Carta de Unamuno a un pastor evangélico

Tobi

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21 Noviembre 2000
16.179
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El texto que sigue fue escrito por el eminente filósofo y literato español Miguel de Unamuno a José M. Ripoll, pastor evangélico español residente en Cuba.





La carta fue redactada en torno a 1915. Huelga todo comentario introductorio.

Lo que dice Miguel de Unamuno se entiende a la perfección y se explica por sí mismo.

«Sr. D José M. Ripoll.

— Muy señor mío:

Le agradezco mucho su carta, y me conforta y corrobora el ánimo el ver cómo a largas distancias sienten la solidaridad que los une, los hombres todos que trabajan por que venga a la tierra el reino de Dios. Y me anima más aun el recibir voces de aliento de un país que, como ése, fue, hasta no ha mucho, de mi querida España, y ésta, por sus culpas, lo perdió. Y creo que España, la verdadera España, la España íntima y espiritual, ha ganado mucho con verse reducida al solar de sus abuelos. Tal vez hemos perdido América para mejor ganarla, como deben ganarse los pueblos, mutuamente y comulgando en la cultura. Quiero, en efecto, creer y esperar que la pérdida de las últimas posesiones ultramarinas de la Corona española sea para España, recogida en su hogar, principio de una nueva vida. Nuestra Historia ha sido un sueño, y en ninguna parte pudo mejor que aquí brotar el aforismo calderoniano. Después de ocho siglos de reconquista y cuando parecía que íbamos a entrar en vida de paz y de trabajo, el descubrimiento de América abrió nuevo campo a nuestro espíritu de aventuras, y vertimos sangre y alma entre generosidades y rapacidades. Dejamos ahí mucho de nuestro corazón y trajimos todo el oro que pudimos. Como he dicho hace poco en Gijón, fuimos a conquistar tierras con la espada en la diestra y en la izquierda el crucifijo, sólo que cambiamos alguna vez de mano y erigimos en alto la espada, golpeando con el crucifijo; peleando a “cristazos”. Y lo estamos pagando. Sin embargo, si a la Magdalena se le perdonó porque amó mucho, habrá que perdonar a España, por grandes que hayan sido sus yerros. Y aquí se observan síntomas de despertar. Por debajo de lo que llaman cuestión religiosa y no lo es, sino sólo político-eclesiástica; por debajo de ella empieza a asomar la cuestión real y verdaderamente religiosa; la de la emancipación de la conciencia cristiana para los que no nos satisfacemos con aquello del Catecismo de: “Eso no me lo preguntéis a mí que soy ignorante; doctores tiene la Santa Madre Iglesia que os sabrán responder”. De esto acabo de hablar en Gijón.

Hace dos años, en Cartagena, dije que nos hacía falta en España una Reforma, una Reforma nuestra, indígena, española, no de traducción, pero que fuera a nosotros lo que la Reforma del siglo XVI fue a los países germánicos, escandinavos y anglosajones. Hay que cristianizar a España, donde aún persisten las formas más bajas del paganismo, sancionadas, de ordinario, por la Iglesia. Voy por pueblos y ciudades predicando contra la mentira, que es lo que aquí nos mata, y diciendo en todos tonos que vale más error en que de buena fe se cree que verdad en que no se cree. Y se me respeta. No hace aún dos años, se me tenía por muchos como un extravagante: empiezan a tomarme más en serio, y espero, con la ayuda de Dios, hacer que las gentes se acostumbren a oír con calma ciertas cosas.

