¿Tu te consideras Santo?

¿Tu te consideras Santo?

  • Si

    Votos: 14 56,0%
  • No

    Votos: 8 32,0%
  • Quisiera ser santo

    Votos: 3 12,0%
  • No lo se

    Votos: 0 0,0%

  • Votantes totales
    25
23 Diciembre 1998
1.977
3
68
Santidad

La santidad es una de las perfecciones comunicables de Dios, Dios es Santo, Santo, Santo y es el único al que se le debería dar el titulo de SANTISIMO, termino hoy tan degradado que cualquiera puede atribuirse (o pretender atribuirse) dicho termino.
Sin embargo a los hijos de Dios, aquellos que han aceptado (Efesios 1:6) el regalo de ser aceptos EN Dios, pasa a adquirir la calidad de santos, así lo declara Dios en su bendita Palabra.
Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación" (1 Tes.4:3).
"Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad" (Jn.17:17)

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Re: ¿Tu te consideras Santo?

Santidad

La santidad es una de las perfecciones comunicables de Dios, Dios es Santo, Santo, Santo y es el único al que se le debería dar el titulo de SANTISIMO, termino hoy tan degradado que cualquiera puede atribuirse (o pretender atribuirse) dicho termino.
Sin embargo a los hijos de Dios, aquellos que han aceptado (Efesios 1:6) el regalo de ser aceptos EN Dios, pasa a adquirir la calidad de santos, así lo declara Dios en su bendita Palabra.
Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación" (1 Tes.4:3).
"Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad" (Jn.17:17)

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Amen

1Corintios
1:2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:
1:3 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo


Aleluya Cristo me salvo!!!!
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

todos los que hemos recibido a Cristo como señor y salvador somos santos, no por nuestros mèritos sino por estar revestidos de Cristo.

saludos!
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

Santidad

La santidad es una de las perfecciones comunicables de Dios, Dios es Santo, Santo, Santo y es el único al que se le debería dar el titulo de SANTISIMO, termino hoy tan degradado que cualquiera puede atribuirse (o pretender atribuirse) dicho termino.
Sin embargo a los hijos de Dios, aquellos que han aceptado (Efesios 1:6) el regalo de ser aceptos EN Dios, pasa a adquirir la calidad de santos, así lo declara Dios en su bendita Palabra.
Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación" (1 Tes.4:3).
"Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad" (Jn.17:17)

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Amén.:Angel_ani
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

Sin embargo a los hijos de Dios, aquellos que han aceptado (Efesios 1:6) el regalo de ser aceptos EN Dios, pasa a adquirir la calidad de santos, así lo declara Dios en su bendita Palabra.
Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación" (1 Tes.4:3).
"Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad" (Jn.17:17).

¿Quieres decir que la santidad es como un título o algo asi como un diploma, pero no necesariamente algo que se ve reflejado en las personas?

Saludos.
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

¿Quieres decir que la santidad es como un título o algo asi como un diploma, pero no necesariamente algo que se ve reflejado en las personas?

Saludos.

"Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no puede ser escondida. Tampoco se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón, sino sobre el candelero; y así alumbra a todos los que están en la casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, de modo que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
(Mat 5:14-16)
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

"Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no puede ser escondida. Tampoco se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón, sino sobre el candelero; y así alumbra a todos los que están en la casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, de modo que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
(Mat 5:14-16)

Podridas poner por favor tu respuesta. Si solo citas un texto bíblico no quedo muy seguro de cual es tu respuesta a mi pregunta.

Saludos.
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

¿Quieres decir que la santidad es como un título o algo asi como un diploma, pero no necesariamente algo que se ve reflejado en las personas?

Saludos.

Muy buena analogía... me recuerda a un gran médico regiomontano que no se tituló, cuando le gritaban '¡adiós, doctor sin título!', él les respondía «¡adiós, título sin doctor!».

Nuestros amigos ostentan el título de santos, sin parecerlo, ni merecerlo, y lo peor, sin ejercerlo.

Un saludo.
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

Muy buena analogía... me recuerda a un gran médico regiomontano que no se tituló, cuando le gritaban '¡adiós, doctor sin título!', él les respondía «¡adiós, título sin doctor!».

Nuestros amigos ostentan el título de santos, sin parecerlo, ni merecerlo, y lo peor, sin ejercerlo.

Un saludo.

tienes razón no lo merecemos, pero cristo nos lo regaló. esto es la gracia.

