¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

1 Octubre 2005
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Bueno, ya me dieron autorizaci`´on para compartir aquí, las reflexiones de Bernardo Estamateas, y de su esposa Alejandra Estamateas.

El pastor Estamateas, lidera la comunidad cristiana en buenos aires, y tiene varias iglesias en distintos lugares de Bs. A,. Su congregación se llama "Presencia de Dios"

Cumplido con los requisitos que me piden para poder usar lo que me llega a mi correo electrónico .

Los bendigo, y TENGAN CUIDADO, EN CUALQUIER MOMENTO LES PIDO A USTEDES HERMANOS SUS APORTES PRESTADOS, :pangel1:
dIOS LOS BENDICE.
 
Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

Soy una mujer culpogena

Filipenses 1:21

Debemos poner límites.

Un límite es la frontera que me distingue como un ser independiente de los demás. Existen dos tipos de límites: los físicos y los emocionales. Cuando pongo un límite estoy diciendo a los demás la manera como quiero que me traten si no me gustan sus comentarios, diciendo: “No me digas más eso porque no me gusta que me trates así.”
Las mujeres creemos que si alguien las trató mal durante años, no pueden ponerle límite, especialmente si es un familiar, y no hay motivos para seguir aceptando lo que nos daña, aunque la persona se ofenda.

Oí de una chica que tenía su tía que, cada vez que la veía, hacía un comentario degradándola físicamente y ella nunca le pudo decir nada; se le hacía un nudo en la garganta y, aunque no le gustaba, hacía una leve sonrisa porque no se atrevía a ponerle límites; hasta que un día le dijo que nunca más le hablara así porque no le gustaba.

No somos culpables por poner límites.

Los límites se desarrollan en la infancia.

En una familia sana se enseña a los hijos que son únicos, individuales, que cada uno tiene sus gustos y preferencias y de esa manera comienzan a descubrir cuáles son sus límites. Pero si no se los trató como seres diferentes, ni hubo afectos cercanos, será muy difícil, con el avance de las edades, ponerle esos límites.

Los límites deben ponerse con seguridad y sin culpa.

Decir: “no me digas más esto”, “no me gusta”, “no quiero que me trates de esta manera”, “no quiero hacerlo porque no me gusta” o “no te acerques tanto a mí, este es mi espacio y lo estás invadiendo”, pedir lo que nos pertenece y que alguien nos sacó nos cuesta mucho, nos produce culpa y nos hace sentir incómodas.

Muchas chicas crecieron con el concepto de que si un hombre las manoseaba debían permitirlo porque creían que tenía derecho de hacerlo, entonces no le decían nada, porque en sus hogares les enseñaron que el más grande tenía derecho sobre los más pequeños.

“No contestes mal”, “no respondas”, nos decían y, aunque eso producía mucha bronca, nos callábamos.
“Dale un beso a todos”. Y, ¿por qué?, si no quería, creían que era por respeto y en realidad era por no poner límites.

Nos enseñaron respeto por los demás y no por nosotras mismas.

¿Por qué ese tío que tenía barba y bigotes tenía que besarte si a vos no te gustaba?
No nos permitían hablar porque sólo lo hacían los adultos, y las mujeres crecimos con miedo a los límites.
Tenemos la capacidad de avanzar porque decidimos quienes entran en nuestra vida, pero podemos retroceder y elegir a quienes no queremos que estén.

Es nuestro derecho decidir.

Tengo derecho a decidir cuánta información personal quiero dar, pero si no quiero, no tengo por qué hacerlo. Hay gente metida y no estoy obligada a responder sus preguntas; decidiré qué comentarios voy a permitir y quien se me acercará.

Debes ser una mujer de fronteras fuertes, determinada y bien definida.

Al poner límites, tanto física como emocionalmente, no hay que ser antipática o de mal carácter, se puede hacer con amor y una sonrisa.

Poner límites es cuidarse.

Cuando llamamos a un perro acude enseguida, pero si es un gato, aunque captó la señal, vendrá cuando quiera.
Tendríamos que ser como el gato, analizar las señales que captamos, no acudir rápidamente como los perros, sin ver lo que nos conviene.
No respondamos a todo “sí” porque luego será difícil colocar el límite.

Los límites hay que ponerlos antes.

Muchas mujeres fantasean conque cambiarán a sus parejas: “…después yo lo manejo”, “…después lo domino”, “…después yo lo cambio”, y después… ¡nada!

El límite se pone al principio, se respeta y se sostiene porque sino costará más.

“Cómo le voy a decir esto a mis hijos”, “¿A mi marido? No se lo puedo decir”, “A mi suegra…, yo no la enfrento.”
Nos enseñaron que teníamos que ser buenas y no pelear con nadie, por eso aguantamos lo que no nos gustó. Eso no es la palabra de Dios, debemos saber qué decir, a quién decirlo y cuándo, no ser una histérica con mal carácter pero decir lo que pensamos. Si soportamos todo es porque tenemos miedo de hablar y por culpa, ¡cómo le dije eso!, ¡cómo lo hice!

-Una madre culpógena que no puede poner límites, sobredimensiona el problema de sus hijos y todo es por su culpa. En vez de supervisar cómo actúa su hijo por sí mismo, cuestiona su maternidad: “lo hice bien o mal”.

-La mujer culpógena no tiene definido el modelo de mujer que desea ser, y en vez de imitar y copiar el tipo de madre, esposa o cristiana que admira, repite el modelo de sus generaciones pasadas mezclando las costumbres de su abuela, madre y lo que ella misma hace, no teniendo en claro qué modelo es en realidad, porque está atada a una trenza generacional que debe desarmar, desenganchándose de los mandatos familiares que le dijeron y soltándose de los paradigmas que no le sirven para seguir adelante y le generan culpa.

Transformá y descubrí cuál es tu propio modelo de mujer.

No sabemos qué tipo de mujer queremos o debíamos ser, no copiemos el modelo de nadie porque somos únicas.

Dios te hizo única, único modelo.
Los hijos siempre te presionarán para que seas como “la mamá de…”, pero deciles: “No, porque si yo soy única, vos también lo sos.”

No hay copia ni repetición, Dios te llamó para hacer algo único.

Una mujer que pone límites sabe adonde va, y le será más fácil decir a unos “no” y a otros “sí”.
Pablo decía: “ Yo deseo partir y estar con Cristo, pero por el bien de ustedes es mejor que permanezca, convencido de esto permaneceré ”
Siempre estamos entre dos pensamientos pero cuando si estamos convencidas de algo lo haremos con seguridad.

Debemos determinarnos, estar convencidas y saber qué queremos y hacia dónde vamos.

Si decidiste vivir y no morir, determiná qué debes cambiar en tu vida para que sea agradable, basta de cargar con culpas, de pensar “lo digo o no lo digo”, “lo hago o no lo hago”, ¡basta de dar vueltas! Da un corte a esas fábulas mentales que tenés.

La mujer que se determina soltará poder.

Por años las mujeres hemos sido muy obedientes pero eso no significa que seamos fieles. Fuimos obedientes, buenas mujeres, simpáticas con todo el mundo, atendiendo a todos, tratando de buscar la paz a cualquier precio, pero no hemos sido fieles a Dios.

Ser fieles.

No fuimos fieles por no haber cumplido el sueño que Dios puso dentro nuestro.
La desobediencia trae una consecuencia que deberemos pagar pero nunca debemos dejar de ser fieles y saber hacia adonde vamos a pesar de las circunstancias difíciles. Perseguí los sueños que Dios puso en tu interior hasta que se hagan realidad.
Determiná y enfocate en el sueño de Dios.
Si tenemos claro hacia donde vamos, sabremos qué límites y a quién se lo pondremos.

Poné límites para nadie más te lastime.

Rut es el ejemplo de una mujer determinada, ella cerró sus ojos físicos y miró con su espíritu. Fue a Belén a pesar de todas las contrariedades, era viuda, prácticamente sola, no se la consideraba importante, con la religión y nacionalidad diferentes, porque sabía, en su espíritu, que allí había algo para ella.

El espíritu es más grande que la mente y el cuerpo, debemos cuidarlo porque tiene ideas maravillosas y fuerzas únicas.
El cuerpo se debilita, por eso debemos delegar, dando a otras oportunidades para que hagan.
En la mente hay miles de ideas y un solo cuerpo que las sostiene.

Orfa tenía la misma posibilidad que Rut pero sin embargo prefirió quedarse con los viejos paradigmas familiares y sus viejas creencias religiosas, no se atrevió a determinarse a lo nuevo, prefirió ser la mujer que los demás armaron y no una mujer que se armaba y diseñaba así misma, hizo lo que le enseñaron: mis dioses, mi tierra, mi creencia, mis límites.
Rut sabía algo en su espíritu, y cuando llegó a Belén era la época de la cosecha y se puso a trabajar y, aunque nunca sembró, ella cosechó.

Aunque nunca hayas sembrado, Dios te dará la cosecha que esperas.

Una mujer determinada cosechará en el momento justo aunque no haya sembrado.
La culpa nunca te hará alguien determinado y lo más triste es que perderás la bendición que Dios ya te preparó.
Cada vez que decidas por lo que tu marido te dice, tu deseo será para él, pero cuando mires a Dios, Su deseo se hará en tu vida.
No hagas nada para agradar al otro porque te frustrarás y él te dominará.

¡Basta de agradar a los demás! Nuestro deseo debe ser agradar a Dios, porque es Él quien puso Su sueño en nuestro corazón.

Determinate:
-Por lo que estas luchando desde hace tiempo,
-Por tu propio modelo de mujer que te llevará a ser lo que querés y no, lo que los demás esperan.

No pidas más señales porque Cristo está con vos y todo te saldrá bien. ¡Movete! Hacé lo que te pide y llegarás en el tiempo de la cosecha; hablá el lenguaje de Dios, que es el lenguaje de la fe y Dios te escuchará y llegarás a la victoria.

Por Alejandra Stamateas

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Todo me pone nerviosa

Efesios 6: 16

Todo me pone nerviosa

Por Alejandra Stamateas

Efesios 6: 16

Satanás es un perdedor, un fracasado. Las mujeres tenemos un poder especial otorgado por Dios que le da pérdidas al reino de las tinieblas cada día al levantamos con vida. Satanás vino para matar, hurtar y destruir, dice la Biblia, y ya le ganamos la batalla porque no pudo matarnos. Además, cuando edificamos, hacemos algo por nosotras mismas, por nuestra familia, por el trabajo o la empresa donde estamos, el reino de las tinieblas pierde.
Pero hay un lugar en donde Satanás se afirmará para destruirnos, maltratarnos y sacarnos las fuerzas: es nuestra mente.

Quiere debilitar la fe atacando la mente.

Por todos los medios tratará de agobiarnos para que perdamos la fe y las fuerzas para seguir adelante, ya que la fe es un escudo que nos protege. Querrá vencernos con cosas sin importancia que nos pondrán nerviosas (desde una uña que se rompió hasta lo más importante) y todo lo que nos ocurra (por insignificante que sea) lo consideraremos de gran tamaño.
El ataque será trayendo pensamientos que nos distraigan de lo verdaderamente importante, porque si la mente está distraída no conquistará el sueño.
Fe es tener confianza en que Dios resolverá todas las cosas y, en debilidad, eso no se puede conquistar.

Mi mente debe tener paz.

“ Tomen el escudo de la fe con que podrán apagar los dardos del maligno, dice la Biblia. ( Otra versión dice: “ Todas las flechas encendidas del maligno”.)

En la antigua Roma se peleaba con flechas y en determinado momento le ponían brea en las puntas y las encendían al lanzarlas. Miles de flechas eran expulsadas y no sólo dañaban a las personas sino al campamento, incendiándolo todo.
Pablo tomó este ejemplo y lo relacionó con la mente: “ El ataque del enemigo es como flechas encendidas soltadas a nuestra mente”. Y no suelta uno o dos pensamientos sino miles, todos juntos, pretendiendo devastarnos con ideas que dan vuelta y vuelta en nuestra mente. Estaremos nerviosas y agobiadas sin poder pensar ni encontrar la solución a nuestros conflictos, logrando así su objetivo.

Satanás sabe que si ataca la mente tendrá autoridad sobre nuestro ser, por eso aprendamos a batallar, desechemos todas las flechas y podremos actuar.
Por ejemplo, si un pensamiento de tristeza se instala y echa raíces, se transformará en una fortaleza, o sea una manera oscura de pensar. La mujer que tiene una fortaleza mental no podrá cambiar su hablar negativo, siempre pensará que le va a ocurrir algo malo, dirá: “Tené cuidado”, “Esta vez no te salvás”, “De ésta…no vas a salir.” Muchas veces esos pensamientos se instalan por haber pertenecido a familias que funcionaban como fortalezas y lo heredaron como algo común.
El pensamiento negativo nos mantiene en un nivel bajo de fe y la única manera de salir será diciéndole: “No”.

Hagamos un hábito del hablar positivo.

En Lucas 22, Jesús dice a sus discípulos: “ Satanás los pidió para ser zarandeados pero he orado para que su fe no falte.”
Jesús intercede por nosotros ante Dios cuando vienen los ataques a nuestra mente, para que no nos falte la fe y recibiremos las herramientas con las que podremos vencer.
Descubrí una ley en mí , dice Pablo, que cuando quiero hacer el bien me acompaña el mal; me deleito en Dios pero en mi cuerpo está la ley del pecado .

Y eso es porque hay una fortaleza de pensamientos negativos.
Más adelante, Pablo dirá: “ Tranquilo, porque ninguna condenación hay para los que creen en Cristo Jesús, hemos sido liberados de la ley del pecado y ahora somos libres para desechar cualquier pensamiento negativo que venga a nuestra mente. La fe no te faltará en los momentos de debilidad.”
Satanás debe pedir permiso a Dios para zarandear nuestra vida, no puede tocarnos, pero muchas veces somos nosotras quienes le damos lugar. Por ejemplo, cuando nos ponemos nerviosas frente a una crisis, tapamos nuestra fe; cuando declaramos: “Yo sé que de esta no voy a salir”, le estamos dando lugar a Satanás a hacer lo que quiera en vez de darle la razón a Dios.

No te bases en los pensamientos negativos sino en la fe que Dios te dio; si te dijo que te sanaría lo hará y, dentro de poco, lo verás.

Dios no detiene al diablo para que deje de atacarnos porque quiere que experimentemos la victoria.

Muchas veces declaramos palabras de victoria pero sólo teóricamente y jamás en lo práctico. Dios nos dice: “Quiero que detengas al diablo con una palabra de fe que salga de tu boca.” Nos dio la capacidad para desbaratar las obras del enemigo y no necesitamos que otra persona nos ore. Es sencillo, simplemente declarar cada mañana: “ Este día será glorioso, un día de bendición.”
Pero, cuando nos levantamos ¿qué hacemos? decimos: “¡Qué día de porquería! No salió el sol, está nublado” o “¿Qué voy a hacer? No puedo pagar esa cuenta”, “Se van todos y me dejan sola…y tengo que luchar con esto, con aquello y nadie me ayuda”.
Así le damos lugar al diablo y a veces tenemos dos personalidades, como decía Pablo:”Quiero, pero hay una ley que me dice que no”.

Y Dios te dice: “ Yo te di la fe y el poder para que lo hagas, ningún dardo del enemigo puede dañarte.”

No estés ansiosa por los pensamientos que vienen a tu mente, algunos tendrás que desechar. Entregá tu preocupación a Dios: “Señor no puedo hacer nada con esto, lo único es detener al enemigo, no creer lo que me dijo, y entregártelo para que lo resuelvas. Soy tu hija, no pertenezco a Satanás, confío en lo que harás, que pagarás mis deudas y me darás la capacidad, la estrategia, los recursos; salvarás a mis hijos, transformarás a mi marido, (no yo, porque hasta ahora lo hice con mis fuerzas y no pasó nada), no me pondré más nerviosa. Entregá todas tus cargas al Señor y Él te dice: Yo soy tu escudo, tú sombra a tu mano derecha y nadie podrá dañarte.
Esta palabra es para las mujeres que quieren batallar, que saben que -aunque hoy no tienen fuerzas- todavía tienen fe y harán que todas las flechas del enemigo salgan de sus mentes. Poné nervioso al enemigo y enseñale cuál es tu autoridad.

Hay momentos en la vida donde una mujer tiene que ponerse de pie y decir: ¡Ya basta! a todo lo que el enemigo le diga. Detené sus dardos porque Dios prometió darte victoria y nadie te la quitará.

Tenemos poder para vencer todo abuso mental.

“Ya que hemos sido justificados, mediante la fe tenemos paz con Dios por medio de Jesucristo” dice Romanos 8:1

Si tenés paz con Dios, ¿para qué te vas a poner nerviosa? Nadie tiene que ponerte nerviosa y la paz, no será solamente tuya, sino caerá sobre toda tu casa también.

Por Alejandra Stamateas


 
Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

Que el Señor te de grandes bendiciones hna terecita ,le doy toda la gloria y la honrra al Señor por usarte de esta manera.
Por que no sabes la dimencion que tienen estos mensajes,donde hay tanto que aprender,y como nos alimentamos espiritualmente ,tambien bendigo a esta pastora Alejandra Stamateas,la cual Dios ha bendecido con esa sabiduria que viene del cielo, gracias PADRE por tu ESPIRITU QUE ES EL NOS GUIA.
BENDICIONES.
:MexicanWa
 
Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

Saliendo del día malo

Hechos 16:16 -24

Todos pasamos por momentos difíciles. La Biblia no promete un camino de rosas sino que habrá momentos en los que entraremos en el día malo.