Es cosa necia esta bárbara intolerancia que nos corroe, y sobre todo, el miedo a la verdad, el miedo a afrontar el misterio, el miedo a pensar por sí. Se ha acostumbrado aquí a las gentes a que lo tomen todo hecho, y sólo piden dogmas, fórmulas, recetas. Me decía uno: “Yo no quiero saber de medicina, ni dónde tengo el hígado, ni para qué me sirve, porque eso me haría aprensivo; ahí está el médico, que lo estudie y me cure o me mate. Tampoco quiero inquietarme en averiguar lo que haya de Dios, de Cristo y de otra vida; el meterme en esas honduras sólo me trae desasosiegos, y necesito mi tiempo para ganarme la vida; ahí está el cura, que lo estudie él, pues se le paga para eso, y lo que él me diga, bien está”. Y le dije: “Está usted podrido de pies a cabeza”. La buena nueva en España se reduce a estas palabras: ¡No deleguéis! Porque aquí se delega todo, y domina la anarquía porque nadie se toma el trabajo de mandar racionalmente. Mi labor es de inquietar espíritus. Inútil sembrar trigo en una era; los granos se pudren o se los comen los pájaros. Antes de la siembra hay que arar y abonar el suelo. Y en España hay que arar los espíritus y abonarlos, inquietarlos y hacerlos fermentar. Llevan siglos de barbecho, y aquí hay que añadir, a las ya conocidas, una obra de misericordia, cual es la de “despertar al dormido”. Porque si no, se le quema la casa, y él con ella.

En vez de darnos una luz, la del Evangelio, para que con ella nos abriésemos por nosotros mismos nuestro sendero a través de la selva del mundo, se nos metió en un carro desvencijado y se nos lleva en él, dando tumbos, por caminos que no conocemos y a oscuras. Y la ociosidad espiritual nos lleva a todo género de excesos. Esto he dicho en Gijón. Es preciso que desaparezca esa vergüenza de que en un país que se dice cristiano, y donde los 9.999 por cada 10.000 no han leído el Evangelio, sirva éste todavía para que lo recorten en pedacitos —el texto latino—, los cierren en unas bolsitas bordadas por monjas, y llenas de lentejuelas y las cuelguen del cuello de los niños a guisa de amuleto; y ese otro de que las mujeres al sentirse con los dolores del parto se traguen una cintita de papel con una jaculatoria.

Y cuando se denuncia esto entre sacerdotes, le salen a usted con que son cosas inocentes y que, si bien sean supersticiosas, no conviene ir contra ellas, pues proceden de buena fe. ¡Vaya una buena fe! Si me pusiera a escribirle de esto no acabaría nunca, y así es mejor que corte esta carta. Quería usted que le dijese algo del estado religioso de España...

¡Es tanto lo que hay que decir! Aquí se pasa de la más fanática e intolerante ortodoxia católica al más burdo y torpe librepensamiento, que ni es libre ni es pensamiento, y ello es casi forzoso. Pero creo que alborea alguna otra cosa. Y por lo menos el deber de todo buen español es trabajar por ello.

Le saluda su afectísimo s. s.,

Miguel de Unamuno.»
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

Arriba!, porque Vale la pena leerlo todo, parece una sintesis de la problemática religiosa que viene por tradición y no por convicción, donde el creyente ni cree ni piensa, pero bueno, al menos no dicen ser evangelicos porque ni el evangelio conocen ni les ha brillado la luz del evangelio, es sólo religión que va en las venas y no en el espíritu, se confunde el cristianismo con agüeros, se confunde a Dios mismo con las criaturas.

Bendiciones.
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

Mmmmm... y qué le respondió el pastor evangélico a Unamuno?

Acaso el hombre de Dios, el pastor evangélico le dijo a Unamuno "Aleluya hermano Unamuno!!!" a un hombre que ha escrito las peores infamias acerca de Jesús.

Los evangélicos en Cuba se dan la mano con los que pisotean el nombre de Jesús como Unamuno y lo llaman "un cobarde que se suicidó en la cruz".

Vaya... no sabía esta... Yo pensaba que los evangélicos en Cuba tenían algo de respeto por Jesús y daban la cara y la vida por él, pero veo que se codean con Unamuno...
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

Mmmmm... y qué le respondió el pastor evangélico a Unamuno?

Acaso el hombre de Dios, el pastor evangélico le dijo a Unamuno "Aleluya hermano Unamuno!!!" a un hombre que ha escrito las peores infamias acerca de Jesús.

Los evangélicos en Cuba se dan la mano con los que pisotean el nombre de Jesús como Unamuno y lo llaman "un cobarde que se suicidó en la cruz".

