Mi Secreto en esta vida, mi encuentro con lo divino
HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE DEL PARAÍSO: HE AHÍ EL SECRETO
Y yo Félix, el que busca te digo. En ese sublime e histórico momento, en ese día, en el que la criatura mortal hombre o mujer descubre a su Monitor de Misterio o Ajustador del Pensamiento- y se produce cuando descubre en su Pensamiento, la Decisión o la Capacidad de Elegir. En ese momento, Nota, Siente, Experimenta, Percibe, que su Voluntad, (o su Deseo), se entrega sinceramente, incondicionalmente o sin reservas, a la Voluntad de Padre de Paraíso. Aquel que se abandona sinceramente y confía… Sinceramente es partícipe de la gran revelación de la voluntad divina.
A partir de ese instante sabrá de su magnífico destino o futuro y de su estatuto de hijo de Dios o del Gran Padre-Madre Universal. A partir de ese instante habrá emprendido la prodigiosa aventura de la búsqueda de la experiencia personal individual, (la búsqueda hacia sí mismo) y consciente de la Divinidad. A partir de ese día, instante o momento, su Monitor de Misterio o Ajustador Personalizado hará el resto, le guiará y conducirá sin tropiezo hacia la Isla Nuclear de la Luz (El Paraíso).
He aquí el secreto de los secretos de los mundos de los Superuniversos. “Hacer la Voluntad del Padre”. El que se entrega generosamente y sinceramente a Dios el Padre Universal del Paraíso, y hace su voluntad, es decir: encontrarle, conocerle y ser como él, recibirá al punto o al detalle, la máxima revelación, (conocimientos, sabiduría), sabrá entonces que es inmortal, sabrá entonces que se halla irremisiblemente condenado a la felicidad. Sabrá entonces que Dios habita en él, El Gran Padre-Madre Universal y su Espíritu o chispa divina, (El Monitor de Misterio); La Madre-Hijo Eterno Original y su hijo Creador (El Padre Universal e Hijo Creador. Miguel o (Jesús de Nazareth), el 611.121 de identidad infinita, Soberano Supremo en Potencia del Universo Local de Nebadón, y su Espíritu Instructor o Espíritu de la Verdad); y La Madre-Espíritu Infinito y su hija (El Espíritu Creativo del Universo Local de Nebadón), están en él y que el Universo y la Creación es suya o su casa. Nada podrá detenerle, frenarle, pararle, interrumpirle, en su carrera hacia La Isla Nuclear de la Luz y Estacionaria del Paraíso.
La iniquidad, la maldad, el error y las dudas terminarán estrellándose contra el muro de su fe, confianza y esperanza. Hacer la Voluntad del Padre del Paraíso es el único salvoconducto, lema o alimento hacia el corazón y centro del Gran Universo de Havona. El deseo de encontrarle, conocerle, asemejarse y esforzarse en ser como Él Gran Padre Universal del Paraíso es el único requisito para traspasar distancias, tiempos y barreras. El Monitor de Misterio o Ajustador del Pensamiento es vuestra garantía, es como una brújula, un guía, un apoyo infinito, una ayuda, para orientarse, y para no perderse, cuando asciendas hacia la Isla Eterna del Paraíso donde mora o vive El Gran Padre Universal (Dios). ¡Dichoso aquel que se funde o fusione con él! (Unión Interior).
En ese instante, en ese histórico instante, habrá aceptado sinceramente, hacer la voluntad del Padre del Paraíso y su destino o futuro eterno aparecerá ante él como un suceso irreversible. ¡Dichoso el que se identifica con su don divino, con su Monitor de Misterio! Habrá recorrido la mitad del camino. (El que lo descubra, se funda o fusione, consiga la unión interior, se identifique con don divino, y consiga dominar su personalidad interior, tendrá ventaja y su ascensión será menos difícil o borrascosa). Aquel que tenga oídos que oiga, aquel que tenga vista que vea.
El Soberano de nuestro Universo Local, es decir Cristo-Miguel de Nebadón, siempre hablaba del Padre. Esa era su gran fuerza. Miguel el Hijo Creador o Jesús de Nazareth, conoció también la amargura y tuvo que enfrentarse a las contrariedades de la vida. Pero jamás flaqueó, ¿Sabéis por qué? Él conocía la bondad y la infinita misericordia del Padre. Era una seguridad que nacía del corazón. Muchos de nosotros lo llamamos fe o confianza. Lo repitió hasta la saciedad, pero nosotros apenas si le comprendimos. “Hacer la voluntad del Padre del Paraíso; ese es mi alimento.” Este es el secreto, hijos amados del Padre Universal (Dios), ¡Dichoso aquel que lo logre! ¡Dichoso aquel que sepa abandonarse en las manos del Padre! Nada le será imposible. Nada le será negado. Nada quedará oculto a su curiosidad.
UNA CONFIANZA SUPREMA EN EL PADRE DEL PARAÍSO
Más no confundáis esa ciega confianza en el Padre del Paraíso con una huida de la cotidiana realidad, Miguel de Nebadón o Jesús de Nazareth, como hombre, trabajó y peleó hasta el agotamiento. Y sólo recurrió a su fe o confianza en Dios como el gran recurso para emerger de entre las preocupaciones y fortalecerse ante el fantasma de la soledad y de la desesperación. Su confianza en el Padre Universal del Paraíso no fue nunca una fácil e ilusoria compensación frente a las vicisitudes de la vida. Él sabía del amor del Padre y, simplemente, en mitad de las contrariedades, dudas, problemas, se ponía en sus manos. Y las personas a su alrededor se vieron contagiadas de esta templanza o fe triunfante.
Jamás hombre alguno hizo de Dios una experiencia y una realidad tan vivas como las demostradas por el Hijo del Hombre. Ésta, hermanos míos, tantas veces mencionada. Esta era la religión del Hijo del Hombre. Hacer la voluntad del Padre del Paraíso: Encontrarle, Conocerle y Esforzarse en llegar a ser como Él, en su Perfección Paradisíaca Personalizada. (Llegar al Padre, Hacer su Voluntad y Descansar en Él). Una religión con un único fundamento: una intensa relación espiritual de los hombres con un Dios-Padre. La fe o la confianza del Hijo del Hombre era algo vivo, personal, espontáneo y, sobre todo, espiritual. No era un respeto a la tradición, ni tampoco una creación o un espejismo de su intelecto.
Era una profunda convicción. Tan arraigada se hallaba en su alma esta suprema confianza en la voluntad de Dios-Padre que, incluso en los momentos de aparente fracaso, se mantuvo sereno, tranquilo, y desarmado, a los que pretendían o querían perderle. ¡Ah, amigos qué distintas habrían sido nuestras vidas de haber disfrutado de esa misma confianza en el gran Padre del Paraíso! Seguid mi consejo: cuando las fuerzas o la inteligencia os abandonen, cuando todo se presente oscuro y sin horizonte, cuando vuestros errores o los errores de los demás os hayan aplastado en el lodo, cuando nada de este mundo os importe, amigos míos, levantad la vista y hablad, con el Dios-Padre. Él lo tiene todo previsto. Él escucha y sabe. Él dispone y dispone siempre lo mejor para cada uno de sus hijos. Las miserias, las ruinas, y el dolor de este mundo no son gratuitos. Han sido trazados para fortalecernos. Confiar en la voluntad del Padre debe ser vuestro único lema.
La fe y la confianza del Hijo del Hombre en su Padre del Paraíso fueron siempre serenas y meditadas. Aun así, su comportamiento respecto a Dios-Padre me recordó siempre el de un niño que confía y se entrega ciegamente en los brazos de sus progenitores. Vosotros, lo que tenéis hijos, sabéis cuánta verdad encierran mis palabras. El Hijo del Hombre amaba a su Padre y, en Él, a la Naturaleza. Era, os lo repito, como un niño que se siente seguro en el calor de su entorno familiar. El Universo era su casa. Todo le era familiar. Amaba la brisa, los animales y las estrellas porque todo ello es fruto del amor del Padre del Paraíso.
