Re: ---JHEOVA, ES JESUS...?
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La relación entre el Padre y el Hijo y el Espíritu santo, ha sido objeto de mucha polémica y hasta virulenta discrepancia entre muchos cristianos, casi desde el primer siglo de historia del cristianismo..., ¡Y lo seguirá siendo!... hasta cuando Cristo venga de nuevo y nos aclare de una vez por todas su verdadera relación con su Padre y con el Espíritu santo.
Orígenes de Alejandría, un gran exegeta cristiano, del segundo siglo, nos da las primeras pistas del inicio de estas diferencias.
‘’Hay una cosa que turba a muchos que quisieran ser piadosos: con la preocupación de no admitir dos dioses, caen en el otro extremo con doctrinas falsas e impías, pues...
o bien niegan que el Hijo tenga una individualidad (idiotéta) distinta de la del Padre y confiesan que aquel que, al menos de nombre, llaman Hijo, es Dios (Padre),
o bien niegan la divinidad del Hijo, estableciendo que su individualidad y su sustancia concreta (ousía katá perigraphén) es distinta de la del Padre’’.
¿Como y por qué nace esta polémica?
En el primer siglo existían muchas religiones con diferentes conceptos de la deidad. Las cuales pugnaban en contra del verdadero cristianismo, e influenciaban y generaban dudas y discrepancias en la fe de los creyentes.
Los judíos, quienes manifestaban un monoteísmo absoluto y no consentían la existencia de más dioses. También negaban que Cristo sea el Mesías.
Los gnósticos, quienes consideraban a Dios como producto de misterios, abismos, pleromas y a Cristo le dividían su humanidad de su deidad. Creyendo imposible su pasión y sufrimiento real.
Los politeístas, quienes creían en la existencia de muchos dioses y cada cual creador y dominador de diferentes sistemas o áreas del universo y de la Tierra. Muchos politeístas no tenían ningún inconveniente en aceptar a Cristo como nuevo Dios, pero sin desechar a sus anteriores dioses.
El meollo del asunto.
Dios, al pueblo Israelita les había enseñado por todos los medios posibles, que debían creer en UN solo Dios. Y les había dado la prohibición absoluta de adorar a más dioses.
Pero, si hacemos un estudio minucioso e imparcial de la Biblia y todos los escritos afines, descubriremos que se manifiesta claramente que el Padre es Dios. También en infinidad de pasajes se manifiesta que el Hijo es Dios. No se encuentra por ningún lado que al Espíritu santo se le llame Dios.
Sin embargo, el hecho de que a Cristo también se le llame Dios, confundía la lógica de algunos hermanos, ya que si Jesús ascendió a los cielos, estaría allí con su Padre, quien por supuesto es el Dios supremo; entonces ya no hay un solo Dios, sino, dos dioses; hecho que contradice el aparente monoteísmo israelita heredada a los cristianos.
‘’¡Oye OH Israel, su Dios es único y solo a él le adorarás!’’.
Y ya que el politeísmo era la peor aberración de la humanidad para los Judíos. Y ya que el noventa por ciento de primeros cristianos eran judíos. Por el temor de caer en la blasfemia politeísta de creer en más de un dios y adorar a más de un dios, se dio origen a las discrepancias y polémicas en torno a la persona de Jesús.
Como resultado de estas discrepancias, se manifestaron doctrinas diferentes en cuanto a la relación Padre, Hijo y Espíritu santo. Las cuales han tomado nombres dando como resultado cinco conceptos de la deidad:
- 1. El Trinitarismo. Algunos cristianos creyeron que la solución para mantener su monoteísmo y a dorar a un solo Dios, se podía resolver con una simple formula de palabras y consintieron pues que cada vez que se usaba el termino ‘’dios’’ ya sea que se refiriera al Dios Padre o al Dios Hijo; se estarían refiriendo al único Dios verdadero. (Posteriormente elevaron al Espíritu santo a la misma unidad). Este concepto considera que hay tres personas divinas: el Padre es dios, el Hijo es dios, el Espíritu santo es dios; pero que no son tres dioses, sino un solo dios. Es decir que hay tres entidades distintas, o tres personas divinas pero iguales en todo, y que juntas forman una unidad llamada dios. Esta idea manifiesta que cada persona divina requiere adoración individual, pero considerándolos como un solo dios.