¿quieres ser santo?

deja la idolatría y recibe a Cristo como tu señor y salvador.


saludos!
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

tienes razón no lo merecemos, pero cristo nos lo regaló. esto es la gracia.

¿quieres ser santo?

deja la idolatría y recibe a Cristo como tu señor y salvador.


saludos!

Se están contradiciendo... primero dicen, que podemos ser pecadores y ser santos a la vez. Luego, dicen que tenemos que dejar lo que ustedes consideran idolatría.

Es decir, la idolatría ¿es el único pecado que no tolera Dios? ¿todo lo demás si? ¿o hay un listado? Puedo ser un adúltero, un masturbador, un fornicador, un embustero, un asesino, y seguir siendo santo, lo único que importa es no tener una estampita de la Virgen de Guadalupe... caray, qué belleza de pensamiento, ustedes me impactan con su sabiduría infinita eh.
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

Como bien dice DanielO, una cosa es la Santidad de Dios, y otra la santificación del creyente.

La palabra santo, tiene varios significados según el contexto bíblico. El más usado es apartar o consagrar para Dios.

Yo soy santo en el sentido de que cuando creí, fuí apartado para Él y tengo la promesa de que nadie me va a robar de las manos del Padre.

Sí, por los méritos de Cristo en la cruz, soy santo y el sigue santificándome más y más, cada día.


SANTIDAD, SANTO. La santidad es básica en casi todas las religiones. Dos cualidades comunes se destacan: la de separación o distinción (lo que es reservado o separado para los dioses) y la de poder. Lo santo despierta reverencia y temor, a la vez que acatamiento y dependencia.
El Antiguo Testamento relaciona el concepto con el Dios verdadero y utiliza la palabra hebreo qadash, cuya etimología es incierta (según algunos, relacionada con «separar», según otros, con «brillo»). De los varios términos griegos, la Septuaginta y el Nuevo Testamento prefieren uno poco usado en el griego clásico (hagios), aunque a veces se emplean otros (hosios y hieroŒs).
Encontramos la idea de Santiago en todo el Antiguo Testamento, pero no hay duda de que los profetas la profundizaron, y le dieron un carácter más personal y ético. En el Nuevo Testamento este aspecto predomina, ya que en el Dios santo se manifiesta en la persona de Jesucristo, quien personifica en sí mismo el significado de la santidad.
En el Antiguo Testamento Dios es santo (Sal 99.9) o santo es su nombre (99.3; 111.9). La santidad de todas las demás cosas o personas que puedan ser llamadas santas deriva de Él y dependen de su voluntad. La santidad de Dios significa que Él es distinto y trascendente con relación a todo lo creado, incomprensible e inaccesible al hombre (desde los textos más antiguos: Gn 28.16ss; 1 S 6.19ss y culminando en los profetas: Is 6; 57.15; Os 11.9; Ez 1; 36.22, 23). Al mismo tiempo, su santidad se expresa manifestándose, dándose a conocer, llamando al hombre a participar en lo que Él hace (Dt 7.6; Lv 11.44; Nm 15.40). La santidad de Dios no es simplemente lo misterioso, sino su perfección moral (Hab 1.3), que se manifiesta plenamente en su misericordia (Os 11.9). Isaías destaca su soberanía y su oposición al pecado (1.4; 5.19, 24; 10.17, 20; 12.6). Aunque el Nuevo Testamento no se ocupa tanto de la santidad de Dios, no hay duda alguna que mantiene la afirmación del Antiguo Testamento (Ap 4.8; Jn 17.11; Mt 6.9).
Las cosas no son santas en sí mismas, ni primordialmente por su uso en el culto, sino por estar colocadas al servicio de Dios o en relación con Él. Santos son el lugar donde Dios se da a conocer (Éx 3.5; Jos 5.15), el arca del pacto (2 Cr 35.3), el día de reposo (Éx 20.8, 11; 35.2), las vestimentas y utensilios relacionados con el culto de Dios (Éx 28.2; 1 R 8.4), las fiestas consagradas a Él (Is 30.29) y por supuesto el templo. Tanto los profetas como el Señor Jesús enseñan que estas cosas son profanadas cuando se les considera aparte del propósito y la voluntad de Dios.
Dios congrega un Pueblo que, por estar separado para Él, es santo (Lv 21.6–8; Ez 37.28, etc.). Por serlo, debe santificar a Dios en el culto, la observancia de la Ley y el ejercicio de la justicia y la misericordia. La santidad requerida del pueblo tiene así un contenido religioso y ético, individual y social. El Nuevo Testamento ve en el nuevo pueblo de Dios la continuidad del pueblo santo (Jn 17.19; 1 Co 1.2; Ro 15.16; 1 P 2.5, 9). Los miembros de este pueblo deben consagrar la totalidad de su vida en ofrenda a Dios (Ro 12.1; Flp 2.17). La santidad no es privilegio de algunos, ya que todos los creyentes son llamados santos. A su vez, esto significa que son llamados a vivir en santidad, según el modelo de Cristo (Ef 1.4; Heb 2.11; 1 P 1.16) hasta la plena realización de esa santidad en el Reino (2 P 3.13). (® Santificar.)

