Ola, ¡Bienvenidos!
Esta es: CÁTEDRA BÍBLICA
Profesor y Catedrático: JESÚS DE NAZAREHT EL MAESTRO DE GALILEA
Invitado especial: EL ESPÍRITU SANTO EL PODER DE LA PALABRA
Contenido: FUNDAMENTOS SUBSTANCIALES
PARA LA VIDA DEL HOMBRE
Texto Bíblico:
En el Libro del Profeta Isaías Cap. 51. Ver. 6, la Palabra de Dios, dice:
Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.
Título de la exposición:
UNA VERDAD SEGURA
Pero antes, digamos: OH Dios, ten misericordia de nosotros, y bendícenos ahora; haga resplandecer tu rostro sobre nosotros; para que sea conocido en la tierra tu camino, y en todas las naciones tu salvación. Y te alaben todos los pueblos, amén.
Sal. 67: 1 a 3
Ciertamente, mis amados, así como el ecosistema empeora cada segundo que pasa inmerso en medio de la agresiva contaminación desenfrenada y, no obstante, que surja interés por algunos de sus moradores de atenuar los daños al medio ambiente que afronta el Universo, estos cielos que vemos, la tierra, los mares, los glaciares, y en general todos los recursos naturales degeneran indiscutiblemente, así de la misma manera, el hombre en su locura decae Espiritual y físicamente, desapareciendo de la faz de su terruño y de la presencia de los suyos para siempre, y de él nunca mas habrá memoria.
Y no solo esto, sino, por cuanto los juicios de Dios son inexorables, la destrucción anunciada vendrá, en el día grande y espantoso de la ira de Jehová, pues, desecharon la cordura, y echaron su Palabra a las espaldas para no oír, a causa del desacato persistente de la gente .
Por tanto, así lo declaró el Señor, por medio de su Palabra. Y sabemos que Dios, no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta, oíd luego lo que Él, ha dicho:
“Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. Sof. 1:3
Terrible será Jehová contra ellos, porque destruirá a todos los dioses de la tierra, y desde su lugares se inclinarán a él todas las tierras de las naciones.” Sof. 2: 11
Ciertamente amados míos, no hay escape, porque los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 2P 3: 7
Claro está, que al ojo humano esto sería inverosímil que sucediese, a causa de la incredulidad de espíritu que persiste, sin embargo la profecía tendrá su cumplimiento, para dar paso a la nueva Jerusalén que descenderá del cielo, un pueblo moderno, libre, generoso, y justo.
Oíd, lo que dice el Espíritu del Señor:
Vino a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.
Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios. Ap. 21: 9, 10
En ella no entrará cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero. Ap. 21: 27
He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte. Ni habrá mas llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron. Ap. 21: 3, 4
He aquí, yo hago nuevas todas las cosas, dice el Espíritu del Señor, ya que el primer cielo y la tierra pasarán, y el mar original dejará de existir, pues, estas palabras son fieles y verdaderas.
Hecho está, dice el Señor. Yo soy el alfa y la Omega, el principio y el fin.
Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. Ap. 21: 6
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte el en lago de fuego y azufre, que es la muerte segunda. Ap. 21: 8
Por lo cual mis amados, en ésta nueva Iglesia o congregación, no habrá mas maldición, y en ella estará establecido el trono de Dios y del Cordero, aun tiempo con los redimidos, y sus siervos le servirán. Y reinarán por los siglos de los siglos, Amén.
Mas, OH amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 2P. 3: 7, 8 Por lo cual no hay que dar cabida a la desesperanza ni a la incredulidad, porque el que duda es como la onda del mar, inconstante, arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. Stg. 1: 6
Todo está claro mis amados, el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y la obras que en ella hay serán quemadas. 2P. 3: 10
Y esto, no es solo un secreto a voces, sino es la llana verdad, cuando entendamos la verdadera dimensión del conflicto actual que padece el mundo, la carrera belicista que arremete de manera feroz contra todo género, el armamento nuclear en aumento, la tecnología de punta que cada día es más riesgosa, la cual abruma la humanidad.