Vaya... no sabía esta... Yo pensaba que los evangélicos en Cuba tenían algo de respeto por Jesús y daban la cara y la vida por él, pero veo que se codean con Unamuno...

A ud le gusta generalizar pero no le gusta que generalicemos de los católicos.
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

Mmmmm... y qué le respondió el pastor evangélico a Unamuno?

Acaso el hombre de Dios, el pastor evangélico le dijo a Unamuno "Aleluya hermano Unamuno!!!" a un hombre que ha escrito las peores infamias acerca de Jesús.

Los evangélicos en Cuba se dan la mano con los que pisotean el nombre de Jesús como Unamuno y lo llaman "un cobarde que se suicidó en la cruz".

Vaya... no sabía esta... Yo pensaba que los evangélicos en Cuba tenían algo de respeto por Jesús y daban la cara y la vida por él, pero veo que se codean con Unamuno...

Esperaba algo parecido de ti rebonillo.
Es lógico entre romanistas que cuando no teneis argumentos atacais a las personas.
Cuanto odio rezuman tus palabras. Lo malo para ti es que este odio solo envenena tu mente. Así, que, que te aproveche.
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

Esperaba algo parecido de ti rebonillo.
Es lógico entre romanistas que cuando no teneis argumentos atacais a las personas.
Cuanto odio rezuman tus palabras. Lo malo para ti es que este odio solo envenena tu mente. Así, que, que te aproveche.

Pero hombre...si defienden al que beso el corán, con todos sus escritos dentro no le veo usar el mismo criterio :-D
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

rebonill siempre actua así cuand se le pone la verdad de la institución romana delante de sus narices.

raro es que no haya dicho que la carta es falsa. b:leapfroga
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

El texto que sigue fue escrito por el eminente filósofo y literato español Miguel de Unamuno a José M. Ripoll, pastor evangélico español residente en Cuba.





La carta fue redactada en torno a 1915. Huelga todo comentario introductorio.

Lo que dice Miguel de Unamuno se entiende a la perfección y se explica por sí mismo.

«Sr. D José M. Ripoll.

— Muy señor mío:

Le agradezco mucho su carta, y me conforta y corrobora el ánimo el ver cómo a largas distancias sienten la solidaridad que los une, los hombres todos que trabajan por que venga a la tierra el reino de Dios. Y me anima más aun el recibir voces de aliento de un país que, como ése, fue, hasta no ha mucho, de mi querida España, y ésta, por sus culpas, lo perdió. Y creo que España, la verdadera España, la España íntima y espiritual, ha ganado mucho con verse reducida al solar de sus abuelos. Tal vez hemos perdido América para mejor ganarla, como deben ganarse los pueblos, mutuamente y comulgando en la cultura. Quiero, en efecto, creer y esperar que la pérdida de las últimas posesiones ultramarinas de la Corona española sea para España, recogida en su hogar, principio de una nueva vida. Nuestra Historia ha sido un sueño, y en ninguna parte pudo mejor que aquí brotar el aforismo calderoniano. Después de ocho siglos de reconquista y cuando parecía que íbamos a entrar en vida de paz y de trabajo, el descubrimiento de América abrió nuevo campo a nuestro espíritu de aventuras, y vertimos sangre y alma entre generosidades y rapacidades. Dejamos ahí mucho de nuestro corazón y trajimos todo el oro que pudimos. Como he dicho hace poco en Gijón, fuimos a conquistar tierras con la espada en la diestra y en la izquierda el crucifijo, sólo que cambiamos alguna vez de mano y erigimos en alto la espada, golpeando con el crucifijo; peleando a “cristazos”. Y lo estamos pagando. Sin embargo, si a la Magdalena se le perdonó porque amó mucho, habrá que perdonar a España, por grandes que hayan sido sus yerros. Y aquí se observan síntomas de despertar. Por debajo de lo que llaman cuestión religiosa y no lo es, sino sólo político-eclesiástica; por debajo de ella empieza a asomar la cuestión real y verdaderamente religiosa; la de la emancipación de la conciencia cristiana para los que no nos satisfacemos con aquello del Catecismo de: “Eso no me lo preguntéis a mí que soy ignorante; doctores tiene la Santa Madre Iglesia que os sabrán responder”. De esto acabo de hablar en Gijón.