Recordad sus palabras: “Si el Padre vela por las aves del cielo. ¿Cómo no va a hacerlo por vosotros, sus hijos?”. Fue esa seguridad implacable lo que le hacía valiente y audaz. Ciertamente, nadie le vio retroceder jamás ante un peligro o una amenaza. Y no porque el Hijo del Hombre no fuera capaz de experimentar el miedo. Él era hombre. En las trágicas horas de su pasión y muerte, le vimos temblar y encogerse ante el dolor y la humillación. Pero, decidme: ¿quién es el verdadero héroe? ¿Aquel que, aun sintiendo el miedo, resiste y se enfrenta a la adversidad o al peligro, o el que jamás conoció ese sentimiento? El Hijo del Hombre supo dominar, siempre su temor porque jamás perdió la confianza en el Padre Celestial.
En la calma o en la agitación, entre sus amigos o enemigos, él se sintió acompañado. Su vida, sus actos y pensamiento estaban en las manos del Todopoderoso. Él lo sabía y, al igual que el niño-niña habla a su padre, así se abandonó a lo designios de la voluntad divina. Amigos, míos, si alcanzáis a comprender y a llevar a efecto cuanto os digo, el mundo se maravillará ante vuestra templanza. Es por todo esto por lo que él dijo. “A menos que no os hagáis como niños no entraréis en el reino de los cielos”, es decir, no conoceréis este secreto, y sólo se entra en el reino de los cielos o vida eterna por la confianza o la fe, vosotros o vosotras disponéis de la última voluntad, deseo, o capacidad de elegir, nadie será sabio después de la muerte física, si antes no lo ha hecho o esforzado en esta vida terrenal, y la verdadera sabiduría es la que brota del Amor de Dios-Padre.
Para el Hijo del Hombre era mucho más importante que creyéramos en esa Paternidad de Dios-Padre que en él mismo. Él no deseaba ni pretendía que le imitáramos, pero si que compartiéramos y que hiciéramos nuestra su forma de creer y de confiar en el Padre. Con eso habría sido suficiente.
LLEVÁIS A DIOS EL PADRE EN VUESTRO ESPÍRITU
Os preguntaréis por qué vuelvo una y otra vez sobre lo mismo. Por qué este hombre parece obsesionado por la búsqueda personal individual o búsqueda hacia sí mismo de Dios el Padre Universal del Paraíso. No es que aborrezca las bienintencionadas directrices de vuestros jefes espirituales o religiosos del mundo, pero observo con preocupación cómo la mayoría de las personas se entrega leal y sinceramente a esa constelación de normas y prohibiciones, anulando su maravillosa potestad de escuchar su propia conciencia. ¿Y qué es en verdad la conciencia?
Amigos míos. ¿Es que habéis olvidado que el pensamiento humano puede alcanzar los más altos niveles de inteligencia espiritual? ¿Es que no recordáis que la chispa divina, Ajustador del Pensamiento o el Monitor de Misterio se instaló en cada uno de nuestros espíritus por obra y gracia del Padre?, y eso sucede a la pronta edad de cinco años, ocho meses y dos días, vuela desde la Isla Eterna o Nuclear de la Luz y Estacionaria del Paraíso, una fracción o chispa, de Dios el Padre-Madre del Paraíso, a cada una de las criaturas del tiempo y del espacio. Es Dios el Padre del Paraíso quien mora o vive en el alma del hombre y, en consecuencia, estáis en la disposición de elegir, de juzgar y de buscar por vosotros mismos.
Lleváis a Dios el Padre con vosotros. ¿Por qué someteros entonces a la teología, o religiones, de otros pensamientos? ¡Salid al mundo con valentía! Participad, si así lo deseáis, de las inquietudes de una comunidad de creyentes, pero no os dejéis anular por el rigorismo de las instituciones, iglesias, y demás religiones. Sobre nosotros empiezan a gravitar mucho más deberes que derechos. Y lo que es más grave: vuestro principal derecho –ser hijos de Dios el Gran Padre-Madre del Paraíso- está siendo ignorado. El que en verdad se sabe que es Hijo de Dios el Padre, no necesita de leyes y mandamientos. El más importante (el único), va encerrado ya en ese inamovible derecho: Hacer la voluntad del Padre del Paraíso, nuestro Padre,
es decir: a la aptitud intelectual de encontrarle, a la necesidad espiritual de conocerle, y al intenso deseo de esforzarse en ser como él, en su Perfección Paradisíaca Personalizada, el que, al fin, descubre que es Hijo de Dios-Padre ama a sus semejantes, personas, (a lo amigos y a los enemigos) y cumple con las leyes de la naturaleza. El que en verdad hace suya esa esperanzadora realidad de la fraternidad, igualdad o comunión humana, nada tiene. Y el amor del Padre compensa esa generosidad con el ciento por uno. El que ya ha descubierto su origen y destino divinos sólo se teme a sí mismo. Ese derecho implica caridad, justicia y tolerancia. Es por ello por lo que os animo a la incesante búsqueda personal individual de Dios el Gran Padre-Madre Universal del Paraíso. Cuando el niño-hombre, niña-mujer, descubre un día su propia identidad o quién es y que hace aquí en esta vida: nada puede igualar a la alegría de semejante hallazgo. Pues bien, esto es lo que os digo, que os detengáis en el camino de la vida, que es este mundo en el que vivimos y comprendáis que sois Hijos de un Dios. ¿Qué puede importar entonces todo lo demás?
Me preguntaréis con razón; ¿qué pruebas tengo de que soy un hijo de Dios? ¿Cómo saber que es la chispa divina, Ajustador del Pensamiento o Monitor de Misterio mora o vive dentro de mí? Os daré tres señales. La primera se llama AMOR. Los animales se hacen gregarios, ciertamente, protegiéndose así de los peligros. Pero decidme, ¿son altruistas o generosos? Sólo un intelecto habitado por la chispa divina o Monitor de Misterio puede concebir el altruismo o generosidad. Sólo un espíritu habitado por el propio Padre Universal del Paraíso es capaz de amar incondicionalmente.
La segunda señal se llama SABIDURÍA. Al descubrir que el espíritu se halla tocado por el dedo de Dios-Padre, el intelecto humano está en condiciones de aceptar que la naturaleza es siempre bondadosa.
La tercera señal o prueba reside en esa permanente e insaciable necesidad del hombre de BUSCAR A DIOS-PADRE, de colmar su insatisfacción espiritual. Mirad a los animales. ¿Alguno ha sido capaz de postrarse ante la Divinidad? Sólo el espíritu que ha recibido la chispa divina o Monitor de Misterio puede aspirar a Dios el Padre del Paraíso.
Lleváis a Dios-Padre en vuestro espíritu y eso os hace inmortales. Estáis obligados a evolucionar, ascender, progresar, aprender, experimentar y a ser felices. Pero no os engañéis: esa experiencia es personal e individual. Será a través de esa luz divina que habita en cada uno de vosotros como llegaréis amar generosa y espiritualmente. Será por ese don del Padre por lo que reconoceréis los valores morales y la bondad del Universo. Sólo de la mano del Padre –a través de ese mensajero que habita en nosotros- podréis distinguir el bien del mal, lo humano de lo divino.
El tiempo de la eternidad y la verdad del error. Los hombres, las religiones humanas y las falsas teologías pueden hacernos olvidar temporalmente que esa chispa divina, Ajustador del Pensamiento o Monitor de Misterio, habita en vosotros. Sin embargo, tarde o temprano, el aliento del Padre Universal del Paraíso movilizará vuestras conciencias, haciendo posible el gran descubrimiento. Mirad hacia vuestro interior. Escuchad la voz sutil del mensajero que se ha instalado en nosotros. Él aguarda que despertéis. Él espera vuestras preguntas. Él es Él. Él es la revelación.
