La revelación de los hijos de Dios
~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Romanos 8:19 Porque la creación observa ansiosamente, aguardando con anhelo la manifestación de los hijos de Dios.
Romanos 8:21 Con la esperanza de que también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad de la gloria de los hijos de Dios.
~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
Leemos en Romanos 8:19: “Porque la creación observa ansiosamente, aguardando con anhelo la manifestación de los hijos de Dios”. Todos nosotros somos hijos de Dios. Ya mencioné que si nosotros dijéramos a la gente en la calle que nosotros somos hijos de Dios, ellos pensarían que estamos locos. Dirían: “Mírate a ti y a mí. ¿Cuál es la diferencia entre nosotros? Ambos somos seres humanos; tú no eres nada diferente de mí, simplemente eres otra persona. ¿Por qué entonces dices que eres un hijo de Dios?”
Sin embargo, el día se acerca cuando los hijos de Dios serán manifestados. En aquel día no será necesario proclamar que somos hijos de Dios, porque en ese entonces todos seremos glorificados. Estaremos en la gloria y seremos designados como hijos de Dios por Su gloria. Entonces todos tendrán que reconocer que somos hijos de Dios. Ellos dirán: “Mira a estas personas tan llenas de gloria ¿Quiénes serán? Deben ser los hijos de Dios”. No será necesario decir nada, pues seremos designados por nuestra glorificación. Toda la creación está en espera de esto atentamente, porque la creación aguarda con anhelo la manifestación de los hijos de Dios.
Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento y los versículos del Antiguo Testamento, de la versión Reina Valera 1960. Las "Palabras del ministerio" provienen de Estudio-vida de Romanos, escrito por Witness Lee, mensaje 19, pág. 248. Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA.
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SEMANA 12 — DÍA 3
Alimento matutino
2 S. 7:12-14 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, Yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y estableceré su reino. Él edificará casa a Mi nombre, y Yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él Padre, y él me será a Mí hijo…
Ro. 1:3-4 Acerca de Su Hijo, que era del linaje de David según la carne, que fue designado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, Jesucristo nuestro Señor.
Las expresiones uno de tu linaje y me será a Mí hijo [en 2 Samuel 7:12-14a] indican que la simiente de David, uno que es del linaje humano, sería hecho Hijo de Dios. Este pensamiento continúa enfáticamente en el Nuevo Testamento, particularmente en Romanos 1:3-4…Estas palabras presentan la misma idea que 2 Samuel 7:12-14a, o sea, que la simiente de David llega a ser el Hijo de Dios. Por una parte, estos versículos revelan que Cristo es descendiente de David, y por otra, que Él, la simiente de David, fue designado Hijo de Dios. Cuando comparamos estos dos pasajes de la Palabra, vemos que tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo revelan que la simiente de David, uno de su linaje, llega a ser el Hijo de Dios. (Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, pág. 167)
Lectura para hoy
En2 Samuel 7 vemos que David tenía un buen corazón para con Dios y quería edificarle casa. Pero Dios intervino y no se lo permitió porque David no tenía una visión adecuada ni completa de la economía de Dios. Después de impedir que David le edificara casa, Dios le dio más revelación en cuanto a Su economía. Por consiguiente, en este capítulo, la revelación divina da un paso gigantesco. La Biblia revela que David era un hombre conforme al corazón de Dios (1 S. 13:14) … No hay duda de que David fue un hombre conforme al corazón de Dios, pero … él seguía siendo meramente un hombre en vida, naturaleza y constitución … no era Dios en vida y naturaleza. David no podía afirmar: “Para mí, el vivir es Cristo”; ni tampoco: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Fil. 1:21; Gá. 2:20). Esto nos lleva a abordar el tema de la deificación, es decir, que Dios desea hacer a los creyentes Dios en vida y en naturaleza, mas no en la Deidad. Atanasio habló de la deificación en el concilio de Nicea en el año 325 d. de C. con estas palabras: “Él [Cristo] se hizo hombre para que nosotros lleguemos a ser Dios”. He aprendido estudiando la Biblia, que Dios desea hacer a los creyentes Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad. Por ejemplo, en 1 Juan 3:2 leemos: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es”. Este versículo revela claramente que seremos como Dios. Dios nos hace iguales a Él al impartirnos Su vida y Su naturaleza. En 2 Pedro 1:4 leemos que hemos llegado a ser “participantes de la naturaleza divina”. Juan 1:12-13 dice que nacimos de Dios, que Él nos regeneró con Su vida. Por ser hijos de Dios, somos “pequeños dioses” y que, como tales poseemos la vida y la naturaleza de Dios, mas sin ser la Deidad misma. Dios es uno solo y único, sólo Él debe ser adorado. Por haber nacido de Dios, poseemos Su vida y Su naturaleza y somos parcialmente como Él. Un día, cuando Él venga, seremos completa e íntegramente semejantes a Él. David era un hombre conforme al corazón de Dios. No obstante, aunque esto era maravilloso, no era suficiente. Dios desea que podamos testificar: “Yo no soy solamente una persona conforme al corazón de Dios, sino que soy Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad”.Por una parte, el Nuevo Testamento revela que la Deidad es una sola y única y que sólo Dios debe ser adorado, y por otra, también enseña que nosotros, los que creemos en Cristo, poseemos la vida y la naturaleza de Dios y que estamos llegando a ser Dios en vida y naturaleza, si bien jamás seremos la Deidad misma. (Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, págs. 168-169)
Lectura adicional: Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, mensaje 27; Estudio-vida de Romanos, mensajes 52-54
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¡Jesús es el Señor!