Hace dos años, en Cartagena, dije que nos hacía falta en España una Reforma, una Reforma nuestra, indígena, española, no de traducción, pero que fuera a nosotros lo que la Reforma del siglo XVI fue a los países germánicos, escandinavos y anglosajones. Hay que cristianizar a España, donde aún persisten las formas más bajas del paganismo, sancionadas, de ordinario, por la Iglesia. Voy por pueblos y ciudades predicando contra la mentira, que es lo que aquí nos mata, y diciendo en todos tonos que vale más error en que de buena fe se cree que verdad en que no se cree. Y se me respeta. No hace aún dos años, se me tenía por muchos como un extravagante: empiezan a tomarme más en serio, y espero, con la ayuda de Dios, hacer que las gentes se acostumbren a oír con calma ciertas cosas.

Es cosa necia esta bárbara intolerancia que nos corroe, y sobre todo, el miedo a la verdad, el miedo a afrontar el misterio, el miedo a pensar por sí. Se ha acostumbrado aquí a las gentes a que lo tomen todo hecho, y sólo piden dogmas, fórmulas, recetas. Me decía uno: “Yo no quiero saber de medicina, ni dónde tengo el hígado, ni para qué me sirve, porque eso me haría aprensivo; ahí está el médico, que lo estudie y me cure o me mate. Tampoco quiero inquietarme en averiguar lo que haya de Dios, de Cristo y de otra vida; el meterme en esas honduras sólo me trae desasosiegos, y necesito mi tiempo para ganarme la vida; ahí está el cura, que lo estudie él, pues se le paga para eso, y lo que él me diga, bien está”. Y le dije: “Está usted podrido de pies a cabeza”. La buena nueva en España se reduce a estas palabras: ¡No deleguéis! Porque aquí se delega todo, y domina la anarquía porque nadie se toma el trabajo de mandar racionalmente. Mi labor es de inquietar espíritus. Inútil sembrar trigo en una era; los granos se pudren o se los comen los pájaros. Antes de la siembra hay que arar y abonar el suelo. Y en España hay que arar los espíritus y abonarlos, inquietarlos y hacerlos fermentar. Llevan siglos de barbecho, y aquí hay que añadir, a las ya conocidas, una obra de misericordia, cual es la de “despertar al dormido”. Porque si no, se le quema la casa, y él con ella.

En vez de darnos una luz, la del Evangelio, para que con ella nos abriésemos por nosotros mismos nuestro sendero a través de la selva del mundo, se nos metió en un carro desvencijado y se nos lleva en él, dando tumbos, por caminos que no conocemos y a oscuras. Y la ociosidad espiritual nos lleva a todo género de excesos. Esto he dicho en Gijón. Es preciso que desaparezca esa vergüenza de que en un país que se dice cristiano, y donde los 9.999 por cada 10.000 no han leído el Evangelio, sirva éste todavía para que lo recorten en pedacitos —el texto latino—, los cierren en unas bolsitas bordadas por monjas, y llenas de lentejuelas y las cuelguen del cuello de los niños a guisa de amuleto; y ese otro de que las mujeres al sentirse con los dolores del parto se traguen una cintita de papel con una jaculatoria.

Y cuando se denuncia esto entre sacerdotes, le salen a usted con que son cosas inocentes y que, si bien sean supersticiosas, no conviene ir contra ellas, pues proceden de buena fe. ¡Vaya una buena fe! Si me pusiera a escribirle de esto no acabaría nunca, y así es mejor que corte esta carta. Quería usted que le dijese algo del estado religioso de España...

¡Es tanto lo que hay que decir! Aquí se pasa de la más fanática e intolerante ortodoxia católica al más burdo y torpe librepensamiento, que ni es libre ni es pensamiento, y ello es casi forzoso. Pero creo que alborea alguna otra cosa. Y por lo menos el deber de todo buen español es trabajar por ello.