Se deduciría entonces que podríamos anochecer, pero no amanecer o viceversa en cuestión de segundos, como ya son evidentes las pruebas vividas de mortandad y desplazamiento en algunos lugares del hemisferio en medio de una violencia feroz e irracional, fruto de la iniciativa demencial del hombre, con el consiguiente daño emergente e irreparable de vidas humanas y de animales, economía, y recursos naturales, originado algunas veces por medidas coercitivas, y en otros casos por la acción de elementos explosivos, letales, etc, utilizados con odio y mezquindad, sobre todo lo creado desde el principio.
Con todo, la Justicia de Dios permanece impertérrita, firme, e inalterable para dar generosa Salvación tanto a nivel Espiritual como físico por medio de nuestro Señor JESUCRISTO, a todo aquel que oye, y cree en su Palabra, la cual es inmutable, tal y como está escrita, por cuanto toda carne verá la salvación de Dios. Lc. 3: 6
Por lo cual, el mismo Señor JESÚS, aquel a quien traspasaron, vendrá en vivo, esto es en persona, y todo ojo le verá, antes de que sobrevenga a la tierra la gran tribulación, la cual conmoverá aún hasta los cielos, para juzgar a los que no creyeron a su verdad, y que menospreciaron así el sacrificio ofrecido por Él, en la cruz del Calvario, para salvación de la humanidad.
Entonces parecerá por sus redimidos, aquellos que creyeron a su Evangelio, y que constituyen su Iglesia extendida hasta lo último de la tierra, y la pondrá a salvo, lo cual sucederá según el Poder de su Palabra, como viva esperanza de redención anclada en el alma de cada creyente, y de la creación misma que gime por su liberación, la cual también será redimida, por cuanto ya se ha dicho, habrá cielos nuevos y tierra nueva.
Existimos en un mundo infestado de toda clase de obras abominables a los ojos de Dios, en donde abunda el engaño, la codicia, y la injusticia. Desapareció el derecho, y la paz no llega, es un planeta en convulsión constante, aquí y allá.
En donde a Dios, se le lisonjea con ritos, ceremonias y alabanzas casi perfectas, exhibidas por medio de fórmulas y legalismos muy sofisticados producto del pensamiento humano para suplantar la Bendita y Poderosa Palabra de Dios, e introducir así preceptos de hombre nada más, y no según Cristo, los cuales son convertidos en su propia religión, filosofías comúnmente aceptadas por las almas inconstantes, que detienen con injusticia la verdad del Evangelio de Dios, que es por medio de Jesucristo.
Pues, ésta ha sido la denuncia venida del Altísimo:
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con su labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es mas que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado.” Is. 29: 13
“Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.” Is. 30: 9 al 11
Dios requiere de un pueblo de gente santa, que ande en su camino de verdad, justicia y amor, soporte de su Gloria y Majestad Divina, porque Santo es el Señor, y sin santidad, nadie lo verá, ni éste siglo, ni en el venidero.
Jesucristo es la verdad, y por medio de él, el creyente es justificado, pues así dice el Señor:
De cierto, de cierto os digo, que el guarda mi palabra, nunca verá muerte. Jn. 8:51
Ósea, que con Él, viviremos para siempre, esto es, cuando obedecemos a su palabra, la cual es para salvación eterna.
Desde luego que, no es difícil emitir un mensaje confortable y atractivo como si se tratara de Dios, tal como el que, en la actualidad ha hecho carrera, el anuncio teológico de la prosperidad económica, en donde se promueve las finanzas al más alto nivel, sin que esta doctrina conlleve a herir la susceptibilidad del oyente, dado que es muy halagüeña y, lo que con mas entusiasmo se puede escuchar, pero, por supuesto que ese no ha sido el mandato recibido por el Señor, por cuanto Él demanda ser exacto en el mensaje de la Palabra de Dios, desechando de plano el soborno, puesto que el requerimiento es claro que no admite equivocación:
“Así ha dicho Jehová: Ponte en el atrio de la casa de Jehová, y habla a todas las ciudades de Judá, que vienen para adorar en la casa de Jehová, todas las palabras que yo te mandé hablarles; no retengas palabra.
Quizá oigan, y se vuelvan cada uno de su mal camino, y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras.” Jer. 26: 2, 3.
Y en otro lugar, dice:
Porque la palabra de Dios, es viva y eficaz, y mas cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intensiones del corazón. He. 4:12
Es así, mis amados hermanos, que todas la cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquél a quien tenemos que dar cuenta.
Y siendo que esto es así; busquemos a Dios, en Espíritu y en Verdad.