¿De qué os sirve escuchar cansinos discursos sobre el amor, la lealtad, la justicia, la castidad, el bautismo o la penitencia si no habéis aprendido primero a dialogar con el mensajero celeste que os habita? Es en el contacto con ese morador divino o Monitor de Misterio, como aprenderéis a distinguir y valorar la belleza, la alegría, el amor y, muy especialmente, el esperanzador destino o futuro que os aguarda. Ni la ciencia, ni la filosofía ni la teología, ni las religiones podrán colocar jamás esos atributos humanos en una balanza y mucho menos atribuirse su paternidad. Ninguna religión de este mundo terrenal nos ha revelado al Padre Universal del Paraíso.
El Hijo del Hombre si lo ha hecho. Sólo el Hijo del Hombre, el Soberano Supremo en Potencia e Hijo Creador del Universo Local de Nebadón evidentemente nos referimos a Jesús de Nazareth o Cristo-Miguel de Nebadón, nos ha abierto nuestros ojos a la auténtica fraternidad y nos ha señalado, nos ha enseñado a mirar hacia el interior de nuestros corazones: ahí está el gran tesoro. Buscad el mensajero del Padre Universal del Paraíso y el resto se os dará por añadidura. Este tesoro es la Paternidad y la Fraternidad Divina: El Gran Padre Universal del Paraíso, es Padre-Madre dos en uno, (Paternidad), de todos los seres humanos y en consecuencia, todos los hombres y mujeres son hermanos, físicamente iguales, esta es la fraternidad o comunión divina.
Y en mi experiencia personal individual vi a mi Monitor de Misterio a la chispa divina del Padre Universal del Paraíso, esto fue lo que me dijo:
Félix, escribe cuanto veas y oigas, para que otros también descubran su don divino. No soy tú otro yo, sino la parte más noble de tu yo. Soy el que soy. Procedo del amor del Padre y llevo el título de Monitor de Misterio. No te alarmes; soy Dios y he sido sembrado en tu pensamiento por expreso y directo deseo del Altísimo. ¡Dichoso aquel que, en vida, consiga formar un todo con su Monitor de Misterio! Él le guiará.
Él le sostendrá. Él será su refugio y su fuente de sabiduría. Somos como la lluvia benéfica que empapa los campos, otorgándoles sentido. Descendemos en cascada interminable sobre las criaturas dotadas de voluntad y habitamos en ellas hasta que tarde o temprano, somos uno con vuestro espíritu. Si buscas a Dios-Padre sólo tienes que mirarme, Mírate y reconocerás en ti la chispa de la Divinidad. La búsqueda de la Perfección Infinita será entonces como un juego. Y vida tras vida, universo tras universo, yo te guiaré hacia la presencia del Supremo Amor.
“¡Regocijaos!” o “¡Alegraos!” El que, al fin, decide hacer la voluntad del Padre del Paraíso entra a formar parte de los aventureros de Dios-Padre. La Creación es una aventura. Descubrirla por vosotros mismos es la máxima aventura. Y Él, desde el fondo de vuestra alma, se regocija con vuestra aventura. Yo, Félix el que busca, os anuncio lo más brillantes amaneceres, los más sosegados ocasos, lo posible y lo imposible. Ésa es la aventura de Dios-Padre. La luz será un hilo en vuestras manos. La materia, una flor que se deshoja entre vuestros dedos. Yo os anuncio que la verdad será vuestra sombra y el conocimiento, uno más de vuestros cabellos. Y tras la aventura del descubrimiento de una esfera sagrada llegará el segundo y el tercero. Y la aventura no tendrá fin. Mirad a los aventureros humanos. Ellos disfrutan en el reto, sumidos en la curiosidad y en el afán de avanzar. Así es la aventura divina: siempre más allá, siempre mas profundo, y siempre más cerca de nosotros mismos.
Y yo Félix, el que ocupo el tercer círculo de tu pensamiento, me adelanto a tus dudas. ¿Cómo y cuándo saber que mi intelecto y mi voluntad son un todo con el don divino o con la chispa divina, Monitor de Misterio? Está escrito: “Por sus frutos o acciones los conoceréis”, “No busquéis la infinitud con los ojos materiales de la finitud. La fusión con el Monitor de Misterio no es como el relámpago que hiere lo cielos. No es como la piedra que golpea las aguas o como el viento que estremece las copas de los árboles. Es mucho más pero pertenece al mundo de lo inmaterial o invisible.
Se os ha dicho que aquel que hace la voluntad del Padre del Paraíso ya ha descubierto a su Monitor de Misterio. Y sus actos o acciones le delatarán. Los efectos os revelarán la causa. Aquel que penetra en su séptimo círculo, y se funde, fusione, consiga la unión interior con el Dios o Monitor de Misterio que le habita, obra siempre de acuerdo con la verdad, en consonancia con la belleza y movido por la bondad. Y en mitad de sus supuestos errores, su audacia, su lealtad, su generosidad, y tolerancia serán jueces y testigos de su excelsa asociación con Dios el Padre. Nada ni nadie podrá confundiros, Nada ni nadie podrá entonces engañaros.
Desde ese histórico momento, desde que descubráis en vosotros la íntima y real presencia de la Divinidad, todo tendrá un nuevo sentido, “Se os abrirán los ojos del Espíritu”. Vuestro código moral se abrirá y toleraréis lo intolerable, amaréis lo que nadie ama y desearéis lo que muchos aborrecen. Seréis pasto de los lobos y luz para los silenciosos. El mundo o las personas os ridiculizarán y golpeará, pero jamás seréis vencidos. Aquellos que se entregan a la voluntad del Padre y se aventuran en su séptimo círculo serán llamados herejes, locos y farsantes. Pero ellos saben que les mueve el Espíritu. Ellos descubrirán el sentido de la vida, su origen y su glorioso futuro. Y no temerán a la muerte.
Ellos serán la sal de la tierra y sus obras resplandecerán. Sólo los que logran esa fusión o unión interior con el Dios o Monitor de Misterio que les habita escapan del tedio y la mediocridad de este mundo, sólo unos pocos consiguen escapar o encuentran la salida, la libertad, lejos de la trampa de ésta vida mundana, entonces serán libres y verán la vida viviente, fuera o más allá de la trampa emocional de este mundo material. Estas personas son graníticos en medio de la desolación, templados en la gloria y tiernos entre lo malvados. No conocen su propio nombre.
Probad a suplicarles, probad a buscarles, probad a descansar en su silencio reposado. Siempre están dispuestos. No conocen la palabra no. Están revestidos de hierro, pero son dulces como el corazón de una mujer. Aman hasta el final y nunca pierden. Nada poseen y, sin embargo, son los dueños del mundo. Mirad a vuestro alrededor y decidme: ¿no son ya legión?
He aquí el único camino hacia el Padre Universal del Paraíso. Aquel que elige hacer la voluntad del Padre entra en los circuitos espirituales del Hijo Eterno y Original, la Segunda Persona de la Trinidad. Y ese círculo, tras el primer sueño de la muerte física o terrenal, le conducirá a los mundos superiores de Moroncia, hacia el Universo Local de Nebadón, donde reside Cristo-Miguel o Jesús de Nazareth, Soberano Supremo en Potencia de este Universo Local, él es el Creador de Seres y Cosas.
Y tras el segundo sueño espiritual, más allá del Universo Local de Nebadón, será atraído hacia las profundidades de lo creado, hacia el Séptimo Superuniverso de Orvontón, en donde residen los Ancianos de los Días o los Superpadres del séptimo Superuniverso, y más allá en el Gran Universo de Havona. Y allí en la divina presencia de los Hijos Creadores, advertirá la sombra luminosa del Padre del Paraíso. Pero su camino no habrá hecho sino empezar. Su espíritu, entonces, quedará aliviado de las últimas estelas de imperfección y será proyectado hacia los mundos perfectos y armoniosos del Universo Central de Havona y sus mil millones de esferas de luz y gran belleza. Vuestro peregrinaje hacia la Isla Nuclear de la Luz y Estacionaria del Paraíso, será entonces menos borrascoso o difícil que en los mundos evolucionarios de los siete Superuniversos.