SANTIFICAR . Término que traduce en nuestras Biblias el hebreo qadash y el griego hagiazo. El significado se vincula a las dos ideas dominantes del concepto de lo santo: lo que es apartado, separado o consagrado a Dios y la transformación ética y religiosa que corresponde a quienes entran en esa relación con Él.
Dios es santo en majestad, trascendencia, misterio, separado del hombre y del pecado. Santificar a Dios es reconocerlo en su Santidad (Is 8.13; 29.23). Se le santifica reconociendo y usando adecuadamente las cosas que Él ha señalado (por ejemplo, día de reposo, Gn 2.3; altar, Éx 29.37; tabernáculo, Éx 29.44; etc.), y honrando las personas o pueblo que Él ha elegido (por ejemplo, Pueblo, Éx 19.14; Sacerdotes, Éx 28.41). A menudo la idea dominante es de limpieza o Purificación ritual. Pero santificar a Dios requiere una actitud interior y una conducta que corresponde a la santidad de Dios (Is 1.4, 11; 8.13). Dios santifica su propio nombre al cumplir ante los pueblos su propósito (Ez 36.23; Is 29.23).

En el Nuevo Testamento hallamos un uso doble y complementario del concepto de santificar y santificación. La idea de consagrar enteramente a Dios sigue empleándose (Mt 23.17, 19). Pero el sumo sacrificio es Jesucristo (Jn 17.19) que se santifica a sí mismo y a los suyos (Heb 13.2; Jn 17.17). En Hebreos leemos que Jesucristo a su vez santifica a los suyos, separándolos y adquiriéndolos para Dios por su muerte y capacitándolos para un culto nuevo y espiritual por medio de Él y para una nueva vida de santidad (Heb 2.17; 9.13ss; 13.12–16). La Santificación es a la vez algo que Jesucristo adquirió para siempre para el creyente y un llamado a la santidad (Heb 10.10, 14; 12.14).
El mismo carácter doble advertimos en los escritos de Pablo. Jesucristo ha santificado a los creyentes por su obra y son por lo tanto santos (1 Co 1.2; 1 P 1.2; 1 Co 7.14). Por otra parte, la voluntad de Dios es nuestra santificación (1 Ts 4.3), es decir, que seamos conformados a la imagen de Cristo (2 Co 3.17, 18). Esto demanda un esfuerzo del creyente (2 Co 7.1; Heb 12.13; 1 Jn 3.3) en una lucha permanente (Ro 7; Gl 5.16–26); pero debe ser reconocida como obra de Dios (1 Ts 5.23, 24), quien la perfeccionará.

Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.


Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. 13Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; 14porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir. 15Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Hebreos 13:12-15
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

SANTIDAD, SANTO, SANTOS,

Probablemente no exista religión que no distinga entre lo santo y lo profano, y en la mayor parte, si no en todas, el hombre religioso es aquel para el cual algo es santo. Este hecho está profusamente ilustrado en las Escrituras.
Las palabras bíblicas principales son el heb. qadosh en el AT y el gr. hagios en el NT, ambas de derivación incierta. Si la raíz principal qdsû se deriva de la raíz sencilla qd, con el significado de cortar o separar, denota entonces apartamiento, y de allí la separación de una cosa o persona de su uso común o profano para uso divino. La terminología neotestamentaria sugiere una distinción entre la santidad que es el propio ser de Dios y la santidad que pone de manifiesto el carácter de su pueblo. Los términos semnos, aquello que invoca reverencia (1 Ti. 3.8), hieros, sagrado, que tiene relación con la deidad (2 Ti. 3.15), y hagios, lo que es puro o casto (2 Co. 11.2), se utilizan con referencia al pueblo de Dios, mientras que los términos hosios (Ap. 15.4) y hagios (Jn. 17.11) se aplican en primera instancia a Dios, como indicación de un carácter que está en total antítesis con el del mundo.