Pues, el Señor JESÚS, dijo:
No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.
Y también, manifestó:
Buscad el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas, te serán añadidas.
Pero, ¿cuáles cosas serán agregadas y aumentadas? Los bienes, Espirituales, físicos y materiales que estáis deseando, porque Dios, es fiel a su Palabra, y su mano no se ha detenido para salvar y proteger a su pueblo.
Por lo cual, lo esencial es lo primero, es menester seguir entonces la justicia de Dios, de manera práctica. Y para ese ejercicio nada mas apropiado que adoptar las instrucciones del Espíritu Santo, que viene por medio del conocimiento de su bendita Palabra, por la cual somos guiados en todas las áreas de nuestra vida, a fin de obrar con equidad, y concretamente en la salvación del alma, desde ahora y para siempre. Librándonos el Señor, de una muerte eterna. Amén.
Acerquémonos ahora y sin temor, de corazón decidido, seguros de sí mismo, y de manera personal con ésta declaración:
Hoy vengo a ti, mi Señor. Al Trono de tu gracia, al lugar Santísimo. Yo creó, que tú eres el Salvador, y es amplio en perdonar. Sálvame Señor Jesús, porque si tu no me salvas, a mí no me salva nadie más que tú, pues, ya he buscado auxilio en otras cosas, ritos, ceremonias y amuletos, y no tengo paz.
Ni Juan, ni María, ni Pedro. Ni ángeles, ni arcángeles pueden salvarme, sino exclusivamente tú, mi SEÑOR JESÚS, que fuiste elegido por Dios para redimir al mundo de su maldad, y a mí, de mi pecado.
Puesto que, así está escrito:
He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. Ez. 18: 4
Pero aunque el pecado provova la muerte, el glorioso Evangelio de salvación trae vida, y vida en abundancia. Pues, esto dice la Palabra:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Jn. 3: 16
Como tampoco ha sido puesto ningún intermediario entre Dios, y los hombres, sino directamente JESUCRISTO. Autor de la vida, y consumador de la fe.
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hch. 4: 12
Porque Cristo para eso murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Ro 14: 9
Y para que, delante de él, se doble toda rodilla, y admita, que él es Dios, y que su justicia es para siempre, y eternamente su Salvación.
Porque escrito está:
Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. Ro. 14: 11
Por tanto, si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
Recibidle, hoy en oración, suplicando por el perdón y la salvación de vuestra alma, con ésta simple petición, por cuanto el Señor Jesús, está atento para escuchar tu corazón contrito y arrepentido, puesto que Él, no desprecia al humilde y de actitud sincera.
Digamos entonces, así:
Señor JESÚS, hoy reconozco delante de ti, mis errores.
Líbrame de toda ignorancia, y rebelión.
Perdona todos mis pecados, y sálvame por tu misericordia.
Acepto tu sacrificio en la cruz, y te recibo por medio del Espíritu Santo, quien te levantó de la muerte. Te recibo ahora mismo como mi Señor, y mi Salvador personal y suficiente. Gracias Jesús, Dios mío. Amén.
Amados hermanos, Dios, cumple así la Salvación prometida a toda criatura, por cuanto su justicia es para siempre. Amén
Si has hecho ésta oración con fe, has recibido a Jesucristo como tu Señor y Salvador. Ahora eres hijo de Dios, Engendrado no sangre, ni de voluntada de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Esto es; os era necesario nacer de nuevo. Es; Tu nueva vida en Cristo.
Ahora conseguirá tu Biblia, la Palabra de Dios, y una congregación en donde reunirte para aprender mas de la verdad Gloriosa de éste Evangelio de Jesucristo, y también para ofrecer alabanza purificada al Señor en señal de gratitud por todo lo sucedido. Amén.
Recuerde, amigo, amiga. Jesucristo está por ti, para darte Salvación eterna, perdonando toda tu vida pasada, y ayudarte en el crecimiento Espiritual, y en las necesidades cotidianas, siendo esta la buena y agradable voluntad de Dios, para con todos los que creen a su Palabra.
Que la bendición, del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, este con todos vosotros.
Les habló el Hno. Francisco.
Ministro del Nuevo Pacto y Reconciliación, según la gracia y el poder que da el Espíritu de Dios.