La primera parte del trabajo del Hijo Eterno y Original, –revelar a las criaturas la existencia del Padre del Paraíso- se habrá cumplido. El Hijo Eterno y Original, La Segunda Persona de la Trinidad, es el Padre de Cristo-Miguel o Jesús de Nazareth, el Hijo Creador del Paraíso y también el Soberano Supremo en Potencia de Nuestro Universo Local de Nebadón residente en el planeta capital o sede administrativa, llamada (Salvington) en la triple mansión de Luz, (Espiritual-Moroncial-Material). Este Hijo del Paraíso es el Creador de cosas y seres, el que ha creado a las criaturas del tiempo y del espacio, entre ellas a los mortales de Urantia (La Tierra), verdadero nombre de nuestro planeta o esfera. Él es el creador de uno de los muchos Universos Locales, que comparte con sus otros hermanos o Hijos Creadores de Paraíso. Para encontrar el Paraíso, desde La Tierra, esta es la guía universal o brújula divina. Estamos Urantia o La Tierra, verdadero nombre de nuestro planeta o esfera arquitectural, en el 606 (número administrativo de nuestro planeta) de Monmacia, (verdadero nombre de nuestro sistema solar), Sistema Local número 24 de Satania, antes gobernaba Lucifer y su mano derecha era Satanás, pero están encarcelados en uno de los satélites-cárcel de Jerusem, capital de Satania por la supuesta rebelión contra el Hijo Creador Cristo-Miguel o Jesús de Nazareth. Ahora ocupa el cargo, Lanaforge en Jerusem, la capital sede de Satania (en uno de los muchos millones de Sistemas-Galaxia Locales), a continuación no dirigimos hacia la Constelación de Norladiadek, su capital sede o planeta capital se llama Edencia, donde reside los muy Altos Padres de la Constelación,
seguimos hacia el Universo Local de Nebadón, Salvingtón es la residencia del Hijo del Hombre, Hijo de Dios, Hijo Creador, Cristo-Miguel o Jesús de Nazareth, nuestro mundo es conocido fuera de la Tierra como el Mundo de la Cruz, en la cual este Hijo Creador realizó su último y séptimo autootorgamiento. Él es el 611.121 de identidad infinita y asociación con el Gran Padre Universal y el Hijo Eterno y Original. A continuación nos dirigimos al Universo Menor del Séptimo Superuniverso llamado Unimor la Tercera, su planeta o capital sede se llama Ensa. Seguimos ascendiendo al Universo Mayor del Séptimo Superuniverso llamado Umajor la Quinta, su planeta o capital sede se llama Splandon. Nos dirigimos al Séptimo Superuniverso, en donde residen los Ancianos de los Días o los Superpadres del Séptimo Superuniverso, su capital sede o planeta capital, se llama Uversa. Salimos del Séptimo Superuniverso para dirigirnos al Universo de Havona, en el dejaremos atrás el Séptimo Superuniverso, dejaremos las últimas estelas de imperfección, para divisar, ver y contemplar la sombra luminosa del Gran Padre Universal, hacia atrás veremos nuestro primitivo Superuniverso, como una rueda de energía dentada de luz y alrededor en forma circular los otros seis súper universos.
Entramos en el Universo de Havona, en donde hay mas de mil millones de esferas o planetas de inimaginable belleza, perfección, y residencia de muchos de los hijos creadores e hijos e hijas en perfección del Gran Padre Universal. Será nuestra casa, para coger experiencia, sabiduría, conocimientos, perfección. Ahora viajaremos hacia el corazón del Gran Universo Central de Havona, para dirigirnos hacia la inmensa Isla Eterna o Nuclear de la Luz y Estacionaria del Paraíso, Sede donde mora o vive el Gran Padre del Paraíso en asociación con el Hijo Eterno y Original, y el Espíritu Infinito. La Tercera Persona de la Trinidad. Antes de llegar al Paraíso, después de viajar en forma circular por el Universo Central de Havona, nos dirigiremos hacia una de las siete esferas del Gran Padre Universal del Paraíso, se llama Ascendingtón. Esta esfera será para los mortales ascendentes un lugar de descanso, sabiduría, perfección, aprendizaje, experiencia, antes de llegar por fin al Paraíso, también veremos las otras siete esferas del Hijo Eterno y Original y el Espíritu Infinito Universal.
Y después el Paraíso donde vive y mora Las Tres Personas de la Trinidad, en el Paraíso está dividido por el Alto Paraíso, el Bajo Paraíso y el Paraíso Periférico. Veréis al Gran Padre-Madre Universal y os fundiréis en un abrazo amoroso e infinito. Aquí conseguiréis el Cuerpo definitivo de la finalidad, para los mortales que asciendan. Y esto no ha hecho más que comenzar, la aventura divina es aún más larga. Disfrutad de vuestra ascensión, aprended, progresad, vivid la experiencia, y sed perfectos, cuanto más arriba asciendas, más gozarás de felicidad y humor. Después de la muerte física o mortal, serás Ella (Él y La juntos, Dos en Uno), mitad masculino, mitad femenino, como Dios el Gran Padre-Madre del Paraíso). Y así se cumplirá con lo que ha dicho el Gran Padre y Madre Universal del Paraíso (Dos en uno, pero tiene más de Madre que de Padre).... Hecho a imagen y semejanza, En la siguiente frase:
Él será Él cuando toda su Creación sea como Él
Hacer la voluntad de Dios-Padre es ni más ni menos que una exhibición de la disposición de la criatura a compartir la vida interior con Dios, -con el mismo Dios que ha hecho posible esa vida de valor y significado interior para la criatura hombre. Compartir es semejante a Dios – es divino. Dios comparte todo con el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito, y ellos a su vez comparten todas las cosas con los Hijos divinos y las Hijas espíritu de los universos.
La imitación de Dios es la clave para la perfección, hacer la voluntad del Padre del Paraíso es el secreto de la sobrevivencia y de la perfección en la supervivencia.
Los mortales viven en Dios-Padre, y así ha querido, vivir con los mortales. Así como los hombres se confían en él, del mismo modo él, y en primer término, ha confiado una porción de sí mismo, para que esté con los hombres sujeto a la voluntad humana.
La paz en esta vida, la supervivencia en la muerte, la perfección en la vida próxima, el servicio en la eternidad –todos éstos se logran (en el espíritu) ahora cuando la personalidad de la criatura hombre o mujer consiente –elige- someter la voluntad de la criatura (hombre o mujer), a la voluntad del Padre. Y el Padre ya ha elegido hacer que un fragmento de sí mismo esté sujeto a la voluntad de la personalidad de la criatura-hombre o mujer.
Esta elección de la criatura no es un rendimiento de la voluntad. Es una consagración de la voluntad, una expansión de la voluntad, una glorificación de la voluntad, un perfeccionamiento de la voluntad; tal elección eleva la voluntad de la criatura-hombre o mujer del nivel de significado temporal, a ese estado tanto más elevado en el que la personalidad del hijo o hija criatura (hombre o mujer), habla con la personalidad del Padre Espíritu.
Esta elección de la voluntad del Padre es el hallazgo espiritual del Padre Espíritu por el hombre mortal, aunque deba pasar una edad antes de que el hijo criatura pueda verdaderamente encontrarse de hecho ante la presencia de Dios-Padre del Paraíso.
Esta elección no consiste tanto en la negación de la voluntad de la criatura-hombre o mujer: “Que se haga no mi voluntad sino la tuya”; sino que consiste en la afirmación positiva de la criatura-hombre: “Es mi voluntad que se haga tu voluntad”.
Y si se hace esta elección, tarde o temprano el hijo o la hija que eligió a Dios-Padre, hallará una unión interior (fusión) con el fragmento residente de Dios-Padre, mientras que este mismo hijo o hija en perfeccionamiento, encontrará suprema satisfacción de la personalidad, en la comunión adoradora de la personalidad del hombre o mujer y la personalidad de su Hacedor, dos personalidades cuyos atributos creativos se unen eternamente y autovolitivamente, en una mutualidad de expresión – el nacimiento de otra unión eterna de la voluntad del hombre o mujer y la voluntad de Dios-Padre.
Éste es el secreto de esta vida en la que vivimos para la próxima vida.
HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE DEL PARAÍSO: HE AHÍ EL SECRETO
Y yo Félix, el que busca te digo. En ese sublime e histórico momento, en ese día, en el que la criatura mortal hombre o mujer descubre a su Monitor de Misterio o Ajustador del Pensamiento- y se produce cuando descubre en su Pensamiento, la Decisión o la Capacidad de Elegir. En ese momento, Nota, Siente, Experimenta, Percibe, que su Voluntad, (o su Deseo), se entrega sinceramente, incondicionalmente o sin reservas, a la Voluntad de Padre de Paraíso. Aquel que se abandona sinceramente y confía… Sinceramente es partícipe de la gran revelación de la voluntad divina.
A partir de ese instante sabrá de su magnífico destino o futuro y de su estatuto de hijo de Dios o del Gran Padre-Madre Universal. A partir de ese instante habrá emprendido la prodigiosa aventura de la búsqueda de la experiencia personal individual, (la búsqueda hacia sí mismo) y consciente de la Divinidad. A partir de ese día, instante o momento, su Monitor de Misterio o Ajustador Personalizado hará el resto, le guiará y conducirá sin tropiezo hacia la Isla Nuclear de la Luz (El Paraíso).
He aquí el secreto de los secretos de los mundos de los Superuniversos. “Hacer la Voluntad del Padre”. El que se entrega generosamente y sinceramente a Dios el Padre Universal del Paraíso, y hace su voluntad, es decir: encontrarle, conocerle y ser como él, recibirá al punto o al detalle, la máxima revelación, (conocimientos, sabiduría), sabrá entonces que es inmortal, sabrá entonces que se halla irremisiblemente condenado a la felicidad. Sabrá entonces que Dios habita en él, El Gran Padre-Madre Universal y su Espíritu o chispa divina, (El Monitor de Misterio); La Madre-Hijo Eterno Original y su hijo Creador (El Padre Universal e Hijo Creador. Miguel o (Jesús de Nazareth), el 611.121 de identidad infinita, Soberano Supremo en Potencia del Universo Local de Nebadón, y su Espíritu Instructor o Espíritu de la Verdad); y La Madre-Espíritu Infinito y su hija (El Espíritu Creativo del Universo Local de Nebadón), están en él y que el Universo y la Creación es suya o su casa. Nada podrá detenerle, frenarle, pararle, interrumpirle, en su carrera hacia La Isla Nuclear de la Luz y Estacionaria del Paraíso.
La iniquidad, la maldad, el error y las dudas terminarán estrellándose contra el muro de su fe, confianza y esperanza. Hacer la Voluntad del Padre del Paraíso es el único salvoconducto, lema o alimento hacia el corazón y centro del Gran Universo de Havona. El deseo de encontrarle, conocerle, asemejarse y esforzarse en ser como Él Gran Padre Universal del Paraíso es el único requisito para traspasar distancias, tiempos y barreras. El Monitor de Misterio o Ajustador del Pensamiento es vuestra garantía, es como una brújula, un guía, un apoyo infinito, una ayuda, para orientarse, y para no perderse, cuando asciendas hacia la Isla Eterna del Paraíso donde mora o vive El Gran Padre Universal (Dios). ¡Dichoso aquel que se funde o fusione con él! (Unión Interior).
En ese instante, en ese histórico instante, habrá aceptado sinceramente, hacer la voluntad del Padre del Paraíso y su destino o futuro eterno aparecerá ante él como un suceso irreversible. ¡Dichoso el que se identifica con su don divino, con su Monitor de Misterio! Habrá recorrido la mitad del camino. (El que lo descubra, se funda o fusione, consiga la unión interior, se identifique con don divino, y consiga dominar su personalidad interior, tendrá ventaja y su ascensión será menos difícil o borrascosa). Aquel que tenga oídos que oiga, aquel que tenga vista que vea.
El Soberano de nuestro Universo Local, es decir Cristo-Miguel de Nebadón, siempre hablaba del Padre. Esa era su gran fuerza. Miguel el Hijo Creador o Jesús de Nazareth, conoció también la amargura y tuvo que enfrentarse a las contrariedades de la vida. Pero jamás flaqueó, ¿Sabéis por qué? Él conocía la bondad y la infinita misericordia del Padre. Era una seguridad que nacía del corazón. Muchos de nosotros lo llamamos fe o confianza. Lo repitió hasta la saciedad, pero nosotros apenas si le comprendimos. “Hacer la voluntad del Padre del Paraíso; ese es mi alimento.” Este es el secreto, hijos amados del Padre Universal (Dios), ¡Dichoso aquel que lo logre! ¡Dichoso aquel que sepa abandonarse en las manos del Padre! Nada le será imposible. Nada le será negado. Nada quedará oculto a su curiosidad.
UNA CONFIANZA SUPREMA EN EL PADRE DEL PARAÍSO
Más no confundáis esa ciega confianza en el Padre del Paraíso con una huida de la cotidiana realidad, Miguel de Nebadón o Jesús de Nazareth, como hombre, trabajó y peleó hasta el agotamiento. Y sólo recurrió a su fe o confianza en Dios como el gran recurso para emerger de entre las preocupaciones y fortalecerse ante el fantasma de la soledad y de la desesperación. Su confianza en el Padre Universal del Paraíso no fue nunca una fácil e ilusoria compensación frente a las vicisitudes de la vida. Él sabía del amor del Padre y, simplemente, en mitad de las contrariedades, dudas, problemas, se ponía en sus manos. Y las personas a su alrededor se vieron contagiadas de esta templanza o fe triunfante.
Jamás hombre alguno hizo de Dios una experiencia y una realidad tan vivas como las demostradas por el Hijo del Hombre. Ésta, hermanos míos, tantas veces mencionada. Esta era la religión del Hijo del Hombre. Hacer la voluntad del Padre del Paraíso: Encontrarle, Conocerle y Esforzarse en llegar a ser como Él, en su Perfección Paradisíaca Personalizada. (Llegar al Padre, Hacer su Voluntad y Descansar en Él). Una religión con un único fundamento: una intensa relación espiritual de los hombres con un Dios-Padre. La fe o la confianza del Hijo del Hombre era algo vivo, personal, espontáneo y, sobre todo, espiritual. No era un respeto a la tradición, ni tampoco una creación o un espejismo de su intelecto.
Era una profunda convicción. Tan arraigada se hallaba en su alma esta suprema confianza en la voluntad de Dios-Padre que, incluso en los momentos de aparente fracaso, se mantuvo sereno, tranquilo, y desarmado, a los que pretendían o querían perderle. ¡Ah, amigos qué distintas habrían sido nuestras vidas de haber disfrutado de esa misma confianza en el gran Padre del Paraíso! Seguid mi consejo: cuando las fuerzas o la inteligencia os abandonen, cuando todo se presente oscuro y sin horizonte, cuando vuestros errores o los errores de los demás os hayan aplastado en el lodo, cuando nada de este mundo os importe, amigos míos, levantad la vista y hablad, con el Dios-Padre. Él lo tiene todo previsto. Él escucha y sabe. Él dispone y dispone siempre lo mejor para cada uno de sus hijos. Las miserias, las ruinas, y el dolor de este mundo no son gratuitos. Han sido trazados para fortalecernos. Confiar en la voluntad del Padre debe ser vuestro único lema.
La fe y la confianza del Hijo del Hombre en su Padre del Paraíso fueron siempre serenas y meditadas. Aun así, su comportamiento respecto a Dios-Padre me recordó siempre el de un niño que confía y se entrega ciegamente en los brazos de sus progenitores. Vosotros, lo que tenéis hijos, sabéis cuánta verdad encierran mis palabras. El Hijo del Hombre amaba a su Padre y, en Él, a la Naturaleza. Era, os lo repito, como un niño que se siente seguro en el calor de su entorno familiar. El Universo era su casa. Todo le era familiar. Amaba la brisa, los animales y las estrellas porque todo ello es fruto del amor del Padre del Paraíso.