El día malo es un período de tiempo inesperado donde parece que todo el infierno se desata.

Por ejemplo, Pablo y sus discípulos llegaron a Europa, predicaron, ganaron gente y una adivina comenzó a perseguirlos dando gritos. Pablo se cansó y echó a los demonios que habían en ella, como consecuencia, toda la atmósfera demoníaca se desató sobre ellos: les arrancaron las ropas, les pegaron y encarcelaron en un lugar de máxima seguridad. De un minuto a otro todo cambió y sin aviso. Satanás suelta rápidamente todos sus misiles y lo que no ocurrió en un año sucede en una semana, entonces decimos: “¡No puede ser, todo junto!” Cuando Jesús estaba en el desierto, Satanás también le tiró con todo y luego lo dejó, porque sabía que su tiempo era breve. Si el infierno cae sobre tu vida es para que no captures la bendición que está viniendo, porque Satanás lo intuye y quiere robártelo. No le importa tanto lo que hemos logrado sino lo que lograremos y nos ataca para que renunciemos a lo venidero.

Todos conocemos gente inconstante, que posterga, que renuncia a seguir con lo que Dios le prometió. En el día malo vendrán consejeros satánicos que dirán: “¿Viste…? Nadie te llamó, nadie te cuidó, nadie estuvo con vos”, “Al final todo es mentira”, “Dios te prometió tanto y no pasa nada”. Se acercarán, como a Job, para que te quedes estancado y renegado. Así les pasó a Pablo y Silas que, después de tener un éxito rotundo como el haber ganado a Lidia y predicado a muchas personas, de un minuto para el otro los pusieron en la cárcel.

En el día malo pasarán cinco cosas:

1- Ganaré gente para Jesucristo.
Lo que más le duele a Satanás es que le saquemos la gente. Según la Biblia, lo que está en juego es la gente que Dios quiere salvar y Satanás destruir.

Pablo y Silas estaban presos y comenzaron a cantar, la cárcel tembló, se cayeron las cadenas, se abrieron las puertas y cuando el carcelero vio todo eso intentó quitarse la vida para salvar a su familia (porque según la ley romana, si un soldado perdía a un prisionero de máxima seguridad moría él o su familia.) Pablo, en medio de la oscuridad, le gritó: “No te mates porque estamos acá”.
El soldado sorprendido preguntó :”¿Cómo es? ¿Cuando las puertas de la cárcel se abren los presos escapan y ustedes siguen acá?”
Pablo respondió: “Seguimos acá porque tenemos un propósito”
El carcelero preguntó: “¿ Qué tengo que hacer para ser salvo?
Pablo le dijo: “ Cree en Jesucristo y serás salvo tu y toda tu casa. ”
El carcelero los llevó a su casa (en la antigüedad vivían arriba de la cárcel) y vino toda su familia que eran como sesenta personas y cenaron.
En el día malo Pablo ganó sesenta personas para Jesucristo.

Errores que cometemos:

1. No debemos ser fanáticos cuando el otro no lo es.
Antes pensábamos que la gente se ganaba por convencimiento, por reiteración, por insistir y eso hace que la persona se cierre.
¡No es por presión!
Muchos familiares no se convierten porque se sienten presionados por los casetes, las palabras, la música cristiana y, como ellos no son fanáticos, se alejan cada vez más. Podemos ser fanáticos con quienes son como nosotros.

2. No debemos criticar.
A nadie le gusta que lo critiquen y no estamos llamados a criticar, ni pretender cambiar las conductas de otros sino a salvar. La gente no necesita cambiar sus conductas porque la fe no es moralina, necesitan creer en Jesucristo.
La vida cristiana es sobrenatural y nuestro llamado es decir: “ Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo ” y el Espíritu Santo hará la obra.

3. No debemos discutir.
No es por presión sino por revelación. Pablo le dijo al carcelero solamente: “ Cree en Jesús ” y el Espíritu se lo reveló.

Para ganar a la gente, debemos:

1. Captar su necesidad y levantar motivos de oración. Orar y confiar que Dios va a hacer la obra (oímos muchos testimonios de gente sanada por el Señor.)
2. Confrontarla . Habrá gente a la que tendrás que decirle: “¿Qué impide que aceptes a Jesús? ¡Preparate! Los carceleros harán que toda tu familia llegue al Señor.
3. Sembrar una revelación . Sembrá una palabra y esperá que la semilla crezca, entonces la persona conocerá al Señor.
4. Invitar a alguien .

Es una manera de ganar gente.

2- Los errores se cambiarán en éxito.
Dios cambiará las equivocaciones en bendición. Pablo y Silas caminaban y la adivina iba detrás de ellos gritando. Pablo sabía que la chica estaba endemoniada y que no era el momento de sacarle los demonios, pero en un momento se enojó, se los expulsó originando un conflicto tremendo. Hay gente que debe quedar endemoniada hasta el momento oportuno. Cuando Pablo escribió Filipenses no dijo: “El César es un desgraciado” porque habrían matado a todo el pueblo cristiano.
Hay tiempos determinados para ejercer cambios.

Cada vez que me equivoque lo reconoceré, aprenderé y seguiré adelante.

No echar culpas. Reconocer que nos equivocamos, que somos ciento por ciento responsables del error, no derivar responsabilidades.
-¿Quién pecó más Saúl o David? David, porque cometió pecados más terribles pero Dios lo perdonó porque los reconoció diciendo: “ Enfermedad mía es esta ”; en cambio Saúl le echó la culpa a los demás.
-¿Quién pecó más Judas o Pedro? Pedro porque Judas robó tres años y entregó al Señor, pero Pedro pecó sin parar por tres años y medio, y Dios lo perdonó porque lo reconoció.
La Biblia dice: “ El que confiesa sus pecados y los reconoce alcanzará misericordia .”

“El error es un escalón, el éxito es la cima .”

Equivocación significa que aun no llegué a la cima, que caminaré sobre mis errores hasta alcanzar la bendición.

El éxito es la posición, el error la situación.

Que tu situación no sea tu posición. “Soy un fracasado” ¡No! Fracaso es la situación, éxito es tu posición, o sea la cima.
Para los que creemos todas las cosas nos ayudan a bien.

3- Ataré la victoria con mi boca.
Declará victoria en el momento difícil. Orar es declarar y debemos aprender. Satanás nos robó el poder de la declaración.
¡Tengo que hablar mi victoria!
“ Todo lo puedo en Cristo ”, “ Soy más que vencedor ”, “ Vienen días de victoria”, “Saldré de mi cárcel, mis cadenas caerán y el poder de la unción estará sobre mí”, “El que está en mí es mayor que el está en contra de mi, diablo retrocederás ”.

Sin declaración de fe la adoración no tendrá poder.

4- Me pondré de acuerdo.
Unite a gente que añada valor a tu vida, que te enriquezca, con quienes te pongas de acuerdo en tu victoria, oren y declaren que Dios les dará todo lo que pidan.

No te juntes con gente que te robe lo que Dios te dio.

El día malo te alejará de los que parecían estar con vos pero nunca estuvieron. “Parecían” pero no eran, porque en la dificultad descubrís a los que están de acuerdo con vos.
En medio de tu cárcel una persona ungida te bendecirá, orará y celebrará con vos.

5- Después del día malo viene la bendición.
Satanás querrá acallar tu voz. Si estamos tristes o doloridos, en la cárcel, en medio de la oscuridad, sin ganas de hablar, es cuando más debemos hacerlo para sacar la reserva que hay en nuestro corazón.
Un escritor que perdió a toda su familia dijo: “En medio de mi dolor descubrí que Dios había puesto una gracia escondida en mi.”
Es una reserva oculta para los momentos de mayor oscuridad que sale cuando todo el dolor, la muerte y la tristeza aparecen en nuestra vida. Esa es la gracia que nos sostiene, en medio de la cárcel el Señor te dará una canción, una declaración, una adoración que derribarán las cadenas para el tiempo de bendición.

En el tiempo de bendición:
• Seré lavado de todas mis heridas.
Pablo y Silas fueron a la casa del carcelero y lavaron sus heridas. Nunca saldrás dañado sino sanado y con tus heridas lavadas.

• Ganaré almas para el Señor.
Ganaron a toda la familia del carcelero. Para vengarte del diablo, ganá gente para Cristo.
Pablo le dijo: “ Cree en Jesucristo. ”
No queremos que la gente se haga evangélica sino que vean al que murió y resucitó por todos.

3. Habrá gozo ilimitado porque la justicia divina.
Después los soldados fueron a sacarlos de allí y Pablo les dijo: “ Somos ciudadanos romanos .” En ese tiempo estaba prohibido que un ciudadano romano le pegara a otro, entonces al oír lo declarado por Pablo se asustaron.
Dios tiene un as en la manga que usará en el momento preciso, un recurso que el diablo no conoce y será para ganar la partida. Y salieron custodiados por los mismos soldados que los habían encarcelado.

Dante Gebel me dijo: “Cuando compramos una lata de tomates elegimos una linda lata, con una buena etiqueta, que llame la atención, pero cuando la abrimos, comemos el tomate y la lata la tiramos, por más linda que sea. Los cristianos somos como esa lata, Dios nos adorna, embellece para que la gente llegue a Jesús pero no es para guardarse la alta sino para comer al Señor que está dentro nuestro.”
Durante muchos años fuimos latas feas, hicimos de Satanás algo estúpido porque no está en las pavadas sino en grandes maldades y somos los únicos con una palabra para sanar.


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Mi familia está destruida

Filipenses 3:12

Cuando muchos viven en la misma casa pero cada uno está en sus cosas, no se comunican entre sí, siempre hay peleas, problemas, circunstancias difíciles, nadie quiere compartir con el otro, eso es una familia destruida. O tal vez, sus miembros están fuera, los hijos o los esposos se van de la casa, y las mujeres no quieren saber nada más con ellos. ¿Cómo unirla?

Veremos qué dice Dios.

Características de una familia destruida:

1-Siempre se lucha por el control.
Viven peleándose, tienen el concepto de que alguien debe ganar y otro perder. La comunicación se rompió porque hay ganadores y perdedores y, en tal caso, todos ganan o todos pierden.
La frase: “¡Ah! Yo hago la mía”, debe ser desterrada porque atenta contra la unidad, que es necesaria para desatar la unción familiar que Dios derrama.
Cuando Jesús dijo: Tú y tu casa serán salvos, hablaba de unión. Cuando algo le pasa a un integrante de la familia, no sólo le pasa a él sino a todos. Si es bendecido, esa bendición caerá, sí o sí, repartida en los demás miembros.

El conflicto de: “unos ganan, otros pierden” tiene que ver con el tema del control .

Hemos recibido la orden de Dios en nuestro espíritu de:” Fructificar y sojuzgar la tierra ”, pero esa orden es para la tierra y no para otro ser humano.
Como no soltamos ese espíritu de dominio sobre las cosas, lo hacemos sobre la gente, queriendo ganar siempre y lo practicamos con nuestra familia que son los que están más cerca. Por eso, las mujeres queremos dominar a los maridos, a los hijos, o el marido quiere dominar a la mujer, a los hijos; o esos hombres que no cambian su carácter y creen que, por que ellos trabajaron todo el día, deben llegar a la casa y los demás ser sus esclavos, que lo tienen que servir, pegan un grito y todos tienen que obedecer. O esas mujeres que están todo el día quejándose, con espíritu de víctimas y controlan todo.

Si uno tiene mal carácter y quiere controlarte es porque no tiene expectativas en cuanto a conquistar otro territorio afuera.
(Si ves a tu marido con mal carácter decile: “Querido salí a la calle y conquistá algo nuevo”.)
Cuando un hombre se queda sin trabajo o se jubila, lo único que quiere es mandar, te indica cómo hacer las cosas que hace cuarenta y cinco años que venís haciendo. Como ya no tiene territorio por conquistar afuera quiere dominarte.
Enseñá a tus hijos, a tu esposo y, por sobre todas las cosas, a vos misma, que afuera hay muchas cosas por lograr, ya sea a nivel intelectual, espiritual u objetivos familiares.

Debemos tener objetivos como familia.

Conquistemos territorio afuera, de lo contrario, nos terminaremos matando entre todos. El no conquistar genera frustración, especialmente en las mujeres que están todo el día en sus casas, pretendiendo dominar a toda su familia, quedándose enquistadas en lo pasado, y entonces los hijos no quieren volver a su casa hasta que su madre este durmiendo.

Tenemos el espíritu para dominar la tierra, debemos conquistar las puertas que están abiertas.

2- Se perdió el respeto.
Por más que pasen muchos años conviviendo, nunca debe perderse el respeto .
A la primera falta de respeto permitida, se abrió la puerta para que otras se sucedan. Cuando una mujer permite que un hombre la golpee y le dice: “Está bien te perdono, qué le vamos a hacer”, abrió la puerta para que los golpes sigan.

El respeto es fundamental en una familia.

Debemos aprender a ser respetados y a respetar, de lo contrario la familia se destruirá.
Falta de respeto es:
-Invadir la vida del otro;
-Creer que debemos decir todo lo, bien o mal, que el otro hace;
-Criticar todo el día los gustos, deseos y anhelos de los demás.

Cuando tu hijo te dice: “¡Mamá, mirá lo que te pusiste!” No te está respetando.
Cuando le decís a tus hijos: “Te parece dónde vas, lo que hiciste y hacés, la música que escuchás.” No lo respetas.

-Respetalo y dejalo . Si piensa eso, así es él. Tal vez con el tiempo cambie porque crecen y van cambiando. Quitá todo temor. No trates de evitar que le ocurra “lo que te pasó a vos”, porque no le va a pasar lo mismo. Vos no sos como tu mamá, “que te arruinó la vida.”
-No lo descalifiques .
-No invadas la vida de nadie.

No te metas en la vida de nadie. A las madres nos encanta chusmear lo que tienen nuestros hijos. (El otro día una mujer me decía que cuando los hijos se van al trabajo ella entra a sus cuartos y les revisa todo) ¡No! ¡Eso es invadir!

-Debo validar los sentimientos del otro.
No quieras imponer lo que vos sentís. Validar la emoción o el sentimiento es decir: “Te entiendo hijo, veremos cómo hacer para distraernos de esta situación”.
Si en cambio le decís: “No podés sentir eso”, le cerraste la puerta al diálogo.
Por ese motivo hay conflictos en los hogares donde el marido no habla, los hijos no hablan, porque no respetaron sus sentimientos. Por ejemplo decís: “Estoy triste”, y te responden: “No podés estar triste por esa pavada. Con todos los problemas que hay en el mundo y vos, ¿te sentís así?” ¡Y sí! Es lo que él/ella está sintiendo.

Decile: “Te entiendo”, y vas a hacerle bien.

Validar las emociones del otro es un ejercicio fundamental.

3- Tengo la familia que creo que merezco.
En todos los ámbitos atraemos lo que creemos merecer y no lo que deseamos. Muchas mujeres se preguntan por qué, en algunas áreas de su vida andan tan bien y en otras, siempre, tienen problemas. Y la respuesta es, porque en esa área atraen lo que creen merecer y no lo que quieren.

Ejemplos:
1-Estudiaste peluquería y lo único que haces es cortarle el cabello, cada tanto, a tu marido e hijos. Es evidente que estas dando un mensaje: “No soy buena peluquera”, sino tendrías tu negocio.
2-Trabajas en un lugar donde te tratan muy mal y, si te seguís quedando, es evidente que no te consideras digna de que te traten bien o, de lo contrario, saldrías de allí “a pesar de…”
3-Podrías comprarte mejor calidad de ropa pero no lo haces. El mensaje es: “No me merezco vestirme mejor, no soy una mujer de calidad para vestir ropa de buena calidad.”
Si no sos feliz con vos misma atraes “lo que te merecés”, hombres infelices. Porque,

no es lo que querés, sino lo que crees que mereces .

S i tu familia está destruida es porque, en el fondo, crees que mereces vivir con una familia en estado de caos y destrucción.
Preguntate: “¿La familia que tengo hoy, así como está, es lo que quiero?”
Y n o cambiaremos de familia, trabajaremos para transformarla en lo que queremos y no, en lo que creemos merecer.
Tal vez tus padres se divorciaron o vivieron peleando toda la vida o con graves problemas económicos, y repetís ese modelo porque crees que lo mereces pero no es lo que querés.

¡Buscá! ¿Qué querés? ¿Qué tipo de familia te gustaría? ¿Qué ámbito familiar querrías encontrar al llegar del trabajo? ¿Qué emoción querés encontrar cuando llegas a tu casa?
Por ejemplo, llegas a tu casa después de una reunión en la iglesia y encontrás a tu familia enojada, peleando, no hay un poco de paz y seguís manteniendo todo porque decís: “Esto es lo que me tocó, lo merezco.” ¡No! ¡Buscá lo que querés! ¡Luchá por más!
Tenés que creer en Dios y en vos.

¿Qué crees que te mereces? ¿Cómo querés estar vestida? ¿Qué trabajo y sueldo crees que te corresponde? ¿Qué marido querés lograr? ¿Qué clase de iglesia querés alcanzar? Repetí :

Yo creo esto, y lucharé por lo que quiero.