E-mail: [email protected]
Bogotá-Colombia
Esta es: CÁTEDRA BÍBLICA
Profesor y Catedrático: JESÚS DE NAZAREHT EL MAESTRO DE GALILEA
Invitado especial: EL ESPÍRITU SANTO EL PODER DE LA PALABRA
Contenido: FUNDAMENTOS SUBSTANCIALES
PARA LA VIDA DEL HOMBRE
Texto Bíblico:
En el Libro del Profeta Isaías Cap. 51. Ver. 6, la Palabra de Dios, dice:
Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.
Título de la exposición:
UNA VERDAD SEGURA
Pero antes, digamos: OH Dios, ten misericordia de nosotros, y bendícenos ahora; haga resplandecer tu rostro sobre nosotros; para que sea conocido en la tierra tu camino, y en todas las naciones tu salvación. Y te alaben todos los pueblos, amén.
Sal. 67: 1 a 3
Ciertamente, mis amados, así como el ecosistema empeora cada segundo que pasa inmerso en medio de la agresiva contaminación desenfrenada y, no obstante, que surja interés por algunos de sus moradores de atenuar los daños al medio ambiente que afronta el Universo, estos cielos que vemos, la tierra, los mares, los glaciares, y en general todos los recursos naturales degeneran indiscutiblemente, así de la misma manera, el hombre en su locura decae Espiritual y físicamente, desapareciendo de la faz de su terruño y de la presencia de los suyos para siempre, y de él nunca mas habrá memoria.
Y no solo esto, sino, por cuanto los juicios de Dios son inexorables, la destrucción anunciada vendrá, en el día grande y espantoso de la ira de Jehová, pues, desecharon la cordura, y echaron su Palabra a las espaldas para no oír, a causa del desacato persistente de la gente .
Por tanto, así lo declaró el Señor, por medio de su Palabra. Y sabemos que Dios, no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta, oíd luego lo que Él, ha dicho:
“Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. Sof. 1:3
Terrible será Jehová contra ellos, porque destruirá a todos los dioses de la tierra, y desde su lugares se inclinarán a él todas las tierras de las naciones.” Sof. 2: 11
Ciertamente amados míos, no hay escape, porque los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 2P 3: 7
Claro está, que al ojo humano esto sería inverosímil que sucediese, a causa de la incredulidad de espíritu que persiste, sin embargo la profecía tendrá su cumplimiento, para dar paso a la nueva Jerusalén que descenderá del cielo, un pueblo moderno, libre, generoso, y justo.
Oíd, lo que dice el Espíritu del Señor:
Vino a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.
Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios. Ap. 21: 9, 10
En ella no entrará cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero. Ap. 21: 27
He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte. Ni habrá mas llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron. Ap. 21: 3, 4
He aquí, yo hago nuevas todas las cosas, dice el Espíritu del Señor, ya que el primer cielo y la tierra pasarán, y el mar original dejará de existir, pues, estas palabras son fieles y verdaderas.
Hecho está, dice el Señor. Yo soy el alfa y la Omega, el principio y el fin.
Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. Ap. 21: 6
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte el en lago de fuego y azufre, que es la muerte segunda. Ap. 21: 8
Por lo cual mis amados, en ésta nueva Iglesia o congregación, no habrá mas maldición, y en ella estará establecido el trono de Dios y del Cordero, aun tiempo con los redimidos, y sus siervos le servirán. Y reinarán por los siglos de los siglos, Amén.
Mas, OH amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 2P. 3: 7, 8 Por lo cual no hay que dar cabida a la desesperanza ni a la incredulidad, porque el que duda es como la onda del mar, inconstante, arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. Stg. 1: 6
Todo está claro mis amados, el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y la obras que en ella hay serán quemadas. 2P. 3: 10
Y esto, no es solo un secreto a voces, sino es la llana verdad, cuando entendamos la verdadera dimensión del conflicto actual que padece el mundo, la carrera belicista que arremete de manera feroz contra todo género, el armamento nuclear en aumento, la tecnología de punta que cada día es más riesgosa, la cual abruma la humanidad.