Le saluda su afectísimo s. s.,

Miguel de Unamuno.»


..MUY BUEN APORTE...

BENDICIONES
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

Hay una cosa de Unamuno que muestra su honestidad e interés cultural

Estudio la lengua danesa a fin de leer directamente a Sören KIerkegaard, cuando este filósofo cristiano a los círculos escandinavos y alemanes.
Lo mao del caso es que elementos como el robonill de marras no tiene la menor idea del pensamiento deesta autor a quien estudió Unamuno.
Prcisamente lo que entusiasmó a fiósofo español fueron estas afirmaciones de Kierkegaard.
Las enumero:
-Sustento que la eternidad es más importante que el tiempo.
-Que el pecado es peor que el sufrimiento.
-Que el hombre es un egoista y debe experimentar la deseaperación.
-Que Dios está más allá de la razón y del hombre.
-Que el cristianismo no es de este mundo. ni el tiempo propio de la razón humana.
-Que las paradojas son el inevitable resultado de la reflexión del hombre y que la ética cristiana sólo podía realzarse en la eternidad.

Todo esto es lo que muestra que romanismo y cristianismo son absolutamente incompatibles.

Fue Kierkegaard el que inspiro a Unamuno frases como estas.
Como he dicho hace poco en Gijón, fuimos a conquistar tierras con la espada en la diestra y en la izquierda el crucifijo, sólo que cambiamos alguna vez de mano y erigimos en alto la espada, golpeando con el crucifijo; peleando a “cristazos”. Y lo estamos pagando. Sin embargo, si a la Magdalena se le perdonó porque amó mucho, habrá que perdonar a España, por grandes que hayan sido sus yerros.

O estas otras:
Y cuando se denuncia esto entre sacerdotes,(supersticiones) le salen a usted con que son cosas inocentes y que, si bien sean supersticiosas, no conviene ir contra ellas, pues proceden de buena fe. ¡Vaya una buena fe! Si me pusiera a escribirle de esto no acabaría nunca, y así es mejor que corte esta carta. Quería usted que le dijese algo del estado religioso de España...

¡Es tanto lo que hay que decir! Aquí se pasa de la más fanática e intolerante ortodoxia católica al más burdo y torpe librepensamiento, que ni es libre ni es pensamiento, y ello es casi forzoso. Pero creo que alborea alguna otra cosa. Y por lo menos el deber de todo buen español es trabajar por ello.

Y aquí es donde les duele a estos robonillos. Las verdades hacen pupa.
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

No conozco la obra de ese filosofo protestante(KIerkegaard), pero lo que si es cierto, es que Unamuno es lo mejor que ha dado el modernismo en España. Y por modernismo me refiero a aquella actitud de quienes intentan acomodar la teología a las modas y a los teorías "cientificas" actuales. Como filosofo modernista el pudo decir muchas cosas "positivas". Como filosofo cristiano, dificilmente. Los enemigos de tus enemigos, no siempre son tus amigos Tobi.
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

No conozco la obra de ese filosofo protestante(KIerkegaard), pero lo que si es cierto, es que Unamuno es lo mejor que ha dado el modernismo en España. Y por modernismo me refiero a aquella actitud de quienes intentan acomodar la teología a las modas y a los teorías "cientificas" actuales. Como filosofo modernista el pudo decir muchas cosas "positivas". Como filosofo cristiano, dificilmente. Los enemigos de tus enemigos, no siempre son tus amigos Tobi.

¿Como el "socialismo cristiano"?

http://forocristiano.iglesia.net/showpost.php?p=542173&postcount=7
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

No conozco la obra de ese filosofo protestante(KIerkegaard), pero lo que si es cierto, es que Unamuno es lo mejor que ha dado el modernismo en España. Y por modernismo me refiero a aquella actitud de quienes intentan acomodar la teología a las modas y a los teorías "cientificas" actuales. Como filosofo modernista el pudo decir muchas cosas "positivas". Como filosofo cristiano, dificilmente. Los enemigos de tus enemigos, no siempre son tus amigos Tobi.