Pablo dijo en Filipenses: “ Sigo adelante para asir.” Si Jesús te alcanzó es para darte bendición, seguí adelante y capturala toda.

Tenés la capacidad para prosperar porque Dios quiere hacerlo.

Poné expectativa positiva a tu familia que tiene que salir de la destrucción, porque hay una unción que solamente se suelta cuando la familia está unida, en armonía y paz. Tal vez, todavía, no lo hayas experimentado pero ese poder se soltará en todos con los que vivas.

Trabajá por lo que querés tener en la vida.

No declares palabras negativas: “Esta familia se destruirá”, “Esto se va al tacho”, “Mis hijos terminarán drogándose”, “Van a terminar presos”, “Mi pareja va a terminar mal”, “Voy a enloquecer”.

Ponele un “10” a tu familia y expectativa positiva. Para eso:

-Debes tener objetivos claros.
-Ser constante .

El hombre y la mujer de doble ánimo siempre serán inconstantes en todo lo que hagan.
Cuando sabemos que Dios nos guía somos constantes.

Isaías 30:21 Tus oídos, oirán a tus espaldas palabras que digan: “Este es el camino, andad por él”.
Podes estar mareada, no saber para dónde tomar pero, cuando valides a tu familia, el diálogo se abrirá y le pondrás expectativa positiva.
Si decís: “Me merezco algo mejor”, entonces el Espíritu Santo te guiará para que las cosas vayan bien.
Y si no querés que mejore, no escucharás al Espíritu Santo, sólo porque no querés.
Si no querés sanarte, por más que vayas al médico, no te vas a sanar.

-Tener disposición .
Lo que crees que merece tu vida es mucho más grande que lo que tenés.
El Espíritu te guiará: “Hace esto con tus hijos o con tu pareja”, “Orá de esta manera.”
Motivalos a conquistar afuera. Que todas las broncas de afuera no las pongan adentro de la casa y vos asumís las responsabilidades “aguantando” que te digan de todo, insulten, griten, desprecien.

-Tomar autoridad del afuera.
Cuando estamos mal no tomamos autoridad del afuera. Dios hizo un mapa para cada vida, para que no te sientas perdida en ningún área. Debés tener expectativas altas sobre vos y tu familia y tomar todo lo que quieras.
“ Sus pensamientos son más altos que los nuestros”, Dios espera cosas grandes y está comprometido en que avances.
Dios no es deudor de nadie , dice la Biblia, y Mi casa y yo seremos salvos.

Si yo soy salvo y mi casa todavía no, quiere decir que hay una deuda, pero como Dios no es deudor de nadie , entonces ¡ya está!

Prometió que seríamos salvos y debo celebrarlo porque ya está hecho.
Hay algo que pasará en tu casa para que se suelte la unción que aún no se soltó. Cuando la familia se junte, comience a dialogar, se ponga de acuerdo en conquistar afuera, algo se abrirá, los problemas se irán y se soltará un poder familiar, una unción única, que debés experimentar.

¡No bajes los brazos!

La promesa ya está cumplida, ya está hecho.

Dios tiene la unción reservada porque vos querés más.

-Poné expectativa.
Pensá en un objetivo familiar, de conquista para toda la familia.
Por ejemplo:
“Vamos a juntar plata todos para irnos de vacaciones a un lugar”, o “Vamos a estudiar todos un idioma”, o “Vamos a terminar todos las carreras que tenemos pendientes”, o “Vamos a servir al Señor tantas horas por día”, o “Vamos a buscar todos otro trabajo para tener más sueldo y poder comprarnos nuestra casa”.

Un objetivo familiar.

Y cuando todos se pongan de acuerdo descenderá un poder especial y, lo que por tiempo costó un montón porque peleaste sola, traerá la unción porque validaste sus opiniones y pusiste expectativa en tu familia.

Y no pongas excusas de que “No van a querer”o “No lo van a hacer”.

Declará:
“Sí, lo vamos a lograr, estoy determinada en el nombre de Jesús, a que mi familia dé gloria a Dios.”

Debemos aprender a perdonarnos y a pedir perdón.
¡Empecemos!

-Validando a los demás,
-El poder del toque,
-Un abrazo,
-Un reconocimiento.

Un solo acuerdo que logres en tu familia, aunque sea pequeño, soltará el poder de la unción familiar que jamás se da sin acuerdo.

Un solo acuerdo hace que el diálogo se abra y el poder de Dios caiga.

Por Alejandra Stamateas

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Cómo crecer emocionalmente

Juan 18:25

Hay muchas mujeres que están estancadas en sus emociones, que padecen por largos años depresión o tristeza.
La persona que se estanca en una emoción no puede seguir creciendo, está como encarcelada, dominada por la emoción que no le permite pensar positivamente.

Al analizar la vida de Pedro vemos que era un hombre inestable emocionalmente, y por eso permanecía al lado de Jesús, que era un hombre fuerte, a quien todos escuchaban, que para todo tenía una respuesta, que bendecía, hacía milagros. Pero, cuando se encontró con un Jesús que era despreciado, vapuleado, abofeteado, latigado, enjuiciado, todas las fuerzas y coraje de Pedro se fueron a pique, ya que él se sentía fuerte al lado de quien sacaba su fortaleza, y empezó a debilitarse cuando vio que maltrataban a Jesús.

Aunque Pedro siempre fue inestable veremos que, por todo ese proceso, se transformará en un hombre maduro.

Según investigaciones, se sostiene que el ser humano del futuro será muy capaz de dar respuestas lógicas a los problemas pero incapaz de que esas respuestas sean prácticas, le costará mucho superar los desafíos emocionales, lidiar con sus dolores y protegerse emocionalmente, por eso se expondrá, cada vez más, a las enfermedades síquicas o sicosomáticas.
La depresión, los trastornos de ansiedad y las enfermedades sicosomáticas ocupan el primer lugar en este siglo.

Estadísticamente somos más inteligentes, más trabajadores, tenemos más disposición, logramos todo más rápidamente, sin embargo, no podemos responder a nuestras crisis emocionales.
Por encuestas realizadas, se llegó a la conclusión de que las sociedades de hoy se componen por seres humanos que no saben disfrutar de la vida, que no pueden levantarse cada mañana honrando la vida, que no saben valorar el día y agradecer el estar vivos y permanecen encarcelados por las emociones negativas que los oprimen y no les permite valorar lo que está por delante.

Cada día tenemos una nueva oportunidad de hacer lo nuevo, agradezcamos por eso.

Para salir de la cárcel de las emociones, debemos:

Madurar
La madurez requiere de un proceso que no es rápido, debemos aprender a aceptar que el tiempo pasa y transcurrirlo.
A veces no tenemos paciencia con nosotras mismas, queremos ser maduras “ya”, salir de la circunstancia “ya”, y no aceptamos el proceso ni valoramos lo que nos ocurre en él.
Si tuvieras que hacer fuego, ¿qué utilizarías leña o semillas? Lo natural y lógico es usar leña, sin embargo Jesús usó semillas cada vez que quiso hacer fuego en la vida de una persona.

Cuando Jesús quiere lograr algo en tu vida, encenderá la pasión sembrando una semilla en tu mente, con una idea que te transforme y esperará a que crezca, que se haga árbol, que dé más semillas y vuelvan a ser sembradas, ese es el proceso. Luego esas semillas vuelven a dar árboles de los cuales sacamos leña para hacer más fuego.

Para crecer y madurar hay que meterse en el proceso de Dios: semillas de libertad, de independencia, de autoestima, sembradas en la mente, en el espíritu, en el corazón y que empiecen a echar raíces.
Antes de mirar las ramas y las hojas, Dios mira si hay raíces.
Decimos: “No veo crecimiento, ni resultados, ni madurez”, y Dios no mira lo externo, Él siempre sembrará semillas en la mente porque es el más interesado en que maduremos.
Dios ve en qué área estamos flojas y nos dice: “Empezá a trabajar allí.”
Cuando queremos cambios en la mente tenemos que pedir proceso, no milagros, porque hay semillas sembradas.

Por ejemplo: “Quiero cambiar “ya”; que Dios me saque de la depresión de un día para el otro.” Y Dios no hará ese milagro específicamente sino te meterá en el proceso de transformarte de “niña a mujer”, sacar tu mentalidad de nena para llevarte a la de una mujer madura.

¿Cómo es la mente de una mujer niña?

La niña vive jugando en el mundo de la fantasía y cree que está viviendo en un mundo real, es la que siempre quiere tener lo que tiene la otra: “me gustaría tener el pelo de aquella”, “el cuerpo de la otra”, “los dones de la de más allá”, “el marido de tal”.

Son mujeres inseguras que preguntan todo el tiempo: “me querés o no me querés”, “me amás o no me amás”, “¿por qué la pastora eligió a aquella y no a mí?”, “¿por qué la líder le dijo eso a esa discípula y a mí no me lo dijo?”

Son mujeres que no quieren entrar en el proceso de Dios pero, para madurar, será necesario. Se enojan cuando no se les da lo que quieren y se van de la iglesia y viven haciéndole piquetes a Dios, dejan el grupo, no ofrendan, ni adoran, dejan de asistir a los cultos, porque son mujeres infantiles que “juegan a hacer cosas” pero no producen nada, viven echándole la culpa a otros todo el tiempo y ponen excusas: “a mi no me dicen”, “nunca me dan la oportunidad”, “nunca dan lugar a mi proyecto” (y si Dios te lo dio es para que lo hagas vos, no otro).

¿Cómo piensa una mujer adolescente?

La adolescente se mueve por conveniencia, dice: “Yo haré esto pero si me reconocen o aplauden”. Siempre buscan reconocimiento, tratan de ser vistas, como el adolescente que, cuando el padre le pide que le lave el auto, le pide algo a cambio.
Siempre tienen un “sí, pero…” porque su imagen ante los demás es muy importante.

La mujer a la que no le interesa la imagen es la que reconoce que Dios quiere sanarla y hacer algo en su vida, sacarla del lugar donde está para lograr sus sueños; y ya no será una mujer dividida, porque no tiene que mentir ni mostrar una doble fachada.

La mente adolescente siempre muestra una doble fachada “que nadie se entere en la iglesia de…”, “que nadie sepa que…”, “no le digas a nadie cómo vivimos…”, porque tiene la necesidad de mostrar una imagen que no es real; quiere crecer y a la vez estar tomada de lo infantil, un día está bien quiere ser un líder de excelencia y a la semana siguiente desapareció, no es niña ni adulta.

Dios validará la disposición de tu corazón y bendecirá tu vida cuando seas íntegra.

¿Cómo procede una mujer madura mentalmente?

Madurez no es perfección, la perfección es inalcanzable, por eso una mujer madura no es perfecta.
Hay mujeres que dicen: “nunca seré madura… ¡me falta tanto!, tengo muchos problemas”, “no puedo ser líder porque hay que ser perfecta, estar sana y cómo voy ayudar a alguien si estoy re- mal”.

Una mujer madura es :

-La que tiene espíritu enseñable .
Está abierta a crecer, a aprender cada vez más, sabe que le falta mucho por conquistar, que tiene áreas para corregir, que puede ser mejor y que Dios tiene planificada mayores bendiciones.

- La que hace lo que otras no hacen.
En vez de mirar la telenovela busca una experiencia espiritual; la semilla que Dios sembrará en su mente, la hará crecer y madurar, y mientras otra está durmiendo ella estudia para crecer, no tiene una vida mediocre, no se queda a mitad de camino, busca nuevas experiencias en Dios, va hacia lo grande.

Madurez es la habilidad de reconocer nuestra identidad en Dios y ni el éxito, talento o habilidad de otros impedirá alcanzar lo que anhela.

-La que ve el éxito de otra mujer como un anticipo de su propio éxito.
Hay mujeres que dicen “vaya a saber cómo hizo “esa” para lograrlo” y miran para criticar. La mujer madura no critica sino investiga, se transforma en una investigadora de las mujeres de éxito: ¿cómo lograron eso?, ¿cómo logró su posición económica?, ¿cómo hizo para tener éxito en su familia? Mira, no para criticar y rebajar porque se siente insegura sino para aprender, adquirir lo que le sirve y desechar lo que no.

El éxito de la otra está anunciando mi propio éxito, es un modelo y sin importar su carácter.

-La que da a conocer lo que sabe y no se lo guarda.
No dice: “Esto es mío, no te voy a decir cómo lo logré, ni cómo llevar la empresa adelante”, “yo me maté para alcanzarlo así que aprendelo con tu propia experiencia”, la inmadura es la que no quiere dar nada y guarda todo para sí.

La mujer madura enseña cómo lo hizo, ayuda, bendice, acompaña, porque sabe que nadie se lo quitará, todo es dado por Dios, es una semilla que tiene raíces y si alguien se lo quitara volverá a crecer.

En el Salmo 1 dice “ Somos como árboles plantados junto a corrientes de agua ”.
A un árbol que está plantado, igualmente se le mueven las hojas y las ramas para un lado y para el otro con el viento, o sea que las circunstancias podrán moverte para un lado u otro pero las raíces profundas son las que te mantienen plantada en un buen lugar.

-La que entiende lo mejor de sí misma.
Cuando lleguemos a entendernos a nosotras mismas ya no viviremos la vida por encima sino investigaremos qué es lo que nos pasa, por qué no podemos salir de esa situación ni transformar la crisis, por qué siempre volvemos al mismo punto. Al entenderlo liberamos misericordia porque Dios es misericordioso.

Cuando ganamos las batallas hay una autoridad superior que se posa en el área conquistada, y la mujer madura es la que liberó batallas que otra no liberó, por lo tanto posee una nueva autoridad.

Debemos honrar la vida.
Madura es la mujer que ya no se mueve por “lo correcto o lo incorrecto”, “lo bueno o lo malo”, sino quien honra la capacidad de pensar que Dios le dio.

¿Por qué debo hacer lo que me dicen si Dios me dio capacidad para pensar?
Es algo que me corresponde y usaré, que determinaré por mí misma si es bueno o malo, si me conviene o no, si está bien o mal y no porque alguien me lo dijo o lo haya aprendido teóricamente, lo creí y lo practico ciegamente sino porque honro la capacidad que Dios puso en mí de tomar las circunstancias, pensar y decidir. No decido por los demás.

-La que no transforma las cucarachas en dinosaurios .
Es la que no hace de lo pequeño algo grande, no exagera los problemas.
La inmadurez hace que hagamos crecer lo pequeño cuando en realidad tendría que desaparecer; transformá ese problema en nada porque tu Dios es grande y poderoso.

-La que exhala un perfume emocional que atrae a otros.
La mujer madura es la que dice: “tengo que seguir creciendo, hay algo que debo corregir, aprender, tengo la fuerza, la capacidad y sé que Dios me acompaña, no me detendré aunque me cueste y tenga el viento de un lado y de otro, tengo raíces profundas y estoy parada sobre la roca firme que es Cristo, no sobre cualquier lugar. Y aunque me corten las ramas, las hojas y mi imagen se vaya para cualquier lado, por las raíces sé donde estoy parado y tendré la victoria.

-La que sabe que a veces es maestra y otras alumna.
Debemos discernir en qué momento tenemos que dar lo que sabemos y cuando aprender. Hay un tiempo de aprender y de dar a la vez, eso es madurez emocional.

Debemos aceptar y pasar por los procesos de Dios.

Hoy todo es rápido, nos dan un medicamento para que salgamos rápido de la enfermedad, de un día para el otro, y a veces no nos permiten pasar por el proceso.
Dios dice: “ Yo sembré semilla en tu vida, y tomará su tiempo para crecer; unas crecerán más rápido, otras más lentamente pero todas echarán raíces, extenderán sus ramas y darán el mejor fruto”.

Por Alejandra Stamateas

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Orgullo mental

Lucas 4: 38; Juan 5

El orgullo tiene mala prensa, cuando pensamos en alguien orgulloso nos imaginamos a un fanfarrón, narcisista, prepotente, soberbio, que pisotea a los demás, insulta o descalifica.

En esta historia veremos cómo Jesús trata a un hombre paralítico que era orgulloso en su mente. Durante muchos años estuvo tirado con otros enfermos junto a una fuente, esperando. Según la creencia de aquel tiempo, cada tanto se producía una corriente en el interior del agua que la agitaba y por una superstición se creía que un ángel movía las aguas y el enfermo que entrara justo en ese momento quedaría sano. Por eso todos los enfermos esperaban el mover del agua para entrar al estanque porque uno sólo era el que se sanaba.

Jesús se enteró que el paralítico hacía treinta y ocho años que estaba así, se acercó y le preguntó: “¿ Quieres ser sano? ”

¿Por qué Jesús se le acercó a un hombre de tantos años sin caminar y le preguntó si quería ser sano? ¿No es obvia la pregunta?

Porque el paralítico tenía que oír, no sólo lo que Jesús le preguntó sino su respuesta, debía entender que el problema no eran sus piernas inmóviles sino su orgullo mental.
El hombre respondió: “No tengo quién me ponga en el estanque.”

Tenía una creencia orgullosa en su mente rígida, un exceso de confianza en su idea, y cuando Jesús le hizo la pregunta, se la manifestó: “No tengo a nadie que me lleve al estanque para verme libre.”
El problema no era la parálisis física sino una parálisis mental, una creencia que le paralizó la mente, por eso Jesús debía sanar primero la mente y después el cuerpo.

Orgullo en la Biblia es exceso de confianza.

