Es que a uno se le quedan los ojos como platos cuando lee algo así, de alguien que tiene comunión en la Iglesia Católica Romana y que se propone a defenderla.
Mal negocio hace con esta argumentación, habré de entender por lo que dice que un C.Romano no debe dar nada a la Iglesia; pues obligados no estamos ninguno de ambos desde que ya no existen estados confesionales. (Gracias a Dios por sacudirnos el diezmo papista).
Pues si damos el diezmo, como nosotros llamamos a las limosnas que ustedes dan, no es en virtud de satisfacer un canon porcentual, sino que se da cuanto uno quiere; bien el 50% como el 5%. Esa es la realidad en la mayoría de Iglesias Protestantes.
A nosotros que nos agrada que el lugar de oración esté limpio y que no se nos caigan las iglesias a pedazos; y que estamos preocupados por la salud del alma como de la del cuerpo; y que no nos agrada que pasen hambre quienes pastorean nuestras iglesias contribuimos a su sustento económico.
Y en mi Iglesia fíjese que se hacen públicas las cuentas, lo que se ingresa y lo que se gasta; pues a nadie avergüenza, ni a quienes reciben ni a quienes han dado. Y en cosas como estas guardamos el amor por nuestra Iglesia.
Aún no nos hemos empeñado en conseguir para nuestros pastores, prebendas estamentales, beneficios de la corte, impuestos indirectos, directos, diezmos, portazgos, venta de bienes espirituales (indulgencias) y otros oscuros negocios que han mantenido bien hinchado el estómago de muchos que hacían carrera en la ICAR como quien la hace de funcionario o de empresario.
Pero si ocurre, no me extrañará, el diablo anda suelto.
