El posicionamiento sobre la canonicidad de los libros deuterocanónicos por parte de la Reforma protestante durante el siglo XVI estuvo lejos de ser unánime.
De todos es conocido el hecho de que la Biblia del Oso, publicada por primera vez en el 1569, contenía los deuterocanónicos. De esa Biblia derivan todas las Reinas Valeras hasta el día de hoy.
Y la ya tardía King James Version, que vio la luz en la primera década del siglo XVII (1611), contaba igualmente con dichos libros. Se argumenta que la inclusión de los mismos no implicaría una aceptación de su canonicidad, pero no tiene sentido que bajo la tapa de una obra que se titual "Biblia" o "Holy Scriptures" se incluyan libros que no forman parte de la Biblia.
A todo ello hay que añadir un hecho fácil de probar: los protestantes del siglo XVI citaron como Escritura los libros deuterocanónicos. Así por ejemplo, Menno Simmons habla en su "Conversión, llamamiento y testimonio" de la paciencia de Job y Tobit, de la excelente y viril confesión de Eleazar (II Macabeos 6,18 y ss) y del martirio de la madre de los siete hermanos (II Macabeos 7). Y Dirck Philips, anabaptista flamenco más estricto que Menno en lo relativo a las excomuniones, cita como Escritura Tobit 13,11 en su obra "De la Iglesia".
La pregunta que cabe hacer es: ¿quién, cuándo, por qué y con cuál autoridad se quitaron los deuterocanónicos de las Biblias protestantes que antes los contenían?
De todos es conocido el hecho de que la Biblia del Oso, publicada por primera vez en el 1569, contenía los deuterocanónicos. De esa Biblia derivan todas las Reinas Valeras hasta el día de hoy.
Y la ya tardía King James Version, que vio la luz en la primera década del siglo XVII (1611), contaba igualmente con dichos libros. Se argumenta que la inclusión de los mismos no implicaría una aceptación de su canonicidad, pero no tiene sentido que bajo la tapa de una obra que se titual "Biblia" o "Holy Scriptures" se incluyan libros que no forman parte de la Biblia.
A todo ello hay que añadir un hecho fácil de probar: los protestantes del siglo XVI citaron como Escritura los libros deuterocanónicos. Así por ejemplo, Menno Simmons habla en su "Conversión, llamamiento y testimonio" de la paciencia de Job y Tobit, de la excelente y viril confesión de Eleazar (II Macabeos 6,18 y ss) y del martirio de la madre de los siete hermanos (II Macabeos 7). Y Dirck Philips, anabaptista flamenco más estricto que Menno en lo relativo a las excomuniones, cita como Escritura Tobit 13,11 en su obra "De la Iglesia".
La pregunta que cabe hacer es: ¿quién, cuándo, por qué y con cuál autoridad se quitaron los deuterocanónicos de las Biblias protestantes que antes los contenían?