a. La santidad como separación y púreza ética
Resulta claro que, en general en las Escrituras, santidad significa separación, y se emplea el término con referencia a personas y cosas que han sido separadas o apartadas para Dios y su servicio. Así tenemos en Éxodo la mención de tierra santa (3.5), santa convocación (12.16), santo día de reposo (16.23), gente santa (19.6), y lugar santo (29.31), para mencionar sólo unas cuantas. En estos casos y en otros similares el término no entraña directamente atributos éticos, sino principalmente consagración al Señor y a su servicio, y en consecuencia apartamiento de la esfera común. Es Dios quien provoca esta separación, y así transmite la santidad que entraña la separación. Por ejemplo, se designó santo el séptimo día, en lo negativo porque se lo había separado de los otros seis días de la semana, y en lo positivo debido a que estaba dedicado al servicio de Dios. Cuando se aplica el término a un lugar determinado, se procede así debido a una asociación divina con dicho lugar. Moisés recibió en Horeb, ante la zarza ardiente, el siguiente mandato: “Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es” (Ex. 3.5). La tierra era santa porque era en ese momento el lugar de una revelación divina. En forma similar, Dios santificó al pueblo de Israel separándolo de todas las naciones de la tierra y pactando con él, pero esto comprendía el acto de proporcionarles cierto conocimiento de la ley divina, tanto moral como ceremonial. Así se imparte lo ético. Generalmente están presentes estos dos aspectos de la santidad, ya que se entendía que ser santo significaba no solamente vivir una vida separada, sino tener un carácter diferente al del hombre ordinario. Fue así como el término adquirió una significación claramente ética. En consecuencia, se reconoce que la santidad pertenece a lo que ha sido elegido y apartado por Dios, dándosele, a la vez, un carácter que se ajusta a las leyes de Dios.

b. La santidad del carácter de Dios
De lo que se ha dicho más arriba resulta claro que la santidad no es tanto una relación de la criatura para con el Creador, sino del Creador para con la criatura. En otras palabras, es la santidad de Dios la que pone de manifiesto esa vida de separación y ese carácter distintivo que identifican al pueblo de Dios. Esto da sentido a la distinción que hiciéramos anteriormente, la de que se aplican diferentes términos a la santidad de Dios y a la de su pueblo. La santidad pertenece a Dios porque es divina, y sin ella no sería Dios. En este sentido “no hay santo como Jehová” (1 S. 2.2). La cualidad ética de la santidad es el aspecto que más comúnmente aflora en esta palabra cuando se aplica a Dios. Se trata básicamente de un término para destacar la excelencia moral de Dios, y el hecho de que está libre de toda limitación en su perfección moral (Hab. 1.13). Es en este sentido que solamente Dios es santo y que sirve de modelo de pureza ética para sus criaturas.
Como la santidad comprende todos los atributos característicos de la Deidad, podemos concebirla como el resplandor de todo lo que es Dios. Así como los rayos del sol, que combinan todos los colores del espectro, se unen en el brillo del sol y forman la luz, así también todos los atributos divinos aparecen reunidos y amalgamados en su santidad cuando Dios se manifiesta a sí mismo. Concebir el ser y el carácter de Dios simplemente como una síntesis de perfecciones abstractas es privar a Dios de toda realidad. En el Dios de la Biblia todas estas perfecciones viven y se desenvuelven en santidad.
Es por ello que podemos comprender por qué en la Escritura se atribuye santidad a las personas de la deidad en forma individual y expresa: al Padre (Jn. 17.11), al Hijo (Hch. 4.30), y especialmente al Espíritu por ser el que manifiesta y comunica la santidad de Dios a sus criaturas.