Se deduciría entonces que podríamos anochecer, pero no amanecer o viceversa en cuestión de segundos, como ya son evidentes las pruebas vividas de mortandad y desplazamiento en algunos lugares del hemisferio en medio de una violencia feroz e irracional, fruto de la iniciativa demencial del hombre, con el consiguiente daño emergente e irreparable de vidas humanas y de animales, economía, y recursos naturales, originado algunas veces por medidas coercitivas, y en otros casos por la acción de elementos explosivos, letales, etc, utilizados con odio y mezquindad, sobre todo lo creado desde el principio.
Con todo, la Justicia de Dios permanece impertérrita, firme, e inalterable para dar generosa Salvación tanto a nivel Espiritual como físico por medio de nuestro Señor JESUCRISTO, a todo aquel que oye, y cree en su Palabra, la cual es inmutable, tal y como está escrita, por cuanto toda carne verá la salvación de Dios. Lc. 3: 6
Por lo cual, el mismo Señor JESÚS, aquel a quien traspasaron, vendrá en vivo, esto es en persona, y todo ojo le verá, antes de que sobrevenga a la tierra la gran tribulación, la cual conmoverá aún hasta los cielos, para juzgar a los que no creyeron a su verdad, y que menospreciaron así el sacrificio ofrecido por Él, en la cruz del Calvario, para salvación de la humanidad.
Entonces parecerá por sus redimidos, aquellos que creyeron a su Evangelio, y que constituyen su Iglesia extendida hasta lo último de la tierra, y la pondrá a salvo, lo cual sucederá según el Poder de su Palabra, como viva esperanza de redención anclada en el alma de cada creyente, y de la creación misma que gime por su liberación, la cual también será redimida, por cuanto ya se ha dicho, habrá cielos nuevos y tierra nueva.
Existimos en un mundo infestado de toda clase de obras abominables a los ojos de Dios, en donde abunda el engaño, la codicia, y la injusticia. Desapareció el derecho, y la paz no llega, es un planeta en convulsión constante, aquí y allá.
En donde a Dios, se le lisonjea con ritos, ceremonias y alabanzas casi perfectas, exhibidas por medio de fórmulas y legalismos muy sofisticados producto del pensamiento humano para suplantar la Bendita y Poderosa Palabra de Dios, e introducir así preceptos de hombre nada más, y no según Cristo, los cuales son convertidos en su propia religión, filosofías comúnmente aceptadas por las almas inconstantes, que detienen con injusticia la verdad del Evangelio de Dios, que es por medio de Jesucristo.
Pues, ésta ha sido la denuncia venida del Altísimo:
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con su labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es mas que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado.” Is. 29: 13
“Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.” Is. 30: 9 al 11
Dios requiere de un pueblo de gente santa, que ande en su camino de verdad, justicia y amor, soporte de su Gloria y Majestad Divina, porque Santo es el Señor, y sin santidad, nadie lo verá, ni éste siglo, ni en el venidero.
Jesucristo es la verdad, y por medio de él, el creyente es justificado, pues así dice el Señor:
De cierto, de cierto os digo, que el guarda mi palabra, nunca verá muerte. Jn. 8:51
Ósea, que con Él, viviremos para siempre, esto es, cuando obedecemos a su palabra, la cual es para salvación eterna.
Desde luego que, no es difícil emitir un mensaje confortable y atractivo como si se tratara de Dios, tal como el que, en la actualidad ha hecho carrera, el anuncio teológico de la prosperidad económica, en donde se promueve las finanzas al más alto nivel, sin que esta doctrina conlleve a herir la susceptibilidad del oyente, dado que es muy halagüeña y, lo que con mas entusiasmo se puede escuchar, pero, por supuesto que ese no ha sido el mandato recibido por el Señor, por cuanto Él demanda ser exacto en el mensaje de la Palabra de Dios, desechando de plano el soborno, puesto que el requerimiento es claro que no admite equivocación:
“Así ha dicho Jehová: Ponte en el atrio de la casa de Jehová, y habla a todas las ciudades de Judá, que vienen para adorar en la casa de Jehová, todas las palabras que yo te mandé hablarles; no retengas palabra.
Quizá oigan, y se vuelvan cada uno de su mal camino, y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras.” Jer. 26: 2, 3.
Y en otro lugar, dice:
Porque la palabra de Dios, es viva y eficaz, y mas cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intensiones del corazón. He. 4:12
Es así, mis amados hermanos, que todas la cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquél a quien tenemos que dar cuenta.
Y siendo que esto es así; busquemos a Dios, en Espíritu y en Verdad.