En primer lugar yo no tego enemigos a pesar de que en algunos "circulos" romanistas buscan enemigos a quien combatir. Los hay que aun desean la espada y el crucifijo y cambiarlo de mano para dar cristazos a diestro y siniestro (lo de siniestro es de lo más gráfico)
Ademas, dime: ¿que sabes tu de teología para definir lo que pretendes definir?
¿Cual es la teologia de Hans Urs Von Balthasar, Yves Congar, Henri de Lubac o del teólogo, entes de ser cardenal y papa, Joseph Ratzinger?

En cuanto a Unamuno dudo que hayas leido algo más que esta aportación. Y si lo has leido no hay dudas que hayas sido capaz de enderlo. Seguro que no. Se desprende bien de las palabras que has copiado de quienes no desean entenderlo.
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

Tobi,

Es rebonill. Creo que nunca aprendistes a escribir bien mi nombre. Un par de citas bíblicas:

El diablo acusa dia y noche (Ap 12,10), el cristiano todo lo soporta tranquilo (Colosenses 3, 12-13).

Por otro lado Caminante, yo creo en la autenticidad de los aportes.

Cuando hay algo que CONOZCO (como los escritos de los Padres de la Iglesia) y alguien dice algo extraño, allí si pongo en duda y me dedico a investigar.

Unamuno es un gran filósofo. Como filósofo y academicista le respeto, pero no puedo tener una simpatía plena por un filósofo que ha dicho las peores ofensas contra Jesús.

No será ni el primero ni el último que ofenda a Jesús. Lo que si me da qué pensar es que Unamuno se esté codeando con un pastor evangélico, que supuestamente ama y venera a Jesús.

Como decía un amigo "No siempre el enemigo de mi amigo, es mi amigo".

Un saludo-
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

En primer lugar yo no tego enemigos a pesar de que en algunos "circulos" romanistas buscan enemigos a quien combatir. Los hay que aun desean la espada y el crucifijo y cambiarlo de mano para dar cristazos a diestro y siniestro (lo de siniestro es de lo más gráfico)
Ademas, dime: ¿que sabes tu de teología para definir lo que pretendes definir?
¿Cual es la teologia de Hans Urs Von Balthasar, Yves Congar, Henri de Lubac o del teólogo, entes de ser cardenal y papa, Joseph Ratzinger?

En cuanto a Unamuno dudo que hayas leido algo más que esta aportación. Y si lo has leido no hay dudas que hayas sido capaz de enderlo. Seguro que no. Se desprende bien de las palabras que has copiado de quienes no desean entenderlo.

No pienso caer en tu juego. A mí en lo personal me importa un pimiento lo que tu pienses de mi formación teológica. Lo que te puedo asegurar es que con lo poco que se, me es más que suficiente para confrontar a un sujeto que cuando se le presentan los hechos:

1. O niega que las fuentes sean autenticas(tipica salida del avestruz).
2. O arremete con argumentum ad hominen para distraer la atención.
3. O simplemente desvía el centro de atención sobre otro tema que ya se ha debatido para verse en liberado de responder.

Por el momento recopilaré sobre Unamuno y ya hablaremos.
PD: Me importa un pimiento que pienses que LFP es mi "tutor", argumento falaz que has citado en otros aportes. A Luis no le conozco de nada, yo soy cubano, y dificilmente visite España algun dia.
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

No pienso caer en tu juego. A mí en lo personal me importa un pimiento lo que tu pienses de mi formación teológica. Lo que te puedo asegurar es que con lo poco que se, me es más que suficiente para confrontar a un sujeto que cuando se le presentan los hechos:

1. O niega que las fuentes sean autenticas(tipica salida del avestruz).
2. O arremete con argumentum ad hominen para distraer la atención.
.


Justo lo que pasó en

http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php?t=31425

Los católicos negaron que las fuentes son autenticas y usaron el argumento ad hominem contra mí.