c. La santidad de Dios en relación con su pueblo
El AT aplica la palabra “santo” a los seres humanos en virtud de su consagración a fines religiosos, p. ej. a los sacerdotes consagrados por medio de ceremonias especiales, y a toda la nación de Israel, incluso, como pueblo separado de las naciones y consagrado a Dios. En consecuencia, fue su relacion con Dios lo que hizo que Israel fuese un pueblo santo, y en este sentido la santidad fue la más alta expresión de la relación basada en el pacto. Este concepto no está totalmente ausente del NT, como puede comprobarse en el pasaje de 1 Co. 7.14, donde se santifica al marido no creyente en virtud de su relación con la esposa creyente, y viceversa.
Pero a medida que avanzó el concepto de la santidad, junto con la progresiva revelación de Dios, de afuera hacia adentro, de lo ceremonial a la realidad, también adquirió fuerte significación ética, y esta es su connotación principal—y prácticamente exclusiva—en el NT. Los profetas veterotestamentarios la proclamaron como lo más característico de la autorrevelación divina, como el testimonio que Dios ofrece de sí mismo, y como el aspecto bajo el cual quiere que sus criaturas lo conozcan. Además, los profetas declararon que Dios resolvió expresamente comunicar su santidad a sus criaturas, y que, a su vez, les exige santidad. Así como “yo soy santo” es la afirmación divina que pone a Dios inmesurablemente por encima de sus criaturas, “sed santos” es el llamamiento divino a que sus criaturas compartan su santidad (He. 12.10). Este impartir de la santidad divina es lo que se produce en el alma humana con la regeneración y se convierte en fuente y fundamento del carácter santo.
Con su vida y su carácter Cristo es el ejemplo supremo de la santidad divina. En él la santidad consistió en algo más que mera impecabilidad: consistió en una total consagración a la voluntad y el propósito de Dios, y con este fin Jesús se santificó a sí mismo (Jn. 17.19). La santidad de Cristo es tanto la norma para el carácter cristiano como su garantía: “porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos” (He. 2.11).
En el NT la designación apostólica para los cristianos es la de santos (hagioi), y esta designación continuó usándose en sentido general por lo menos hasta los días de Ireneo y Tertuliano, aunque posteriormente se degeneró en el uso eclesiástico hasta convertirse en título honorífico. Aunque su significado primario era relacional, también servía para describir el carácter, y más especialmente el carácter semejante al de Cristo. En todo el NT se hace hincapié en la naturaleza ética de la santidad en contraste con toda suerte de impureza. Se la representa como la suprema vocación cristiana y como meta de su existencia. En la evaluación final del destino humano las dos categorías que reconoce la Escritura son los justos y los malvados.

d. Significación escatológica de la santidad
La Escritura destaca la permanencia del carácter moral (Ap. 22.11). También hace hincapié en el aspecto retributivo de la santidad divina. Expone al mundo a juicio. Dada una necesidad moral en Dios, la vida está ordenada de manera que en la santidad está la buenaventura, y en el pecado la perdición. Como la santidad divina no podía crear un universo en el que el mal finalmente prosperara, la cualidad retributiva se hace perfectamente evidente en el gobierno divino. Pero la retribución no es el fin; la santidad de Dios nos asegura que habrá una restauración final, una palingenesia, que traerá como consecuencia una regeneración del universo moral. La escatología de la Biblia contiene la promesa de que la santidad de Dios limpiará todo el universo y creará nuevos cielos y nueva tierra en las que morará la justicia (2 P. 3.13).
Bibliografía. °R. Otto, Lo santo, 1965; H. P. Muller, “Santo”, °DTMAT, t(t). II, cols. 768–781; H. Seebass, I. Brase, “Santo”, °DTNT, t(t). IV, pp. 149–161; K. Hemmerle, “Lo santo”, Sacramentum mundi, 1972, t(t). VI, cols. 242–249; P. S. Rees, “Santidad, Santo”, °DT, 1986, pp. 483–84; W. Eichrodt, Teología del Antiguo Testamento, 1975, t(t). I, pp. 246–257; K. H. Schelkle, Teología del Nuevo Testamento, 1977, t(t). III, pp. 251–260; K. V. Truhlar, “Santidad”, Sacramentum mundi, 1972, t(t). VI, cols. 234–242; M. Eliade, Tratado de historia de las religiones, 1974, t(t). I, pp. 23ss.
A. Murray, Holy in Christ, 1888; R. Otto, The Idea of the Holy, 1946; ERE, 6, pp. 731–759; W, E. Sangster, The Path to Perfection, 1943; H. Seebass, C. Brown, en NIDNTT 2, pp. 223–238; TDNT 1, pp. 88–115, 122; 3, pp. 221–230; 5, pp. 489–493; 7, pp. 175–185.

Douglas, J. D., Nuevo Diccionario Biblico Certeza, (Barcelona, Buenos Aires, La Paz, Quito: Ediciones Certeza) 2000, c1982.
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

La santidad es como una ciudadania para diferenciarse del mundo natural. Tal como en la iglesia primitiva se diferenciaba de los paganos.

espiritu
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

SI, ... SOY SANTO

Y no solo yo,... sino todos los que hemos creido en nuestro Señor Jesucristo, hemos sido lavados en su sangre, y por tanto hemos sido apartados del mundo para Dios .. SOMOS SANTOS.