Recordad sus palabras: “Si el Padre vela por las aves del cielo. ¿Cómo no va a hacerlo por vosotros, sus hijos?”. Fue esa seguridad implacable lo que le hacía valiente y audaz. Ciertamente, nadie le vio retroceder jamás ante un peligro o una amenaza. Y no porque el Hijo del Hombre no fuera capaz de experimentar el miedo. Él era hombre. En las trágicas horas de su pasión y muerte, le vimos temblar y encogerse ante el dolor y la humillación. Pero, decidme: ¿quién es el verdadero héroe? ¿Aquel que, aun sintiendo el miedo, resiste y se enfrenta a la adversidad o al peligro, o el que jamás conoció ese sentimiento? El Hijo del Hombre supo dominar, siempre su temor porque jamás perdió la confianza en el Padre Celestial.
En la calma o en la agitación, entre sus amigos o enemigos, él se sintió acompañado. Su vida, sus actos y pensamiento estaban en las manos del Todopoderoso. Él lo sabía y, al igual que el niño-niña habla a su padre, así se abandonó a lo designios de la voluntad divina. Amigos, míos, si alcanzáis a comprender y a llevar a efecto cuanto os digo, el mundo se maravillará ante vuestra templanza. Es por todo esto por lo que él dijo. “A menos que no os hagáis como niños no entraréis en el reino de los cielos”, es decir, no conoceréis este secreto, y sólo se entra en el reino de los cielos o vida eterna por la confianza o la fe, vosotros o vosotras disponéis de la última voluntad, deseo, o capacidad de elegir, nadie será sabio después de la muerte física, si antes no lo ha hecho o esforzado en esta vida terrenal, y la verdadera sabiduría es la que brota del Amor de Dios-Padre.
Para el Hijo del Hombre era mucho más importante que creyéramos en esa Paternidad de Dios-Padre que en él mismo. Él no deseaba ni pretendía que le imitáramos, pero si que compartiéramos y que hiciéramos nuestra su forma de creer y de confiar en el Padre. Con eso habría sido suficiente.
LLEVÁIS A DIOS EL PADRE EN VUESTRO ESPÍRITU
Os preguntaréis por qué vuelvo una y otra vez sobre lo mismo. Por qué este hombre parece obsesionado por la búsqueda personal individual o búsqueda hacia sí mismo de Dios el Padre Universal del Paraíso. No es que aborrezca las bienintencionadas directrices de vuestros jefes espirituales o religiosos del mundo, pero observo con preocupación cómo la mayoría de las personas se entrega leal y sinceramente a esa constelación de normas y prohibiciones, anulando su maravillosa potestad de escuchar su propia conciencia. ¿Y qué es en verdad la conciencia?
Amigos míos. ¿Es que habéis olvidado que el pensamiento humano puede alcanzar los más altos niveles de inteligencia espiritual? ¿Es que no recordáis que la chispa divina, Ajustador del Pensamiento o el Monitor de Misterio se instaló en cada uno de nuestros espíritus por obra y gracia del Padre?, y eso sucede a la pronta edad de cinco años, ocho meses y dos días, vuela desde la Isla Eterna o Nuclear de la Luz y Estacionaria del Paraíso, una fracción o chispa, de Dios el Padre-Madre del Paraíso, a cada una de las criaturas del tiempo y del espacio. Es Dios el Padre del Paraíso quien mora o vive en el alma del hombre y, en consecuencia, estáis en la disposición de elegir, de juzgar y de buscar por vosotros mismos.
Lleváis a Dios el Padre con vosotros. ¿Por qué someteros entonces a la teología, o religiones, de otros pensamientos? ¡Salid al mundo con valentía! Participad, si así lo deseáis, de las inquietudes de una comunidad de creyentes, pero no os dejéis anular por el rigorismo de las instituciones, iglesias, y demás religiones. Sobre nosotros empiezan a gravitar mucho más deberes que derechos. Y lo que es más grave: vuestro principal derecho –ser hijos de Dios el Gran Padre-Madre del Paraíso- está siendo ignorado. El que en verdad se sabe que es Hijo de Dios el Padre, no necesita de leyes y mandamientos. El más importante (el único), va encerrado ya en ese inamovible derecho: Hacer la voluntad del Padre del Paraíso, nuestro Padre,
es decir: a la aptitud intelectual de encontrarle, a la necesidad espiritual de conocerle, y al intenso deseo de esforzarse en ser como él, en su Perfección Paradisíaca Personalizada, el que, al fin, descubre que es Hijo de Dios-Padre ama a sus semejantes, personas, (a lo amigos y a los enemigos) y cumple con las leyes de la naturaleza. El que en verdad hace suya esa esperanzadora realidad de la fraternidad, igualdad o comunión humana, nada tiene. Y el amor del Padre compensa esa generosidad con el ciento por uno. El que ya ha descubierto su origen y destino divinos sólo se teme a sí mismo. Ese derecho implica caridad, justicia y tolerancia. Es por ello por lo que os animo a la incesante búsqueda personal individual de Dios el Gran Padre-Madre Universal del Paraíso. Cuando el niño-hombre, niña-mujer, descubre un día su propia identidad o quién es y que hace aquí en esta vida: nada puede igualar a la alegría de semejante hallazgo. Pues bien, esto es lo que os digo, que os detengáis en el camino de la vida, que es este mundo en el que vivimos y comprendáis que sois Hijos de un Dios. ¿Qué puede importar entonces todo lo demás?
Me preguntaréis con razón; ¿qué pruebas tengo de que soy un hijo de Dios? ¿Cómo saber que es la chispa divina, Ajustador del Pensamiento o Monitor de Misterio mora o vive dentro de mí? Os daré tres señales. La primera se llama AMOR. Los animales se hacen gregarios, ciertamente, protegiéndose así de los peligros. Pero decidme, ¿son altruistas o generosos? Sólo un intelecto habitado por la chispa divina o Monitor de Misterio puede concebir el altruismo o generosidad. Sólo un espíritu habitado por el propio Padre Universal del Paraíso es capaz de amar incondicionalmente.
La segunda señal se llama SABIDURÍA. Al descubrir que el espíritu se halla tocado por el dedo de Dios-Padre, el intelecto humano está en condiciones de aceptar que la naturaleza es siempre bondadosa.
La tercera señal o prueba reside en esa permanente e insaciable necesidad del hombre de BUSCAR A DIOS-PADRE, de colmar su insatisfacción espiritual. Mirad a los animales. ¿Alguno ha sido capaz de postrarse ante la Divinidad? Sólo el espíritu que ha recibido la chispa divina o Monitor de Misterio puede aspirar a Dios el Padre del Paraíso.
Lleváis a Dios-Padre en vuestro espíritu y eso os hace inmortales. Estáis obligados a evolucionar, ascender, progresar, aprender, experimentar y a ser felices. Pero no os engañéis: esa experiencia es personal e individual. Será a través de esa luz divina que habita en cada uno de vosotros como llegaréis amar generosa y espiritualmente. Será por ese don del Padre por lo que reconoceréis los valores morales y la bondad del Universo. Sólo de la mano del Padre –a través de ese mensajero que habita en nosotros- podréis distinguir el bien del mal, lo humano de lo divino.
El tiempo de la eternidad y la verdad del error. Los hombres, las religiones humanas y las falsas teologías pueden hacernos olvidar temporalmente que esa chispa divina, Ajustador del Pensamiento o Monitor de Misterio, habita en vosotros. Sin embargo, tarde o temprano, el aliento del Padre Universal del Paraíso movilizará vuestras conciencias, haciendo posible el gran descubrimiento. Mirad hacia vuestro interior. Escuchad la voz sutil del mensajero que se ha instalado en nosotros. Él aguarda que despertéis. Él espera vuestras preguntas. Él es Él. Él es la revelación.