Tener confianza es bueno pero un exceso de confianza en una idea, paraliza.

El exceso de confianza no da margen para mejorar, dice: “Lo que hice está perfecto”. No analiza, “¿Cómo podría hacer para mejorarlo?”
No hablo de la autoexigencia del perfeccionismo sino que una persona sana siempre debe dejar un margen de duda para analizar lo que ha hecho.
Si lo que hace tiene un exceso de confianza, esa persona explica todo, justifica todo, nunca deja margen para analizar: ¿Podría pensar de una manera mejor?
Una persona con exceso de confianza no puede mejorar y sin darse cuenta, se estanca.

Hay tres tipos de excesos de confianza :

1- Hay gente que se cree única en el desierto.
“Si yo no estoy, la iglesia no funciona”, “Si no estoy en video se cae”, “Sin mí el trabajo se hunde”. Se creen los únicos porque tienen exceso de confianza en sí mismo o sea orgullo.

“ Dios resiste al orgulloso ”, dice la Biblia.
Dios se aleja porque viene para cambiarlo pero, como tiene exceso de confianza y no puede sentarse para ver “en qué mejorar”, entonces Dios lo humilla levantando a otra persona que se lleve el premio que el orgulloso cree que le corresponde.
El orgulloso siempre es humillado.

Elías estaba en la cueva y el ángel le preguntó: ¿Qué haces? y él respondió: “Sólo yo he quedado.”
Cuando alguien se siente imprescindible en un área, Dios lo quebranta levantando a más gente que hace mejor las cosas y se lleva el premio

2- Exceso de confianza en su capacidad.
En lo que hace. Podemos decirle: “Esto lo podrías haber hecho de otra manera” y responden: “No, no, porque así estuvo bien.” Todo lo que hacen siempre tiene una explicación y dicen: “Yo soy así”.

Cuando Jesús le dijo: “¿ Quieres ser sano ?” El tenía una creencia rígida y en vez de decirle: “Sí Señor, quiero ser sano”, le declaro la creencia: “Estoy esperando que alguien se compadezca de mí y me meta en el estanque, hace treinta y ocho años que estoy esperando eso.”
La persona que no hace un análisis para mejorar siempre será un mediocre y no se dará cuenta, se va a estancar, creerán que son los mejores hasta que aparezca alguien que tiene más fruto y dirán: ¿Qué pasa?

3-Exceso de confianza en la manera de pensar.
-“Yo pienso así”, “Yo lo veo así”.
-“Sí, pero tu matrimonio se está reventando,
-“No importa, para mí es así y punto.”

Orgullo mental.
El Señor los quebrantará alejándose de ellos para que vean que las creencias no funcionan creyéndose la única Coca Cola del desierto y que hay otros que han hecho las cosas mejor porque se han preguntado cómo mejorar.
Los que siempre están de vuelta en todo son los que nunca fueron a ninguna parte y el orgullo es como el mal aliento se dan cuenta todos menos el que lo tiene.

1- Dios quebrará mi exceso de confianza en mí para ponerlo en Él.
No es lo que creo sino lo que le crea a Él.
Jesús le preguntó si quería ser sano y el hombre tenía que haberle dicho: “Sí Señor, creo en Ti”, la confianza debe estar en lo que el Señor te prometió no en vos.

Podemos poner confianza en nosotros y en los demás pero también dejar un margen para mejorar, para cuestionar, para reconocer los errores, porque hay gente que nunca se equivocan, nunca tienen la culpa de nada, son perfectos siempre.

Cuando ponemos la confianza en el Señor, creemos a lo que nos dijo, sabremos que lo que creemos, pensamos y como interpretamos las cosas se pueden mejorar.

2-“Excesiva confianza en lo que el Señor me prometió.
Jesús le quebró la visión y gritó: “ Levántate, toma tu camilla y anda ” y cuando escuchó esas palabras fue sano y se levantó.
Cuando Jesús le rompe el exceso de confianza a un hombre, dejará de pensar que tiene que ir al estanque, tendrá claridad para ir a los montes y conquistar todo lo que Dios le prometió.
Cuando Dios rompa mi excesiva confianza cambiaré mi recorrido, tendré frutos grandes y haré lo que nunca hice.

El hombre era rígido en su mentalidad y visión y cuando Jesús lo sanó empezó a andar, porque la palabra cargada del poder de Dios lo había sanado.
El estanque era un recuerdo, ya no estaba más en su meta, porque cuando el Señor te sana las metas rígidas que estaban en tu corazón van a desaparecer y te moverás con libertad hacia los lugares que Dios ponga.

“¡Levántate! Toma tu lecho y anda”
Después Jesús desapareció.
El hombre empezó a caminar y se acercó un fariseo (legalista) que le preguntó: ¿Quién te sanó?

“ Uno que me dijo: “Toma tu lecho y anda ” (¡No! Primero dijo: “Levántate”) ¡Desagradecido! En vez de decir “ Dios me ha sanado ”, ni con la camilla en la mano le pudo dar gracias a Dios porque su espíritu seguía paralítico. Y fue al templo y Jesús estaba allí.

Jesús le dio un poco de tiempo para ver si el orgullo mental que mantuvo durante treinta y ocho años desaparecía.
Se encontraron en el templo y Jesús le dijo: “No peques para que no venga algo peor.”

Su pecado era su mente orgullosa. Y Jesús le dijo: “No sigas con esa actitud de orgullo porque si no te va a venir algo peor”. Y cuando lo oyó el hombre no dijo nada, ni se postró a sus pies, por orgullo.
“No sigas pecando, como pecaste durante treinta y ocho años de orgullo” Y el hombre fue a contarles a los fariseos que fue Jesús quien lo había sanado. Ni le dio las gracias.

A los orgullosos Dios los mira de lejos.

La suegra de Pedro estaba enferma, tenía fiebre alta (que era para morirse) y Jesús llegaba de la sinagoga, después de sacar unos demonios.

Ejerceré el poder de mi hablar sobre todo lo que me pasa.

No le preguntó a la mujer si quería ser sana, porque su problema no era el orgullo, ella debía aprender a tomar autoridad sobre su enfermedad.
Reprendió, y le estaba enseñando a caminar en victoria.
Cuando una mujer aprende a pararse sobre una circunstancia y decir: “ Victoria me ha dado Jesucristo, todo lo puedo en El que me fortalece”, cuando sabe que el poder de Dios está en su boca, esa mujer es libre de toda enfermedad.

El problema de las mujeres no es el orgullo, sino que no toman autoridad sobre sus crisis.

Jesús la tomó de la mano.
En la época de Jesús se creía que toda mujer con fiebre estaba bajo el juicio y la culpabilidad de Dios, basado en una interpretación legalista de Deuteronomio, y la mujer se sentía culpable y cuando Jesús la tocó le estaba dando un mensaje a su espíritu. Generalmente tocamos lo que amamos, lo que aceptamos, y Jesús le estaba diciendo: “Yo te acepto.”
El Señor ya puso su mano sobre tu vida, no hay más culpa, ni condenación ni nada más malo de lo que te haya pasado.

La mujer se levantó y le sirvió.

En los dos casos estaban postrados: uno criticó y la otra le sirvió. Esa es la gente que Dios va a usar, la gente agradecida que experimentó el amor del Señor.
“La mujer se levantó y enseguida adoró, le sirvió la mesa”.
Hay gente que fue levantada de la misma muerte, que ha experimentado un milagro y le está sirviendo, esa es la gente que Dios levanta.

No la gente que se hace conocida, porque eso es fama, pero el que reconoce que Dios lo sanó, se paró sobre sus pies y le sirvió, que le reconoce y quiere adorarle, servirle porque es todo en su vida, esa es la gente que Dios ama.

Y cuando el hombre se fue de la sinagoga, Jesús miró a sus discípulos y les dijo: “ Mi Padre trabaja y yo trabajo ” Les estaba diciendo: “No me importa que no vino a dar las gracias, yo seguiré trabajando para mi Padre, seguiré creyendo en Él.”
Hay gente que fue defraudada y tiene que decir lo mismo que Jesús.

No es el tamaño de las cosas en las que Dios te levantó sino el tamaño de tu gratitud.

Jesús le dijo: No peques para que no te venga algo peor . Si por pecar viene algo peor, agradecer y adorar trae algo mejor. El espíritu de agradecimiento por lo que Jesús ha hecho por nosotros es la fuerza que puede tener motivado a un cristiano.

Hay gente que hace mucho tiempo que no da gracias o adoración al Señor con un corazón agradecido, Jesús vino para ver tu actitud.

Por Bernardo Stamateas

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Necesito Fuerzas para seguir adelante

Efesios 3:13-21

A lo largo de nuestras actividades, muchas veces sentimos que nos faltan las fuerzas para seguir.

La principal actividad que cada mujer debería tener es levantarse cada mañana y chequear su nivel de fuerzas, sus energías.

Cada vez más son las mujeres que se levantan desmoronadas, sin ánimo, con depresión, sienten que no durmieron bien durante la noche, que no tienen ganas de nada, ni siquiera sacar el pie para levantarse pero deben hacerlo.

Debemos conectarnos con la

Motivación Interna .

Hemos perdido el fuego interno, la capacidad de motivarnos a nosotras mismas y esperamos que algo de afuera nos haga recuperarlo.

¿Por qué tenemos que recuperar ese fuego interno?

Cuando estamos cansadas, decepcionadas, reaccionamos hacia los demás con enojo porque estamos agotadas.

Las mujeres no nos permitimos conectarnos con la motivación interna.

Hay dos tipos de motivaciones: una interna y otra externa.

La motivación es el empuje, la fuerza para actuar, es alegría, coraje.

Una mujer motivada internamente no ve nada como un problema u obstáculo porque la motivación interior es más fuerte que la externa.

Los dos tipos de motivaciones son necesarias y ninguna de las dos son malas, porque hay momentos en que la necesitamos externamente.

Esa es la tarea de un líder, debe ser motivadora, alentar, dar, orientar, animar; porque si la gente no se ve motivada se va.

Motivación es dar impulso, ayudarle para seguir adelante.

Las mujeres tenemos un problema, intentamos vivir de la motivación externa y, aunque no es malo, el problema es cuando se transforma en dependencia.

No nos enseñaron a ser independientes y necesitábamos que el otro nos diera permiso para actuar.

Buscamos la dependencia de la motivación: “ Si alguien me motiva desde afuera me está autorizando a hacer lo que quiero.”

Hemos confundido la motivación externa con la autorización para hacer algo.

Si alguien nos dice: “ Adelante, vos podés ” creemos que tenemos permiso para hacer lo que hay dentro de nuestro corazón.

Por ejemplo, me doy un permiso interno “aprender a manejar”. En lugar de hacerme preguntas que lleven a mi propia acción, después de tomar la decisión “a medias”, comienzo a preguntar:

1º a toda mi familia “¿qué te parece?”, buscando que me motiven externamente para hacer lo que primero nació adentro.

2º busco quien me acompañará en el desafío: económica, emocionalmente apoyando desde el principio hasta el final, necesito que estén conmigo porque si me apoyan tengo autorización para hacerlo.

3º Busco que el otro me aliente para superar mis temores porque no tengo seguridad de mi motivación interna.

Vamos tanteando todo el tiempo, buscando de los demás porque no desarrollamos la motivación interna.

O de lo contrario buscamos en los extremos: “ A mí me tiene que pasar algo para que lo haga” “Si mi marido se muere voy a aprender a manejar” .

S iempre la motivación de afuera.

Cuando la motivación externa no se da, se produce una frustración que manifestamos con resignación dando explicaciones espirituales a lo que nada tiene que ver con eso (“ Y…No era mi momento”, “Dios no habrá querido que lo haga”, ”No era para mi”, “Vaya a saber de qué me salvé ”)

Estamos aceptando que no recibimos motivación externa y mi motivación interna no vale, no tiene sentido por eso abandono el proyecto.

Aprendé a creer en vos, no esperes la motivación externa.

Si abandonas tu proyecto llega el desánimo por un deseo no satisfecho, una expectativa sin cumplimiento, cansancio, falta de fuerza. El desanimo nos hace cobardes, no hacemos nada esperando ser animadas por otros.

Debemos aprender a reemplazar la motivación externa por la interna.

La motivación interna es la brújula para saber qué es lo que queremos en la vida y por lo que lucharemos.

No es: “ quiero esto, pero pido permiso para ver si los demás quieren que haga lo que yo quiero”.

Es: “quiero saber qué es lo que quiero y me motivo a mí misma para hacerlo”.

Motivación interna es sintonizarte con lo que querés.

Si sentís que hay un cerco motivate para atravesarlo.

Cuando soltás una palabra de fe, tenés que ir detrás de ella y tendrás que hacerlo aunque haya obstáculos, aunque te caigas.

Dedicate, buscala, declará fe hasta el final, hasta conseguir lo declarado.

Aunque se rían y digan que no lo lograrás contalo a todo el mundo, no pierdas la fe.

Dios sigue tus palabras y corre detrás de ellas, dice: “Lo vas a lograr porque me encantan las mujeres de fe.”

Auto motivación es la brújula interior.

Cada vez que quieras lograr algo, en lugar de buscar las voces de afuera que te aprueben, preguntate cinco veces: ¿Por qué lo que deseo es tan importante?”

Escribí las respuestas que surjan y cuando las leas descubrirás el propósito y al saberlo vas para adelante, no es algo inventado ni porque alguien te dijo que tenías que hacerlo.

Seguí, insistí hasta lograrlo y tener el resultado en tu mano.

¡No te detengas hasta verlo hecho!

Luchá por tu propósito, no busques motivación de afuera.

A veces sentimos que algo queremos pero no sabemos qué, por eso debemos preguntar para conectarnos con el propósito.

Conectada con la motivación será más fácil soportar el fracaso, aceptarás los errores y seguirás adelante, pero sin el propósito claro, al primer error, perderás las fuerzas para seguir caminando.

Tal vez el objetivo que tenías se truncó en la mitad, te desanimaste y dijiste: “ no tengo más deseos, empecé bien pero ahora la verdad ya no tengo ganas de nada”

No encontraste el propósito por eso te desanimaste.

La auto motivación es fundamental, es ver lo que ven los demás pero reaccionar de forma diferente, percibir algo distinto.

El fuego interno es auto motivación.

Pablo veía que algunos discípulos se estaban desanimando por la tarea que tenían que hacer, les dijo: “Estoy orando para que el Padre fortalezca su hombre interior, el ser espiritual.”

Fortalecé tu ser espiritual .

El ser espiritual es motivado con fe.

La fe mueve a hacer cosas grandes, imposibles que nadie hizo.

El Señor te da una palabra y corres adelante para alcanzarla, aun en los pequeños detalles. Dios valora tu fe.

Cuando a pesar de las circunstancias externas la motivación viene de adentro, sin estar pendiente de lo que digan los demás, cuando no importa que te llamen loca, que no te den nada para lograrlo y declaras que nadie te va a mover porque tenés una palabra de Dios, así ocurrirá.

Fortalecé tu interior, decí: “Nada me moverá de la palabra y correré tras ella.”

Sé libre de las opiniones y aún del aliento externo. No busques que alienten tu sueño, soltá la fe y alentate vos misma.

El éxito no está en pelear sino en creer, la batalla es del Señor.

Cree a Dios sobre tu vida, sobre la vida de tus hijos, de tu pareja, de tu salud y Dios peleará la batalla.

Cada mañana, cuando te levantes y no tengas fuerzas, auto motivate, declara: “S é que en este día, Dios hará algo glorioso”.

Cambiá tu cobertura espiritual negativa por una cobertura de fe.

Cambia todo los “no”, por sí.

Porque no vinieron de adentro sino de afuera, del mismo espíritu de Dios.

Disfrutá que Dios te ve vencedora y exitosa.

Poné una mano en tu corazón y escucha su latido, es fuego interno.

Dios te hace ver lo que otros no pueden percibir, quiere que despiertes.

“ De oídas te había oído pero ahora mis ojos te ven ”

Peleá por tu milagro.

No esperes la aprobación de nadie, soltá a la mujer fuerte que hay dentro tuyo.

Renová tu fuerzas, tu fe, tu fuerza interior y seguí a pesar de los obstáculos y alcanzarás todo lo que Dios te dijo.

Ve detrás del resultado y tendrás la victoria.

Sos valiosa, única. Dios hará cosas tremendas. Que tu motivación no decaiga, te corresponde mantenerla de continuo. Dios te favorece.


Por Alejandra Stamateas



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Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

Tenes que pensar mas


Lucas 16: 1-8

Este administrador actuó con astucia; si leemos otras versiones, se utiliza la palabra sagacidad, que significa, entre otras cosas, “personas que piensan más”.

Hay personas que piensan más que nosotros, y el mundo no está gobernado por el dinero sino por las ideas. Mucha gente está dedicada a encontrar la manera de que consumamos más, y siempre quieren vendernos algo nuevo. Por eso su tarea es pensar cómo hacer para que gastemos dinero.

El problema es que los hijos de la luz, lamentablemente, no pensamos sino en sobrevivir, tenemos el pensamiento limitado y nuestra vida también ya que somos el producto de nuestro pensamiento. Así como nos vestimos es nuestro pensamiento; según el perfume que usamos indicará nuestra manera de ser.

Dice la Biblia : Así como es el pensamiento en su corazón, es su manera de ser. O sea tal como pensamos, somos.

