Todas las oraciones son oídas sin excepción. Dios todo lo oye y todo lo sabe. Incluso todas son respondidas, algunas con un sí y otras con un no.
No oramos para escuchar un sí, nuestro corazón busque poner en oración para que Dios determine con rectitud y misericordia.
Si por culpa del pecado las oraciones no llegasen al cielo o Dios no hiciese caso de ellas, ninguna oración llegaría al cielo, y ante todo y sobretodo ningún pecado sería perdonado en quien ora pidiendo perdón.