¿De qué os sirve escuchar cansinos discursos sobre el amor, la lealtad, la justicia, la castidad, el bautismo o la penitencia si no habéis aprendido primero a dialogar con el mensajero celeste que os habita? Es en el contacto con ese morador divino o Monitor de Misterio, como aprenderéis a distinguir y valorar la belleza, la alegría, el amor y, muy especialmente, el esperanzador destino o futuro que os aguarda. Ni la ciencia, ni la filosofía ni la teología, ni las religiones podrán colocar jamás esos atributos humanos en una balanza y mucho menos atribuirse su paternidad. Ninguna religión de este mundo terrenal nos ha revelado al Padre Universal del Paraíso.
El Hijo del Hombre si lo ha hecho. Sólo el Hijo del Hombre, el Soberano Supremo en Potencia e Hijo Creador del Universo Local de Nebadón evidentemente nos referimos a Jesús de Nazareth o Cristo-Miguel de Nebadón, nos ha abierto nuestros ojos a la auténtica fraternidad y nos ha señalado, nos ha enseñado a mirar hacia el interior de nuestros corazones: ahí está el gran tesoro. Buscad el mensajero del Padre Universal del Paraíso y el resto se os dará por añadidura. Este tesoro es la Paternidad y la Fraternidad Divina: El Gran Padre Universal del Paraíso, es Padre-Madre dos en uno, (Paternidad), de todos los seres humanos y en consecuencia, todos los hombres y mujeres son hermanos, físicamente iguales, esta es la fraternidad o comunión divina.
Y en mi experiencia personal individual vi a mi Monitor de Misterio a la chispa divina del Padre Universal del Paraíso, esto fue lo que me dijo:
Félix, escribe cuanto veas y oigas, para que otros también descubran su don divino. No soy tú otro yo, sino la parte más noble de tu yo. Soy el que soy. Procedo del amor del Padre y llevo el título de Monitor de Misterio. No te alarmes; soy Dios y he sido sembrado en tu pensamiento por expreso y directo deseo del Altísimo. ¡Dichoso aquel que, en vida, consiga formar un todo con su Monitor de Misterio! Él le guiará.
Él le sostendrá. Él será su refugio y su fuente de sabiduría. Somos como la lluvia benéfica que empapa los campos, otorgándoles sentido. Descendemos en cascada interminable sobre las criaturas dotadas de voluntad y habitamos en ellas hasta que tarde o temprano, somos uno con vuestro espíritu. Si buscas a Dios-Padre sólo tienes que mirarme, Mírate y reconocerás en ti la chispa de la Divinidad. La búsqueda de la Perfección Infinita será entonces como un juego. Y vida tras vida, universo tras universo, yo te guiaré hacia la presencia del Supremo Amor.
“¡Regocijaos!” o “¡Alegraos!” El que, al fin, decide hacer la voluntad del Padre del Paraíso entra a formar parte de los aventureros de Dios-Padre. La Creación es una aventura. Descubrirla por vosotros mismos es la máxima aventura. Y Él, desde el fondo de vuestra alma, se regocija con vuestra aventura. Yo, Félix el que busca, os anuncio lo más brillantes amaneceres, los más sosegados ocasos, lo posible y lo imposible. Ésa es la aventura de Dios-Padre. La luz será un hilo en vuestras manos. La materia, una flor que se deshoja entre vuestros dedos. Yo os anuncio que la verdad será vuestra sombra y el conocimiento, uno más de vuestros cabellos. Y tras la aventura del descubrimiento de una esfera sagrada llegará el segundo y el tercero. Y la aventura no tendrá fin. Mirad a los aventureros humanos. Ellos disfrutan en el reto, sumidos en la curiosidad y en el afán de avanzar. Así es la aventura divina: siempre más allá, siempre mas profundo, y siempre más cerca de nosotros mismos.
Y yo Félix, el que ocupo el tercer círculo de tu pensamiento, me adelanto a tus dudas. ¿Cómo y cuándo saber que mi intelecto y mi voluntad son un todo con el don divino o con la chispa divina, Monitor de Misterio? Está escrito: “Por sus frutos o acciones los conoceréis”, “No busquéis la infinitud con los ojos materiales de la finitud. La fusión con el Monitor de Misterio no es como el relámpago que hiere lo cielos. No es como la piedra que golpea las aguas o como el viento que estremece las copas de los árboles. Es mucho más pero pertenece al mundo de lo inmaterial o invisible.
Se os ha dicho que aquel que hace la voluntad del Padre del Paraíso ya ha descubierto a su Monitor de Misterio. Y sus actos o acciones le delatarán. Los efectos os revelarán la causa. Aquel que penetra en su séptimo círculo, y se funde, fusione, consiga la unión interior con el Dios o Monitor de Misterio que le habita, obra siempre de acuerdo con la verdad, en consonancia con la belleza y movido por la bondad. Y en mitad de sus supuestos errores, su audacia, su lealtad, su generosidad, y tolerancia serán jueces y testigos de su excelsa asociación con Dios el Padre. Nada ni nadie podrá confundiros, Nada ni nadie podrá entonces engañaros.
Desde ese histórico momento, desde que descubráis en vosotros la íntima y real presencia de la Divinidad, todo tendrá un nuevo sentido, “Se os abrirán los ojos del Espíritu”. Vuestro código moral se abrirá y toleraréis lo intolerable, amaréis lo que nadie ama y desearéis lo que muchos aborrecen. Seréis pasto de los lobos y luz para los silenciosos. El mundo o las personas os ridiculizarán y golpeará, pero jamás seréis vencidos. Aquellos que se entregan a la voluntad del Padre y se aventuran en su séptimo círculo serán llamados herejes, locos y farsantes. Pero ellos saben que les mueve el Espíritu. Ellos descubrirán el sentido de la vida, su origen y su glorioso futuro. Y no temerán a la muerte.
Ellos serán la sal de la tierra y sus obras resplandecerán. Sólo los que logran esa fusión o unión interior con el Dios o Monitor de Misterio que les habita escapan del tedio y la mediocridad de este mundo, sólo unos pocos consiguen escapar o encuentran la salida, la libertad, lejos de la trampa de ésta vida mundana, entonces serán libres y verán la vida viviente, fuera o más allá de la trampa emocional de este mundo material. Estas personas son graníticos en medio de la desolación, templados en la gloria y tiernos entre lo malvados. No conocen su propio nombre.
Probad a suplicarles, probad a buscarles, probad a descansar en su silencio reposado. Siempre están dispuestos. No conocen la palabra no. Están revestidos de hierro, pero son dulces como el corazón de una mujer. Aman hasta el final y nunca pierden. Nada poseen y, sin embargo, son los dueños del mundo. Mirad a vuestro alrededor y decidme: ¿no son ya legión?
He aquí el único camino hacia el Padre Universal del Paraíso. Aquel que elige hacer la voluntad del Padre entra en los circuitos espirituales del Hijo Eterno y Original, la Segunda Persona de la Trinidad. Y ese círculo, tras el primer sueño de la muerte física o terrenal, le conducirá a los mundos superiores de Moroncia, hacia el Universo Local de Nebadón, donde reside Cristo-Miguel o Jesús de Nazareth, Soberano Supremo en Potencia de este Universo Local, él es el Creador de Seres y Cosas.
Y tras el segundo sueño espiritual, más allá del Universo Local de Nebadón, será atraído hacia las profundidades de lo creado, hacia el Séptimo Superuniverso de Orvontón, en donde residen los Ancianos de los Días o los Superpadres del séptimo Superuniverso, y más allá en el Gran Universo de Havona. Y allí en la divina presencia de los Hijos Creadores, advertirá la sombra luminosa del Padre del Paraíso. Pero su camino no habrá hecho sino empezar. Su espíritu, entonces, quedará aliviado de las últimas estelas de imperfección y será proyectado hacia los mundos perfectos y armoniosos del Universo Central de Havona y sus mil millones de esferas de luz y gran belleza. Vuestro peregrinaje hacia la Isla Nuclear de la Luz y Estacionaria del Paraíso, será entonces menos borrascoso o difícil que en los mundos evolucionarios de los siete Superuniversos.