- 2. El Modalismo. Otros, para no ofender a Jesús y rebajarlo contradiciendo las evidentes pruebas de su deidad, solucionaron el problema creyendo que el Padre y el Hijo son UNO y el mismo Dios. . Este concepto considera que una misma entidad toma diferentes nominaciones en diferentes etapas. Cuando al mismo dios en un tiempo se llama Padre, en otro tiempo se llama Hijo y luego se llama Espíritu santo. En esta idea se adora a la manifestación que esta en vigencia.
- 3. El Diteísmo. Sin embargo había los que consideraron que había dos Dioses en jerarquía, uno subordinado a otro, pero en unidad de adoración. Este concepto considera que hay dos dioses: El Padre y el Hijo, pero el hijo subordinado al Padre. Mas ambos actuando en unidad perfecta de propósito. Al Espíritu santo solo lo llama Fuerza activa. Esta idea manifiesta que se debe adorar al Hijo, y mediante el Hijo se adora al Padre. Y al Espíritu santo hay que recibirlo.
- 4. El Henoteísmo. Finalmente hay otra corriente de pensamiento que no le niega el termino Dios a Jesús, pero lo considera dentro de muchos dioses y por ello no considera que se le debe adorar. Este concepto considera que hay un solo Dios supremo, pero que también hay muchos otros dioses subordinados a este; dentro de ellos está Cristo. Al Espíritu santo solo lo llama fuerza activa. Esta idea manifiesta que se debe adorar solo al Padre, y al hijo solo se le debe honrar nada más.
- 5. El Arrianismo Mientras que otros, para mantener su monoteísmo, prefirieron negar que Cristo sea también Dios. Este concepto considera a Cristo como hijo de Dios, pero no consiente que él también sea Dios; considerándolo solo como parte de la creación. Al Espíritu santo solo lo llama Fuerza activa. Esta idea manifiesta que se debe adorar exclusivamente al Padre, al Hijo solo se lo toma como ejemplo a seguir.
¿Cuándo nace la polémica?
Orígenes de Alejandría, un gran exegeta cristiano, del segundo siglo, nos da las primeras pistas del inicio de estas diferencias.
‘’Hay una cosa que turba a muchos que quisieran ser piadosos: con la preocupación de no admitir dos dioses, caen en el otro extremo con doctrinas falsas e impías, pues...
o bien niegan que el Hijo tenga una individualidad (idiotéta) distinta de la del Padre y confiesan que aquel que, al menos de nombre, llaman Hijo, es Dios (Padre),
o bien niegan la divinidad del Hijo, estableciendo que su individualidad y su sustancia concreta (ousía katá perigraphén) es distinta de la del Padre’’.
Haciendo un análisis de su escrito notamos que el objeto de la polémica tan solo se reduce al Padre y al Hijo, NO al Espíritu santo.
También notamos claramente tres conceptos que nacen. Diteísmo, Modalismo y Arrianismo.
Orígenes da su respuesta.
‘’He aquí como se puede dar una solución: hay que decirles que Dios es Dios-en-si, y por esto dice el Salvador en su oración al Padre: «Para que te conozcan a ti, el único Dios verdadero» (Jn 17, 3); fuera del Dios-en-si, todo lo que es divinizado por participación de la divinidad de aquél no debiera llamarse propiamente «el Dios», sino «Dios»: y aquí el «primogénito de toda la creación» (cf. Col 1, 15), que por «estar en Dios» (cf. Jn 1, 1) es el primero en atraer hacia sí la divinidad, es absolutamente superior en dignidad a los otros que son dioses fuera de él—de los cuales Dios es «el Dios» según aquella palabra: «El Dios de los dioses, el Señor, ha hablado y ha convocado a la tierra» (Sal 49, 1)—
Orígenes afirma que:
El Padre es Dios verdadero en sí mismo.
Que el Hijo es Dios por participación.