Las mujeres tenemos el mismo número de células cerebrales que los hombres, la misma capacidad intelectual, pero usamos más espacio del cerebro para las emociones, por eso estamos atentas a nuestras emociones y a las de los demás; nos guiamos por lo que vemos al mirar los rostros: “hoy te veo mal”, “me parece que estas triste”, tratando de ver en la cara del otro una respuesta emocional.

Los hombres, en cambio, utilizan mayor espacio de su cerebro para el impulso sexual, sus pensamientos flotan en el área sexual con más frecuencia que en las mujeres; es decir, las mujeres pensamos en sexo dos o tres veces por día mientras que ellos durante las veinticuatro horas. Tal como es su pensamiento en su corazón (“sexo”), es él.

¡ Pero hay una buena noticia ! El cerebro es una máquina de aprender, y como no hay nada fijado, todos poseemos la capacidad intelectual de cambiar los pensamientos.

¿Por qué a veces nos estancamos en un pensamiento sin poder pensar en otra cosa? ¿Por qué nos detenemos en una idea fija, un pensamiento negativo, en las emociones del otro (“si me miró bien o no”, “si me acepta o no”)? ¿Qué nos impide pensar más?

Muchas veces no pensamos más:

- Por comodidad . ¿Para qué voy a pensar más? Estoy ocupado pensando en mi trabajo, en la iglesia, en el estudio, ¿para qué más?
- Por acostumbramiento . Siempre pensamos lo mismo, hasta se nos hace un surco en el cerebro, porque es más fácil y no pensamos lo nuevo porque estamos acostumbrados.
- Por los miedos . Son el factor más limitante porque cuando pensamos más accedemos al futuro y, como contiene una promesa de bendición, el miedo impide atraparla.

Hay dos tipos de miedos: los ajenos y los propios.

1º Los miedos ajenos.
Son los que nos inculcaron en casa: mamá, la abuelita, la tía, los hermanos mayores, y nos fueron trasmitidos pero eran suyos.

Tal vez un mayor te apagaba la luz cuando eras chica e hizo que temieras a la oscuridad pero es un miedo ajeno.

Quizás tus padres te trasmitieron:
-miedo a la pobreza, “ojo no te metas en ese negocio”, “no vayas a pagar en cuotas”, “llegaremos a ser pobres”.
-miedo a la frustración, “trabajá o estudiá, las dos cosas juntas, no.”
-miedo a que te suceda lo malo, “no llegues tarde”, “cuidado cuando salís de noche”, (como si de día no te pudiera ocurrir lo mismo)
-miedo a los accidentes. Los padres sólo decimos: “Cuidate” pero no les enseñamos a cuidarse por miedo.
-miedo a que te equivoques,
-miedo a que seas un vago o vaga, y te dicen: “si seguís así vas a ser un vago”.

“¿De qué vas a vivir, si estás todo el día tocando la guitarra?”

Antes, una persona triunfaba si era un profesional: médico, odontólogo, etc., pero hoy todo es distinto, podemos triunfar con cualquier cosa porque el mundo está hecho de otra manera.

Triunfar no tiene que ver con lo que hacemos sino con la actitud de triunfador que tenemos dentro.

Para desprendernos de los miedos ajenos debemos deshacer la trenza generacional.

Por un lado están los miedos de mamá, por otro, los miedos de papá, que se van trenzando con los propios miedos, de tal manera que no llegamos a saber claramente cuáles son los miedos que nos pertenecen y cuáles son los familiares.

Hasta no deshacer esa trenza generacional y devolver los miedos prestados, debemos cuestionarnos si el temor es nuestro o de nuestros padres.

¿El miedo a la pobreza, a fracasar, a conocer gente, a crecer económicamente es mío o de mis padres? ¿El miedo a que me pase algo, a caer en depresión, a no progresar, a la frustración tiene que ver con mis propios temores o con lo que aprendí?

¿Y cómo pongo en práctica el deshacer esa trenza?

Debo chequear y reconocer a quién le pertenecen y devolvérselos. Por ejemplo: “Le devuelvo a mi mamá sus miedos porque yo soy una hija de Dios y Jesucristo me prometió que todo me saldría bien, que nunca me abandonaría, que jamás estaría solo y que en Jesús ya tengo la victoria, por lo tanto no hay miedo que me pueda vencer.

¡No te enganches! Llená tu mente de pensamientos firmes y te irá bien, no porque todo lo que hagas bien sino porque Jesucristo te prometió la victoria en todo.

2º- Mis miedos.
El miedo a:
• ser rechazado por mis compañeros del sexo opuesto,
• no ser aceptado en un grupo,
• no ser querido.

Y en vez de pensar un poco más y encontrar la manera de ingresar al grupo, descubrir qué cambiar para ser diferente, te encerrás, aislás, llenás de frustración, de ofensa o ira.

Hablé con una chica que antes iba a otra iglesia y le pregunté por qué dejó de ir, me dijo que no sabía, que nunca se lo había puesto a pensar, que ella cantaba en el coro pero un día no fue más. De repente preguntó: ¿qué hacen en tu iglesia cuando a uno le dan ganas de ir a bailar? O sea, ella nunca pensó más. Tal vez en su mente tenía la idea de que, porque quería ir a bailar, Dios le había cerrado las puertas de la iglesia, y no pudo ir más allá por la creencia de que Dios pensaba así.

Aprendé a pensar más. Hay muchas respuestas para lo que te está pasando y Dios tiene una respuesta especial para cada pregunta que no entendés.

-Miedo al abandono, al rechazo, “Mi pareja me puede dejar”, “me pueden echar”, “se puede ir de mi lado”. Y por ese temor te hiciste celosa, obsesiva, controladora de los demás, porque tu pensamiento está centrado en el abandono, donde quedaste detenido, y no hiciste nada por avanzar.

¿Cómo enfrentamos los miedos?

1º- Con firmeza .
Todos tenemos adentro un Simón y un Pedro, y debemos elegir con quién responder al enfrentar nuestros miedos.

Cuando Jesús conoció a Pedro, éste se llamaba Simón que representaba debilidad, temor, inseguridad. Simón fue quien negó a Jesús. Pero Jesús cambió su nombre, lo llamó Pedro porque le vio una fortaleza especial a Simón, le dijo: “ Te llamarás Pedro, roca, piedra, porque en tu interior hay una fuerza única.”

Cuando Pedro caminó delante de Jesús convirtió a tres mil personas, levantó paralíticos, venció sus miedos.

Sé firme, y ante el temor declará: “Miedo, no te tengo miedo”. Ante la pobreza, la frustración, la tristeza, la soledad, la enfermedad, respondé firmemente: “No tengo miedo.”

2º- Mantenerme enfocado.
Tener en claro qué quiero lograr en la vida y enfocarme en el sueño.

Dios ya habló de tu vida, antes de que nacieras, de todo lo que harías, y nada ni nadie puede frenar, ni quitar, ni llevarse lo que te pertenece porque Dios ya lo decretó.

Hay palabras de bendición y de victoria que Dios te dio, cargás con su bendición por eso debes enfocarte y hallarás la victoria prometida.

Aunque no te des cuenta, cuando un hijo lleno de la bendición de Dios entra a un lugar, por más oscuro que sea, ocurre algo a nivel espiritual porque carga con la bendición de Dios, es luz allí.

Nadie te podrá quitar jamás que ilumines el lugar donde te encuentres, enfocate en lo querés y decidí por el deseo de tu corazón y todo te saldrá bien.

3º –Dar fruto.
Estas hecho para producir y no para ser un parásito.

Muchos adolescentes y jóvenes son parásitos, viven demandando y diciendo “dame, dame, dame”.

Debes cambiar de actitud, dejar de ser demandante y empezar a ser ofertante, porque el que ofrece es el que tiene.

Transformá la mentalidad demandante de adolescente y ofrecé lo que Dios puso en vos, hacete un ofertante.

Producí algo: una idea, un pensamiento, un concepto, una palabra; estas hechos para producir.

La mejor manera de dominar el miedo es siendo productivos y cuando algo te sale bien el miedo se va.

No tenés que vivir como tus padres en una

casa llena de humedad, con las paredes despintadas, con un auto viejo. No tenés que estar en una pareja con peleas constantes como ellos, ni vivir con miedo porque no saben si alcanzará el dinero para pagar las cuentas.

A las mujeres: no tienen que vivir como sus mamás que llegaron a los cincuenta y dejaron de arreglarse porque tienen una depresión profunda, sienten una frustración tremenda porque nunca hicieron lo que quisieron. Y les hablo especialmente a las mujeres que hoy, que tienen diecisiete años, veintidós, veinticinco o treinta y se han transformado en las mamás de sus mamás, porque las ven mal, descuidadas, que no quieren salir de su casa, no quieren estudiar, ni crecer, que se dejaron estar.

No tenés que repetir la historia de tu madre, ¡no sos su mamá!

A los varones: que ven a un padre descuidado, con el pelo grasoso, la barba crecida, que se le asoma la panza, tiene la ropa rota, que habla mal, que dice malas palabras todo el tiempo, que trata mal a tu mamá, ¡no tenés que repetir la historia!

Debes pasar de tener una mentalidad de barrio a una mentalidad de reino; no estas hecho para el barrio sino para el reino de Dios y esa mentalidad es de dominio y autoridad.

¡ Pensá más ! Tal vez tu viejo pensó pero se detuvo, quizás tu mamá pensó en grandes cosas pero se detuvo porque no se atrevió a ir un poquito más profundo.

¡Producí!, aunque sea sólo una idea, tal vez la idea que producís una sola vez luego se multiplique y sea algo grande.

Por ejemplo, el que inventó el micrófono inalámbrico, pensó en uno pero se multiplicó en miles.

¿Saben como se inventaron los panchos? Había un alemán que vivía en Estados Unidos y tenía un restaurante pero estaba empobrecido. Todos iban a comer salchichas alemanas y las vendía con unos guantes muy finitos de algodón porque no tenía dinero para invertir en platos, cubiertos, etc., entonces entregaba la salchicha con el guante y la persona se comía la salchicha y se guardaba el guante. Terminó fundido, ya no tenía más plata para invertir en el guante de algodón, pensó cómo hacer para seguir vendiendo las salchichas en algo más económico que las sostenga y se le ocurrió abrir un pan alemán al medio y colocarla allí. Así nació el pancho, y le puso por nombre “hot dog” porque él tenía dos perros salchichas que andaban por alrededor y la gente solía decir que él hervía a los perros para hacer los panchos.

¡Pensó un poco más! No se frustró ni se detuvo.

Algún día alguien pagará millones por tus ideas creativas, hay alguien que tiene el dinero que pagará tu idea. Por eso transformate en un pensador original, no pienses como todo el mundo, atrevete a pensar un poquito más, pasá una noche más ideando y lo lograrás.

Shakespeare dijo: si estás en Roma no tenés por qué vivir como un romano.

No vivas como los demás.

Alguien pagará por tus ideas, en Dios tenemos los mejores pensamientos y recordá: que el mundo no es gobernado por el dinero sino por las ideas; y si tus ideas son buenas porque tenés mentalidad de reino, dominarás la tierra, te harás multimillonario y llenarás el mundo con ideas del reino.

En la Biblia están las mejores ideas, las más creativas, sólo tenés que incorporarlas a tu pensamiento y te será fácil soltarlas porque Dios ya te dio todo, déjalas fluir.

Cuanto más pienses en la Palabra de Dios más sabio serás.

Hay una idea dentro tuyo por descubrir, tal vez hoy sea una semilla pequeña, o haya crecido un poco más, pero está, no tenés que esperar mucho más para soltarla, Dios ya envió a alguien con mucho dinero para que la pongas por obra.

Pensá en otra dirección, no pienses como un dominado sino con mente de reino que domina, y no temas a nada ni a nadie, enfrentá tus miedos con firmeza porque Dios te lo prometió y lo hará.

Declará: “A mí no me va a ir mal”. Y no es orgullo sino tener firme las convicciones. Estás destinado para el éxito y todo está adentro tuyo.

Embarazate sicológicamente de tus deseos y planificá en tu mente lo que querés lograr, agrandá tu mente y lo verás nacer.

Pensá más, no sigas la corriente porque llegarás más lejos, tenés un Dios poderoso, al Rey de reyes y Señor de señores. Despertá, hay más dentro tuyo, más poder. Tener una idea es poder.

Idea = poder.

Decí: Señor Jesús, yo declaro que soy un pensador original, y que dentro de poco me pagarán por mis ideas, es hecho en el nombre de Cristo Jesús. Amén.

Por Alejandra Stamateas


 
Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

Necesito sentirme amada




Todas necesitamos sentirnos amadas.

¿Cómo te gusta que te demuestren el amor? ¿Con dinero, con flores, con un viaje, con regalos, con ropa, con un coche?
Analizaremos cómo hacer para sentirse amada verdaderamente.

El síndrome de Romeo y Julieta
A muchas mujeres nos gustaría que nuestro amado fuera como Romeo y muriera de amor o hiciera cualquier cosa por demostrarlo por la eternidad. Y no es que ellos no nos amen sino que tienen maneras distintas de expresarlo y no tiene que ver con la capacidad de amar.

Las mujeres creamos fascinación en los hombres.
Cuando Dios creó a Eva, que fue sacada de Adán, dice la Biblia que él “exclamó” porque la mujer provoca fascinación.
Actualmente nos enfrentamos a un problema, el hombre dejó de expresar la admiración de Adán, porque la cultura le hizo creer que si expresaba sus sentimientos o amor con palabras dulces, sería considerado un débil, por eso ellos no lo practican. “Si le dije que la amaba cuando nos casamos, ¿para qué repetir lo que ya está sabido?”

Tres actitudes frente al amor (no solo de pareja)

1º- Acercarnos a lo amado.
2º- Acercar lo amado a nosotros.
3º- Mejorarlo.

Acercarse a una mujer es lo más sencillo para el hombre pero lo que más le cuesta es mejorarlo.

Por ejemplo, si la mujer le sugiere hacer terapia de pareja es lo que menos él quiere porque no le gusta revolver el pasado, ni concurrir una o dos veces por semana al terapeuta, porque no le interesa mejorar.
En cambio las mujeres que pasaron crisis matrimoniales buscaron todos los métodos para cambiar la situación, porque no nos cuesta buscar pero sí acercar al amado.

Las mujeres poseemos un amor exigente y lamentablemente se transforma en demandante.
Por ejemplo, si tu marido se convirtió al Señor, mejoró la pareja pero como sos exigente y no sabés acercarlo, demandás: “Vos decís que sos cristiano, dejá el cigarrillo.”
Lograste que trajera un regalo y al recibirlo decís: “¿Esto me regalaste? ¿Cuánto gastaste? Justo ahora que necesitábamos pagar la luz, el alquiler, etc.”

Las mujeres sabemos mejorar pero no acercar, y siendo estrictas creamos paredes que limitan la expresión del amor.
Cuando conocimos a nuestra pareja tuvimos la sensación de que era más dulce y cariñosa pero las circunstancias difíciles atravesadas levantaron paredes, quizás infidelidades, momentos no superados. Y a tu pareja le pasó lo mismo por eso es menos romántico, lo que te decía antes ya no lo dice, es más frío y se creó una distancia donde se instaló un personaje: el temor.

Todo lo que hagas por temor, produce culpa y por ende esperas un castigo. El que teme espera un castigo.
1 Juan 4:18 “ en el amor no hay temor sino que el amor perfecto hecha fuera el temor .

El que teme y espera castigo es porque su amor no fue perfeccionado.
Amamos a Dios porque El nos amó primero, y si alguien afirma que ama a Dios pero odia a su hermano es un mentiroso, porque si no ama al que ha visto como amará al que no vio.
“El que ama a Dios ame también a su hermano”, es el mandamiento que Jesús nos dejó.

Amor y temor son como el agua y el aceite, no pueden ir juntos. Si crees que amas y tenés temor de que la relación vaya mal, de que se vaya con otra mujer, que te abandone, ese amor debe ser mejorado, perfeccionado.

El amor es un anticuerpo que destruye el temor y no se va solo, debes echarlo. La vida de una pareja es un proceso, no es que se congela en un momento porque hay cosas que no se han vivido.
Por ejemplo, quien no ha pasado por el estado de la menopausia no conoce las modificaciones que trae. El marido que “cree conocer todo de su esposa” aún no atravesó esos momentos. Cada etapa no es estática, hay que aprender porque el amor es un proceso.

¿Cómo perfecciono el amor en mi pareja, con Dios, con mis hijos y sin temor?

Debo mezclar el amor con la fe.
El amor debe transformarse en una experiencia espiritual, Dios es amor y con Él tiene que ver todo, una iniciativa propia.
Tal vez pasaron momentos difíciles, te golpeaste la cabeza y sentiste que nada dio resultado y esperas que el otro haga algo, pero el amor es iniciativa propia .

Es lo que Dios enseñó enviando a Jesucristo, Él tuvo la iniciativa de soltar su amor para con nosotros. El amor debe ser una experiencia espiritual, vivir el amor con fe y como una experiencia propia.

Iniciativa propia y experiencia espiritual.

¡Voy a amar porque quiero hacerlo!
Las mujeres que sienten que con el paso del tiempo se endurecieron, es porque no hicieron del amor una iniciativa y están esperando que otro les de lo que está dentro suyo.