La primera parte del trabajo del Hijo Eterno y Original, –revelar a las criaturas la existencia del Padre del Paraíso- se habrá cumplido. El Hijo Eterno y Original, La Segunda Persona de la Trinidad, es el Padre de Cristo-Miguel o Jesús de Nazareth, el Hijo Creador del Paraíso y también el Soberano Supremo en Potencia de Nuestro Universo Local de Nebadón residente en el planeta capital o sede administrativa, llamada (Salvington) en la triple mansión de Luz, (Espiritual-Moroncial-Material). Este Hijo del Paraíso es el Creador de cosas y seres, el que ha creado a las criaturas del tiempo y del espacio, entre ellas a los mortales de Urantia (La Tierra), verdadero nombre de nuestro planeta o esfera. Él es el creador de uno de los muchos Universos Locales, que comparte con sus otros hermanos o Hijos Creadores de Paraíso. Para encontrar el Paraíso, desde La Tierra, esta es la guía universal o brújula divina. Estamos Urantia o La Tierra, verdadero nombre de nuestro planeta o esfera arquitectural, en el 606 (número administrativo de nuestro planeta) de Monmacia, (verdadero nombre de nuestro sistema solar), Sistema Local número 24 de Satania, antes gobernaba Lucifer y su mano derecha era Satanás, pero están encarcelados en uno de los satélites-cárcel de Jerusem, capital de Satania por la supuesta rebelión contra el Hijo Creador Cristo-Miguel o Jesús de Nazareth. Ahora ocupa el cargo, Lanaforge en Jerusem, la capital sede de Satania (en uno de los muchos millones de Sistemas-Galaxia Locales), a continuación no dirigimos hacia la Constelación de Norladiadek, su capital sede o planeta capital se llama Edencia, donde reside los muy Altos Padres de la Constelación,
seguimos hacia el Universo Local de Nebadón, Salvingtón es la residencia del Hijo del Hombre, Hijo de Dios, Hijo Creador, Cristo-Miguel o Jesús de Nazareth, nuestro mundo es conocido fuera de la Tierra como el Mundo de la Cruz, en la cual este Hijo Creador realizó su último y séptimo autootorgamiento. Él es el 611.121 de identidad infinita y asociación con el Gran Padre Universal y el Hijo Eterno y Original. A continuación nos dirigimos al Universo Menor del Séptimo Superuniverso llamado Unimor la Tercera, su planeta o capital sede se llama Ensa. Seguimos ascendiendo al Universo Mayor del Séptimo Superuniverso llamado Umajor la Quinta, su planeta o capital sede se llama Splandon. Nos dirigimos al Séptimo Superuniverso, en donde residen los Ancianos de los Días o los Superpadres del Séptimo Superuniverso, su capital sede o planeta capital, se llama Uversa. Salimos del Séptimo Superuniverso para dirigirnos al Universo de Havona, en el dejaremos atrás el Séptimo Superuniverso, dejaremos las últimas estelas de imperfección, para divisar, ver y contemplar la sombra luminosa del Gran Padre Universal, hacia atrás veremos nuestro primitivo Superuniverso, como una rueda de energía dentada de luz y alrededor en forma circular los otros seis súper universos.
Entramos en el Universo de Havona, en donde hay mas de mil millones de esferas o planetas de inimaginable belleza, perfección, y residencia de muchos de los hijos creadores e hijos e hijas en perfección del Gran Padre Universal. Será nuestra casa, para coger experiencia, sabiduría, conocimientos, perfección. Ahora viajaremos hacia el corazón del Gran Universo Central de Havona, para dirigirnos hacia la inmensa Isla Eterna o Nuclear de la Luz y Estacionaria del Paraíso, Sede donde mora o vive el Gran Padre del Paraíso en asociación con el Hijo Eterno y Original, y el Espíritu Infinito. La Tercera Persona de la Trinidad. Antes de llegar al Paraíso, después de viajar en forma circular por el Universo Central de Havona, nos dirigiremos hacia una de las siete esferas del Gran Padre Universal del Paraíso, se llama Ascendingtón. Esta esfera será para los mortales ascendentes un lugar de descanso, sabiduría, perfección, aprendizaje, experiencia, antes de llegar por fin al Paraíso, también veremos las otras siete esferas del Hijo Eterno y Original y el Espíritu Infinito Universal.
Y después el Paraíso donde vive y mora Las Tres Personas de la Trinidad, en el Paraíso está dividido por el Alto Paraíso, el Bajo Paraíso y el Paraíso Periférico. Veréis al Gran Padre-Madre Universal y os fundiréis en un abrazo amoroso e infinito. Aquí conseguiréis el Cuerpo definitivo de la finalidad, para los mortales que asciendan. Y esto no ha hecho más que comenzar, la aventura divina es aún más larga. Disfrutad de vuestra ascensión, aprended, progresad, vivid la experiencia, y sed perfectos, cuanto más arriba asciendas, más gozarás de felicidad y humor. Después de la muerte física o mortal, serás Ella (Él y La juntos, Dos en Uno), mitad masculino, mitad femenino, como Dios el Gran Padre-Madre del Paraíso). Y así se cumplirá con lo que ha dicho el Gran Padre y Madre Universal del Paraíso (Dos en uno, pero tiene más de Madre que de Padre).... Hecho a imagen y semejanza, En la siguiente frase:
Él será Él cuando toda su Creación sea como Él
Hacer la voluntad de Dios-Padre es ni más ni menos que una exhibición de la disposición de la criatura a compartir la vida interior con Dios, -con el mismo Dios que ha hecho posible esa vida de valor y significado interior para la criatura hombre. Compartir es semejante a Dios – es divino. Dios comparte todo con el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito, y ellos a su vez comparten todas las cosas con los Hijos divinos y las Hijas espíritu de los universos.
La imitación de Dios es la clave para la perfección, hacer la voluntad del Padre del Paraíso es el secreto de la sobrevivencia y de la perfección en la supervivencia.
Los mortales viven en Dios-Padre, y así ha querido, vivir con los mortales. Así como los hombres se confían en él, del mismo modo él, y en primer término, ha confiado una porción de sí mismo, para que esté con los hombres sujeto a la voluntad humana.
La paz en esta vida, la supervivencia en la muerte, la perfección en la vida próxima, el servicio en la eternidad –todos éstos se logran (en el espíritu) ahora cuando la personalidad de la criatura hombre o mujer consiente –elige- someter la voluntad de la criatura (hombre o mujer), a la voluntad del Padre. Y el Padre ya ha elegido hacer que un fragmento de sí mismo esté sujeto a la voluntad de la personalidad de la criatura-hombre o mujer.
Esta elección de la criatura no es un rendimiento de la voluntad. Es una consagración de la voluntad, una expansión de la voluntad, una glorificación de la voluntad, un perfeccionamiento de la voluntad; tal elección eleva la voluntad de la criatura-hombre o mujer del nivel de significado temporal, a ese estado tanto más elevado en el que la personalidad del hijo o hija criatura (hombre o mujer), habla con la personalidad del Padre Espíritu.
Esta elección de la voluntad del Padre es el hallazgo espiritual del Padre Espíritu por el hombre mortal, aunque deba pasar una edad antes de que el hijo criatura pueda verdaderamente encontrarse de hecho ante la presencia de Dios-Padre del Paraíso.
Esta elección no consiste tanto en la negación de la voluntad de la criatura-hombre o mujer: “Que se haga no mi voluntad sino la tuya”; sino que consiste en la afirmación positiva de la criatura-hombre: “Es mi voluntad que se haga tu voluntad”.
Y si se hace esta elección, tarde o temprano el hijo o la hija que eligió a Dios-Padre, hallará una unión interior (fusión) con el fragmento residente de Dios-Padre, mientras que este mismo hijo o hija en perfeccionamiento, encontrará suprema satisfacción de la personalidad, en la comunión adoradora de la personalidad del hombre o mujer y la personalidad de su Hacedor, dos personalidades cuyos atributos creativos se unen eternamente y autovolitivamente, en una mutualidad de expresión – el nacimiento de otra unión eterna de la voluntad del hombre o mujer y la voluntad de Dios-Padre.
Éste es el secreto de esta vida en la que vivimos para la próxima vida.