:kunosmoni
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

¿Investigar?. Permítame que lo dude. Para investigar hay que buscar bastante.

http://www.ccel.org/fathers.html

OK, ese es un sitio protestante acerca de los Padres de la Iglesia.

Si me da una fuente (que no sea Jack Chick Publications o derivados), haré la búsqueda de las citas que menciona de los Padres de la Iglesia.

Yo prefiero utilizar fuentes protestantes cuando hablo con protestantes.
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

¿Investigar?. Permítame que lo dude. Para investigar hay que buscar bastante.

http://www.ccel.org/fathers.html

OK, ese es un sitio protestante acerca de los Padres de la Iglesia.

Si me da una fuente (que no sea Jack Chick Publications o derivados), haré la búsqueda de las citas que menciona de los Padres de la Iglesia.

Yo prefiero utilizar fuentes protestantes cuando hablo con protestantes.



Como buen investigador, acuda a una biblioteca y busque los libros reseñados en las citas.

Usted las negó por no haberlas encontrado en ninguna página protestante; anteriormente le cité una en la que el teólogo evangélico José de Segovia las tenía en sus comentarios....¿qué más desea rebonill?
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

Como buen investigador, acuda a una biblioteca y busque los libros reseñados en las citas.

Usted las negó por no haberlas encontrado en ninguna página protestante; anteriormente le cité una en la que el teólogo evangélico José de Segovia las tenía en sus comentarios....¿qué más desea rebonill?

Pues eso Rebonill, no vas a a encontar esas citas en los Padres porque son los comentarios de pie de pagina de este señor, Jose Segovia.
 
Re: Carta de Unamuno a un pastor evangélico

Pues eso Rebonill, no vas a a encontar esas citas en los Padres porque son los comentarios de pie de pagina de este señor, Jose Segovia.

El 8 de diciembre de 1854 una fuerte tormenta caía sobre Roma. Ese día el papa Pío IX ratificaba la Inmaculada Concepción de María, otorgándole el rango de dogma de fe, a pesar de ser una de las doctrinas más discutidas de la Iglesia Católica-Romana. Para los contrarios a esta decisión, aquella tormenta no era sino el claro veredicto divino a una idea extraña a diecinueve siglos de cristianismo. La verdad es que el concepto se halla ya bastante elaborado en el siglo XIV. Pero ¿qué es la Inmaculada Concepción ?

En primer lugar, no hay que confundir esta doctrina con la afirmación que se hace en los Evangelios sobre el nacimiento virginal de Cristo . Este es un error muy habitual, incluso entre los católicos que no suelen estar a veces muy bien informados sobre sus propias creencias. La Inmaculada Concepción es la idea por la que en base a la dignidad de María como Madre de Dios, se afirma a mediados del siglo XIX que ella fue desde “el primer instante de su concepción, preservada de toda mancha del pecado original”. Eso supone no sólo la ausencia de pecado en María, sino también de toda inclinación al mal por su “concepción pasiva”, o sea por el resultado del acto, no por la acción en sí. Queda así “inmune de culpa” por “singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en previsión de los méritos de Cristo Jesús”.

LA EXPOSICIÓN

La exposición sobre la Inmaculada reúne hasta el 12 de octubre un conjunto de 132 obras, procedentes de toda España, algunas jamás sacadas de su lugar de origen. La exhibición recorre las naves laterales, el crucero, una capilla dedicada al Santísimo y la girola de la catedral madrileña, ya que la nave central se sigue usando para hacer misa. La muestra está organizada en cuatro capítulos que discurren entre un prólogo y un epílogo, representado por la única obra actual de la exposición: un lienzo encargado a la monja cisterciense Isabel Guerra. Se pueden encontrar aquí obras de Zurbarán, Murillo y El Greco, pero también de artistas como Berruguete o Juan de Juanes, que pinta el primer Canon de la Inmaculada con la luna a sus pies y una corona de estrellas.