El amor está dentro mío y debo soltarlo.
¿Pensaste en bendecir, llamar o abrazar a alguien? ¿Pensaste en dar una buena propina al que te atendió bien? ¿Pensaste en alguien a quien predicarle del amor de Jesucristo, que se salve y comparta la eternidad para siempre con vos?

Eso es parte del amor, una iniciativa propia.

El amor debe ser una experiencia espiritual, transformarse en iniciativa propia, porque, al que tiene se le dará y al que más da, más amor se le añadirá.
Nos falta demostrar el amor. Queremos estar aislados, solos, porque tenemos miedo que las personas nos roben o maltraten, y es una oportunidad para mostrar el amor de Dios. La gente necesita amor, creemos una experiencia espiritual y al soltar amor, soltaremos poder.

Amor= Poder.

El amor es energía, poder, por eso es tan fuerte, es como una electricidad, una descarga de energía. Cuando amamos soltamos poder sobre la vida del otro y es tan fuerte que cubre a ambos. ¡Soltá amor!

Pensar en otro resuelve tus problemas, soltar amor resuelve tus propios conflictos.

El amor sirve para todo.
¿Sentís que estas endurecida por el tiempo, insensible? ¿Sufrís porque nadie te ama? ¿Parece que das y das sin recibir nada a cambio? Debes saber que, cuando soltás amor, estás soltando un poder que vuelve a tu vida, se reproduce y provoca un efecto continuo.

Lucas habla la historia del hijo pródigo, que un día se fue lejos porque no podía valorar el amor de su padre, no lo tenía en cuenta; pero había otro hijo que estaba al lado del padre y tampoco podía disfrutar de su amor.

¡Que triste no poder disfrutar del amor! ¡Qué triste no poder disfrutar del amor de los hijos! ¡Qué triste tener una pareja y no poder disfrutarla! ¡Qué triste tener amigos, una familia y no poder disfrutarlo porque el temor, la desconfianza, el miedo se metió en el medio!

Ese amor debe ser perfeccionado para que el temor salga, porque en el amor verdadero no hay temor. Eso es lo que Dios te quiere enseñar.
Mientras haya una relación en tu vida donde hay miedo (a perder el trabajo, a que no te quieran, a que te abandonen, a que te lastimen) ese amor no es perfeccionado, no está mezclado con fe por eso no tendrás la iniciativa de amar, soltar su poder y disfrutar.

El hijo no podía disfrutar del amor del padre. Aunque tenía la posibilidad de entrar a la casa y administrar sus riquezas, iba a trabajar al campo; un hijo que era dueño de toda la tierra y de la casa, que podía hacer las tareas administrativas, se iba a trabajar al campo como un peón, en vez de ocupar el lugar de hijo era como un esclavo, porque no podía disfrutar del amor de su Padre.

Así es el miedo. Mientras no aprendas a disfrutar del amor de Dios, trabajarás como la esclava de todo el mundo sin poder disfrutar todo lo que es tuyo.

Cuando regresó su hermano reclamó: “Por qué, aquel que gastó todo con rameras.” ¿Y quién le había dicho eso? Nadie, sólo lo imaginó porque quizás era lo que él tenia ganas hacer.

¡Cuidado! Cada vez que hables mal de otro, quizás estés poniendo en él lo que vos querrías hacer o te gustaría.

Y cuando llegó ante su padre, éste le dijo: “ Hijito, todas mis cosas son tuyas, podés disfrutar de lo que quieras.” El hijo no pudo disfrutar del amor de su padre porque no conocía sus códigos de amor, no sabía cómo lo expresaba.

Muchas veces sufrimos como este hijo, no sabemos descifrar el código de Dios cuando dice “Yo te amo y todo lo que tengo es tuyo”.

¡Aprendé a disfrutar el código del amor de Dios que está en vos!

Dios te ama y suelta su poder para que disfrutes de todo porque te pertenece, dice: “Todo es tuyo, no trabajes como una esclava, no seas una sirvienta de los demás porque sos única, mi hija, y ese el código “ mis hijos viven como reyes .”

¿Estas viviendo como una reina o como un peón del campo porque no sabes disfrutar del amor de Dios?
Debe llegar un momento en el nivel de amor de Dios que no debe contener ni una gota de temor, en donde en el instante que vayas a cometer un pecado puedas acercarte y hablarle a Dios del pecado, no ir a esconderte y perder muchos años por miedo a que Dios pueda estar enojado y te castigue. No debe haber ni la más mínima cuota de temor porque el verdadero amor hecha fuera el temor.

“¿Cómo podemos amar a Dios que no vemos si odiamos a nuestro hermano que vemos?”, dice la Biblia.

Todos decimos que amamos como nos sale, no es fácil decir te amo porque tenemos que comprender el código de nuestros maridos, de los hijos, porque cada uno lo expresa diferente. Este pasaje no dice amá a tu hermano primero y luego a Dios, sino empezá a descifrar el código de Dios porque el perfecto amor echa fuera el temor .

¿De qué manera Dios te demostró el amor? ¿De qué manera te dijo “Todo es tuyo, estas bendecido por siempre y para siempre, nada te faltará porque te daré todo conforme a las riquezas que tengo en mi gloria”?

Si te acercas a Dios con amor y sin temor, ese amor de tu interior lo podrás mostrar a otro. Por eso muchas mujeres pudieron perdonar traiciones muy grandes porque les salió el amor de adentro. Cuando experimentas el amor y soltás poder, ya no hay miedo y nada más les puede pasar.

Si Dios me dio todo, soy su hija, El me llamó para administrar su casa, sus cosas, y mostrar el poder y la energía de amor y esa misma energía cuando la suelte vendrá sobre mi.

Hubo dos hermanas gemelas, que al nacer las colocaron a cada una en una incubadora. Una estaba más fuerte pero la otra casi a punto de morir. Una enfermera, a pesar de lo que decían los médicos, violó la ley del hospital y tomó a la niñita vigorosa y las puso juntas. La hermanita más fuerte y sana inmediatamente puso su bracito alrededor del cuello de su hermana y en ese instante los latidos y pulsaciones de la bebita debilitada comenzaron a normalizarse, el calor empezó a entrar a su cuerpo y se salvó, por el poder del amor.

¿Cómo sabía la bebita que tenía que colocar su bracito sobre el cuello de la hermana? Es que estaba cargada del amor de Dios.

Hemos nacidos llenos del poder del amor de Dios, por eso un abrazo nuestro no es cualquier abrazo, un beso tampoco lo es, y cuando nos animamos a soltarlo, ese poder transforma las vidas.

Tomá la iniciativa y mostrá el amor de Dios, la gente está necesitando ser amada y recibir una descarga de energía a través tuyo.

Dios te dice: Sacá el puro amor que tenés adentro, estas llenas del amor de Dios y te volviste dura porque las experiencias te maltrataron, vivís poniendo límites a todo el mundo, estás cansada que te paguen mal. No sueltes el amor humano sino el amor de Dios y no será para poner una carita sino para sanarte.

Por Alejandra Stamateas


 
Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

Un gusto volver a saludarla hermana!!!

Espero no le moleste, pero desearía saber y puedo copiar algunos de su escritos, para compartir con personas que me parece les sería de gran ayuda espiritual...

Gracias por sus aportaciones tan valiosas!

Un saludo en Cristo!!!


Dios la bendiga abundantemente!!!

:101010:
 
Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

Un gusto volver a saludarla hermana!!!

Espero no le moleste, pero desearía saber y puedo copiar algunos de su escritos, para compartir con personas que me parece les sería de gran ayuda espiritual...

Gracias por sus aportaciones tan valiosas!

Un saludo en Cristo!!!


Dios la bendiga abundantemente!!!

:101010:

Bendiciones Luzy, claro que puedes copiar y enviar a todos los que desees bendecir.
Al pié de cada tema está el nombre del autor .
Lo único que te pido es que lo cites.
Dios te bendice.
 
Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

Bendiciones Luzy, claro que puedes copiar y enviar a todos los que desees bendecir.
Al pié de cada tema está el nombre del autor .
Lo único que te pido es que lo cites.
Dios te bendice.

Gracias! Claro que sí... los escritos se copiaran incluyendo a los autores.

Nuevamente que Dios la bendiga!


:chirup_me
 
Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

Mis miedos me superan y paralizan


Marcos 14: 32

Todos hemos experimentado, en algún momento de nuestra vida, el miedo hasta el punto de sentirnos morir. Todos nacimos con miedo, unos con miedo a las alturas, a viajar en avión, a la oscuridad. Algunos miedos tal vez los aprendimos en la infancia, porque nuestra mamá o papá eran miedosos y los trasmitieron, e incorporamos sus temores que, aún siendo grandes, nos cuestionamos. Por ejemplo el miedo a quedarse sin dinero, a la locura…

Hay miedos que son:

- Normales y, por ellos, nos cuidamos. Por ejemplo, si una persona fue asaltada, quedará con un temor normal, entonces se cuidará más de lo acostumbrado, estará atenta, mirando para todos lados, para que no vuelva a repetirse.
- Tóxicos , porque son esos miedos que paralizan o enferman. Si un miedo dura más de un año, es un miedo tóxico.

Hay mujeres que tienen mucha creatividad pero como el miedo las paraliza nunca hacen nada.

Si sos capaz de superar tus miedos, descubrirás la creatividad que hay en tu interior.

El miedo no te permite hacer planes a largo plazo, por eso siempre hacés planes cortos y querés “todo rápido.” El miedo envejece a la persona que lo padece más aceleradamente.

La creatividad y los pensamientos están en nuestro cerebro. El cerebro tiene neuronas que están conectadas entre sí y, cuando tenemos miedo, esas conexiones neuronales se apagan, y, por este fenómeno, se envejece. Por eso, ¡debes superar tus miedos!

Hay miedos que son básicos: a fracasar, al rechazo, a que no te llamen, a que no te busquen, a que no te quieran, a no subsistir, a no llegar a fin de mes, a no ir de vacaciones, a perder el poder, a quedarte sin trabajo, a que te saquen el puesto, a que no te escuchen. Pero debés saber que, todas las mujeres, en nuestro interior, tenemos:

Una mujer heroica y una mujer anti-heroica.

Todas tenemos una heroína adentro y también una mujer miedosa; por eso, a veces actuamos como heroínas y otras con miedo.
Hay situaciones en las que actuamos como muy cobardes, muy miedosas, y, muchas veces, hasta no actuamos, por temor. Por ejemplo, seguís pasando por situaciones conflictivas por miedo a separarte o a vivir sola.

Otro miedo, puede ser a cambiar de iglesia, porque no sabes qué te puede pasar, si Dios se va a enojar con vos. Pero debés saber que Dios no se va a enojar, Él quiere que crezcas espiritualmente, que tengas Su poder sobre tu vida y empieces a ver los milagros. En algún momento de nuestra vida, todas las mujeres somos heroicas y, a pesar de tener miedo, reaccionamos valientemente.
Tu vida no puede estar vacía. Debés tener una vida rica, porque Dios la creó para que tenga un sentido espiritual y ser bendecida en todas las áreas. Aprovechá todas las oportunidades de oro para capturar las bendiciones de Dios.

Cuando se trata de defender a un hijo, somos heroínas; una madre hasta puede llegar a matar con tal de defender a su hijo.
Analizá. Recordá cuántas veces estuviste en situaciones, en lugares difíciles para conseguir algo, y ahora pensás “ni loca vuelvo a hacerlo.” Tuviste valor en esas oportunidades, es decir que estás capacitada para superar cualquier miedo. No tengas miedo al miedo, porque todo lo podés superar en el nombre de Jesús.

Las fuerzas para enfrentar los miedos, las sacamos de la motivación.

Debemos anclarnos en la motivación, no darle lugar al miedo, minimizarlo.

Una mujer que no se motiva, nunca podrá arriesgarse.

Si te atrevés a motivarte, te atreverás a arriesgar. Jesús estaba tremendamente angustiado en Getsemaní, tenía miedo y tristeza, pero Él aceleró el proceso.

Cuando tengas miedo, acelerá el proceso para pasarlo rápido.

No te instales en tus miedos. El miedo es más grande adentro que afuera. Cuando el miedo se instala en tu vida, comienza a dar vueltas en tu interior, se hace un gigante, y te maneja. Por eso, acelerá el proceso.
Jesús le dijo a Judas: “ lo que tienes que hacer, hazlo.” Porque las agonías hay que pasarlas rápido.

Cuando estás embarazada, por ejemplo, a punto de dar a luz, llega un momento en que ya no podés respirar, tenés contracciones y querés que nazca rápido, ¡que sea ya!

¿Cuántos hace que estás dando vuelta en ese miedo? ¿El miedo a tener pareja o a vivir sola; a ponerte un negocio o una empresa? Pasaron los años y el miedo parece un gigante, porque se adentró en vos y comenzó a dominarte; pero sacá tus fuerzas y declará: “miedo, tenés que pasar”; así saldrá la mujer heroica de tu interior y enfrentarás cualquier situación.

¡Cortá con esa agonía! ¡Motivate!

La contra cara del miedo que hoy tenés, es la motivación.

Si no atravesaste la dificultad, es porque no estabas motivada para hacerlo. La motivación debe ser tu compañero para atravesar cualquier miedo.

Jesús fue motivado por una recompensa grande: “nosotros”. Somos la motivación del Señor. Él fue a la cruz porque se motivó al vernos, y dijo: “Vale la pena.”
Jesús nos da las fuerzas para seguir adelante. Sos la motivación de Jesús, no te cuelgues del brazo de un hombre, colgate de Jesús, que Él sea tu motivación.

Hay mujeres que dicen: “Si tuviera un hombre no tendría miedo, porque él cuidaría de mí”, si ese es tu pensamiento, mejor buscate un guardaespaldas (quizás te buscás un “pobre hombre” que tiene más miedos que vos), los hombres no son invencibles. Que tu seguridad sólo sea Cristo.

No esperes que te motiven de afuera, motivate interiormente, y si atravesás una situación difícil, arriesgate en el nombre de Jesús.

Invertí en otro, mientras te ocupás de otra persona, alguien se ocupará de vos.

Hay mujeres que tienen miedo a enfermarse y se obsesionan con cualquier enfermedad; si querés tener salud, ponete metas todos los días.

Una mujer con metas no tiene tiempo para pensar en enfermedades, porque su tiempo lo ocupará en pensar cómo cumplir su meta para alcanzar el sueño que Dios le dio. Y si la enfermedad llegara a su vida, la pasará rápido, porque aún tiene mucho por conquistar.

Mientras le predicás a alguien, otros le predicarán a los tuyos.

Nunca menosprecies las pequeñas motivaciones . Motivate cada día al levantarte.

Cuando escuchás la Palabra de Dios, crecés y también crece la motivación, porque la Palabra cae y quebranta, en el nombre de Jesús, el círculo negativo que hay en tu vida.

Sólo la palabra de Dios te llena de fe para seguir adelante.

Creé en las palabras que salen de tu boca; creé en vos, porque Dios es fiel y estás hecha para producir. Y si estás pasando por tristeza o por angustia, motivate, ya sea con algo grande o pequeño.

El único poder que tiene el miedo, es que te concentres en él.

Cuando te concentrás en “me voy a quedar sola”, “nunca tendré una vida feliz y alegre”, el miedo crece, te domina, paraliza, vacía tu futuro y te envejece. Pero si te concentrás en la motivación, en lo bueno, que Dios está haciendo algo aunque no lo veas, a pesar de que tus problemas sean grandes, podrás atravesarlo.

Debés concentrarte en el mover de Dios, está haciendo un camino nuevo, actuando de na manera distinta a la que conocés, por eso no lo ves, porque no lo conoces.

Concentrate en el mover de Dios, en la mujer fortalecida que saldrá de esta situación, y atravesá tus miedos con esa motivación.

A veces aparecerá una resistencia con el objetivo de que des un paso atrás, pero las mujeres no estamos para dar pasos atrás, sino caminar siempre hacia delante. El problema presenta resistencia para que te hagas más fuerte y, en un momento, no tendrá más importancia.

Mujer: “No importa cuántas guerras se levanten en tu vida, Dios siempre te dará la salida, no te va a dejar en medio de la crisis, vas a salir porque Dios pelea la batalla por vos.

No es que te parecerá todo fácil, pero Dios te va a mandar gente para que te motive.

La motivación te bendice, te prospera, te levanta. Frente al peor miedo se soltará un recurso sobrenatural.

En el cielo hay carros de fuego que avanzan a gran velocidad, van a llegar en el segundo de tu miedo para cuidarte. Dios sabe que tenés miedo. Dios sabe que te paralizó por años. Dios sabe que muchas cosas no haces por miedo, pero los carros de fuego vendrán para ayudarte y llevarte a la bendición, para que sigas adelante y saques la creatividad de tu interior, porque quiere que la muestres al mundo.

Detectá si tu miedo es común o está oculto dentro de tu mente. ¿Miedo a qué tenés? ¿A una enfermedad, a no avanzar, a quedar sola, a la pobreza, a no tener dinero, u otros miedos más complicados? ¿Miedo a que Dios te castigue, a que no te responda, a que no cumpla Su palabra, a perder todo lo que lograste hasta ahora? Y por ese miedo, ¿ te estás atando al dolor, a la rutina y no podes soltarte? Necesitás creerte a vos misma. Elegí algo para valorarte. La vida es tuya, es Gloriosa y Dios te la dio. Con esos años que tenés, con tu experiencia, con lo que te rodea, motivate desde adentro. Usá la fe de que todo saldrá bien , que en algún momento todo debe ponerse en orden, que todo tiene que ser distinto y va a cambiar, que estará a tu favor porque es la promesa de Dios.