Santidad no es sinónimo de perfección; sino, como muy bien apunta Caminante2007, es ser apartado por Dios para su obra y reino, apartados del mundo para Dios; ..me explico.. podemos tener un elemento cualquiera, que generalmente se use en el culto a Dios, como por ejemplo una mesita. Esta mesa, quizás sea hecha de madera común y corriente (no de la mejor que exista) puede incluso estar malhecha, coja, mal pintada... pero está destinada exclusivamente para los usos de Dios, santificada para Dios... aunque lejos está de ser perfecta, pero se ha santificado solo para los usos en la iglesia, en el culto a Dios.

Similarmente un creyente, que por la obra de Dios ha sido apartado del mundo y se ha guardado (por la gracia de Dios) solo para Dios, para buscarle, servirle y ha cortado toda relación con el mundo (sistema mundano) es santo;... imperfecto.. pero santo;... su Palabra abunda en citas en relación a que los creyentes, parte de la iglesia de Cristo, son santos.. y seguramente, uno de los más expresivos en relación a lo que ya explicaba, es el siguiente:
"Y El mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores; PARA PERFECCIÓN DE LOS SANTOS, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4:11,12)


Dios los bendiga
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

Se están contradiciendo... primero dicen, que podemos ser pecadores y ser santos a la vez. Luego, dicen que tenemos que dejar lo que ustedes consideran idolatría.

Es decir, la idolatría ¿es el único pecado que no tolera Dios? ¿todo lo demás si? ¿o hay un listado? Puedo ser un adúltero, un masturbador, un fornicador, un embustero, un asesino, y seguir siendo santo, lo único que importa es no tener una estampita de la Virgen de Guadalupe... caray, qué belleza de pensamiento, ustedes me impactan con su sabiduría infinita eh.

ok. Bari te explico

El ser santo no es sinónimo de perfecto o sin pecado. Santo es apartado.

Mira el pueblo de israel es un pueblo santo porque Dios lo apartó. sin embargo estudias a este pueblo y te preguntas ¿que tienen de santos?

El problema es que desgraciadamente los 500 años de religión católica en nuestros paises nos han metido en la cabeza, que los santos son personas que se olvidan de si mismas y se dedican a ayudar al pobre y al necesitado, que son pobres, y que despues de muertos hacen uno que otro milagrito.

Veamos por ejemplo algo que tú mencionas.

Un asesino. Si se arrepiente y cree en Cristo como Su Señor, Dios lo hace santo o sea lo aparta.

Ahora, el arrepentimiento en este caso del asesino significa no volver a matar.

No quiere decir que un ladrón puede arrepentirse, robar, arrepentirse, robar.
NO! tiene que apartarse del robo. El robo tiene que dejar de ser su forma de vida.

El ser santo no es porque nos lo hayamos ganado o porque nos lo merescamos.

El ser santos es porque somos el templo del Espíritu Santo. Además cuando creímos fuimos sellados por Espíritu.

El ser santo no implica que ya no voy a pecar.

Un ejemplo, el ladrón robaba antes de conocer a Cristo porque era su forma de vida, planeaba cada robo, lo meditaba. Ahora su forma de vida es no robar.
que pasa si un día involuntariamente, por la costumbre que tenía del robo, o por una necesidad no vence la tentacioón y roba de nuevo.

¿Dios lo perdona? si, debe arrepentirse y no volver a robar y luchar cada día contra la tentación, hasta que el robo deje de ser una debilidad para él.

espero haya sido claro y si no lo explico de nuevo!

saludos!
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

Les hago otra pregunta: ¿Quieren ver al Señor en su venida? Claro que la respuesta de todos es sí. Pues miren este texto: "Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor". Entonces, ¿que esperas para ser santo? ¿haz aceptado a Cristo como tu Señor y Salvador? ¿Te estás alimentando con su Palabra y obedeciendo sus mandamientos? Entonces ya eres santo. ¿Quiere decir que ya no pecas? Eso sería lo ideal, pero, si pecas acude de nuevo al Abogado que nuna ha perdido un caso: Cristo Jesús (1 Juan 2:1,2).

