Re: COMO SE QUE A ELENA LE HABLO UN DEMONIO
Estimado manuel96. Saludos cordiales.
Tú dices:
2Th 2:7 Pues el plan secreto de la maldad y a está en marcha; solo falta que sea quitado de en medio el que ahora lo está deteniendo.
Respondo: Si estudias la historia de la iglesia, entenderás que Pablo se refiere claramente a "la apostasía" y a la manifestacíon del "hombre de pecado" el hijo de perdición, reconocido por los primeros reformadores como "el papado", quién se atribuye el poder de gobernar la iglesia.
“Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?
Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.
Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.” 2Tes.2: 3-7
En época de Pablo y en los primeros siglos, ¿Quién detenía el desarrollo del hombre de pecado, el hijo de perdición?
El Cesar romano impedía que el papado tomara el control. Cuando Constantino traslada la sede del imperio de Roma a Constantinopla, recién tuvo ocasión de desarrollarse este poder, pero fue Justiniano con su decreto, el que le concedió la primacía para gobernar a la manera de los césares.
En resumen, cuando el Cesar pagano desaparece, lo reemplaza el Cesar cristiano (solo de nombre).
fijate que en la tribulacion sera parecido a los tiempos antiguas , antes de pentecontes
los prefetas daran mensajes y los angeles
Según este comentario tuyo, hay un versículo que lo explica: "Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre" Mateo 24:9.
Esto alude a la inquisición, porque como es sabido, se instaló ese diabólico tribunal en los países donde la iglesia romana dominaba, precisamente para matar a todos aquellos que no aceptaran los dogmas de dicha iglesia.
La palabra tribulación implica sufrimiento, angustia o problemas grandes. En esta vida todos pasamos por esos períodos, y esto puede aplicarse a una persona, familia o nación.
En particular, el pueblo de Dios, tanto judíos como Cristianos, ha sufrido persecución, tortura y muerte durante toda su historia. En lo que toca a la Iglesia de Cristo la persecución inició desde su nacimiento en Jerusalén, después en Roma por los emperadores y, posteriormente, por la iglesia católica, sobre todo durante la inquisición y diferentes guerras.
Acá tienes un botón de muestra:
EL PAPA INOCENTE III (1198-1216 d.C.)
Fué Inocente el III que empezó su campaña contra los cristianos, que ellos nombraron <herejes>, con sus frecuentes exortaciones y cartas para los Príncipes de los Reinos. Este papa fue el más poderoso de todos los papas. El reclamó, siendo el primero quien dijo ser 'Vicario de Cristo', Supremo Soberano de la Iglesia, y del Mundo. El decía que tenía el derecho de quitar y poner reyes. Hubo mucho temor de él, y la mayoría de los reyes y gobernantes obedecían a él. El inició las siguientes cosas:
1. Ordenó dos Cruzadas con terribles matanzas de seres humanos, la mayoría siendo cristianos, y mucha destrucción. Acabó con la ciudad de Constantinopla.
2. Decretó la transubstanciación, o sea que según él, el vino de la comunión, o La Santa Cena, se cambiaba en la sangre de Cristo. Opinión que la Iglesia Cristiana Evangélica nunca ha aceptado.
3. Confirmó la confesión auricular.
4. Decretó que ningún papa podía salir de la Iglesia Católica Romana, o sea la infalibilidad papal.
5. Prohibió la lectura de la Sagrada Biblia, o sea la Palabra de Dios en el idioma del pueblo.
6. Ordenó el exterminio de todo <hereje>.
7. Este instituyó la Inquisición para acabar con todos que no estaban de acuerdo con él, para así quedar en el poder.
8. Ordenó la matanza de los Albigenses, según ese Apóstata eran Cátaros y 'herejes'.
El derramó más sangre de gente inocente que en cualquier otra época de la Iglesia Cristiana. Para muchos, él era el diablo encarnado y el anticristo sobre la tierra.
Siendo que Satanás tenía bajo su control completo a Roma, después del reinado de Inocencio III, siguió Honorio III de 1216-1227 d.C., llevando acabo las misma obras Satanístas que Inocencio III. Gregorio IX 1227-1241, posiblemente sobrino de Inocencio III. Este autorizó los arrestos, procesos y los castigos de los Albigenses y los Valdenses, dando exclusivamente a la Iglesia Romana y a sus representantes el poder enjuiciarlos y castigarlos. Este decía que podían acusar a otra de herejía, apostasía, o de desobediencia a otra persona y hacerla condenar. No era necesario tener evidencia o ser juzgado, porque los Inquisitores tenían absoluto dictámen sobre cada caso. Estos eran personas brutas que preferían condenar, y más probable así resultó esos casos.
