Un día leyendo al hermano W. Nee, leí una frase que me impactó, el decía que en la encarnación, cuando Jesús se hizo hombre, se produjo uno de los hechos más singulares de la historia, a saber que: DIOS SE SOMETIÓ A DIOS.
Hermanos para creo que jamás podremos dimensionar tal evento.
En general en las relaciones humanas, la sujeción al otro el algo que cuesta, pero más cuesta la sujeción entre iguales, cuando ambos poseen el mismo rango o capacidad, y esto es exactamente lo que sucedió entre le Padre y el Hijo.
Siendo iguales en poder y gloria, y compartiendo ambos la máxima autoridad no de una empresa, sino del universo, sin embargo el Hijo decidió hacerse hombre para someterse a la autoridad del Padre. Un sometimiento entre iguales.
Es por tal motivo que a modo de recompensa el Padre da a el Hijo un nombre que es sobre todo nombre, y todas las cosas las quiere reunir en Cristo, y Cristo es Aquel que TODO LO LLENA EN TODO.
Sobre la tremenda e inusitada humillación de Jesús detallada en Filipenses 2.5.-11, el sacerdote católico Ignacio Larrañaga comenta:
-“ Jesús siendo Omnipotente no soñó con omnipotencias y renunciando a todas la ventajas de ser Dios, se sometió a todas las desventajas de ser hombre “-.
Esto es lo que no pueden entender algunas sectas que niegan la divinidad del Hijo, quiénes dicen que cuando Jesús dice en Juan que obedece al Padre, estaría reconociendo que es inferior al Padre, ignoran que el Hijo se despojó de su rango, no echó mano a sus derechos Divinos. Es que Jesús vino a la tierra a hacer de hombre no de Dios, Dios necesitaba que un hombre como tal, venciera al pecado y a Satanás: ¡ Y Lo Hizo!, nos representó cabalmente.
Y no solamente eso sino que sufrió la muerte más cruel y vergonzosa.
Supongamos que un día tenemos en la casa insectos que nos causan problemas, y supongamos que decidimos transformar a nuestro hijo en insecto para que hable con ellos y llegar a un acuerdo, y como respuesta los insectos matan o crucifican a nuestro e hijo. Ahora bien, el descenso de un hombre a insecto sería algo muy humillante para un ser humano, pero sería un descenso entre criaturas, es decir de una criatura superior (el hombre) a otra inferior (un insecto). Pero la humillación de Jesús es infinita, ya que es un descenso de Creador a criatura. ¡ Increíble!.
Todas las humillaciones de todos los hombres sumadas son nada en comparación a la humillación de Jesús. Su amor nos resulta una locura y algo inentendible.
Por eso hermanos cuanto tengo algo de conciencia de la humillación del Señor, me da vergüenza cuando me ofendo por cualquier cosa, o cuando quiero reclamar mis derechos o cuando me cuesta renunciar a algo por Su causa.
Que cada vez que recordemos su descenso o su muerte en la cena del Señor que tengamos presente, cuánto le habrá costado renunciar a su rango.
Y termino con una estrofa de un viejo himno que dice algo así:
Cuando contemplo la cruz sangrienta, donde padeció el Rey de gloria, quiero despreciar las riquezas y la soberbia me da horror.
Hermanos para creo que jamás podremos dimensionar tal evento.
En general en las relaciones humanas, la sujeción al otro el algo que cuesta, pero más cuesta la sujeción entre iguales, cuando ambos poseen el mismo rango o capacidad, y esto es exactamente lo que sucedió entre le Padre y el Hijo.
Siendo iguales en poder y gloria, y compartiendo ambos la máxima autoridad no de una empresa, sino del universo, sin embargo el Hijo decidió hacerse hombre para someterse a la autoridad del Padre. Un sometimiento entre iguales.
Es por tal motivo que a modo de recompensa el Padre da a el Hijo un nombre que es sobre todo nombre, y todas las cosas las quiere reunir en Cristo, y Cristo es Aquel que TODO LO LLENA EN TODO.
Sobre la tremenda e inusitada humillación de Jesús detallada en Filipenses 2.5.-11, el sacerdote católico Ignacio Larrañaga comenta:
-“ Jesús siendo Omnipotente no soñó con omnipotencias y renunciando a todas la ventajas de ser Dios, se sometió a todas las desventajas de ser hombre “-.
Esto es lo que no pueden entender algunas sectas que niegan la divinidad del Hijo, quiénes dicen que cuando Jesús dice en Juan que obedece al Padre, estaría reconociendo que es inferior al Padre, ignoran que el Hijo se despojó de su rango, no echó mano a sus derechos Divinos. Es que Jesús vino a la tierra a hacer de hombre no de Dios, Dios necesitaba que un hombre como tal, venciera al pecado y a Satanás: ¡ Y Lo Hizo!, nos representó cabalmente.
Y no solamente eso sino que sufrió la muerte más cruel y vergonzosa.
Supongamos que un día tenemos en la casa insectos que nos causan problemas, y supongamos que decidimos transformar a nuestro hijo en insecto para que hable con ellos y llegar a un acuerdo, y como respuesta los insectos matan o crucifican a nuestro e hijo. Ahora bien, el descenso de un hombre a insecto sería algo muy humillante para un ser humano, pero sería un descenso entre criaturas, es decir de una criatura superior (el hombre) a otra inferior (un insecto). Pero la humillación de Jesús es infinita, ya que es un descenso de Creador a criatura. ¡ Increíble!.
Todas las humillaciones de todos los hombres sumadas son nada en comparación a la humillación de Jesús. Su amor nos resulta una locura y algo inentendible.
Por eso hermanos cuanto tengo algo de conciencia de la humillación del Señor, me da vergüenza cuando me ofendo por cualquier cosa, o cuando quiero reclamar mis derechos o cuando me cuesta renunciar a algo por Su causa.
Que cada vez que recordemos su descenso o su muerte en la cena del Señor que tengamos presente, cuánto le habrá costado renunciar a su rango.
Y termino con una estrofa de un viejo himno que dice algo así:
Cuando contemplo la cruz sangrienta, donde padeció el Rey de gloria, quiero despreciar las riquezas y la soberbia me da horror.