Que nadie arranque de tu espíritu la motivación. Declará, bendecíte.

Dios no te dejará en esa situación, te sacará con sus carros de fuego y te elevará alto, en medio del dolor, de la angustia, y te llevará a lugares preciosos. Dios tiene un lugar grande, una fuente para darte de beber. Defendé tu motivación, arriesgate con la sabiduría de Dios y todo lo que hagas te saldrá bien .

El cielo está a tu favor, esa debe ser tu motivación.

Por Alejandra Stamateas


 
Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

¡¡COMO ORAR EN LA TORMENTA.


Me di cuenta de que tenía mucho en común con el rey Josafat y la nación de Judá. Ellos, también, se encontraban en la ruta de la tormenta. La respuesta de Dios a la desesperada oración de Josafat fue misericordiosa y poderosa. Al observar los momentos angustiosos a través de los lentes del ejemplo del rey, empecé a descubrir algunos principios de oración para las tormentas que se avecinan



Alcanzar a Dios en los tiempos turbulentos



¿Qué haría usted si de repente se encontrará en la ruta de un tornado?



Pues bien yo lo descubrí el 29 de junio de 1998, mientras me refugiaba en la oscuridad del sótano y nuestra casa era sacudida por la fuerza del viento que dejaba su huella. En tan solo unos minutos, el color del cielo cambió de un sereno celeste a un gris oscuro. La lluvia, azotada por vientos de hasta 160 kilómetros por hora, bombardeaba de hojas hechas trizas los lados de nuestra casa y las empujaba por una ventana abierta. Los vidrios rotos salían volando a través de mi oficina a medida que el marco de la ventana era arrancado. Los árboles salían volando a cuatro metros del suelo o eran arrancados de raíz. El remolque de mi vecino yacía con las llantas hacia arriba en el patio de otro vecino. Las tejas de los techos volaban como si fueran platillos voladores.



Conforme los truenos y los rayos se intensificaban, la electricidad dejó de funcionar, y toda la casa empezó a temblar. Las sirenas empezaron a sonar. Me dirigí al sótano y una escena de la película Twister [Tornado] me pasó por la mente —la escena en la que un hombre es «arrancado» de un refugio de tormentas y succionado por la boca del monstruoso viento.



¿Qué hace uno si su casa es arrasada por una tormenta, si estuviera a punto de morir? Ora. Y no una de esas oraciones ordenadas que aparecen en los libros de devocionales. Oraría desesperadamente y le rogaría a Dios que lo salvara a usted y a su familia. Le suplicaría que preservara su hogar y detuviera la fuerza de la tormenta. Clamaría: «¡Ten misericordia de mí! ¡Ten misericordia!»



Cuando las tormentas acechan



Las tormentas aparecen en nuestra vida de muchas maneras: el diagnóstico desalentador de un doctor, un desastre financiero, un camino resbaladizo en una calle oscura, una trágica elección de un adolescente. Las tormentas nos ponen de rodillas, encogidos en el oscuro sótano de nuestros miedos. Y por eso oramos.



Cuando el tornado empezó, estaba estudiando 2 Crónicas 20. Ahora las páginas de mi Biblia están permanentemente arrugadas debido a la lluvia intensa que azotó mi oficina ese día. Me di cuenta de que tenía mucho en común con el rey Josafat y la nación de Judá. Ellos, también, se encontraban en la ruta de la tormenta.



Una alianza amenazadora de los enemigos de Judá marchaban inexorablemente hacia Jerusalén, determinados a destruir la nación. El aviso llegó a Josafat: «Viene contra ti una gran multitud de más allá del mar, de Aram» (v. 2). La multitud enemiga ya estaba al oeste del Jordán ¡a tan solo sesenta kilómetros de Jerusalén!



Curiosamente, Josafat no consultó a sus generales. Él sabía que Judá no poseía una defensa militar para luchar contra tal enemigo. No, «Josafat… se dispuso a buscar al Señor, y proclamó ayuno en todo Judá» (v. 3).



La respuesta de Dios a la desesperada oración de Josafat fue misericordiosa y poderosa. Al observar los momentos angustiosos por medio de los lentes del ejemplo del rey, empecé a descubrir algunos principios de oración para las tormentas que se avecinan.



Medir la tormenta por el carácter y las promesas de Dios



Josafat reunió a su pueblo en un solemne reconocimiento del peligro de la nación. Pero luego los guió a enfocarse en el Dios Todopoderoso, y a clamar su poder y promesas.



Primero se concentró en los atributos de Dios: «Oh Señor, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos? ¿Y no gobiernas tú sobre todos los reinos de las naciones? En tu mano hay poder y fortaleza y no hay quien pueda resistirte.» (2 Cr 20.6)



Cuando determinamos la furia de la tormenta por el poder del Dios Poderoso, ¡la tormenta absolutamente se achica!



Después, Josafat le recordó a Dios Sus promesas para con su pueblo.



«¿No fuiste tú, oh Dios nuestro el que echaste a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel , y la diste para siempre a la descendencia de tu amigo Abraham? Y han habitado en ella, y allí te han edificado un santuario a tu nombre, diciendo: "Si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás."» vv. 7–9.



Josafat hizo eco de las palabras del rey Salomón, quien oró para dedicar el tempo un siglo antes. La noche después de la ceremonia, el Señor se le apareció a Salomón he hizo una promesa que Su pueblo ha esta clamando desde entonces. Dicha oración seguramente estuvo en el corazón de Josafat en medio de la tormenta:



«Y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.» 2 Crónicas 7.14



Centrar nuestros pensamientos y emociones en las Escrituras nos ayudará a orar a través de la tormenta. Por años, he impreso tarjetas de 10x15 centímetros con pasajes acerca de la sabiduría, soberanía, misericordia, fidelidad y bondad de Dios. Su Palabra, guardada en mi corazón, me ayuda a enfrentar las tormentas con seguridad.



Nuestro hijo Zacarías se unió al ejército (justo antes del tornado) para financiar su educación universitaria. En esa época, el mundo parecía estar en paz. Pero pocos meses después, el ejército estadounidense se ha involucrado en una crisis tras otra.



En momentos en que me abrumo por mi hijo. A menudo el Señor trae a mi memoria el Salmo 91, un cántico sobre la protección de Dios. Las palabras familiares tranquilizan mi corazón: «El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente…Pues dará órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos.» (vv. 91.1, 11).



Luego puedo orar usando ese salmo, lo personalizo para Zacarías, y una vez más le confió mi hijo a mi Padre celestial y fiel.



Demuestre dependencia completa en Dios



La reunión de Judá fue un testimonio elocuente sobre su dependencia en el Señor. Familias enteras se reunieron, incluso niños, para orar y ayunar (v. 13). Ellos sabían que Dios era su única esperanza. Si Él no intervenía, los destruirían.



Josafat terminó su oración con esta humilde declaración: «No tenemos fuerza alguna delante de esta gran multitud que viene contra nosotros, y no sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos hacia ti.» (v. 12)



La tormenta nos fuerza a esta posición de dependencia, a confesar que no hay nada más que nos pueda salvar —ni nuestras posiciones o conexiones, ni nuestra personalidad o educación. Ni siquiera nuestra religión o suerte. Es bueno que permitamos que Dios sepa que sabemos que Él es nuestra primera, última y única opción.



Si bien es cierto que podemos orar en cualquier posición, nuestra postura puede reflejar la actitud de nuestros corazones. Algunas veces siento la necesidad de orar postrado sobre mi rostro. Otras veces oro con mis manos levantadas hacia el cielo. De igual forma, cuando decidimos no comer o dormir por un tiempo, nos estamos recordando —a nosotros mismos y a Dios— que contamos con Él y tan solo en Él.



La oración colectiva, el ayuno, y la confesión nos permite decir, mientras la tormenta azota a nuestro alrededor, que nuestra esperanza está en Ti. Solamente en Ti.



Espere a que Dios se comunique



Cuando Josafat terminó su oración, no había más que decir. Mientras el enemigo se acercaba, «todo Judá estaba de pie delante del Señor, con sus niños, sus mujeres y sus hijos» (v. 13). Ellos simplemente esperaron. Y Dios habló a través de un hombre llamado Jahaziel (v. 14). El comunicado de Dios calzaba perfectamente con su situación. Ellos estaban atemorizados así que Dios los reconfortó.



«No temáis ni os acobardéis delante de esta gran multitud, porque la batalla no es vuestra sino del Señor… salid mañana al encuentro de ellos porque el Señor está con vosotros» v. 15, 17.



Ellos no sabían qué hacer, así que Él les dio instrucciones explícitas.



«Descended mañana contra ellos. He aquí ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis en el extremo del valle, frente al desierto de Jeruel. No necesitáis pelear en esta batalla; apostaos y estad quietos, y ved la salvación del Señor con vosotros, oh Judá y Jerusalén.» vv. 16–17



No se supone que la oración sea un monólogo. Aprender a practicar «la oración que escucha» ha transformado la vida de muchos de los hijos de Dios y los ha preparado para las tormentas que se ven en el horizonte.



Entonces, ¿cómo habla Dios? Bueno, ciertamente a través de su Palabra. Él puede comunicarse a través del consejo de un amigo o a través de las circunstancias. Algunas veces incluso habla a través de nuestros sueños o nos hace recordar algo. Por años he dependido de retiros de oraciones semi anuales para alejarme por uno o dos días para orar y escuchar.



La noche después del tornado, el Señor se comunicó con mi esposa, Dionne. Si bien estábamos agradecidos de que Dios había preservado nuestras vidas y nuestro hogar, seguíamos sintiéndonos desanimados. Habíamos intentado vender nuestra casa por meses, y un desastre tras otro lo habían impedido.



Debido a las secuelas de la tormenta, nuestra propiedad parecía como si la hubieran bombardeado. Una docena de nuestros enormes árboles habían sido destruidos, los que quedaban estaban esparcidos por todas partes y atascados en la cerca de nuestro vecino. Nuestro techo se dañó, y el muro de la parte trasera de nuestro garaje colgaba de tan solo unos cuantos clavos. ¿Quién querría construir una nueva casa ahora? Nos fuimos a la cama bastante deprimidos.



Esa noche Dionne no pudo dormir. Se levantó, tomó su Biblia, y se dirigió a la sala de estar. Desesperada por una palabra que proviniera de Dios, le pidió que le hablara. El Señor la guió a Isaías 43.1–3:



«No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará. Porque yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador.»



La noche siguiente, veinticuatro horas después del tornado, ¡vendimos nuestra casa!



Responder con una obediencia valiente



La obediencia no siempre requiere valentía, pero en este caso sí.

«Se levantaron muy de mañana y salieron al desierto de Tecoa» (v. 20).



Tan solo unas horas antes, los israelitas habían estado paralizados por el temor. Ahora, en obediencia al Señor, se levantaron temprano para encontrarse con un enemigo destinado a ser destruido. Pero en lugar de salir con sus mejores soldados, Josafat «designó a algunos que cantaran al Señor y a algunos que le alabaran en vestiduras santas» (v. 21). Marcharon hacia delante, alabando a Dios con palabras de triunfo del Salmo 136: «Dad gracias a Dios porque para siempre es su misericordia.»



¿Alguna vez consideró la adoración como un acto de valentía? En mi primer año en el seminario, a un estudiante se le diagnosticó un tumor cerebral maligno. Uno de nuestros profesores nos comunicó las malas noticias y antes de guiarnos en una oración, dijo: «En tiempos como estos, lo único que sé hacer es adorar.»



La adoración va acompañada de valentía porque es la expresión extrema de confianza. Cuando usted se encuentra en la ruta de la tormenta, cuando las circunstancias casi lo destruyen, cuando mira a su alrededor y no ve nada más que caos, adorar es decir: «Mi Dios es más grande que esto. Confió en él y en sus promesas más que en lo que observo en este momento, más que mi percepción de la realidad.»



Así que adoramos y oramos. Semanas más tardes, nos regocijamos de que Dios había decidido sanar a nuestro amigo.



El verano de nuestro tornado de Iowa, Pablo y Julia Becker estaban en medio de su propia tormenta. Julia lidiaba una batalla contra el cáncer en ese momento desde hacía siete años.



Mientras oraba con un amigo por Julia, sentimos que Dios nos dirigía a organizar un intenso periodo de oración y de ayuno por ella. Su equipo de intercesores ya iba por los cien. En obediencia a la guía de Dios, todas las personas se comprometieron a orar y ayunar, a adorar y esperar. Dios preservó la vida de Julia por un año más. Pero al final, con gran gracia y dignidad, Julia se fue a la presencia del Señor.



El sonido del viento y el estallido del trueno amenazan con alejarnos de los hábitos de obediencia que normalmente practicamos: adorar, testificar, administrar. Para mantenernos firmes debemos ser valientes —valientes para obedecer incluso en la hora más oscura de la tormenta.



Espere lo mejor de Dios



El Señor hizo explotar los diversos conflictos de este ejército que se había conglomerado. Algunos creen que Dios también intervino con huestes angelicales.



«Y cuando comenzaron a entonar cánticos y alabanzas, el Señor puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab y del monte Seir, que habían venido contra Judá, y fueron derrotados. Porque los hijos de Amón y de Moab se levantaron contra los habitantes del monte Seir destruyéndolos completamente, y cuando habían acabado con los habitantes de Seir, cada uno ayudó a destruir a su compañero.» vv. 22–23



Los invasores fueron vencidos. Las muchas provisiones que trajeron se convirtieron en un abundante río de bendiciones de Dios. «Estuvieron tres días recogiendo el botín pues había mucho» (v. 25).



¡Y todo ocurrió sin que se levantara un arma en Judá! El pueblo de Dios dijo una oración desesperada, y él los liberó de la tormenta.



Algunas veces lo mejor de Dios es la victoria sobre el enemigo. Para Julia, lo mejor de Dios no era sanidad física sino regresar a casa. De cualquier forma, Dios nos acompaña a través de la tormenta, conectados a su amor y sostenidos por su fidelidad.



Cuando mi esposa era apenas una niña, sus padres eran misioneros en Jordania. La violencia impregnaba esa parte del mundo, igual como ocurre en la actualidad.



Un día aterrador el ambiente político se convirtió en una tormenta inusual, y una muchedumbre de hombres enojados se agrupó en la ciudad. Hombro a hombre, empezaron a marchar con una expresión asesina hacia el complejo misionero donde vivía la familia de Dionne.



El complejo estaba rodeado por muros pero ese día el portón principal estaba abierto, y Dionne y su hermano menor jugaban en el patio.



A medida que la muchedumbre se aproximaba, los niños corrieron hacia el pórtico. La familia observaba con horror como los hombres marchaban en fila hacia la puerta abierta, al otro lado del patio y que daba directamente a la puerta del frente.



Justo cuando el primer grupo de hombres llegaron a la puerta principal, Dionne recuerda haber visto una mirada aturdida en sus rostros. De repente, los hombres que dirigían a la muchedumbre cambiaron de dirección, hacia su izquierda y se marcharon rumbo a la calle. Todos los hombres que los seguían hicieron lo mismo, parecían como hormigas que marchan juntas.



Semanas después recibieron una carta de la abuela de mi esposa que vivía en Chicago. El Señor la había despertado en medio de la noche y le dijo que orara por su familia en Jordania. Angustiada por un sentimiento de peligro inminente, se puso de rodillas para interceder por ellos. Finalmente su carga desapareció y escribía para saber cuál era crisis la familia que la familia enfrentaba.



El día y la hora de su oración coincidía precisamente con el día y la hora de la muchedumbre amenazadora y de su repentino cambio de dirección lejos de la casa de la familia.



Habrá tormentas en el horizonte —eso puede asegurarlo. Los cristianos no poseen una inmunidad especial hacia la furia de un tornado. Pero sea que la tormenta pase de lado o nos visite con su fuerza arrebatadora, la oración es nuestro refugio bajo el cielo gris. En los momentos de desesperación, la oración nos conecta con el Dios de la tormenta. El mismo Jesús que trajo paz a un bote lleno de discípulos asustados todavía reina hoy. Y el viento y las aguas todavía obedecen sus órdenes.





Jim Carpenter ha trabajado como guía y mentor en la fundación de iglesias. Además ha escrito material para capacitar a líderes que desean fundar una iglesia. Jim escribió la mayor parte de este artículo en las primeras horas de la mañana siguiente después del tornado.



Por su propia cuenta



Constructores del carácter

1. En este artículo, Jim Carpenter trata la importancia de enfocarse en cinco aspectos del carácter de Dios. Lea los siguientes versículos y responda las preguntas.

Sabiduría: Job 12.13, 1 Corintios 1.30–31

Soberanía: Deuteronomio 3.24, Salmo 68.20

Misericordia: Deuteronomio 4.31, Hebreos 4.16

Fidelidad: Salmo 57.10, 2 Tesalonicenses 3.3

Bondad: Nehemías 9.25, 2 Pedro 1.2–4

2. ¿Qué tienen que decir estos pasajes acerca del carácter de Dios?

3. ¿Cuál pasaje lo anima más en alguna lucha que esté enfrentando actualmente?

4. Piense en tres formas que lo ayuden a recordar este pasaje durante los próximos 30 días. Por ejemplo, pegar el versículo en su espejo u orar el pasaje cada mañana.