Recordemos esta reflexión de Juan Calvino: “Para no perder demasiado tiempo en explicaciones, el ser obispo universal ¿no es acaso tener pleno poder sobre la cristiandad? San Gregorio detesta una dominación tal como execrable, llena de sacrilegio y propia del anticristo solo. ¿A quien le creemos mas, al papado o al mismo papa?”.
Los sucesores de Gregorio no vacilaron en asumir el titulo universal que Gregorio había negado a su rival de Constantinopla. Los abusos a que dieron lugar las ambiciones pontificales provocaron muy pronto vivas reacciones, y no se tardo en aplicar a los papas los oráculos inspirados que describían las actuaciones del anticristo.
Hacia fines del siglo X, Arnoldo, obispo de Orleáns, se puso a la cabeza del episcopado francés para oponerse a las usurpaciones del papado. Promotor de un concilio que se celebró en el monasterio de Sant-Basle, cerca de Reims, en junio de 991, Arnoldo pronunció un discurso vehemente en el cual se inspiró en el celebre pasaje de la segunda epístola de Pablo a los Tesalonicenses relativa al anticristo. “¿Quién es ese hombre sentado sobre trono – clamaba – resplandeciente en sus vestiduras de púrpura y de oro? Si la caridad le falta, y si no esta confiado y sostenido mas que por la ciencia, es el anticristo que se sienta e el templo de Dios, que quiere hacer creer que es Dios”. El valor de Arnoldo suscitó la admiración de los historiadores, aun de los católicos. “Ponía al descubierto las maquinaciones de los papas recientes, revelaba sus vicios, y sus crímenes. ¿A tales monstruos, preguntaba, faltos de ciencia divina y humana, habremos de estar legítimamente sometidos? Los llamaba el anticristo, estatuas sin almas, ídolos en el templo. Y su discurso terminaba en un melancólico sarcasmo contra Roma de la cual Alejandría, Antioquia y Constantinopla, se habían separado; Arnoldo, muy preocupado, preveía que el Anticristo estaba muy próximo [es decir, presentía que las cosas empeorarían]”.
En el siglo XII un cura de Autun [note que no se hace mención primaria de protestantes aun], Honorio, clamó: “¡Mirad a esos obispos y a esos cardenales de Roma, esos dignos ministros que rodean al trono de la bestia! Siempre están ocupados en nuevas iniquidades y no dejan de cometer crímenes”. Concluía tristemente: “El reino de Dios ha terminado, y ha comenzado el del anticristo: un nuevo derecho ha reemplazado al derecho antiguo; la teología escolástica ha subido del trono de infierno para ahogar la religión; en fin, en ella no hay mas ni moral, ni dogmas, ni culto, y he aquí llega el ultimo tiempo anunciado por el Apocalipsis”.
“Hace aproximadamente 170 años que Hildebrando, con el pretexto de la religión, comenzó a echar los fundamentos del imperio del anticristo”, dijo. Y agregó: “Esos sacerdotes de Babilonia quieren reinar solos”. Luego continua: “Aquel que se llama el siervo de los siervos quiere ser el señor de los señores, como si fuese Dios, y habla en forma grandilocuente como si fuera Dios, maquina nuevos diseños en su corazón, piensa hacerse un imperio donde el solo sea el soberano, cambia las leyes, establece las suyas, ensucia, desgarra, hace pillaje, despoja, engaña, mata: es lo que hace este hombre de pecado que se llama anticristo, sobre cuya frente está escrito este nombre de blasfemia: yo soy Dios no puedo equivocarme. Esta sentado en el templo de Dios, y domina a su antojo”. (Everardo de Truchsen, arzobispo de Salzburgo. Sínodo de Ratisbona, en Baviera, en 1241)
John Bale (1495-1563), declaró que Roberto Grouteheade (Groseste), obispo de Lincoln de 1235 a 1253, autor de un comentario sobre el Apocalipsis, identifica al anticristo como el papado.
Joaquinitas y franciscanos espirituales, en los siglos XIII y XIV, buscaban el anticristo sobre el trono pontificio, en la persona de un antipapa. Roger de Hoveden atribuye al abate [presbítero, clérigo] Joaquín de Flora la extraña opinión según la cual el anticristo estaría a punto de ocupar la sede de apostólica.
Vittore di S. Maria Sopransi (1739-1804), carmelita descalzo, escribía: “No hay lugar para buscar otro anticristo; imposible encontrar uno mas grande que este. El cristianismo no sabía ver en el mismo individuo, en la misma iglesia, sobre el mismo trono al ministro de Dios y al de Satanás, al pastor legítimo y al ladrón y asesino, el vicario de Cristo y al anticristo, al centro de la unidad y a la ramera de Apocalipsis, a la iglesia de Dios y a la sinagoga de Satanás”
Estimado manuel96, tu dices: "los prefetas daran mensajes y los angeles"
¿Crees en el permanente don de profecía?
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.