas, al homosexualismo, a la rebelión contra el gobierno y la religión y apoyan el ocultismo y de vez en cuando el satanismo. Es fácil pues, explicar porqué ha habido un aumento tan marcado en suicidios de niños y jóvenes, en abortos, en degeneración sexual, en inmoralidad, en el uso y abuso de drogas, en homocidios, en el número de madres solteras y desajustes mentales. Sin embargo parece ser que Satanás no trata muy bien a sus siervos ya que muchos de ellos han llevado una vida desperdiciada que va derecho a una muerte temprana y trágica terminando en el mismo infierno (Isaías 30:1; Apocalipsis 21:8).
Aquellos cristianos que escuchan esta clase de música, comprando las cintas o atendiendo a los conciertos también están ayudando a que se recruten multitudes de jóvenes a una adoración literal a Satanás. Ningún verdadero cristiano puede continuar haciendo eso (Mateo 6:24; Amos 3:3). Hasta la revista Times observó en cierta ocasión que “en un sentido, todo el rock es revolucionario. Mediante su sistema de percusión y sonido, ha rechazado siempre implícitamente las restricciones y ha celebrado el libertinaje y la sexualidad.”(Time, 3 de enero de 1969.) Esto nos lleva a una pregunta: ¿Tiene derecho un cristiano, cuyo cuerpo es “templo del Espíritu Santo” (1Corintios 6:19) exponerse aún por un momento a esta clase de música que puede conducirle a tales consecuencias? La respuesta del cristiano debe ser evidente. Por mucho que le guste la música, ello no justifica que se rodee de música cuyas filosofías y valores están en oposición blasfema al único que es “Rey de reyes y Señor de señores.” (Apocalipsis19:16).
El profesor William Shafer, un sociólogo no cristiano, dice: “Lo que es innegable acerca del rock es su poder hipnótico. Ha embalazado a millones de jóvenes alrededor del mundo y transformado sus vidas.” ¿Entiende ahora porqué los jóvenes se esclavizan por esta clase de música lo cual es incorrecto? (2Pedro2:19). No es precisamente el ruido. Es un ritmo cuidadosamente construido, capturando sus cuerpos y cautivando sus mentes.
Algunas personas admiten que el rock duro o pesado (heavy metal) no son buenos pero que solo escuchan rock suave. Sin embargo así como el drogadicto empieza con la mariguana y termina con la heroína muchos adictos del rock pesado empezaron con el rock suave. Y ese ritmo selvático del rock todavía está ahí, no importa cúan bonito lo disfracemos como “rock suave”. Como dijo un predicador : “Rock fue concebido en los ritos satánicos de la selva y traído por los rebeldes cultistas del rock. Rock no es música, sino una religión. Rock es la carne “que no puede agradar a Dios.” Rock (Roca) es blasfemo porque ha escogido un nombre que es uno de los presiosos nombres de nuestro gran Salvador.”
Teniendo esto en mente. ¿Qué podemos decir sobre del rock "cristiano"?
Por ahora solo digo que “no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas”(Efecios5:11). ¡Demuestra tu lealtad a Jesucristo, la verdadera Roca y Él pondrá una nueva canción en tu corazón!
Además muchos de las estrellas del mundo eléctrico del rock reflejan una imagen negativa ante la sociedad ya sea por su apariencia física, por sus nombres artísticos individuales o como grupo y por los comentarios que hacen de sí mismos y de su forma de vida. Muchas de sus canciones apelan a la perversión sexual, al odio, al uso de drogas, al homosexualismo, a la rebelión contra el gobierno y la religión y apoyan el ocultismo y de vez en cuando el satanismo. Es fácil pues, explicar porqué ha habido un aumento tan marcado en suicidios de niños y jóvenes, en abortos, en degeneración sexual, en inmoralidad, en el uso y abuso de drogas, en homocidios, en el número de madres solteras y desajustes mentales. Sin embargo parece ser que Satanás no trata muy bien a sus siervos ya que muchos de ellos han llevado una vida desperdiciada que va derecho a una muerte temprana y trágica terminando en el mismo infierno (Isaías 30:1; Apocalipsis 21:8).
Aquellos cristianos que escuchan esta clase de música, comprando las cintas o atendiendo a los conciertos también están ayudando a que se recruten multitudes de jóvenes a una adoración literal a Satanás. Ningún verdadero cristiano puede continuar haciendo eso (Mateo 6:24; Amos 3:3). Hasta la revista Times observó en cierta ocasión que “en un sentido, todo el rock es revolucionario. Mediante su sistema de percusión y sonido, ha rechazado siempre implícitamente las restricciones y ha celebrado el libertinaje y la sexualidad.”(Time, 3 de enero de 1969.) Esto nos lleva a una pregunta: ¿Tiene derecho un cristiano, cuyo cuerpo es “templo del Espíritu Santo” (1Corintios 6:19) exponerse aún por un momento a esta clase de música que puede conducirle a tales consecuencias? La respuesta del cristiano debe ser evidente. Por mucho que le guste la música, ello no justifica que se rodee de música cuyas filosofías y valores están en oposición blasfema al único que es “Rey de reyes y Señor de señores.” (Apocalipsis19:16).
El profesor William Shafer, un sociólogo no cristiano, dice: “Lo que es innegable acerca del rock es su poder hipnótico. Ha embalazado a millones de jóvenes alrededor del mundo y transformado sus vidas.” ¿Entiende ahora porqué los jóvenes se esclavizan por esta clase de música lo cual es incorrecto? (2Pedro2:19). No es precisamente el ruido. Es un ritmo cuidadosamente construido, capturando sus cuerpos y cautivando sus mentes.
Algunas personas admiten que el rock duro o pesado (heavy metal) no son buenos pero que solo escuchan rock suave. Sin embargo así como el drogadicto empieza con la mariguana y termina con la heroína muchos adictos del rock pesado empezaron con el rock suave. Y ese ritmo selvático del rock todavía está ahí, no importa cúan bonito lo disfracemos como “rock suave”. Como dijo un predicador : “Rock fue concebido en los ritos satánicos de la selva y traído por los rebeldes cultistas del rock. Rock no es música, sino una religión. Rock es la carne “que no puede agradar a Dios.” Rock (Roca) es blasfemo porque ha escogido un nombre que es uno de los presiosos nombres de nuestro gran Salvador.”
Teniendo esto en mente. ¿Qué podemos decir sobre del rock "cristiano"?
Por ahora solo digo que “no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas”(Efecios5:11). ¡Demuestra tu lealtad a Jesucristo, la verdadera Roca y Él pondrá una nueva canción en tu corazón!