5. Al final del mes, piense: ¿Cómo ha afectado el meditar en este elemento del carácter de Dios? ¿Cómo lo ha ayudado a cambiar su perspectiva en los tiempos difíciles?



Discipleship Journal. Usado con permiso. Por Jim Carpenter.

Usado con permiso de la página www.ministros.org
 
Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

SALIENDO DEL MUNDO DE LAS MENTIRAS”

La mente puede hacer por sí misma un paraíso del infierno, o un infierno del paraíso” y es una verdad que pueda estar pasando en tu vida, tú puedes estar creando un infierno en el paraíso, ¿cuáles son las mentiras que estas creyendo? ¿Cuáles mentiras has vivido o estás viviendo?
Esas mentiras se alojan en tu mente, la mentira es un enemigo muy sutil que necesita ser confrontado a diario. La mentira influye en nuestro diario vivir y determina nuestro pensar, sentir y actuar. Tu puedes estar viviendo un mundo de mentiras y no saberlo. ¿Cómo es eso?
Un día alguien te dijo que eras un bueno para nada, que nunca ibas a lograr nada y lamentablemente, le creíste y no te atreves a realizar grandes cosas porque has vivido con una mentira.
Un día alguien te auguró que serías un fracaso… y lamentablemente, fracasaste y ahora ves que todo sale mal.
Un día alguien te dijo que eras bruto…y te lo creíste.
Un día alguien te trató como si fueras un animal…, le creíste y comenzaste a actuar como un animal.
Un día alguien se burló de tus sueños, te dijo que no creía que podías hacerlo y te miró como si estuvieras delirando… y lamentablemente, le creíste y te olvidaste de tus sueños.
Un día alguien definió a la vida como aguantar, luchar y sobrevivir… y lamentablemente, le creíste, no colocaste límites y ahora abusan de ti.
Un día alguien te dijo que todo lo malo que te estaba pasando era porque hay algo malo en tu vida y Dios no está contento con tu vida, y tú le creíste.
Mentiras como estas y otras mentiras que quizás comentaremos en otra oportunidad va arraigándose en tu mente. Y sin darte cuenta, esas mentiras toman posición en tu corazón. Y luego de adaptarse, llegan a controlar toda tu vida. Quizá sin ser conciente de ello, porque la mentira es muy sutil, comenzaste a aceptar dócilmente estas limitaciones y te estas perdiendo de vivir en el paraíso. Jesús dijo: Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. (Juan 10:10B) NVI
La mentira parece ser poderosa, se dice que puede dar casi la vuelta al mundo mientras que la verdad aun esta poniéndose los zapatos, pero la verdad es que la verdad es más poderosa.
Jesús dice: y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Juan 8:32 NVI
Amigo, quizás te acostumbraste a esas mentiras, ha sido tanto tiempo que permitiste que echaran raíces y te dejaste atrapar y te llenaste de limitaciones. Hoy es el mejor día para salir del mundo de las mentiras y es con la Verdad.
Y usted pregunta: ¿Cuál es la verdad que voy a vivir? Es cierto que usted quizás ha vivido muchas mentiras, pero hoy tú puedes elegir la verdad, puedes comenzar a vivir la vida maravillosa que Dios te ha dado. El pasado es historia, es cenizas, mientras que el futuro todavía no llega. Hoy estás vivo, estás lleno de posibilidades, dones, talentos, recursos que hasta ahora no habías visto por estar quejándose o lamentándose se hacen manifiestos y solo porque decidiste cambiar tus pensamientos de mentiras por los pensamientos de verdad, soy quien la Biblia y Dios dice que soy. Dios te sigue viendo como una de sus creaciones más bellas y grandes, hay un sinfín de oportunidades a tu alrededor que sólo necesitan que las veas y las aproveches. Dios no nos dio el poder de ver las cosas como son, son como las vemos. ¿Que estas viendo hoy en tu vida? ¿Que estas viendo hoy en tu hogar? ¿Que estas viendo hoy en tu trabajo? Dios te ha llamado para que seas el protagonista de tu vida. ¿Cómo quieres que sea el final de tu vida?
Amigo, no seas vencido con la mentira, vence con la verdad. Siempre actúa en dirección contraria a cada una de las mentiras que te has creído durante años. Alégrate en la sencilla y profunda verdad de ser una creación de Dios, de ser un ganador, mas que vencedor. Sal del mundo de las mentiras y ven a vivir al mundo de la verdad a experimentar la libertad.
Señor, enséñanos a atender tu Palabra y a poner toda nuestra confianza en ti para que podamos experimentar la verdad que sólo tú puedes traer. Amén.

renuevodeplenitud
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Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

¡ERES UN GANADOR!

¿Te atreves a decir lo que piensas?, ¿vives tu vida como quieres o esperas la aprobación de otros?, ¿te importa la opinión de los demás?, ¿te atreves a decir no?, ¿amas sin vigilar a tu pareja?, ¿te avergüenzas de ti por lo que eres y no tienes?, ¿te sientes inseguro para resolver los problemas que se te presentan?, ¿sientes que no perteneces?... Si contestas positivamente a la mayoría de estas preguntas, te hace falta un poco de autoestima. Cuando tenemos una estima baja, tratamos de mostrar una imagen idealizada de nosotros mismos a los demás, ocultando todo aquello que consideramos defectos o debilidades. Nos pasamos la vida imitando a otros o esperando su aprobación, hasta que perdemos nuestra propia identidad, y empezamos a ser quienes no somos en realidad. El primer paso para recuperar la identidad y aumentar nuestra estima consiste en aceptarnos tal y como somos para reencontrarnos y reconciliarnos con nosotros mismos. Aceptarnos implica mirarnos como en un espejo para reconocer y aceptar lo que vemos reflejado en él con sus cualidades y limitaciones; significa mirarnos con ojos amorosos, con tranquilidad y confianza. Eso somos y nada más, sin juzgarnos, sin calificarnos. Debemos aprender a ver más allá, a identificar a ese ser maravilloso, generoso, amable que está confundido porque ha sido maltratado muchas veces, inclusive por nosotros mismos, ese ser especial y auténtico que no dejamos expresar por miedo a ser rechazados. Poco a poco debemos dejar de mirar al patito feo, para permitir que ese cisne majestuoso que está dentro de cada uno de nosotros salga, recordando nuestro origen Divino, pues hemos sido hechos a imagen y semejanza de Dios. Deja de sufrir por pequeñeces, deja de esperar a que otros te aprueben y te califiquen, tú eres un ser especial, tal vez diferente, pero en eso reside tu fuerza y tu esencia.

PARA FORTALECER TÚ AUTOESTIMA

Acepta tu pasado. Libérate de los recuerdos negativos, vive tu duelo y perdona. El perdón es la clave para sanar tus heridas y dejar todo lo pasado atrás. Conserva sólo el aprendizaje de cada experiencia. Mantente en el presente. No permitas que tu mente te lleve a revivir las experiencias difíciles de tu vida. Mantén tu atención en el presente y aprende a vivir momento a momento, atento a reconocer las oportunidades y las cosas buenas que llegan a ti cada día. Sí se puede. Tanto si piensas que puedes o que no puedes lograr lo que te propones, siempre tendrás la razón. ¡Prepárate para ser un triunfador! Recupera la confianza en ti mismo y retoma tus sueños, nunca es tarde para hacerlo. Prepara una estrategia y cumple con cada uno de los pasos necesarios para conseguir tus metas. Fortalece tu confianza. Es indispensable sentir confianza en nosotros mismos para afrontar la vida. Tienes los recursos y las herramientas que necesitas para hacerlo. En la relación con los demás, atrévete a hacer propias elecciones, a establecer límites y a expresar tus ideas y sentimientos sin temor a quedarte solo. UNA

HISTORIA PARA COMPARTIR

'Maestro, vengo porque siento que no valgo nada, mis padres y mis profesores me gritan todo el tiempo que soy inútil, que soy torpe e incapaz. Mis hermanos me maltratan y siento que no me quieren. No tengo amigos y los pocos que he tenido se aprovechan de mí, se burlan y me ponen a hacer las cosas más ruines a cambio de estar con ellos. Maestro, ¿cómo puedo cambiar mi vida? ¿Qué puedo hacer para que los demás me valoren y me aprecien?'. El Maestro, sin mirarlo siquiera, le dijo: 'Disculpa, muchacho, pero ahora estoy muy ocupado resolviendo mis propios asuntos, quizás en otro momento', y haciendo una pausa, agregó: 'Si quieres ayudarme, después yo podría colaborar y tratar de resolver lo tuyo'. 'Encantado, Maestro', tartamudeó el joven, sintiendo que, una vez más, era desvalorizado y sus peticiones rechazadas. Entonces, el Maestro se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique y dándoselo al muchacho, le dijo: 'Ve al mercado y vende este anillo, es muy importante que lo vendas por el mayor precio posible, y no aceptes menos de una moneda de oro'. El muchacho fue al mercado pensando que un maestro tan pobre no tendría un anillo de gran valor, lo más seguro es que esa baratija no valdría mayor cosa, pero a pesar de sus inquietudes comenzó a ofrecerlo con timidez. Cuando mencionaba la moneda de oro que quería por él, la gente se reía y se burlaba de él; otros, simplemente, volteaban la cara y seguían su camino. Tan sólo un anciano fue lo bastante amable para decirle que una moneda de oro era demasiado por ese anillo. Alguien le ofreció una moneda de plata y una olla de cobre, pero nuestro apocado amigo rechazó la oferta y regresó frustrado donde el Maestro. 'Señor, lo siento, pero ninguna persona quiso darme la moneda de oro que usted quería, no pude engañar a nadie con el verdadero valor de ese anillo, para todos es una baratija'. 'Eso que has dicho es muy importante, hijo', contestó sonriendo el Maestro. Debemos conocer primero el verdadero valor de ese anillo. Ve al joyero, ¿quién mejor para saberlo? Pregúntale cuánto puede darte por él, pero sin importar lo que te ofrezca, no lo vendas, vuelve aquí con mi anillo'. El joyero examinó el anillo con detenimiento a la luz del cantil, lo revisó con su lupa, lo pesó y, luego, le dijo al chico: 'Este anillo es una joya muy valiosa, puede tener un precio en el mercado de sesenta monedas de oro. Si tienes prisa -dijo el joyero con ojos de avaricia-, puedo darte cincuenta y ocho monedas de oro ya mismo'. El joven no lo podía creer, sesenta monedas de oro y la gente del mercado se perdió esa oportunidad… entonces, corrió emocionado donde el Maestro a contarle lo sucedido. 'Siéntate', le dijo el Maestro después de escucharlo. 'Tú eres, en verdad, como este anillo, una joya valiosa y, como tal, sólo puede valuarte un experto'. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Primero, debes conocerte, aceptarte con tus puntos fuertes y débiles, para valorarte y confiar en ti mismo… Y, luego, salir al mundo para cumplir con tu propósito esencial, sin importar lo que digan o piensen los demás. ¡Eres especial!
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Re: ¡¡SEGUIMOS REFLEXIONANDO ....!!!

SABER SOBREPONERSE


Quiero compartir con ustedes la historia de Carmen. Ella es una mujer que conocí hace un par de años y que impactó mi vida.

Carmen fue desde niña muy sufrida. Su padre era alcohólico. Cada vez que llegaba pasado de tragos, golpeaba a su mamá de manera muy violenta. Ella era la menor de cinco hermanos; dos varones y dos mujeres. Desde niña soportó vivir en un ambiente de “machos: todo era por los hombres y para los hombres”. Tristemente también ella y sus hermanas fueron víctimas de agresión por parte de su papá y de sus hermanos.

De adolescente, lloró y suplicó para que le permitieran estudiar. En su casa, las mujeres tenían exclusividad para las labores del hogar. Su padre y sus hermanos consideraban que ella no era capaz de estudiar, no le veían sentido; “para limpiar y para cocinar no se necesitaba mayor preparación”. Gracias a sus súplicas y a su persistencia, logró graduarse de la secundaria. La historia se repitió cuando anunció que deseaba seguir con estudios universitarios. Eso era todavía más irracional, si ya el mandarla a la secundaria había sido un regalo, ¿para qué pedía más?

Logró sacar algunos cursos en administración y contaduría. Encontró trabajo en una pequeña empresa. Años después conoció al que sería su esposo y se casó. Depositó en este nuevo proyecto de vida todas sus ilusiones. El simple hecho de salir de su casa ya era un regalo. Soñó con su casa, con sus hijos, con una vida de pareja, con ser cuidada y querida….

Poco tiempo después de casada y estando embarazada de su primera hija descubre que se había casado con el “clon de su papá”: un hombre vicioso y violento. Sufrió maltratos físicos y emocionales por varios años, maltratos que empezaron a presenciar sus dos pequeñas. El dolor de su pasado se conjugó con su dolor actual: ¿porqué a mi? ¿lo que tanto critiqué en mi mamá ahora me toca vivirlo a mi? ¿yo no quería esto para mi y para mis hijos?

Esta es la parte a la que quiero llegar y quizás lo que más me estremece cuando pienso en Carmen…. RESILIENCIA!!!!!!
Aún y cuando su historia de vida la predisponía a terminar siguiendo el patrón de familia con el que creció; aún y cuando no tuvo ayuda ni soporte emocional por parte de familia (ellos estaban peor que ella); aún y cuando todo apuntaba a que iba a ser tan miserable como había sido su mamá, su abuela, sus hermanas…. Aún contra todos los pronósticos, Carmen logró salir adelante.

En su familia, no eran asiduos a la religión. Su padre se había declarada ateo y por ende les hizo creer que ellos también lo eran. Carmen decidió un día buscar de Dios. No era alguien conocido para ella, “ de oídas le había oído”. La necesidad la llevó a buscarle. Empezó a asistir a una iglesia. Ese lugar le daba paz. Las predicas le daban esperanzas, de pronto sentía un alegría en su corazón; era el gozo del Espíritu Santo de Dios

Sin saber mucho, pensó que también necesitaba ayuda para sus emociones y para sus hijos. Buscó ayuda psicológica. Semana tras semana hacía el esfuerzo por asistir. La terapia le ayudó a sacar sus emociones: aprendió a decir que estaba enojada sin sentirse culpable. Empezó a poner límites a los demás; entre estos, su esposo y sus hijas. Aprendió a darse permiso de sentirse triste; después de todo tenía ese derecho, había sufrido mucho desde niña y nunca pudo expresarlo con nadie; más bien se había vuelto una mujer defensiva y ensimismada. Aprendió maneras adecuadas para comunicarse con sus hijas; su motivación era que no quería repetir con ellos los patrones que ella traía ya incorporados.

Poco después empezó a hacer cosas por ella. Sacaba el rato para practicar el autocuidado físico; iba al salón de belleza, se compraba ropa sintiendo más gusto, hasta inició un programa para bajar de peso. También empezó a cultivar el gusto por la lectura. Nunca había podido hacerlo porque ni eso era capaz de regalarse; de niña le habían enseñado que el tiempo había que aprovecharlo limpiando, cocinando o trabajando. Ella siempre había sentido un gusto particular por la lectura y aunque tenía pocos ratos libres, sacaba el tiempo para hacer pequeñas lecturas; sin embargo no lo podía disfrutar, se sentía culpable de “perder el tiempo”.

En su trabajo empezó a ser más productiva. Había también aprendido que era necesario que se comunicara con sus empleados. Simplemente dejó que ellos empezaran a acercarse a ella.

Con sus hijas se propuso pasar tiempo de calidad. Sacaba un rato para llevarlas a practicar alguna disciplina que les gustara: ballet, natación. Salían juntas una vez por la semana a comer un helado. Trataba de acostarse junto a ellas en la noche a conversar por unos minutos, luego las arropaba y oraba por ellas.

No puedo decirles que Carmen superó todos sus traumas de infancia: aún tiene que lidiar con sentimientos de tristeza que de vez en cuando le llegan, aún trabaja en poder perdonar por todo lo que sufrió; elabora sus duelos por las pérdidas que ha tenido: la pérdida de su infancia, la pérdida de su plan de vida. Elabora también qué pasará con su matrimonio… hay pasos que hay que darlos con suma cautela.

Ha empezado a trabajar que no debe tomar decisiones solo porque debe decidir…. Sino porque quiere hacerlo. Ha podido comprender que para perdonar es necesario primero darse el permiso de enojarse ¿cómo? Sí, tenía todo el derecho de enojarse, porque de niña no debió haber vivido la agresión de su familia y de adulta la de su esposo.

En fin, la historia de Carmen tal ves se le haga familiar, después de todo, muchos hemos tenido que sobreponernos a traumas e historias dolorosas. Piense en personas que no hayan vivido situaciones dolorosas….. muchas!. Pero, ahora piense en personas que se han sobrepuesto a estas experiencias dolorosas….. La solución no está en consumirse en la red de la autocompasión o en la depresión. Ante todo, sepa que usted tiene una fuerza interior, pero esa fuerza interior no se activa por sí sola, usted tiene que hacerlo con su voluntad. Aún en la crisis más dura, Dios nos puede dar el soporte, pero hace falta que usted también de pasitos; no tiene que correr, solo intentar mantenerse de pie; luego podrá empezar a caminar. …

Hasta entonces!

Licda. Tatiana Carrillo Gamboa.
Psicóloga – Psicopedagoga.