Si ya has sido justificado (declarado justo por la justicia de Cristo), el próximo paso es la santificación, que es obra del Esp'iritu Santo, haciendo de ti "una nueva criatura". Te recoiendo este texto: "...Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho de parte de Dios, sabiduría, justificación, santifiación y redención" (1 Corintios 1:30).

Que el Padre de las luces sea con todos.
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

Esta concepcion de lo que significa santo lo encontre en esta pagina que me parecio bastante interesante:

http://es.wikipedia.org/wiki/Santo

Los santos (< latín sanctus, -i; griego hagios, hebreo qâdosh ['elegido por Dios']) son hombres o mujeres distinguidos en las diversas tradiciones religiosas por sus supuestas relaciones particulares con las divinidades y la consiguiente superioridad espiritual o moral respecto al resto de los seres humanos.

Iglesia primitiva
La Iglesia afirma, desde sus orígenes, siguiendo la tradición judaica, que sólo Dios es santo. Sin embargo, por el hecho del bautismo y la adopción que conlleva, los cristianos son asociados y llamados a la santidad, que es una vocación universal.

El apóstol Pablo designaba como santos a los cristianos que vivían en una ciudad determinada, expresando la santidad como el estado de comunión con Dios, en la Iglesia, por el bautismo.

Los santos en sentido estricto son aquellos que alcanzan la beatitud eterna, contemplan a Dios en el Cielo e interceden por los seres humanos en la Tierra.

Entre los difuntos, son también venerados como santos los mártires (su sacrificio borra todo pecado) y los apóstoles (por haber sido elegidos por Jesucristo). Otros santos, como ciertos ascetas serán aceptados más tarde para la veneración.

Poco a poco, la noción de santo se iría ampliando, y numerosas personalidades locales de la Iglesia primitiva y de las nuevas poblaciones cristianizadas adquirirían la reputación de la santidad.


Catolicismo
Para los católicos, los santos forman la llamada Iglesia triunfante e interceden ante Dios por la humanidad, por los vivos en la Tierra y por los difuntos en el Purgatorio: es la llamada comunión de los santos. Todos ellos, incluso los que han sido oficialmente reconocidos como tales, tiene su festividad conjunta en el Día de Todos los Santos, que se celebra el 1 de noviembre y que para los católicos representa que, más allá del número de personas canonizadas (es decir, de las cuales la santidad se afirma sin ambigüedad y se les puede dirigir el culto), hay abundantes cristianos (e incluso no cristianos en sentido estricto, como Abraham, Moisés, David, Job), que ha alcanzado el ideal de comunión con Dios.

Los santos inscritos en el martirologio romano son los declarados por la Iglesia Católica como indudablemente presentes en el Cielo y, por tanto, pueden ser objetos del culto público, el llamado culto de dulía, a diferencia del culto de latría, que no debe dirigirse más que a Dios. Una excepción en estas categorías del culto representa la Virgen María, receptora de la hiperdulía que se celebra en los lugares de apariciones marianas.

La Iglesia Católica establece la santidad de ciertas personas mediante los procesos abiertos por la llamada Congregación para las causas de los santos. El proceso de santificación tiene que pasar por las etapas de venerabilidad, beatificación y canonización. Esta última etapa, el proceso de canonización adopta las formas de un proceso legal en el que una persona (tradicionalmente llamada abogado del Diablo) asume el equivalente de la acusación para argumentar contra la supuesta santidad. Aunque los antiguos santos eran declarados como tales por los obispos, el procedimiento, a lo largo de los siglos, se ha ido centrando en Roma y, desde hace un milenio, sólo el Papa puede celebrar canonizaciones. Aunque el derecho canónico establece uno tiempo mínimo entre el fallecimiento de una persona y el inicio de su causa de canonización en Roma, los plazos son muy variables. El abogado del diablo fue suprimido en el proceso que hizo santo al fundador del Opus Dei, José María Escrivá de Balaguer.

El papel de los santos en la Iglesia y entre los creyentes ha evolucionado mucho durante la segunda mitad del siglo XX. El culto que se les solía rendir se ha ido matizando y sus imágenes son más utilizadas como ejemplos que como agentes de intercesión, papel que desempeñaron con fuerza durante siglos.

Desde el Concilio Vaticano II, los procedimientos han cambiado, los plazos se han hecho más cortos y el número de milagros post-mortem necesario, que antes podía alcanzar varias centenas (en función de la credulidad de las épocas), se ha reducido a dos.