Pues, el Señor JESÚS, dijo:
No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.
Y también, manifestó:
Buscad el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas, te serán añadidas.
Pero, ¿cuáles cosas serán agregadas y aumentadas? Los bienes, Espirituales, físicos y materiales que estáis deseando, porque Dios, es fiel a su Palabra, y su mano no se ha detenido para salvar y proteger a su pueblo.
Por lo cual, lo esencial es lo primero, es menester seguir entonces la justicia de Dios, de manera práctica. Y para ese ejercicio nada mas apropiado que adoptar las instrucciones del Espíritu Santo, que viene por medio del conocimiento de su bendita Palabra, por la cual somos guiados en todas las áreas de nuestra vida, a fin de obrar con equidad, y concretamente en la salvación del alma, desde ahora y para siempre. Librándonos el Señor, de una muerte eterna. Amén.
Acerquémonos ahora y sin temor, de corazón decidido, seguros de sí mismo, y de manera personal con ésta declaración:
Hoy vengo a ti, mi Señor. Al Trono de tu gracia, al lugar Santísimo. Yo creó, que tú eres el Salvador, y es amplio en perdonar. Sálvame Señor Jesús, porque si tu no me salvas, a mí no me salva nadie más que tú, pues, ya he buscado auxilio en otras cosas, ritos, ceremonias y amuletos, y no tengo paz.
Ni Juan, ni María, ni Pedro. Ni ángeles, ni arcángeles pueden salvarme, sino exclusivamente tú, mi SEÑOR JESÚS, que fuiste elegido por Dios para redimir al mundo de su maldad, y a mí, de mi pecado.
Puesto que, así está escrito:
He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. Ez. 18: 4
Pero aunque el pecado provova la muerte, el glorioso Evangelio de salvación trae vida, y vida en abundancia. Pues, esto dice la Palabra:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Jn. 3: 16
Como tampoco ha sido puesto ningún intermediario entre Dios, y los hombres, sino directamente JESUCRISTO. Autor de la vida, y consumador de la fe.
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hch. 4: 12
Porque Cristo para eso murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Ro 14: 9
Y para que, delante de él, se doble toda rodilla, y admita, que él es Dios, y que su justicia es para siempre, y eternamente su Salvación.
Porque escrito está:
Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. Ro. 14: 11
Por tanto, si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
Recibidle, hoy en oración, suplicando por el perdón y la salvación de vuestra alma, con ésta simple petición, por cuanto el Señor Jesús, está atento para escuchar tu corazón contrito y arrepentido, puesto que Él, no desprecia al humilde y de actitud sincera.
Digamos entonces, así:
Señor JESÚS, hoy reconozco delante de ti, mis errores.
Líbrame de toda ignorancia, y rebelión.
Perdona todos mis pecados, y sálvame por tu misericordia.
Acepto tu sacrificio en la cruz, y te recibo por medio del Espíritu Santo, quien te levantó de la muerte. Te recibo ahora mismo como mi Señor, y mi Salvador personal y suficiente. Gracias Jesús, Dios mío. Amén.
Amados hermanos, Dios, cumple así la Salvación prometida a toda criatura, por cuanto su justicia es para siempre. Amén
Si has hecho ésta oración con fe, has recibido a Jesucristo como tu Señor y Salvador. Ahora eres hijo de Dios, Engendrado no sangre, ni de voluntada de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Esto es; os era necesario nacer de nuevo. Es; Tu nueva vida en Cristo.
Ahora conseguirá tu Biblia, la Palabra de Dios, y una congregación en donde reunirte para aprender mas de la verdad Gloriosa de éste Evangelio de Jesucristo, y también para ofrecer alabanza purificada al Señor en señal de gratitud por todo lo sucedido. Amén.
Recuerde, amigo, amiga. Jesucristo está por ti, para darte Salvación eterna, perdonando toda tu vida pasada, y ayudarte en el crecimiento Espiritual, y en las necesidades cotidianas, siendo esta la buena y agradable voluntad de Dios, para con todos los que creen a su Palabra.
Que la bendición, del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, este con todos vosotros.
Les habló el Hno. Francisco.
Ministro del Nuevo Pacto y Reconciliación, según la gracia y el poder que da el Espíritu de Dios.
E-mail: [email protected]
Bogotá-Colombia