En la introducción se exhibe incluso la mitra y la casulla que utilizó el papa Pío IX cuando declaró esta doctrina como dogma en 1854. Junto a ella se puede leer el documento con la traducción oficial al castellano de esta bula. El primer capítulo Para gloria de la Madre de Dios da una justificación al dogma a través de seis piezas románicas, que simbolizan Vírgenes en majestad, entre la que destaca la Virgen del Tesoro de la catedral de Toledo. El segundo lleva el titulo Balbuceos y el tercero se denominada A la búsqueda de su identidad. El último espacio va Del esplendor a la Definición Dogmática y contiene piezas del barroco castellano, andaluz y madrileño.

EL MENSAJE

La tradición a la que los católicos-romanos acuden para convertir a María en una diosa, adorarla y paganizarla, tiene muy poco que ver con la María que nos presentan los Evangelios. Se dice con frecuencia que los protestantes no creemos en la Virgen. No es cierto. Creemos en la concepción y el nacimiento sobrenatural de Jesús por medio de aquella humilde mujer, cuya fe admiramos, pero que claramente confesó su necesidad de salvación ( Lucas 1:46-17). Jesús fue verdadero Dios y verdadero hombre, por eso nace del Espíritu Santo, pero también de “simiente de mujer”.

La mayoría de los papas de hecho callaron o se pronunciaron en contra de que María estuviera libre de pecado original. Agustín habla de “una gracia especial de Dios para vencer por todos sus flancos al pecado” ( De natura et gratia 42), pero no del pecado original. Él mismo en su comentario al Salmo 34 dice que “María murió por causa del pecado original transmitido desde Adán a todos sus descendientes”. Y no sólo Agustín, sino muchos Padres de la Iglesia como Ambrosio, que en su comentario al Salmo 118 dice que “Jesús es Él solo a quien los lazos del pecado no vencieron”, ya que “ninguna criatura concebida por el contacto del hombre y la mujer, ha sido exceptuada del pecado original”. Para él, “sólo ha sido exceptuado Aquel que fue concebido, sin aquel contacto y de una virgen, por obra del Espíritu Santo”.

La enseñanza católica-romana cita textos como Génesis 3:15 o Lucas 1:28, que no hablan de la inmaculada concepción, pero que tampoco se pueden deducir de ellos. Esa idea está de hecho muy lejos del carácter cristocéntrico de la Biblia. Es un monje medieval, Pascasio Radoberto el primero en hablar de ella tímidamente en su exposición sobre la transustanciación en la misa. Los canónigos de Lyon instituyeron la fiesta en 1140 en honor de una supuesta resurrección de un cura adúltero, obra de la Virgen, porque al morir rezaba el Avemaría. Esto provocó las críticas de Bernardo que dice que “exceptuando Cristo, todos los descendientes de Adán deben decir: Fui concebido en iniquidad y en pecado me concibió mi madre.”( Ep. Ad Can. Lyon ). El propio Tomás de Aquino afirma en su Summa Theologica que “la bienaventurada Virgen María, habiendo sido concebida por la unión de sus padres, ha contraído el pecado original”.

Incluso Papas como León I, Gregorio Magno, Sixto IV o Inocencio III condenan esta idea. Éste último dice en uno de sus sermones que “Eva fue formada sin culpa y engendró en culpa”, pero “María fue formada en culpa y engendró sin la culpa”. Hay que recocer sin embargo que en la mariología se reúnen todas las herejías del catolicismo-romano: el poder autónomo conferido a la tradición, la infalible autoridad del Soberano Pontífice, el estallido de la gracia única del Padre, fragmentándose en tantas gracias particulares que dan al hombre la posibilidad de adquirir méritos, la negación de la mediación única de Cristo y el desconocimiento de la encarnación plena de Cristo. El rechazo a esta mariolatría sigue siendo el único medio de dar a las conciencias la verdadera seguridad que hay en Cristo


José de Segovia. Algunos de estos artículos fueron publicados en www.protestantedigital.com y posteriormente impresos con el nombre de Entrelineas: Arte y Fe por el Consejo Evangélico de Madrid.


http://www.webmarkez.com/entrelineas/pq.asp?tabla=ARTE&design=gr&seccion=ARTE RELIGIOSO