Bajo el pontificado de Juan Pablo II, en un período de 25 años, se proclamaron no menos de 2000 beatificaciones o canonizaciones, mientras que sus predecesores necesitaron varios siglos para unas centenas de declaraciones.


La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días reclama que es la misma iglesia que Cristo estableció sino que ella ha sido restaurado en nuestros días en preparación para la segundo venida del Salvador. Y de ahí, como su nombre indica, la Iglesia dice que sólo es diferenciada de la Iglesia primitiva en que los santos, o los miembros de la iglesia, viven en estos, los últimos días.

Elder Russell M. Nelson, miembro del Quórum de los 12 apóstoles de dicha iglesia, clarificó la definición de la Iglesia de un santo de la siguiente manera:

La palabra cristiano aparece en sólo tres versos de la versión Reina Valera de la Biblia. Un verso describe el hecho histórico en que 'a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.' (Hechos 11:26); una otras cita un no creyente sarcástico, el Rey Agrippa (véase a Hechos 26:28); y la tercera indica como un cristiano 'debe ser preparado para sufrir' (1 Pedro 4:16).

Por contraste, el término santo (o los santos) aparece en treinta y seis versos del Antiguo Testamento y en sesenta y dos versos del Nuevo Testamento.

Pablo dirigió una epístola 'a los santos que están en Éfeso, y al fiel en Jesucristo' (Efesios 1:1.). A conversos recientes allí, él dijo, 'Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios' (Efes. 2:19; véase también a Efes. 3:17–19). ¡En su epístola a los efesios, Pablo utilizó al santo de palabra por lo menos una vez en cada capítulo!

A pesar de su uso en noventa y ocho versos de la Biblia, el término santo todavía no es entendido bien. Algunos piensan erróneamente que la palabra, cuando se refiere a una persona, implica la beatificación o la perfección. ¡No es así! Un santo es un creyente en Cristo y sabe de Su amor perfecto…. Un santo sirve a los otros, sabiendo que el más uno sirve, la más grande la oportunidad para el Espíritu para santificar y purificar.


Russell M. Nelson[1]

Iglesia Ortodoxa
La santidad es para la Iglesia Ortodoxa una participación en la vida de Cristo, y los santos son llamados así en la medida en que son cristóforos, es decir, suficientemente obedientes a la figura de Cristo como para representar fielmente su imagen, ser su icono.

La Iglesia Ortodoxa ignora la noción de bienaventurado; la palabra equivale a santo. Tampoco conoce el proceso de canonización o el número mínimo de milagros para ser proclamado santo. Cuando la veneración de la memoria de un difunto se extiende entre los fieles, el sínodo de la Iglesia afectada se reúne en torno al primado (patriarca o arzobispo) y estudia la cuestión de la santidad de la persona. Sucede con frecuencia que para entonces ya han sido pintados iconos en su memoria. Cuando la santidad es proclamada, se determinan los días (pueden ser uno o varios) de fiesta litúrgica y se adopta un himno en su honor. El canón iconográfico del santo comienza entonces a elaborarse. En el calendario ortodoxo, el día consagrado a la memoria de todos los santos el primer domingo después de Pentecostés.


Protestantismo
El protestantismo se distingue especialmente del resto del cristianismo por su rechazo del culto de los santos y de sus reliquias. La acepción de la palabra santo como sinónimo de cristiano es la más corriente entre los protestantes, que insisten en la afirmación de que sólo Dios conoce a los que le pertenecen. Por ello, se abstienen de declarar a nadie particularmente santo, en tanto que su concepción de la otra vida es muy variable, no sólo entre las diferentes denominaciones, sino también según los individuos.

El protestantismo más clásico suele llamar santos a los personajes del Nuevo Testamento, sin que ello de lugar a ningún culto. Por tradición, algunos países protestantes han conservado el patronazgo de los santos a los que atribuyen haber jugado un papel importante en su evangelización: santa Brígida en Suecia, san Olaf en Noruega, etc.
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

Wikipedia para explicar la santidad, antes incluso que la Palabra de Dios.:Twitch_an

No sé si usted se burla, o su desprecio a lo que Dios dice es más que evidente.
 
Re: ¿Tu te consideras Santo?

Podridas poner por favor tu respuesta. Si solo citas un texto bíblico no quedo muy seguro de cual es tu respuesta a mi pregunta.

Saludos.

Simplemente la santidad si se ve reflejada en los santos, pero no somos santos por nuestros propios meritos sino por los de Cristo.

Un saludo.