Re: Quiero orar más y mejor
Estimado Igor
Nuestra naturaleza humana es seguramente el mayor de los escollos cuando se trata de entender en su justa dimensión, lo que pertenece a Dios;… tanto… que Dios ha debido enseñarnos en cada una de las disciplinas espirituales y conceptos divinos para que ojalá, tengamos la mejor concepción de lo que pertenece al reino de Dios.
La oración, no lo es menos, es obvio que a la hora de presentarnos en oración delante de Dios, una de las resistencias es nuestra propia carne, a la que le agrada que la regalemos, y a poco, ya comienza a quejarse, que de las piernas, que del tiempo, que de calambres y etc. etc. y ciertamente se nos presenta muchísimo más fácil orar ya sea sentado, de pie, acostado, en auto, trabajando, caminando etc….
Sin embargo Dios nos instruye a través de su Palabra de cual debe ser la forma correcta de orar a Dios; de modo que nuestras oraciones no sean impedidas o “aportilladas” por el enemigo de la obra de Dios.
Primero, la oración debe ser de rodillas delante de Dios, evidentemente en reconocimiento que estamos delante del Rey de reyes y Señor de señores, del creador del universo entero y delante de su majestad, de modo que no podemos ser displicentes presentándonos delante de él de igual a igual. Su Palabra dice:
“Vivo yo, dice el Señor, que a mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios” (Rom. 14:11)
No debemos confundir oración con clamor, ni oración con meditación. El clamor, es decir pedir a Dios, rogarle su dirección, su ayuda, su respaldo, etc. lo podemos hacer en cualquier lugar, caminando, trabajando, aún conversando con otra persona, es decir, en cualquier lugar y momento de nuestro diario vivir. Semejantemente, la meditación, la podemos hacer en cualquier lugar y ocasión, meditar en su Palabra, en sus enseñanzas, doctrinas, en lo que será allá en su presencia o, como dicen algunos, “conversar con Dios”.
Pero, ¿Qué de doblar nuestras rodillas delante de la magnificencia del Dios altísimo?
No podemos negar que hay días o tiempos en que se nos hace mucho más difícil darnos un tiempo para la oración; pero no es menos cierto que en ocasiones sencillamente evitamos postrarnos en oración, porque nos gana la batalla nuestra carne. El peligro de no someternos a una vida disciplinada de oración, nos puede llevar a ser mediocres, ineptos y faltos de la gracia de Dios, un creyente que ora, es un varón poderoso, con palabra de gracia, de salud;… el verdadero predicador del evangelio, se forma de rodillas. El que ora, será poderoso detrás de un púlpito o predicando públicamente o por las casas.
Nuestro Señor Jesucristo oraba a su Padre de rodillas: (“Y puesto de rodillas oró” Luc.22:41)
Sus discípulos oraban de rodillas: (“Pedro, puesto de rodillas, oró…” Hech. 9:41)
(“Y como hubo dicho estas cosas, puesto de rodillas, oró con TODOS ELLOS” Hech. 20:36)
(“Y cumplidos aquellos días, salimos acompañándonos TODOS, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la ribera, oramos” Hech. 21:5)
(“Por esta causa doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo” Ef. 3:14)
Los creyentes antiguos oraban de rodillas:
(“Porque Salomón había hecho un púlpito de metal,… e hincóse de rodillas delante de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, dijo:” 2 Corn. 6:13)
(“Y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, postréme de rodillas, y extendí mis palmas a Jehová mi Dios” Esdras 9:5)
(“ Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor” Salm. 95:6)
(“Y Daniel… hincábase de rodillas tres veces al día, y oraba, y confesaba delante de su Dios, como lo solía hacer antes” Daniel 6:10)
Aunque debemos orar en todo tiempo; la oración debe partir en la mañana, ojalá “antes que salga el sol”:
“Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré a ti, y esperaré” (Salm. 5:3)
“Más yo a ti he clamado, oh Jehová; y de mañana mi oración te previno” (Sal. 88:13)
“Anticipéme al alba, y clamé: esperé en tu palabra” (Sal. 119:147)
“Tarde y mañana y a medio día oraré y clamaré; y él oirá mi voz” (Salm. 55:17)
“Y levantándose muy de mañana, aun muy de noche, salió y se fue a un lugar desierto y allí oraba” (Marc. 1:35)
Dios te bendiga